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Santo pecado por Aphrodita

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Santo pecado


Aphrodita


CAPITULO 2...


Shun se quedo dentro del Sexto Templo a la espera de Shaka, necesitaba hablar con el ¿Pero como? ¿Cómo haría para preguntarle algo tan personal? Aun mas ¿Con que fin Andrómeda necesitaba saber algo que no era de su incumbencia?.
Luego de bañarse y prepararse un te, el peliverde se sentó en el amplio sillón, dentro de poco la noche caería.
Virgo llegó con suma tranquilidad y Shun, intentando encontrar las palabras correctas pronuncio:

--Vino Muu...
Andrómeda no pudo apreciar el rostro de temor que porto el rubio quien nervioso preguntó:
--¿Muu?... —No, si su día no podía ser mejor... Lo ultimo que le faltaba.
--Si... Y estaba muy enojado... —Dijo el peliverde dando un sorbo a su te con toda la intención de descubrir la condición de los dos.
--¿Si?...—Pronuncio Shaka por compromiso, la voz le tembló un poco.
--¿Por qué podría estar enojado?... – Pregunto Shun sin reparo.
--El... Siempre esta enojado... —Sentencio Virgo dejando a la vista su molestia. –Ultimamente... ¡Siempre!.
--¿Y por que será?... –Andrómeda sintió que estaba cerca de escuchar aquello que necesitaba saber y que al mismo tiempo le temía... Pero el rubio no era tonto y noto el creciente interés del peliverde.
--Shun... —Pronuncio Shaka con una sonrisa de inocencia falsa --¿Qué es lo que quieres saber?
--¿He?... –Shun se sintió desubicado, se levanto del sillón con la taza en su mano y toda la intención de escapar a la cocina. –Lo siento yo...
--¿Te da curiosidad nuestra situación?—Pregunto Virgo con infinita tranquilidad.
--No... No quiero que pienses que...
--¿Lo quieres saber o no?—Presiono el rubio.
--Pues... Solo si tu quieres... Digo, se que no es mi...
--¿Si? O ¿No?... –Una sonrisa de triunfo surcó sus labios cuando Andrómeda de la presión soltó un si, entonces Shaka continuo hablando –No sé que somos... Eramos algo... Lo somos pero sé esta comportando de una manera tan extraña... Me supera por momentos.—Dijo Virgo bajando su vista y negando con su cabeza.
--¿Tu?... ¿Tú lo quieres mucho?
--Con locura... –Susurro el rubio suficientemente audible y se quedo observando el rostro de su pupilo, en parte había adivinado sus intenciones y el “por que” de su interés.

El peliverde en cambio sonrió tiernamente y se encamino rumbo a la cocina para llevar de una vez esa dichosa taza. Entonces, por lo que había dicho Shaka, él y Muu eran algo mas que amigos en el pasado... Bueno, eso no fue precisamente lo que dijo Virgo, pero Shun prefirió quedarse con eso y no ver lo que realmente era.


***


Shun desconoció los motivos pero el entrenamiento que tuvo por delante le pareció pesado, agotador, tortuoso... Era comprensible si se tomaba en cuenta que estaba siendo entrenado por Shaka, pero... Ya era mucho, además del cansancio físico también se le sumo el emocional, la necesidad de estar entre sus seres queridos, la necesidad de afecto y calor... Por que sin dudas la relación Maestro – Discípulo con Virgo distaba mucho de ser una unión fraternal... En pocas palabras Andrómeda se sintió solo y con la necesidad de escuchar las voces de sus amigos y hermanos del alma... Pero... El se había ido allí para escapar justamente de eso... ¡Dioses! Se sintió tan confundido. Cada día, cada noche que pasaba el peliverde lloraba lagrimas de angustia ¿Qué estaba pasando con el? ¿Qué había echo mal? Quizás, escapar de sus problemas no fue la mejor solución... Y encima ese ser rondando cerca, ese pelimorado con su paz y tranquilidad... Esa paz y tranquilidad en la que Shun fue en su búsqueda, en la que quiso perderse. Penso que lo encontraría en un lugar y no en una persona, menos en una persona comprometida con aquel que despertaba su admiración.
Era muy temprano en el Templo de la Virgen y Shaka no estaba, Shun despertó solo y se sorprendió, quizás había salido muy temprano. Se levanto y desayuno, aprovecho que no tendría entrenamiento para sentarse en las escalinatas de la Sexta Casa a disfrutar de la agradable brisa cuando justo, en su peor momento apareció el dueño de sus tormentos... Y nuevamente aquellas palabras que Muu comenzaba a odiar:

