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Tiempo por yuhakira

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Gai cruzo los brazos por su cuello y volvió a besarlo, mordiendo esa línea fina y delicada de sus labios, tocando su lengua, enredándola con la suya, a medida que sus manos se adentraban más en sus cabellos; agarrándose fuertemente a ellos le jalo la cabeza hacia atrás, y empezó a mordisquear su cuello, succionándolo luego que la sangre empezara salir, sintió como la respiración de su eterno rival aumentaba cada vez que atacaba con más fuerza.

Era increíble la rapidez con la que lograba apoderarse de su cuerpo, sin ni siquiera preguntar, su lengua era increíblemente ágil cuando de su cuello se trataba. Sin quedarse quieto adentro sus manos en la camisa y empezó a acariciar ese cuerpo que lo excitaba tanto, finalmente lo empujo y lo hizo acostarse boca arriba sobre la cama, se sentó sobre él, quitándole la camisa, Gai hizo el intento de sentarse, pero Kakashi lo detuvo recostándose sobre él y jugo con sus pezones, besándolos, lamiéndolos y mordiéndolos suavemente, conciente de que no era una buena zona para causar dolor, aunque le gustaba escucharlo gemir ante una movimiento brusco sobre ellos, Gai de nuevo tenía sus manos enredadas en sus cabellos acariciándole el cuero cabelludo causándole una placentera sensación, y justo allí sucedió, el calor volvió a inundarlo, subió y volvió a besar sus labios esta vez cargados de una lujuria desenfrenada, Gai se apresuró a quitarle la camisa, casi rasgándola, ante la negativa de Kakashi de dejar sus labios, luego abrió las piernas, dejando a Kakashi caer en medio de ellas, y a la vez dándole a conocer su estado, a lo que dejo sus labios dando un fuerte suspiro para luego atacar con más fuerza, masajeado sus entrepiernas por encima de la ropa, algo que le era tremendamente tortuoso, pero que sabía lograba un mayor estado de lujuria entre ambos.

Gai lo tomo por los brazos y le dio la vuelta, quedando ahora él encima, no espero mucho para bajarle los pantalones y agarrar su miembro entre sus manos, esta vez fue Kakashi quien abrió las piernas, levantando las caderas aumentando el contacto, con ágiles movimientos de su piernas lo despojo de sus ropas, su erección quedo libre, y de nuevo se besaron, dándose el placer el uno al otro, por medio de movimientos de manos y caderas, y del frentico movimiento de sus pechos, al ritmo de los latidos de ambos corazones y los suaves gemidos que no dejaban de salir, dándose aliento atrás de esos insaciables besos que mostraban lo mucho que se necesitaban el uno al otro.

—Te extrañaba —Kakashi pronuncio esas palabras en medio de besos que le destrozaban los labios—. Te extrañe demasiado.

Gai soltó su miembro casi en el límite, y se acercó al cajón sacando el lubricante, y untándolo en sus dedos, al mismo que prendía la pequeña lámpara al lado de la cama. Lo miro fijamente bajo la luz tenue, le encanto lo que vio. Volvió a besarlo y levanto una de las piernas de Kakashi al aire, posándola sobre su hombro, luego de masajear la zona más íntima de su cuerpo introdujo el primer dedo, los ojos de Kakashi se entrecerraron y profundizo la penetración del primer dedo por sí mismo; ante la tentativa, Gai introdujo los otros dos de golpe; luego de lubricar toda la zona, Gai lo penetro, suavemente se fue adentrando en él, se acercó a besarlo, y empezó las embestidas.

Siempre le pareció increíble como durante el acto, Kakashi lograba ese semblante de inocencia en su rostro, pero que sin embargo mantenía la lujuria en sus ojos, esa mezcla en él era algo que lo llevaba más allá de su control. Gai continuo con las embestidas sosteniéndole ambas piernas, para no perder profundidad, y besándolo de vez en cuando de manera torpe, pero exquisita, Kakashi por el contrario se daba placer a sí mismo, encargándose de masturbarse, algo que embrujaba a Gai, y al mismo tiempo lo ayudaba a profundizar las embestidas moviendo sus caderas.

