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Masoquismo por shice

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Notas del fanfic:

Bien, ahora me explico, si leíste "Me cuesta..." y sobre todo la nota al final, sabrás que yo termine una relación parecida a la de Shu y Yuki, ahora este fic es una continuación, tanto del fic "Me cuesta..." como  casi de mi propia historia. Digo casi, porque planeé encontrarme con dicha persona me sentí como Shu se siente en esta historia, lo entenderás a medida que leas, pero dicho encuentro no se realizo, así que aquí puse lo que seguramente pasaría si él y yo nos juntábamos.

 

Enjoy.

 

Masoquismo.

Todo el que conociera su historia podía decir que fue débil, tonto y emocional, estaban en todo su derecho. Él también lo creía, pero todo lo anterior lo resumía en una sola cosa: Deseo.

Deseo de verlo, porque hace meses que no lo hacía, deseo de tocarlo, aunque sea solo por el apretón de manos que seguramente se darían al verse nuevamente, deseo de olerlo, porque el maldito viento circulante confabulaba contra él y pegaba hasta su nariz el atrayente aroma de su perfume favorito.

Llegó hasta el lugar donde habían quedado, un simple café, el mismo que hubiesen visitado un par de veces en su pasado juntos. Al entrar, un joven camarero lo recibió.

-“Buena tardes, estoy…”

No alcanzo a terminar la frase, pues el mesero lo interrumpió diciéndole que lo esperaban y que por favor lo siguiera. Subió con él hasta el segundo piso, donde sabía, había habitaciones privadas que se pedían con reserva. El joven golpeo una puerta y la voz que tanto ansiaba escuchar dijo “Adelante”

El mesero abrió la puerta y dejo que primero entrara Shuichi.

-“¿Desea señor que les traiga la carta de inmediato?”

-“Por favor”

-“Con su permiso”

El joven se retiro y ambos hombres quedaron a solas. El corazón de Shuichi latía con una rapidez, que él pensaba que pronto se le iba a salir por la boca. Eiri por su parte estaba todo lo tranquilo que sus pensamientos lo dejaban estar pero sus latidos también eran algo acelerados.

-“Hola Shuichi, ¿cómo has estado? ”- Dijo Eiri mientras se acercaba y extendía la mano hacia el que era su ex.

-“Bien Eiri, ¿y tú? ”- Respondió mientras estrechaba la mano del rubio, ahí estaba, sintiendo la mano de Eiri, tan helada como siempre.

-“Igual que siempre, libros, giras, lanzamientos, por favor toma asiento”

Ahora que el escritor lo había mencionado, Shuichi se fijo bien en donde se encontraban. Era un cuarto circular, alfombrado, sobre ellos una hermosa araña iluminaba el lugar, debajo de esta había dos amplios sofás y entre ellos una mesa. Eiri tomo asiento y frente a él se ubico Shuichi, unos golpecitos en la puerta los sacaron del trance en que se encontraban.

-“Adelante”-Dijo Eiri.

El mismo mesero que recibió a Shuichi entro, se acerco a ellos con dos carpetas, las que entrego una a cada uno.

-“Yo pediré de inmediato, un café negro, pastel de chocolate y un cenicero por favor… ¿No te molesta que fume, verdad”

-“No está bien, para mí un moka y pastel de frambuesa”

- “En seguida”- El joven mesero anoto los pedidos y retiro las carpetas-“Si desean alguna otra cosa, junto a la puerta hay un timbre, solo toquen de él y vendré en seguida”

-“Gracias”-Dijeron ambos al unisonó.

-“Me alegra que hallas aceptado venir Shuichi, hace tiempo que no nos veíamos”

-“Si es verdad”

Cuatro meses, exactamente cuatro meses y lo sabía porque cada 27 era doloroso, como un aniversario de muerte.

-“¿Cómo han estado en Bad Luck?

-“Pues bien, ahora estamos tomando un receso después de la última gira quedamos todos agotados, tu sabes cómo es”

-“Si te entiendo, mi editora quiere un nuevo libro y creo que tengo un bloqueo literario”

-“¿Pero y en el que estabas trabajando?”

-“Presente el manuscrito, ¿y puedes creer que lo rechazaron? En fin, deje la editorial y una nueva lo acepto, por lo menos lo libros ahora son de mejor calidad y hasta con papel ecológico.

El mesero regreso con sus pedidos y los dejo nuevamente. Siguieron conversando, como si fueran dos viejos amigos, Eiri se reía de las cosas que Shuichi contaba, aunque ya no hablaba como antes, es decir hasta por los codos, pero seguía teniendo algo del mocoso que se metió a la fuerza a su casa.