--Shaka no esta... –Pronuncio Andrómeda poniéndose de pie para ingresar al Templo, penso que así escaparía de Aries pero en cambio este, luego de soltar un suspiro de resignación lo acompaño.

El peliverde volteo y le dedico una mirada seria que el pelimorado no pudo descifrar, siguió caminando a paso lento, adentrándose cada vez mas, y detrás de él Muu que lo siguió como imantado a él.
Ninguno de los dos quiso hablar, pero el silencio era pesado.

--¿Qué quieres?... –Pregunto Shun con toda la intención de que se vaya pero Aries se sinceró:
--A ti... Te quiero...

Andrómeda volteo y siguió caminando ignorando aquellas palabras, en su corazón se debatieron muchas cuestiones entrelazadas con sus principios, con Shaka y con su corazón. Llego a la cocina y se apoyo contra la mesada quedando frente al pelimorado, quien permaneció con la misma calma de siempre... Dioses... ¿Tenían que estar solos?... Por Aphrodita que Virgo apareciera pronto para evitar lo inevitable.
Muu se acerco peligrosamente al peliverde, cuando este levanto su mano y acaricio su mejilla, noto los ojos de Aries llenos de dolor y despecho... Shun se sintió contagiado por esta angustia, pero aun así no haría nada mas, salvo... Salvo que...

--Será mejor que me vaya... —Pronuncio el pelimorado con la voz ronca y cerrando sus ojos, aquella cálida mano en su mejilla era un bálsamo de tranquilidad para su agitado corazón.
--No quiero que te vayas... –Dijo Andrómeda en un dejo de sinceridad, eso fue el pie para que Muu acercara aun más su cuerpo hasta tomarlo por la cintura y abrazarlo. Se quedaron en ese estado preguntándose ¿Por qué irrumpes en mi vida, justo en este momento?

Shun temió que si no hacia algo pronto ya no hubiese vuelta atrás, pero sus actos se alejaban mucho de evitar la situación: Llevo sus brazos hasta el cuello de Aries y con una mano soltó la coleta de pelo permitiendo que el largo y lacio cabello morado de aquel hombre se desparramaran por sus hombros, dándole un aspecto aun más bello y deseable.
Ambos suspiraron e intentaron no mirarse, Andrómeda hundió su cabeza en el pecho del pelimorado mientas este, con la barbilla sobre su hombro se preguntaba si era correcto lo que estaba sucediendo, si era justo... En parte, lo que estaba pasando iba en contra de sus principios: “No le hagas a los demás, lo que no te gustan que te hagan”... Pero su rubio ya lo había hecho con Saga y solo los Dioses saben con quien más.
Muu trago saliva con dificultad y acerco su mejilla a la mejilla del Santo de Bronce, este se estremeció al contacto aun más cuando vio los labios de aquel hombre entreabiertos, invitando la invasión. El inevitable contacto de bocas llegó, nervioso, prohibido, anhelante. Nuevamente Aries probo aquellos labios sonrosados y suaves, mordisqueándolos, saboreándolos hasta que el peliverde se separo de aquella boca:

--No... No Muu... –Suplico el pequeño pero ya era demasiado tarde, todo su ser estaba dedicado a ese hombre. –No... Por favor...

Aries no lo escucho y siguió besándolo, Shun no lo soporto mas, aquello era algo que venia deseándolo aun más de lo que supuso, volvió el beso mas apasionado y prohibido, un calor los invadió y estaban a punto de atravesar esa barrera, la barrera de lo moral y lo justo, entonces ahí el pelimorado comprendió la situación.

--Espera yo...