Los gemidos en la habitación eran entre agudos y graves, el ambiente era caliente, y la respiración de ambos cada vez más dificultosa, sus cuerpos sudaban y tomaban el brillo del placer, sentían el éxtasis en cada embestida, en cada masturbación, en cada mirada. Las caderas de Kakashi se movían a un ritmo acelerado, su labio permanecía abiertos, y parecía tomar aire de ellos cada vez que un gemido se escapaba, sus manos, sus manos eran el placer más exquisito o por lo menos lo que hacía con ellas, masturbaba su miembro con un de ella, en movimientos ágiles, siguiendo el ritmo de su cadera. La imagen de Gai no era muy distinta, arrodillado en la cama, con sus caderas acopladas a las de Kakashi, sintiendo la calidez del interior de su amante, sus abdominales se recogían en cada gemido haciendo que se marcaran aún más, acariciaba las piernas de Kakashi con sus manos fuertes haciendo presión a cada centímetro de piel, sus ojos permanecían fijos al rostro de quien permanecía debajo de él, y la pregunta llego a su cabeza.

—¿Llegaste? —la pregunta cayo de sorpresa en los oídos de Kakashi— ¿lo hiciste?

—No.

Fue todo lo que pudo decir antes de llegar al preciado orgasmo, con un estremecimiento de su cuerpo que lo hizo liberar todo lo que había estado cargando, segundo después Gai termino igual, y saliendo de él se tumbó en la cama, recuperando el aliento y sintiendo los músculos algo relajados, sin duda era eso lo que necesitaba.

Kakashi encontró su mano a su lado y la entrelazo con la suya, luego la acerco a sus labios y la beso, levantó las cobijas que habían caído en el suelo, se cubrió dejando caer su cabeza sobre el pecho de Gai que permaneció con los ojos cerrados.

—¿Estás seguro de no haberlo hecho? —sus palabras fueron pausadas, aun no había recuperado el ritmo de su respiración y el sueño empezaba a apoderarse de él— no importa que allá pasado solo quiero saberlo.

—Termine contigo, termine lo que empecé contigo —Kakashi contesto sin moverse de su pecho— acaso no es eso suficiente.

Lo era, se supone que debía serlo, pero en cualquier caso no era suficiente, sus palabras le confesaron una infidelidad que, aunque según él no había llegado a mucho no dejaba de ser eso, una infidelidad.

Inmediatamente pronuncio las últimas palabras se sintió culpable por haberlo hecho, pero ya no había vuelta de hoja, la respiración de Gai cambio y girando el rostro para verlo comprobó que estaba completamente dormido, se acercó y beso sus labios pronunciando un suave —Buenas noches— cerca de su oído, para volver a acostarse sobre su pecho. Era un completo idiota, el Jounin más importante de la aldea, era un completo idiota cuando de relaciones interpersonales se trataba, y acababa de demostrarlo, sin embargo, en el fondo de sus pensamientos, comprendió que peor habría sido no decirle nada.

Cuando despertó en la mañana Kakashi ya no estaba, y a diferencia del día anterior, estaba consciente de la energía que ahora recorría su cuerpo, era como si milagrosamente se hubiese recuperado del todo, y listo para empezar de nuevo se levantó de la cama y fue hasta el bajo; frente al espejo pudo ver las nuevas marcas, las recorrió una a una, y recordó los instantes en que fueron hechas cada una de ellas, todas causadas por la misma persona y por los mismos labios, los mismos que habían tenido la delicadeza de decirle que lo había engañado. Sin pensarlo más entro en la ducha y abrió la llave por completo, fría totalmente fría, hoy no estaba dispuesto a permitir que sus sentimientos se inmiscuyeran en sus asuntos, hoy no. Luego de haber terminado de bañarse, salió a la sala con una toalla amarrada a la cadera, abrió las cortinas y vio el brillo de la mañana inundar la habitación, Kakashi no estaba cerca, a esa hora ya había salido a alguna misión, es mas a esa hora, nunca había alguien en el apartamento, porque él se encontraba haciendo sus rutina diaria de ejercicio, pero hoy lo pasaría, además no quería enfrentarse a los interrogatorios de Lee, que algunas veces le eran tan difícil contestar. Se sentó en el sofá frente a la ventana y cruzando los brazos detrás de su cuello miro al horizonte pensando lo que deba hacer.

