CAPÍTULO 4 “ETERNIDAD”
Solo no vas a estar. Tienes mi fuerza, la eternidad para arrepentirte de estar conmigo.
Todo se resumía a protegerla. Siempre. Pero estoy cansado de ello. Por una vez desde mi despertar, hay algo que me importa. No quiero perderlo. No puedo perderte sin haberte tenido. Esa es la verdad, Zero.
Y todo comenzó, de una forma muy precipitada... casi la mato a ella, por conseguirte.
-¿Qué quieres de mí, Kuran Kaname?- pregunta el cazador, mirándole con rabia- ¿qué vas a hacer con Yuki?
-Yuki, permanecerá encerrada, ya te lo dije- se acerca hasta sus labios- eres mío, aunque sea por la fuerza.
-¿Piensas que de esa forma vas a doblegarme?, que iluso eres- dice el cazador esbozando una leve sonrisa.
-Sé que eso no bastará, pero estoy dispuesto a lo que sea, con tal de conseguirte, ten por seguro que no son mentiras.
-No mientes a menos que no quieras dañar a Yuki- Zero se suelta de sus cadenas- no pretendas cambiar algo que ya no puede ser- cae al suelo, a los brazos de Kaname.
-¿Por qué tienes tanto miedo?, convirtamos esta locura, en lo más dulce que exista- el castaño besa sin previo aviso al cazador.
Zero se resiste al principio, pero a medida que se iba profundizando el contacto y ese cuerpo que supuestamente debía ser tan frío, había una calidez oculta, que le impedía alejarse.
-No temas, Zero- dice el sangre pura al oído- no voy a lastimarte más de lo que Yuki lo ha hecho contigo.
Ahora lo recordaba. Cuando ella no sabía de que era un vampiro, lo llamó,”ser irracional”, un monstruo que daba miedo y pavor. Sin duda tengo la piel de un asesino despiadado y sin misericordia. Sin embargo, quiero aferrarme a esta luz que se ha encendido en mis ojos, a este calor que emerge de mi corazón, a mis manos que son incapaces de alejarle. A su sangre, que se ha convertido en mi mayor anhelo. En una verdadera prisión.
-Si vas a aprisionarme de esta forma, no me dejes escapar, porque no volverás a verme nunca más.
-Claro que no te dejaré escapar, Zero- Kaname abraza fuertemente ese cuerpo que antes le parecía tan lejano tener a su alcance.
-¿Soltarás a Yuki?- se separa el peliplateado para enfrentar al sangre pura- ella no tiene recuerdos, no puede hacer más daño.
-Por más que le haya borrado sus recuerdos, sobre ti, todavía te recuerda de alguna forma- mira hacia la puerta- cuando ya no sea un peligro, la dejaré libre.
-El director no lo va a permitir, te cazará.
-Sé que me odia, como muchos lo hacen, pero desde que fui despertado de mi letargo, nadie había sido más importante que Yuki- le acaricia el rostro- no tengo que seguir protegiéndola tanto, si tú permaneces cerca, ella te destruirá.
-No es verdad- mira al suelo- ella me salvó en todos los sentidos que tiene esa palabra- recuerda- Yuki es como una rosa de plata escarlata, con espinas que te hieren si la tocas, al igual que sus palabras, pero también te salva con sus acciones.
-No te preocupes por la princesa Kuran, ella no morirá tan fácilmente- cierra los ojos por un momento y rememora su infancia- porque ella es… mi hermana.
Así, como siempre lo deseé. Una rosa de plata escarlata que se va deshojando al contacto. Se va abriendo y cerrando como un botón que no está preparado para la batalla.
Sí, muy pronto, será la gran batalla. Ya mis palabras no podrán contener la corrupción del consejo y alguien más que un vampiro, tendrá que ayudarnos a combatirlo.
Por más que sea un vampiro sangre pura y eso me permite ser más fuerte que los demás, no soy del todo infalible. Cualquier ataque con un arma anti vampiro me convertirá en un montón de polvo que se lo llevará el viento.