Fue Andrómeda el que no escucho esta vez, mientras bajó su mano hasta la entrepierna de su hombre le dedico una mirada que lo dijo todo: ¿Ahora, en este momento me vienes con eso? Era tarde para arrepentirse, Aries lo supo cuando su pedazo se irguió al contacto de aquella mano pequeña. Llevo la mano del peliverde dentro de su pantalón para que la caricia se volviera más profunda, cuando sintió el calor, el pelimorado no pudo evitar un gemido.
¿Era amor? No, era pasión.
El pelimorado ya había quebrado esa barrera, tomando la mano de Shun lo guió por el Templo rumbo al cuarto de Shaka, eso si que era morboso. Entonces Andrómeda comprendió que solo era despecho y la duda lo invadió, pero ¿Por qué ser hipócrita en un momento como ese? Estaba en ese cuarto con aquel hombre que lo estaba desvistiendo y sus miembros clamando por caricias mutuas.
Cuando Muu observo a Andrómeda desnudo y sentado en la cama de su amor, el corazón se le hizo trizas... Sin duda se estaba comportando como la peor basura, pero... El dolor era tanto, el despecho, la necesidad de sentirse deseado.
El peliverde noto en los ojos del tiempo de aquel hombre la duda y la culpa, antes de que se arrepintiera tomo su descomunal pedazo y se lo llevo a la boca... Dioses... Hacia cuanto tiempo deseaba tener un pedazo en su boca, deleitarse con el agradable aroma a semen, saborear lo salado, sentir en su paladar la suavidad de aquella piel y la dureza del miembro. Shun realizo una mamada de antología preso de la pasión y la lujuria, lo prohibido despertó en él su lado más salvaje.
Aries se dejo llevar por aquel trato y estirando su cabeza hacia atrás de manera que su cabello acaricio su espalda, gimió sin tapujos y sin restricciones. Andrómeda observaba su rostro embelesado con la vista de ver aquel hombre dominado por la pasión que despierta lo prohibido.
El pelimorado no lo soporto mas y tomo a su compañero para ponerlo de pie y voltearlo de manera que sus rodillas quedaron en el suelo y medio cuerpo en la cama apoyado en el colchón con las palmas de la mano. Muu urgió en su intimidad calando sus dedos de manera violenta y dolorosa sin dejar de estimular al peliverde masturbándolo con intensidad, jadeaba en su oído diciéndole lo mucho que deseaba ese momento.

--Ya Muu... Adentro... – Exigio Shun en una suplica.
--Espera... Esta muy cerrado...

Era cierto, Andrómeda era muy estrecho, apenas habían entrado dos dedos con cierta dificultad, ante la ausencia de un lubricante Aries levanto un poco mas el trasero de su amante y dejo que su saliva se deslizara caprichosa por entre medio de las nalgas del peliverde hasta llegar a su entrada. Aquello asqueo un poco al Santo de Bronce pero después le pareció tan morboso como placentero, el pelimorado había utilizado ciertas técnicas que un rubio aplicaba con él en momentos como ese.
Muu siguió calando los dedos que ahora entraban con mas facilidad a causa de la saliva, unos sonidos característicos de los dedos entre aquel liquido que los motivo por igual.

--Ya la quieres ¿No? –Pregunto Aries con extrema lujuria en sus palabras.
--Sí... Por favor... Metemela...

El pelimorado no se hizo rogar y apoyo la punta del glande forzando la entrada hasta que ingreso la punta que comenzaba a babear un liquido espeso y transparente, su mano no dejo un instante de agitar el pedazo de Shun.
Cuando el miembro se enterró hasta la mitad, Andrómeda emitió un grito masculino mientras que Muu se aferro a sus caderas buscando meterla aun más, abriéndose paso a través del conducto, llegó a destino... Aquello era demasiado, esos “anillos” íntimos apretando su pedazo al punto del dolor y esa calidez, la sensación de tener el miembro apresado era placentero.
Aries comenzó a bombear de manera rítmica, lento al principio pero violento después, como castigando al joven por despertar en él algo tan prohibido. El rostro del pelimorado surcado por la lascivia expresaba la necesidad de vaciarse en su interior, justo en ese momento sintió él liquido caliente en su mano, eso endureció aun más el pedazo de Muu y pronto sintió que saldría el néctar de su interior... Se lo hizo saber al peliverde entre gritos, mientras este le rogaba que se lo dejara bien guardado adentro y así fue.
Una explosión y el semen recorrió las entrañas de Shun... Aries dejo caer su frente sobre la espalda de Andrómeda sin dejar de aferrar su cintura clavando sus dedos, mientras que el peliverde buscaba regularizar la respiración.