Abrió la puerta y dejo las bolsas en la mesita al lado de la entrada respirando hondo, frente a él estaba Gai mirándolo con él ceño fruncido, solo se limitó a alzar los hombros en un gesto infantil, tampoco esperaba encontrárselo allí a esa hora siempre estaba entrenando.

—Voy a preparar desayuno quieres algo especial —le dijo volviendo a tomar las bolsas caminando hacia la cocina.

—¿Qué haces acá? —pregunto caminando detrás de él.

—Tsunade me dio vacaciones —dijo en un tono sarcástico, dejando claro que no le gustaba la idea.

—¿Por qué?

—La última misión no fue muy bien, bueno no ha sido la única que no ha ido bien, entonces llego a la conclusión que necesito un descanso.

Gai no dijo nada solo se recostó en la nevera, mientras Kakashi ponía un poco de leche sobre la estufa, y batía unos huevos. Penaba en lo que le había comentado, estaba teniendo problemas desde hace un tiempo y no lo había notado, ¿debía sentirse culpable por ello? ¿Debía preguntar qué era lo que le estaba pasando? Concentrado en sus pensamientos no se dio cuenta de la presencia de Kakashi a su lado, si no hasta que beso sus labios.

—Buenos das —solo sonrío.

—Vas a hacer algo hoy —la voz le tembló y agacho el rostro mientras Kakashi contestaba.

—No he planeado nada —contesto mientras ponía los huevos al fuego, retiraba la leche y preparaba dos tazas de té— ¿quieres que hagamos algo?

—Tengo misión hasta dentro de dos días y Lee está enfadado conmigo así que podríamos hacer algo.

—Qué idea tienes —retiro los huevos y los repartió en dos platos— ayúdame con los vasos.

Gai lo siguió hasta el comedor de la sala, no recordó la última vez que habían desayunado juntos, es más estaba seguro de que nunca lo habían hecho, pero no porque no quisieran, siempre había algo que hacer, salían a horas distintas de la casa, en ocasiones ni se despedían, y últimamente esas ocasiones se habían multiplicado.

Se sentaron uno frente al otro en el diminuto comedor, no se miraron mientras coman, ni se dijeron nada, fue el desayuno más incómodo que hubieran comido, aunque estaba bien, Gai no podía negar que los huevos tenían buen sabor. Kakashi levanto la mirada disimuladamente, el torso desnudo de Gai le encantaba, sus pectorales bien formados, los brazos, el grosor de su cuello, sus manos grandes, todo demasiado sexual a su vista, hasta los cabellos negros en ese peculiar peinado, bajo la mirada y continúo comiendo. La ventana se abrió de repente y ambos giraron a ver quién era, ya era sospechoso que ninguno de los dos sospechara de una presencia para verse sorprendidos por un individuo, así de concentrados estaban en sus pensamientos. Pero más era la sorpresa de quienes abrieron la ventana. Lee y Neji habían decidido ir a hablar con el sensei después de que no apareciera para los ejercicios matutinos, Neji recién se había unido a ellos en su costumbre, pero era tiempo suficiente para pensar que algo había pasado, Lee estaba boqui abierto, había compartido muchas cosas con su sensei, pero nunca lo había visto desnudo —no vio la toalla— ni siquiera se habían bañado juntos, por otro lado estaba Kakashi, estaba desayunando con Kakashi desnudo, y el no lleva su máscara; Neji miro nervioso a Lee, estaba pálido y a punto desmayarse, no era la primera vez que entraban así en el apartamento de su sensei, pero era la primera vez que se encontraban con una escena esa.