-Entonces, quiero verla, otra vez.
-No, no puedes hacerlo, Zero.
-Lo haré, quieras o no- se zafa del abrazo del castaño y se va del calabozo, en búsqueda de Yuki.
Zero, ¿quién es Kiryuu Zero?... ese chico de mi sueño, que se lastima su cuello, borrando aquella marca del vampiro que mató a su familia... sí, ese es él... a pesar de que yo... fui la que más le lastimó. Siempre ha estado a mi lado, cuidándome.
Y ahora, ¿qué me hará Kaname-sempai?, tengo miedo... de los vampiros. Temo que puedan lastimarme y la ironía de la vida, yo también soy uno de ellos... así es... soy hermana de Kaname-sempai, con el que creí que iba a casarme, así como lo hicieron mi padre y mi madre. Fue sólo el sueño de una niña, que admiraba a su hermano, más que a nada, más que a nadie.
Sí, se me dio la oportunidad de vivir como un ser humano normal, lo más que pudiera durar. …l no tuvo el mismo destino. Aún así, le admiraba, le miraba desde lejos, apenas podía decir su nombre y mi voz se quedaba atrapada en mi garganta, como un ataque de nerviosismo que me fue carcomiendo lentamente durante todos estos años.
Kaname-sempai, me salvó de lo que más odio. Kaname-sempai, me convirtió en lo que más temo. …l completó mi despertar vampírico. Lo hizo al beber mi sangre y dándome a beber la suya. Somos iguales. Aquel triángulo, al fin se había cerrado.
Puede que hayas borrado mis memorias de Zero. Pero, él ha sido muy importante para mí. Más de lo que imaginaba. Por esa razón, no puedo verles juntos.
-Yuki, ya deja eso- el director le quita el cuchillo de las manos- no sacas nada con herirte, las marcas se borrarán.
-Sólo si bebo sangre, director- respondo cansada- ¿cuánto tiempo durará todo este castigo, padre?
-Yo me encargaré de cazar a Kuran Kaname- dice el director, seguro de sus habilidades de cazador.
Kaname-sempai, su mirada siempre era de alguien que estaba sufriendo. No sabía qué era lo que pensaba o sentía. Sólo le observaba de entre las sombras, pretendiendo que le conocía más que a nadie. Jamás se me ocurrió que teníamos la misma alma, partida por la mitad. Que viviríamos de lo mismo. Que Yuki Cross quedaría enterrada en mi interior y me convertiría en Yuki Kuran.
-…l no haría eso- aprieto las sábanas mientras la sangre escurría hasta mancharlas- Kaname-sempai, no me haría tanto daño.
-Yuki, es momento de que le veas tal cual es- le abraza- sácate la venda que tienes en los ojos y vele tal cual es.
-Papá, no puedo hacer eso- comienza a llorar- quiero ver a Zero, otra vez.
-…l ahora es prisionero de Kaname, no creo que puedas verle.
-…l vendrá a verme, estoy segura de ello.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque lo conozco, papá.
Zero se fue hasta el dormitorio de la clase diurna, buscando a Yuki. No creía que tuviese a su hermana encerrada en un calabozo, frío y solitario.
Aunque el cazador, estaba muy confundido. Desde hacía algunos meses, todo fue cambiando con brusquedad. Había notado que el sangre pura le miraba más de lo necesario.
Que había una especie de aura malvada cuando otra chica, se acercaba a él. En fin, tantos detalles que no tenía ganas de pensar, ya que eran demasiado largos y le aburriría.
-Voy a estar bien, director- la castaña aleja a su padre del abrazo.
-Tengo que ir a terminar de ajustar el cambio de unos estudiantes, vendré a verte más tarde- se lleva el cuchillo con él- descansa- sale de la habitación.
Zero, presiente que en su antigua habitación, había alguien dentro. Estaba seguro que era ella, a quien estaba buscando. Por lo que giró el pomo de la puerta y allí la vio. Con su pijama amarillo que era un vestido. Sostenía su arma, aquella pistola con la que tantas veces se había enfrentado a otros de su especie, y algunos, eliminó.