Un ambiente a culpa y remordimiento se hizo presente en esa habitación, una imperceptible lagrima amarga rodó por la mejilla del pelimorado cayendo por la desnuda espalda de Shun.
En completo silencio y con lentitud se incorporaron, se vistieron sin siquiera mirarse a los ojos. El peso de la traición era demasiado para aquellos desbastados corazones.


***


Shun paso la tarde solo, con sus pensamientos y sus sentimientos de culpa. Lloro amargamente por haber traicionado la confianza de aquel que con el tiempo llego a considerar un Maestro. Lloro por la necesidad de volver el tiempo atrás para evitar lo inevitable, y que doloroso es descubrir que lo echo, echo quedaba. No hubo vuelta atrás y por mas lagrimas y por mas arrepentimiento la situación no cambiaba ni cambiaría, era hora de tomar cartas en el asunto, Andrómeda lo tenia decidido... Al fin y al cabo era lo ultimo que podía hacer por Virgo.
Virgo llego y el peliverde no tuvo coraje para mirarlo a los ojos, camino con duda hasta donde el rubio dejaba su campera y con voz titubeante intento dialogar:

--Shaka... --El aludido volteo para escuchar al joven, quien prosiguió: --Antes que nada... Quiero agradecerte por todo, no solo has sido mi Maestro, si no mi guía... Me has brindado tus conocimientos y tus secretos... A mí, a quien no le debías absolutamente nada. –Shun realizo una breve pausa para encontrar la calma y con sinceridad siguió hablando --Has depositado tu confianza en mi persona sin dudarlo, algo que antes nadie lo había hecho de esa forma... Yo... Te agradezco sinceramente y espero que aquel día en el que yo ocupe este Templo sea tan digno de el, como lo has sido tu... Pero...

Shaka cerro sus ojos y asintió con su cabeza, supo lo que Andrómeda quiso decirle con esas palabras, y también comprendió que era hora de dejarlo partir, con la conocida calma de Virgo, este hablo con la misma sinceridad que su pupilo:

--Shun... No he tenido un discípulo mas digno que ti en toda mi vida... En cuanto se refiere a entrenamiento ha sido un gusto conocerte, por lo demás lamentablemente no puedo decir lo mismo...

El peliverde se extraño frente aquellas palabras, pero levantando su vista por primera vez le sonrió a aquel hombre que admiraba con devoción y locura, aquel Santo más digno de portar ese titulo. Shun necesitó decirlo:

--Yo... Me iré... Vuelvo a Japón... Pero eso no quiere decir que no te llevo con migo en mi ser y en mis principios... Junto a mi Maestro Albiore y sus enseñanzas estas tu...
--Veo que has madurado... –Dijo el rubio con una sonrisa –Has comprendido que escapando de tus problemas nada se soluciona.
Shun se guardo la sorpresa de ser descubierto, pero eso era tan cierto.
--Si, es cierto... Por eso mañana vuelvo para afrontarlos... Al fin y al cabo la supuesta cura fue peor que la “enfermedad”... –Una media sonrisa de tristeza surco sus labios.

Shaka asintió comprendiendo los sentimientos de Shun y su confusión... En ese momento lo perdono. Para Andrómeda la vista de aquel hombre dolió, verlo y saber lo que horas atrás había hecho era el mejor castigo para él, quedarse con sus culpas guardadas.


***


A la mañana siguiente Shun abandono el Santuario sintiéndose agradecido por la hospitalidad rumbo al aeropuerto de Atenas. En la Sexta casa del Santuario dos Santos Dorados tenían una discusión crucial:

--Shaka... Por favor... —Escupió Muu las palabras de pie en la sala del Templo --¿Qué me vas a decir? ¿Que solo fuiste a saludar a Saga? –Pregunto con indignación cruzándose de brazos.