Gai trago lo que tenía en la boca y se levantó de la silla, miro hacia el suelo y se dio cuenta que la toalla que llevaba no era lo suficientemente grande. Kakashi se levantó de la mesa saludo a los muchachos que seguían atónitos, y se fue a la cocina con los platos medio vacíos, este día no harán nada.

Mientras enjuagaba los platos escucho a Lee bombardeando a Gai con un millón de preguntas, pensaba en ir y ayudarle, pero después de lo que pasó la noche anterior no sabía si debía hacerlo, y Gai parecía desesperado no sabía como contestarle a su pupilo, seguro estaba en un dilema igual que él, podrá decirle que comparten el apartamento, que se acaba de duchar, y que por eso Kakashi viste tan informal, o bien podrá confesarle todo, todo lo que podría acabar si no hablaban, si seguían como iban; no escucho a Neji, más que para tratar de calmar a Lee, seguramente lo había entendido todo en cuanto analizo la situación.

Al final se decidió a salir.

Gai estaba sentado en el sofá viendo como Lee se paseaba por la habitación divagando en una variedad de teorías respecto a lo que pasaba, sintió cuando Kakashi entro en la habitación y se recostó contra la mesa del comedor aun lado de la sala, se miraron fijamente, y Gai afirmo con un movimiento de cabeza, dándole el permiso de intervenir, luego miro a Neji quien se limitó a cruzarse de brazos.

—Lee ya basta —interrumpió Kakashi con un todo de voz grave y dominante, que hizo que Lee se detuviera— puedo explicarlo.

—Ayer se comportó de forma extraña —agacho el rostro y empezó a hablar— justo en el instante en que nos cruzamos con usted Kakashi sensei, pase toda la noche preguntándome porque, y cuando no apareció esta mañana, pensé que la situación seguía igual, pero en cambio lo encuentro a usted acá —se podía percibir cierto odio en sus palabras— diferente a lo que espere, y no.

—Deja que él te explique —intervino Neji— de pronto así lo entiendes.

—No me creas idiota sé muy bien lo que está pasando

Salió como entro, por la ventana, Neji respiro hondo y los miro a ambos, luego salió detrás de Lee. Gai se quedó de piedra y ahora que haría, no tuvo que pensarlo demasiado, se levantó y fue hasta la alcoba, empezó a vestirse, se colocó la primera sudadera que encontró y luego volví a la sala, cuando intento abrir la puerta del apartamento no pudo hacerlo, Kakashi se había parado frente a él cerrándole el paso, respiro hondo y le pidió que lo dejara ir.

—¿Para qué? para ir y decirle que no tiene de que preocuparse, que ya no hay nada entre los dos —Gai se detuvo y dejo de insistir en abrir la puerta, sin decir nada— niégame que no es eso en lo que has estado pensado.

—Me fuiste infiel —dijo alejándose de él— pero por alguna razón no me decido.

—Tú me fuiste infiel mucho antes —Gai lo miro extrañado.

—¿Que?

—Nunca espere que esto fuera un cuento de hadas, pero espere ser alguien para ti —dijo con un tono de voz grave que jamás le fue escuchado, Gai seguía atónito, sin entender nada de lo que el decía, Kakashi volvió a afirmarlo y continuo— tampoco esperé que el tiempo que compartiéramos fuera más del que estábamos acostumbrados, pero esto no tiene razón de ser, olvídalo.

