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Pacto con el diablo por himurita

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Notas del capitulo: Hola!!!!!!!

Perdonen mi demora T_T mil gracias para los que me dejaron su valiosa opinión:

kazumi_queen_vampire

angela kurosaki

HimitsuHitomi

XO'M

K-rol

zero

neko-black

narutogirl

Raven^^

Himenekoi

Shizune_Uchiha

La_Oscura_Reina_Angel

Riona_Sagita

shizuka lee

darkshuny

tokiohotelina

lisimmi

yaoiana

eminahinata

animeskz6

dangeroOuz

uzi_pks

annelys

Zacaleonesa (muchas gracias por el dibujito de Zero!! n_n lintente ponerlo en el cap, pero no pude T_T)

 

Capítulo VI

Destroza mi orgullo...llévate mi dignidad, mancilla mi cuerpo…

 

 

Zero forcejeaba con las cadenas intentando librarse de los molestos grilletes en sus muñecas, sintiéndose totalmente impotente al no poder ni si quiera moverse .

 

-Sólo gastas tu energía inútilmente-le susurró Kaname al oído.

 

El peliblanco sólo le respondió con una mirada de odio apartando su rostro de el de Kaname, pero un fuerte jalón en su cuello lo hizo volver exactamente a donde estaba.

 

Así que piensas seguir desafiándome-jaló de nuevo el collar hasta tener sus labios junto a los del peliblanco, besándolo a su antojo sin que Zero pudiera apartarse.

 

-Mmm…de…tente…-pedía con dificultad, pues la presión que ejercía el collar sobre su cuello y el beso avasallador no le permitía respirar con normalidad.

 

Kaname sonrió e intensificó el beso, ahogando con sus labios los gemidos del peliblanco, robándole el aire hasta cansarse. Por su puesto que cuando creyó que se había excedido tuvo que liberarlo.

 

Zero tomó todo el aire que pudo, dejándose caer en la cama, sin percatarse de que los grilletes ya no estaba en sus muñecas o de que Kaname le quitaba su chamarra, dejándolo solamente con un chaleco negro totalmente abierto que dejaba ver todo su pecho.

 

El pelinegro se quitó su chaqueta blanca y desabotonó su camisa, acercándose lentamente al peliblanco, quien a penas comenzaba a darse cuenta de lo que el otro hacia. Lo que lo hizo levantarse con rapidez hasta ponerse a una distancia donde estuviera a salvo del pelinegro.

 

-¿A dónde vas Zero? Bien sabes que no puedes escapar-a cada paso que daba Zero retrocedía, pero en un segundo se vio acorralado contra la pared.

 

-No puedo escapar, pero tampoco voy a arrojarme a tus brazos-intentó lanzar un golpe pero la marac en su cuello comenzó a dolerle, haciendo que cayera de rodillas al suelo.

 

-Esa posición es perfecta-los griulletes aparecieron nuevamente en las muñecas del peliblanco, sujetando sus manos hacia atrás contra la pared.

 

Kaname se agachó para robarle un beso, probando no sólo sus labios sino también la apetecible piel al descubierto, deslizando sus manos por el marcado abdomen.

 

-¿por qué lo haces?-susurró con tristeza-¿por qué tenía que ser yo?

 

-Porque me gustas-le levantó el rostro para mirarlo a los ojos-porque te deseo-su mano descendió hasta acariciar la intimidad del peliblanco por sobre la ropa-porque me vuelves loco-presionó un poco aquella parte escuchando un leve gemido salir de los labios de Zero.

 

Inesperadamente lo abrazó, acariciando con ternura el blanco cabello, logrando que Zero comprendiera cada vez menos esos cambios repentinos de actitud, pues a veces se sentía como un maldito objeto sexual y otras podría jurar que ese ser que era el mismo diablo le transmitía cariño.

 

-"Debe estar jugando con mi mente, tal vez puede saber lo que pienso y tan sólo lo hace para confundirse y reírse de mí"

 

-Y porque tengo el poder de hacer loq ue me plazca-se separó del peliblanco cambiando du expresión a una de lujuria pura que estremeció a Zero.

 

El pelinegro se puso de pie y comenzó a desabrochar su pantalón, Zero entornó los ojos al ver como Kaname dejaba libre su miembro, el cual ya estaba erecto, a tan sólo unos centímetros de él, considerando que estaba parado frente a él.

 

-No pongas esa cara, no es nada que no hayas visto antes-comentó con burla al ver la cara de susto del peliblanco.

