1° Extra:
Oscuridad, aquella compañera idónea para hacer ese tipo de “actividades” que iban a realizar, y no es que no le gustara ver a su pareja en aquella intoxicante intimidad, pero era preferible la oscuridad antes de que él pudiera ver su notable sonrojo, aunque no podía evitar pensar que aun así en las penumbras de la habitación, en donde se encontraban, su pareja podía ver cada detalle de su rostro, y ¿Cómo no hacerlo? Si con su condición de hombre lobo tenía los sentidos más desarrollados que cualquier otro humano normal, no que le molestara pero aun así no le gustaba verse tan “indefenso” con sus mejillas todas sonrojadas y sus ojos ansiosos…
Pero eso era algo que solo podía llegar a molestar en cierto punto a Harry, pero por otro lado Remus se sentía más que excitado, al tener así a su pareja, solo por él y para él.
Las grandes y cálidas manos del mayor se metían traviesamente por entre la camisa de su ‘alumno’, con demasiada delicadeza y lentitud acariciando y apretando aquellos botoncitos rojos provocando que se pusieran erectos. Con sutileza saco la camisa que le estorbaba, provocando un delicioso gemido del menor y haciendo sonreír al castaño, que sin demora saco su lengua y lamio las tetillas donde hace unos momentos antes estaban jugando sus manos.
Harry se arqueo inconscientemente, haciendo que su entrepierna tocara a la de su pareja en un exquisito roce que hiso ‘gruñir’ al profesor.
Remus beso con autoridad, ‘obligando’ a su pequeño a que le siguiera aquel frenético ritmo, a que respondiera con su misa entrega y voracidad y Harry no lo decepciono.
Ante aquel entrega y movimientos de cadera que hacia inconscientemente el azabache, el profesor no pudo contenerse, con movimientos expertos sus manso descendían por las caderas del menor, hasta llegar al borde de sus pantalones, con destreza desabrocho aquella estorbosa tela desechándola rápidamente tirándola por ahí.
Harry gimió suavemente al verse completamente desnudo ante su profesor…
Remus detuvo sus movimientos, sus ojos dorados llenos de deseo ‘devoraban’ aquel cuerpo que tenia bajo el suyo.
Sus bicas se juntaron, comenzando un voraz beso, mientras las manos no se quedaban quietas en ningún momento.
El mayor comenzó a bajar por el pecho del menor, lamiendo, besando y mordiendo, mientras sus manos se deslizaban por las caderas y piernas de su pareja.
Harry estaba completamente ido, gemía y suspiraba, sus ojos estaban entrecerrados, sus labios entre abiertos, sus manos aferrando firmemente las sabanas y su espalda arqueándose cada cierto tiempo, volviendo loco a Remus.
El castaño no podía soportarlo más, necesitaba sentirse unido a su pareja y sin pensarlo demasiado, llevo tres dedos hacia la boca del menor. Los ojos verdes brillaron a sabiendas de lo que vendría, con gusto chupo, lamio y mordió los dedos del mayor. Remus fascinado con aquella escena tan erótica, bajo su vita hacia el pene erecto de su pequeño, que necesitaba claramente un poco de atención. Saco su lengua para lamer aquel apetitoso “dulce”, haciendo gemir fuertemente a Harry, Remus aparto sus dedos de la boca del menor y sin desvió alguno fue hacia la apretada entrada de su pequeño.
Harry se mordió fuertemente su labio inferior ya que aun le seguía doliendo cada vez que su Remus le preparaba.
El mayor ya tenía tres dedos jugando dentro de la dilatada entrada. Harry se removía inquieto pidiendo más y más, sacando sonrisas de su profesor. Saco sus dedos sin ceremonia alguna, consiguiendo un gruñido de protesta de su pareja, sonrió bobamente al escuchar aquel sonido, con suavidad tomo una lado de la cadera de su pequeño y la levanto para poner un cojín debajo.
Junto sus frentes, ambos se miraron fijamente, con tantos sentimientos que era difícil tratar de revelar cada uno, pero los que más se podían deslumbrar eran el amor y el deseo. Se besaron lentamente, mientras el mayor entraba en aquella estrella cavidad y que solamente él tenía el privilegio de poseer.
Harry gimió fuertemente al sentir como entraba por completo su profesor en él y tocaba aquel punto que le hacía ver literalmente estrellitas. Remus también gimió al sentir la estreches de aquella caliente y húmeda cavidad.
Los movimientos en un principio eran en un principio lentos y tortuosos, para luego dar paso a un ritmo más rápido, entre gemidos agudos y nombres inconclusos que llenaban la habitación.
Harry se agarro fuertemente de la espalda de su pareja, arañando la piel sin querer, mientras que sus piernas se enroscaban a la cadera de su Moony, mientras que gemía suavemente y su cuerpo se llenaba de tanto placer que sabía que pronto se vendría, ni siquiera tendría necesidad de estimular su pene ya que este era rosado deliciosamente por el mismo cuerpo que estaba sobre él, sin poder evitarlo y casi gritando el nombre de su pareja eyaculo entre ambos cuerpos. Remus mordió suavemente el cuello de su pequeño, mientras ahogaba un gemido al sentir como las paredes se estrechaban y su pene era deliciosamente apretado, con solo un par de estocadas mas se derramo dentro de su pequeño.
Harry dejo caer sus brazos sobre la cama, mientras su respiración aun era agitada y entrecortada, Remus se dejo caer a un lado del pequeño cuerpo de su pareja, sonriéndole bobamente, mientras lo abrazaba posesivamente de su cintura y con un movimiento de su varita hacia que ambos quedaran limpios. Harry sin demora se acomodo en aquel caliente y fuerte pecho, ocultando su cara sonrojada en aquel cómodo lugar. Remus los cubrió con la sabana, acariciando suavemente los cabellos de su oareja, besando su cabeza y cerrando lentamente sus ojos…
- te amo – susurro el mayor
- y yo a ti… - dijo bajito el menor, acurrucándose más hacia aquel cuerpo – te amo…
Fin