-¡Yuki!- el peliplateado la encuentra en su habitación, sosteniendo su arma, su rosa sangrienta- no lo hagas, Yuki- digo para impedir que dispare.
-Ze...ro, todo estará bien- dice la castaña, con su rostro cubierto de lágrimas.
-Yuki- se acerca y le abraza- ¿cuántas lágrimas más vas a derramar por él?
-Todas las que tenga, hasta quedarme seca- se aferra al cuerpo de Zero, llorando amargamente.
-Yuki, sí, lo mejor es que olvides todo- miró hacia la ventana y vio la figura de Kaname, quien estaba esperando para terminar su labor- si tanto te hace sufrir, prefiero que no recuerdes nada, de nosotros- la suelta y Kaname afirma a Yuki, y le abraza, borrándole todos sus recuerdos, los de esos meses de tanto dolor.
-Mi querida Yuki, descansa- dice el castaño, dejándola recostada en la cama.
Así fue pasando el tiempo. Yuki pudo volver a sonreír y sus recuerdos, fueron borrados de su mente para ese propósito.
Mientras que Kaname y Zero, de a poco, fueron forjando su relación de pareja. Ahora cada vez que aparecía en público, las chicas lloraban por haber perdido a ese chico de la clase nocturna, por alguien tan apático y que sólo daba miedo al acercarse, como Zero.
Y en uno de sus tantos encuentros...
-Si Hiou Shizuma no te hubiese convertido en un vampiro, yo lo habría hecho- confiesa Kaname a Zero, mientras se reponía de una activa sesión de “conocimiento mutuo”
-Si algún día, me tocara cazarte, también lo haría- responde Zero, muy serio.
-Aunque seamos una clase más alta que los seres humanos, seguimos siendo frágiles como ellos, sólo contamos con ciertas ventajas que otros no tienen.
-Eres un egoísta, lo sabes.
-Prefiero tenerte por toda la eternidad, que verte morir frente a mis ojos sin poder evitarlo.
En lo más oscuro de la noche,
Puedo sentir tu llamado,
Nuestras almas unidas están,
Más de lo que desearía.
En el silencio más profundo,
Seguiré contando melodías inmortales,
Donde los malos, se mimetizan,
Cambian y se transforman,
Para mantener su esencia malvada.
Pobre mi pequeña y dulce rosa,
Que yaces teñida de sangre,
Y al ver tus pequeñas alas rasgadas,
Reafirmo la necesidad de salvarte.
Sí, de salvarte o condenarte,
A un calabozo frío y solitario,
Donde no puedas ver jamás la luz,
Aquella que no podrá matarte mi amor.
Mi pequeña y dulce rosa,
No pretendas alzar el vuelo,
Que soy más fuerte y poderoso que tú,
Te mantendré atada a esta tierra,
La cual aprenderás a odiar,
A menos que ya lo estés haciendo.
Pobre y dulce princesa,
Eres como un ave que está herida,
Tirada en la mitad del camino,
Sin agua o alguien que venga en tu ayuda...
Fue así, como comenzó nuestra historia... pero ahora, tenemos que tomar una decisión que le pertenece a cierto mago rubio, arrogante y niñera de otro mago a quien aparentemente odia.
-¿Quieres que lo convierta, en un vampiro?- pregunta Kaname sosteniendo el cuerpo malherido de Harry- esta decisión caerá en tus manos, decide antes que él, muera sin que puedas ayudarle.
Draco pensó unos minutos su decisión y todas las posibilidades de que sobreviviera, eran casi nulas. No se imaginaba una vida, sin cara-rajada Potter y sus peleas.
Tampoco a otro mago que pueda enfrentar la batalla contra Voldemort.
-Sí, hazlo, convierte a esta molestia, en un vampiro- responde con voz firme, mirando a ese chico de ojos verdes que sólo la noche anterior, le había besado- sálvalo, sangre pura.
Continuará...
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