Se alejo de la puerta y camino hasta la habitación, Gai se quedó frente a la puerta, de nuevo indeciso, sabía que no era necesario buscar a Lee, Neji se hará cargo de tranquilizarlo, y aunque deseaba mucho ir y explicarle, era un tema que estaba muy lejos de ser de su incumbencia, por otro lado sentía esa inmensa necesidad de decírselo, buscando en el encontrar un confidente, pues durante mucho tiempo su confidente fue él mismo que ahora desea tanto odiar, pero que le sorprende no poder hacerlo.

Cuando entro en la habitación se sentó en la cama y respiro hondo, estaban en el mismo punto del día anterior, en el mismo punto donde se encontraban desde hace algún tiempo. Esa extraña sensación que venía cargando desde hace unos días se intensifico aún más, lo sentía en la garganta y en el pecho, esa opresión que no le dejaba respirar normalmente, odiaba tanto sentirse así, que internamente y casi sin darse cuanta se prometió no volver a permitirlo, evitarlo a toda costa, así eso significara su propio sacrificio, su propia muerte.

Camino hacia la habitación, la puerta estaba cerrada, intento abrir, pero le fue imposible, golpeo un poco y luego lo llamo por su nombre, no obtuvo respuesta, volvió a intentarlo. Su cabello aún estaba húmedo y aunque no escurra lo hacía sentir muy incómodo, y más si lo mezclaba con todo lo que le molestaba. Volvió a golpear, esta vez mas fuerte, más exigente, con más rabia, y mientras se llenaba de rabia, sabía que pronto no le importara tumbar la puerta, y allí se abrió, Kakashi estaba frente a él, completamente vestido con el taje de Jounin, lo miraba seriamente. No tardó en darse cuenta de la maleta que permanecía a su lado, miro fijamente y luego levanto la mirada, viéndolo a él, quiso decir algo, pero no supo que, ¿que podría decirle? Fue más rápido él en tomar una decisión.

No decía nada, esperaba escucharlo, pero no decía nada, y eso lo hacía desesperarse.

Maldición 

Alzo la maleta e intento salir, pero Gai no se quitaba de enfrente suyo. Trato de empujarlo, pero era como un roble que no lo permitía, al final se dejó entrar en la habitación mientras el serraba la puerta tras de sí. Tiro la maleta en la cama y se sentó sobre ella. Gai se recostó en la puerta y no se movió de allí, ni siquiera para mirarlo.

—¿Qué, Que pasa?

—¿De qué hablas?

—¿A qué te refieres con eso de que te fui infiel? No lo entiendo.

—Somos Jounin de Konoha, shinobi de elite, la aldea es el único ser al que le debemos lealtad, pero cuando hacemos eso, le somos infiel a todo lo demás ¿cuándo fue la última vez que nos vimos?

No sabía la respuesta había sido tanto tiempo que lo había olvidado.

—No…

—No lo sabes. Fue hace tres meses, cuando salía de misión, ese día llegaste, después de haber estado fuera por cinco meses, recuerdo que almorzamos, dos horas fue todo el tiempo que estuvimos bien. Antes de eso, aun antes de eso, ya sabíamos lo que está pasando, ya estábamos así desde mucho antes, solo que hasta ahora se nos estrelló en la cara —trataba de buscar las palabras correctas, no era que quisiera irse, ni que quisiera hacerle creer algo, es más, todo lo que decía, lo hacía buscando creárselo el mismo, y buscar en eso una solución, una salida— solo hemos actuado como nos corresponde hacerlo, no hay espacio ni tiempo para una relación, es mas no estoy seguro de si en algún momento hubiese existido una.

Todo sonaba tan crudo, tan frío, entendía sus palabras, sus argumentos, sabía que tenía razón, pero no podía aceptarlo, han sido shinobi desde el día que se conocieron, lo han sido siempre, y aun así siempre hubo tiempo para todo, sabía que no eran sus obligaciones lo que les negaba estar juntos, había podido hacerlo antes, otros han podido hacerlo sin morir en el intento, ¿porque para ellos era tan difícil? Finalmente levanto en rostro y viéndolo a los ojos con un gesto negativo en su rostro, continuo su última conversación.