 

-No te atrevas-advirtió al ver como Kaname le acercaba ese pedazo de carne a sus labios.

 

-Zero, recuerda que tú haces lo que yo diga-sujetó con fuerza la cadena unida al collar, jalándo un poco al peliblanco hacia adelante-abre la boca-ordenó presionando la punta de su pene contra los labios del peliblanco.

 

Los ojos violetas no pudieron mirarlo con más odio y rencor que como lo hicieron en ese momento. Negándose a abrir la boca y cerrando sus labios con fuerza.

 

-Abre la boca Zero-ordenó nuevamente, pero el peliblanco, sólo negó con la cabeza sin apartar auquella fiera mirada-sabes que tengo el poder para obligarte, pero quiero que lo hagas tú, que tal si por no obedecerme a Yuuki le pasara algo-dijo con malicia.

 

Zero escuchó el nombre de Yuuki, sabiendo que tendría que seder, pues Kaname era capaz de todo, y él no pondría a Yuuki en peligro, no otra vez.

 

Guiarme por tus palabras, fue mi triste perdición

 

 Entreabrió sus labios, cerrando los ojos para no mirar, mientras el pelinegro presionaba para entrar en su boca.

 

Movió sus caderas de adelante hacia atrás complacido al ver como su miembro entraba y salía de esa deliciosa boca, sintiendo la húmedad y el roce con esa bendita lengua que le provocaba exquisitas sensaciones.

 

Los ojos de Zero permanecieron fuertemente cerrados, dejando que ese pedazo de carne entrara y saliera de su boca con mucha dificultad, pues sentía que ya no podía más, tanto física como emocionalmente, aquella era la peor tortura a la que pudieran someterlo.

 

Aprovechando que el pelinegro ya no sostenía la cadena que apricionaba su cuello, echó su cabeza hacia atrás deteniendo las acciones de Kaname y liberando su boca.

 

-Zero-llamó el pelinegro un poco molesto por dejar de sentir tan maravilloso placer, pero tan excitado que sólo quería sentirlo de nuevo.

 

-Ya no...ya no lo hagas-suplicó respirando con dificultad, sus hermosos ojos viletas vidriosos, un poco de saliva escurriendo de la comisura de sus labios y sus mejillas sonrojadas.

 

Kaname se quedó sin aliento al ver tal imágen, acercándose de nueva cuenta al peliblanco y sujetándolo del cabello con firmeza pero sin lastimarlo.

 

-Cómo no hacerlo si lo pides de esa manera?-la expresión de Zero era tan tierna e inocente que sólo le resultaba una tentatción mucho mayor.

 

Delineó con su dedo índice los apetecibles labios, contemplandolo por un momento, pero en seguida retomó su acción anterior, introduciendo su miembro de nueva cuenta en la boca del peliblanco e iniciando un vaivén de caderas est{a vez m{as violento.

 

-Mmm... Zero...-jadeaba levemente, moviendo la cabeza del peliblanco al ritmo de sus caderas, de la forma que más placer le provocaba.

 

Las lágrimas adornaban su sonrojado rostro, sin oponer resistencia alguna dejaba que su verdugo lo humillara de aquella forma esperando que acabara lo entes posible y que al estar satisfecho lo dejara en paz. 

 

Intentaba soportar el castigo lo mejor posible, prácticamente atragantándose con lo que estaba en su boca, probando sus propias lágrimas, haciéndolo sentir más miserable. Entreabrió sus ojos para mirar al pelingro, encontrándose obviamente con una expresión de placer, pero sobre todo con unos hermosos ojos que relucían y brillaban con un rojo escarlata intenso.

 

Perderme en tu mirada

me hizo recordar que no soy nada.

 

Sus miradas se  conectaron, Zero se sentía intimidado por el intenso color rojo, aunque también quería morder al pelinegro y haerlo sentir aunque sea un poco de el dolor que él sentía, más sabía que si lo hacía el castigo sería todavía peor.

Mientras tanto Kaname sintió un placentero escalofrío recorrer su espalda. el simple hecho de saber que Zero lo estaba mirando lo hacía enloquecer, lo que apresuró su orgasmo.

 

Un placentero gemido salió de los labios del pelinegro, mientras Zero se separaba rápidamente para no atragantarse con el semen que ahora llenaba su boca, intentó escupirlo, pero antes de que pudiera hacerlo la mano de Kaname lo sujetó por la barbilla, levantándole el rostro y obligándolo a beber todo el líquido.