-“¿Sabías que Ayaka está embarazada?- Pregunto Shuichi con ojitos brillosos.

.”¿Qué?, ¿Enserio?

-“Si voy a ser tío, tiene cerca de 9 semanas y Hiro esta chocho, habla todo el día sobre eso”

-“Que bueno por ellos dos, Ayaka siempre tuvo ese sueño”

-“Si, pero creo que su familia no está muy contenta, tu sabes, ellos querían que ustedes dos se casaran y ella y Hiro no lo están, aun así a ella no le importa”

-“Los Usami son muy conservadores, al igual que mi familia, pero me alegra que Ayaka haya tomado las riendas de su propia vida”

-“Si, dice que se acuerda de ti cuando piensa en ello”

-“Me alegra haber servido de algo”

Continuaron conversando, sobre las aventuras de Bad Luck, la nueva editorial, y sus respectivas giras. Pero ninguno de los dos toco el tema que el otro quería saber: su corazón.

-“¿Qué te parece si vamos a cenar? Son casi las ocho”- Pregunto de pronto Eiri.

-“Bueno”

Para ese entonces Shuichi estaba mas cómodo y relajando, ya no lo molestaba el malestar que sentía desde su estomago hasta su garganta que lo aquejaba desde que tuvo noción de que se reuniría con Eiri. Llamaron al mesero, pidieron la cuenta, invito Eiri, y salieron del lugar. Al salir ambos se detuvieron y de percataron de un detalle, ¿en cuál de los dos coches harían? pues Shuichi contaba ahora con uno.

-“¿Te perece si vamos caminando? El lugar que tengo en mente queda cerca y podemos dejar los coches aquí, el lugar es bastante seguro.-Dijo Eiri

-“Bueno, solo déjame sacar una chaqueta” –Dijo Shuichi.

Mientras Shuichi buscaba su chaqueta, Eiri encendió un cigarrillo y acomodo el cuello de su largo abrigo. Comenzaron a caminar a una distancia prudente uno del otro, Shuichi debió admitir que durante su estadía en el café, no pudo evitar dar pequeños vistazos desde los ojos de Eiri hasta sus labios, pero luego concentraba su atención en la plática con Eiri  y no los volvía a mirar.

Llegaron a un restaurant bastante informal, Eiri sabia como se ponía Shuichi en lugares muy refinados y aquel sitio era perfecto.

Shuichi pidió macarrones con queso y Eiri una lasaña, la joven que los atendió llevo además un vino, cortesía de la casa. Cenaron en tranquilidad, hablando de cosas banales y haciendo uno que otro comentario. Finalizaron la cena con un té, pagaron y se fueron.

-“¿Te gustaría caminar un poco?”-Shuichi no entendió por que le hizo esa pregunta a Eiri, pero tampoco se detuvo a pensarlo.

-“Me encantaría”- Eiri sonrió complacido, hace tiempo que no pasaba un buen momento junto a Shuichi y no quería desaprovecharlo.

Caminaron en silencio, agradeciendo que los transeúntes no notaran su presencia. En el pasado esos paseos se tenían que dar bajo un disfraz y Eiri no lo soportaba.

Como si una fuerza superior a ellos los guiara, llegaron a un parque, muy parecido al donde se conocieron. Tomaron asiento en una banca y contemplaron la vista desde el lugar, de ahí se podía ver en plenitud la cuidad y sobre esta la luna en todo su esplendor.

Una suave brisa llego hasta donde estaban sentados y revolvió el cabello de Shuichi dejando sobre su rostro algunos mechones, Eiri alargo su mano y aparto el mechón de la cara de Shuichi, este se aparto incómodamente.

-“No hagas eso”

-“¿Te molesta?”

-“Me incomoda”

Un nuevo tema de conversación salió a flote y ambos dejaron pasar aquel momento.  Nuevamente ambos reían de las cosas que el otro decía, Eiri fumaba su tercer cigarrillo cuando Shuichi propuso, para terminar la velada, un trago. Para la mala fortuna de ellos, el bar que frecuentaban estaba cerrado.

-“Pues si aun te interesa ese trago, podemos ir a mi casa, claro si no te importa”

-“Esta bien”

Llegaron a donde habían dejado los carros, Eiri llamo a su hermano para que recogiera su auto y se marcharon en el carro de Shuichi.

-“Lindo auto”

-“Gracias, lo compre hace poco”

-“¿Un Hyundai?”

-“Si, Tucson 2010” (No sé si existen año 2010, pero mi tía tiene uno 2009 que me encanta)

Llegaron al departamento, ahí a Shuichi le dio de nuevo el malestar en el estomago, sentía que temblaba entero cuando entro a aquel lugar. Todo estaba como lo había visto la última vez, quizás había uno o dos muebles nuevos, pero por lo demás, todo estaba casi igual.