—Eres un cobarde, tratas de escudarte en un argumento tan pobre como ese, eres...

—¿Cobarde? —una pequeña risilla salió de sus labios—. ¿Estás seguro de lo que dices? ¿estás seguro de que soy yo el cobarde? No pienso continuar con esta conversación, no.

Se levanto y tomo la maleta, luego intento salir por la puerta, pero Gai no se movía, y empezaba a perder el control, era tal la ira que sentía por dentro que tiro la maleta con fuerza contra la pared, saliendo de ella todo su contenido, lo único que quería era salir, volver a su antiguo departamento, y terminar el libro, eso era todo lo que quería. Veía sus reacciones; lo entendía sabía por qué lo hacía, el también quería hacerlo, enviarlo todo a la mierda y dejar de sentir lo que estaba sintiendo.

Kakashi había caminado hasta la ventana en la habitación, aún era de mañana y el sol alumbraba en toda la aldea, era un día hermoso, el clima mismo era perfecto, no se parecía nada a lo que tenía dentro de sí. El brillo del sol sobre los tejado de las casas era algo realmente bello, el cielo completamente azul llamo su atención, y todo se relajó dentro de él, el odio y resentimiento que estaba sintiendo, se fue, y a cambio una inmensa tristeza lo inundo, luchaba por no dejar que las lágrimas se escaparan, respiro hondo y abrió la ventana, una oleada viento se estrelló en él, no pudo aguantarlo más y dejo que las lágrimas salieran, retiro la bandana que cubría su sharingan y se secó los ojos, eso sin duda había sido tranquilizador, miro a través de la ventana y pensó que podrá salir por allí y luego volver por sus cosas cuando Gai no estuviera, era lo más sensato que podía hacer, más su cuerpo no daba indicios de querer moverse.

—Si quieres irte hazlo —lo escucho y se sorprendió, se giró a verlo y Gai estaba justo detrás de él— no voy a obligarte a que te quedes, porque realmente no sé si es eso lo que quiero —no pudo evitarlo y las lágrimas volvieron a salir, respiro hondo tratando de recuperar las fuerzas, por ultimo volvió a girarse hacia la ventana— pero antes de que lo hagas, quiero saber si alguna vez hubo algo de… ha, no entiendo por qué es tan difícil.

—Es más difícil cuando lo sientes —su voz era la misma de siempre, expresaba algo distinto a lo que realmente sentía, y la daba la fortaleza que su ser no encontraba— siempre es más difícil.

—¿para ti es difícil? —se acercó y lo abrazo por la espalda, observando el mismo panorama.

—Trato de que no lo sea —se giró y le devolvió el abrazo— pero no es tan fácil, y tú lo haces aun peor.

Se acerco y lo beso, un beso que decía el amor que le tenía, una palabra que no era capaz de salir de sus labios. Cuando el beso termino se miraron directo a los ojos, Gai lo soltó y se alejó mientras Kakashi desaparecía frente suyo. Miro hacia fuera y el sol seguía brillando, sonrío y dio vuelta atrás, salió del apartamento. El corazón estaba roto, completamente destrozado, su espíritu estaba aún peor, saboreaba sus labios buscando preservar su sabor para siempre en su recuerdo, se sentía terriblemente mal. Pronto encontró a Lee, Neji estaba a su lado, y en cuanto lo vio se fue, Lee se levantó y corrió a abrazarlo. Lo miro a los ojos y vio ese brillo que tanto le gustaba, había hecho su sacrificio personal, solo para que esos ojos no dejaran de brillar.

Kakashi caminaba entre las calles, Naruto se cruzó en su camino, junto a Sakura y Sai, nadie podrá decir que le pasara algo, al fin y al cabo, era un Jounin y sabía muy bien como ocultar lo que sentía, por ahora irán donde Yamato para que les invitara un ramen. Ya buscaría sus cosas. 


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