 

Pareciera que Kaname estuviera totalmente dominado por la lujuria, pues las secuelas del orgasmo a penas estaban pasando y él ya se estaba excitando de nuevo al ver a Zero beber su semen.

 

Aunque se sentía profundamente humillado, también estaba aliviado de que aquello hubiera terminado. Aún podía sentir aquel sabor en su boca y por su puesto la insistente e intensa mirada sobre él,

 

-Eres exquisito Zero-besó su cuello descendiendo lentamente, al mismo tiempo que lo liberaba de las cadenas.

 

In concientemente Zero se sujetó a kaname en cuanto estuvo libre, el pelinegro lo recibió gustoso rodeando la esbelta cintura y acercándolo más a él, claro que el abrazo sólo duró mientras Zero se recuperaba y volvía en si para separarse de inmediato.

 

-Esto a penas empieza-lo cargó con mucha facilidad y lo colocó en la cama, subiendose sobre él y sujetando sus manos sobre su cabeza-o es que ya se te ha olvidado que me desafiaste?

 

-Ya fue suficiente... no te ha bastado lo que ya me has humillado?-aunque sus palabras estaban llenas de rencor su expresión era de súplica.

 

-La pregunta es si a ti te ha bastado?-besó superficialmente los labios del peliblanco-vas a aceptar sumisamente tu destino y a desempeñar correctamente tu papel de esclavo?

 

-Jamás!-dijo entre dientes, expresando su molestia hacia el comentario y haciendo que esa mirada desafiante que tanto le gustaba a kaname brillara con intensidad.

 

-No esperaba menos de ti-complacido por la respuesta ató las manos de Zero a la cabecera de la cama.

 

Rápidamente sus manos desabrocharon el ajustado pantalón negro que zero usaba, deslizándolo hacia abajo, ni él mismo podía creer lo excitante que le resultaba desnudarlo, y más aún ante esta hermosa mirada violeta.

 

Acarició las piernas desde el tobillo hasta los muslos, masajeando suavemente. En seguida introdujo su mano debajo del bóxer palpando el miembro del peliblanco que poco a poco comenzaba a despertar.

 

-encuentras alguna satisfacción en esto?-preguntó intentando disimular su sonrojo y conteniendo los gemidos que querían salir de su boca ante cada caricia sobre aquella parte tan sensible.

 

-No tienes una idea-dijo con una sonrisa, para en seguida deshacerse de los boxers para poder maravillarse con ese cuerpo escultural.

 

En un movimiento un tanto brusco  volteó al pleiblanco, dejándolo boca abajo. Zero a penas si tuvo tiempo de recargarse sobre sus antebrazos, ya que al estar atadas sus manos casi no podía moverse.

 

No pudo evitar temblar al sentir las frías manos de Kaname recorrer con descaro su cuerpo, acariciando su espalda, rodeándolo por detrás y entreteniéndose con sus pezones, besando y mordisqueando su piel hasta marcarla.

 

Quería gritarle que era un maldito desgraciado! que le quitara sus sucias manos de encima o le rompería la cara, pero bien sabía que no podía hacerlo y decirlo sólo le daría más satisfacción a ese maldito demonio.

 

-Mmmm-mordió con fuerza su labio inferior para no gritar cuando la lengua del pelinegro recorrió la parte externa de su entrada, al tiempo que sus nalgas eran separadas para tener un mejor acceso.

 

Fue como si todo aquellos sucediera de la manera más lenta y tortuosa posible, ya no sabía ni que era lo que pasaba, entre el placer inmenso que sentía y por más que trataba no podía dejar de sentir, el asco que le provocaba ser tocado de aquella manera y el que se provocaba el mismo por disfrutarlo, el odio hacia Kaname que crecía cada vez más y el recuerdo de Yuuki que no dejaba de atormentarlo, lo obligaron a tirarse en la cama y cerrar los ojos en un intento por olvidarse de todo.

 

-No, no, no, Zero-levantó el trasero del peliblanco, para esta vez comenzar a introducir dos de sus dedos y simular la penetración.

 

-ahhh...-esa acción lo hizo volver en si, no importaba lo que hiciera, no lograría escapar de su triste realidad.

 

-Te dije que esto recién comenzaba, no puedes cansarte tan rápido-apresuró el movimiento de sus dedos, hasta dilatar la estrecha entrada.

 

-De…tente…-ya no podía más que aferrarse a las sábanas, escondiendo su rostro entre ellas mientras el pelinegro terminaba la preparación.