-“Ponte cómodo”

Shuichi se obligo a caminar hasta el sofá donde muchas veces Eiri lo había mandado a dormir. Este llego con dos copas y una botella de coñac, un trago que a ambos les gustaba.

-“Gracias, me vendría bien un trago ahora”

-“¿Estás bien?”

-“Si, es solo que me dio un escalofrió”

Eiri sirvió los dos vasos y le entrego uno a Shuichi, hicieron salud mirándose a los ojos (si no son siete años de mal sexo) y bebieron de sus copas. Eiri se tomo todo de una y se sirvió la segunda copa mientras se sentaba junto a Shuichi. El corazón del menor se acelero con la cercanía de Eiri, estaba consciente de que eso pasaría, de que en algún momento la presencia de Eiri lo descolocaría, pero también tenía claro de que esa reunión solo era de amigos, un simple café con un amigo, una cena con un amigo, una caminata y un trago con un amigo. Eiri saco a Shuichi de sus pensamientos al hacer el mismo movimiento de apartar un mechón (aunque ahora innecesariamente) del rostro de Shuichi. Este noto como sus mejillas se encendía producto del roce de los dedos del mayor.

-“Te dije que no hicieras eso”- El tono de voz del joven cantante sonó divertida, pero aun así nerviosa.

-“¿Por qué?

-“Porque te dije me incomoda”-Shuichi trato de sonar lo más relajado posible, pero su nerviosismo lo traicionaba.

Eiri se acerco más a Shuichi y este hizo notar su tensión. Miraba directamente a los ojos de Eiri, quien le devolvía la mirada y en sus ojos noto un brillo que conocía bastante bien.

-“Eiri, para”

-“¿No quieres que te un beso?”-Eiri hablaba en susurros mientras se acercaba más Shuichi y tomaba el mentor de este.

-“No es eso, pero nosotros…” Shuichi hizo acopio de todas sus fuerzas, se alejo de Eiri y se puso de pie”- “La última vez que estuve aquí nosotros… acordamos dejar las cosas hasta ahí y si, seguir como amigos”

-“Si me acuerdo, pero…”

-“Eiri, respetemos ese acuerdo ¿quieres? Mira, a mí de verdad me ha costado mucho, tú sabes que te quiero, que me gustas y probablemente sepas lo mucho que te he extrañado pero si hoy vine aquí fue con la idea de verte, verte como mi amigo… ¿Tienes idea de lo mucho que me he exprimido la mente diciéndome a mi mismo que lo que hice, lo hice por mí, por mi bien? Besarte ahora sería realmente bueno, no voy a negar eso, pero por otro lado sería  volver quizás a lo mismo de antes y no quiero, yo quiero…”- Shuichi se detuvo, estaba al borde de las lagrimas y no quería ponerse a llorar frente a Eiri.

-“¿Tu quieres…?

-“Quiero lo que todo el mundo quiere: ser feliz, quiero un novio, no un amante; quiero un titulo, no un free pass a tu cama”

-“Yo pensaba que…”

-“¿Qué, que me coquetearías y yo me lanzaría de nuevo a tus brazos? Puede que quizás antes lo hubiese hecho, pero ahora tengo algo que no conocía: Amor propio.”

-“Te he echado de menos”

-“¿Y te demoraste cuatro meses en darte cuenta? ¿Qué mierda tienes en la cabeza Eiri? Primero me dices que me quieres, después te propongo que terminemos y estás de acuerdo y ahora me quieres besar. Sinceramente Eiri, no estoy para el “sube y baja” de nadie…Aun así te quiero, pero si tu no me quieres de la misma manera, no vale la pena”

Shuichi recogió su chaqueta y se la acomodo, Eiri lo veía desde el sofá. En realidad el mocoso tenía razón, él ya no podía hacer nada más: Sabía perfectamente cuales eras  sus sentimientos hacia el menor y sabía que no eran de la misma intensidad de los que el chico le profesaba, no era esa pasión desbordante que Shuichi sentía que llegaba a salir por los poros, sabía perfectamente cuál era su visión del chico.

-“Gracias por todo Eiri, nos vemos por ahí”

Shuichi se acerco a Eiri y se despidió con un beso en su mejilla y salió del departamento. Subió a su auto y condujo de regreso a su hogar.

Todo el que conociera su historia podía decir que fue débil, tonto y emocional, estaban en todo su derecho. Él también lo creía, pero todo lo anterior lo resumía en una sola cosa: Masoquismo…

…Porque era casi por gusto el hacerse sufrir.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero su opinión. Shice


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