 

Sin borrar la sonrisa de su rostro al ver todas las reacciones de Zero ante su contacto, acercó sus labios hasta el oído del peliblanco, tan sólo para susurrarle…

 

-Mío, solo mío…-frotó la punta de su miembro contra la entrada del peliblanco, jugueteando antes de entrar, empeñándose en mirar el rostro de Zero mientra lo hacía.

 

Por su parte Zero intentaba apartar su rostro, huir de la mirada escarlata, pero sin poder hacerlo.

 

-Destroza mi orgullo...llévate mi dignidad, mancilla mi cuerpo, haz lo que te plazca pero jamás tendrás mi corazón…-fue lo único que pudo decir antes de que Kaname lo penetrara con fuerza.

 

Obviamente aquella violenta intromisión le decía que el pelinegro estaba molesto por sus palabras, de alguna forma y a pesar del dolor físico, eso le hacía sentir un poco mejor, pero por otra parte, se preguntaba por qué era tan estúpido como para hacer enojar al mismo diablo.

 

-Como quieras-dijo con malicia, pero sin borrar ese tono de molestia en su voz, pues pese a todo su poder, sabía que esa era la única cosa que probablemente nunca podría tener, el corazón de Zero, lo que más anhelaba y para su desgracia siempre le sería negado.

 

 Kaname deslizó su lengua por la blanca espalda, mientras lentamente su miembro entraba hasta el fondo, deleitándose con el pequeño grito que Zero no pudo contener, con sentirlo temblar bajo sus manos y por su puesto con la resistencia que el cuerpo contrario no dejaba de oponer.

 

-Ahhhh…nh…-gemidos que marcaron su orgasmo, mientras intentaba ahogar sus gritos con la almohada, para después quedar totalmente rendido sobre la cama.

 

La deliciosa presión que ahora se ejercía sobre su miembro en esa estrecha entrada lo estaba volviendo loco, lo que lo hizo embestir con más fuerza, haciendo gritar nuevamente al peliblanco.

 

-“Creo que ya he perdido mi cuerpo
Que ya no queda nada ni siquiera tiempo
No pienso ni siento”-pensaba Zero mientras su interior era invadido una y otra vez sin la más mínima piedad y esas manos pecadoras acariciaban su vientre descendiendo lentamente.

 

De pronto las embestidas se detuvieron, pero su cuerpo no podía dejar de temblar, el pelinegro lo hizo darse la vuelta para quedar frente a frente, y él sólo pudo lanzarle una mirada suplicante, rogando por que se detuviera.

 

-No tienes una idea de lo hermoso que luces en ese estado-abrió por completo las piernas de Zero y volvió a introducir su miembro lentamente, y sin perder tiempo probó los labios jadeantes que parecía que le pedían ser besados, pero para él cada mínima parte de ese adictivo cuerpo le pedía ser tocada y besada.

 

Esta vez sus caderas se balanceaban en un movimiento suave y gentil, provocando una deliciosa danza de puro placer, lento pero profundo, delicado pero certero, tanto que el propio Zero participaba al estar tan hundido en ese maldito placer y sin importarle más los gemidos salían uno tras otro totalmente descontrolados de sus labios.

 

Kaname se sentía en la gloria, ver que Zero movía sus caderas para que la penetración fuera más profunda, sus ojos fuertemente cerrados y esos deliciosos labios gritando su nombre era simplemente divino…

 

Unos ojos verdes  observaban la escena, no podía creer que Kaname estuviera con ese mortal, un simple humano interfería entre él y la persona que tanto amaba.

 

-Eres una molestia Kiryuu Zero-sus ojos ardieron de rabia al ver a la pareja que descansaba sobre la cama compartir un beso, un beso que no fue forzado, un beso que no fue robado, tan sólo un beso…

 

Un beso dulce amargura que por tus labios pasaba, dulce esperanza que por mi alma resbalaba.

 

Un beso que dulce palabra ¿pero qué es en realidad un beso? Un juramento hecho de cerca, una promesa precisa, una confesión que se confirma.

La "o" de la palabra amor un secreto dicho en la boca, no al oído, un momento que zumba como abeja, una comunión con sabor a flor, una manera de respirar el corazón y de escuchar el corazón sobre tus labios.

 

 

 

Notas finales: Espero les haya gustado y No me maten si vuelvo a tardar, jeje.

Sayonara!!!!!!!!!!

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