No podía creerlo, suficiente había tenido en el pasado con el fantasma de Géminis rondando en su relación. Sus comienzos con Shaka fue tormentoso debido a la constante presencia de Saga en sus vidas, y ahora iba de “visitas” a su Templo... ¡Ja!... Sí, claro, ¿Cómo no?

--Eres un celoso sin remedio Muu... –Virgo se molesto por la acusación de su hombre, pero pudo comprender sus sentimientos.
--¡Contéstame! ¿Qué fuiste a hacer al Templo de Géminis? –Exigió Aries con enojo.
--¡Si tu ya has sacado tus propias conclusiones!... –Exclamo el rubio con enfado poniéndose súbitamente de pie --¿Para qué quieres saberlo?... Tan seguro estas, que ni siquiera confías en mi...
--¿Y esas visitas al Ala Norte?... –Volvió a inquirir Muu observándolo con desprecio --¡Ja! ¡¿No me digas que conmigo y Saga no te basta?!... –Eso había sido muy hiriente.
--No me provoques Muu... O te golpeare...
--¡¿Y esas excusas del Patriarca?! Seguro que era para poder ir sin culpas ¿No?... –El sarcasmo y la bronca estaban impregnadas en las palabras de Aries.
Shaka comenzó a caminar alejándose de su hombre, pues si se quedaba allí escuchando aquello lo golpearía.
--¡Shaka! ¡No escapes! ¡Por todos los Dioses!... –Exclamo el pelimorado impotente al ver la despreocupación de Virgo, este volteo increpándolo con la voz elevada:
--¡¿Me vas a escuchar?! ¿¡O piensas seguir con tus conjeturas de manera hiriente y despectiva!?
Muu bajo los humos sintiéndose extraño.
--¿A ver? Dime... —Dijo mas tranquilo.
Shaka tomo aire y comenzó a hablar:
--El Patriarca me mando a una misión... En la ciudad de Kuan Yuen, provincia de Shi Chuan... Para ir a ver si la maldición de la Gorgona sigue en pie en aquel lugar. *
--¿Y eso que tiene que ver con... ?... –Interrumpió Aries confundido pero Virgo se le adelanto.
--Déjame terminar... –Exigió autoritariamente. –Por eso he ido al recinto del Patriarca asiduamente... El tema era que... –El rubio bajo su vista y entrelazo sus dedos –Debía ir a ese lugar junto a Saga... La misión era para los dos...
--¿Y por que no me lo has dicho?...
--Espera, aun no acabo... No te lo he dicho por que es una misión secreta, como la mayoría. –Shaka soltó el aire de sus pulmones sintiendo que se estaba quitando un gran peso de encima –El punto es, que yo me rehuse...
--¿Por qué?...—Pregunto el pelimorado con curiosidad, necesito sentarse, así que se acerco hasta el sillón.
--Que pregunta Muu... –Pronuncio Shaka con una sonrisa –Iba a estar a solas con Saga por mas de una semana, quizás en un hotel o en una campaña... Me puse en tu lugar ... Y fui al recinto del Patriarca para rehusarme...—Virgo vio en el rostro de su amado el dolor, aun así continuo –Por eso he tenido que ir varias veces, el Patriarca no se canso de citarme, era mi obligación ir... Pero ya no lo es, conseguí como excusa para no ir, el entrenamiento con Shun.

Muu cerro sus ojos pero una lagrima se le escapo al escuchar aquel nombre, aspiro el aire que le falto, se sintió tan mal y tanto se lo mereció... El creyendo que su amor lo engañaba y en cambio este arriesgo su vida rehusándose a una misión por evitar los sentimientos de celos y sus consecuencias. Quiso buscar algo que aliviara su dolor, por eso Aries pregunto con la voz quebrada:

--¿Y esa noche que saliste del Templo? Shun me había dicho... El penso que estabas con migo... –Era lógico, no había citaciones con el Patriarca en la noche.
--Fui a verte... –Respondió el rubio con una sonrisa triste –Quería estar contigo, pedirte perdón por causarte tanto daño... Y contarte esto... La verdad con respecto a los encuentros con Géminis... ¿Sabes? Estuve de aquí para allá, buscando la forma de evitar ese viaje... No puedo mentirte... Si, lo vi a Saga, pero no paso nada... –Dijo con sinceridad en sus palabras negando con su cabeza –Cuando lo vi, no me produjo ningún sentimientos... Ni siquiera dolor, como en antaño... –Shaka miro fijamente a su hombre y acoto --Si te tengo a ti... —Ahora si, su sonrisa era amplia pero igual de triste.
--Pero... —Intento hablar el pelimorado siendo interrumpido por su amor.
--Pero tu no estabas, volví a mi Templo, Shun ya estaba dormido y yo me quite la ropa y me metí a la cama...
--Yo... Esa noche... –Y Muu recordó, y descubrir que su amor estaba siendo sincero fue una daga directa a su corazón –Claro... Esa noche cene con Aldebaran... En su Templo...

Shaka asintió... Nada podía recriminarle a Aries, ya que Tauro era su mejor amigo y una excelente persona en la que confiar.
Ahora las lagrimas de Aries eran torrentes, Virgo se le acerco arrodillándose en el suelo para mirarlo a los ojos, pero el pelimorado le esquivo una y otra vez la mirada.

--Sha-ka... Yo... –Hablar era algo tan difícil para el lemuriano –Mi amor... —Pronuncio en un dejo de profunda tristeza. –Te amo... –El rostro del pelimorado cubierto de lagrimas con los ojos enrojecidos y el dolor pintado en el era demasiado para el Santo de Virgo, lo tomo por el cuello abrazándolo en señal de consuelo y comprendió que ya había sufrido demasiado.
--Shs... –Busco tranquilizar el rubio.
--Yo...—Intento hablar Muu pero cada vez era mas difícil, la voz no le salió y en cambio su garganta se le cerro... Pero necesitaba decirle la verdad, confesarle su engaño.
--Lo se... –Pronuncio Shaka con tranquilidad en sus palabras.

Aries lo comprendió... Levanto su vista y poso sus ojos del tiempo en los luceros celestes de Virgo, y supo que no hacían falta palabras... Había momentos en que no eran necesarias entre ellos.

--Lo siento... Shaka... Lo siento... –Dijo el pelimorado desbastado con toda la sinceridad de su corazón, su voz era un desgarro.
--Es... Solo un crío... Las situaciones se dieron de esa forma... No puedo culparte y a la vez no puedo perdonarte.
--Yo me sentí tan mal que... ¡Dioses!
--Me sorprende de ti Aries... En él lo comprendo, como he dicho antes, es solo un crío confundido... Pude ver su dolor en sus esmeraldas. –Era sorprendente la entereza del rubio... Y en lo mas profundo de su corazón el pelimorado deseo el odio de aquel hombre que amaba, se sintió merecedor de eso como mínimo.
--¿Me... Perdonas?
--Perdonar... Es algo divino... –Susurro Shaka intentando controlar sus emociones y no explotar.
--Yo... Te... Amo... –Dijo Muu posando sus labios en aquella boca que le perteneció y le pertenecería por siempre... Había aprendido la lección, su gurú no dejaba de enseñarle ni siquiera en momentos como ese.
--Lo se... Y si te perdono es por que yo también... Pero no vuelvas a hacer algo por el estilo...

Luego de decir esto, Virgo se puso de pie para alejarse del lugar, y Aries redimido se levanto y camino hasta su Templo sintiéndose agradeció por el inmenso amor de su rubio... Mientras que este lloró lagrimas amargas acostado en su cama y nuevamente se juro no volver a los brazos de Saga nunca mas, supo que el amor de su pelimorado era sincero y que podía entregarse a la relación de una manera mas seria sin temor a enamorarse y sufrir por ello... ¿Quién lo diría? Shun les había enseñado algo antes de partir, que dicho sea de paso, Andrómeda volvió a Japón siendo un hombre con todas las letras, sintiéndose seguro de si mismo y con una lección de vida sobre sus hombros.
Saori emocionada fue en compañía de Tatsumi a esperar a su Santo de Bronce al aeropuerto. En la casa lo recibió su niisan con notable alegría, mientras que Seiya lo miraba con creciente deseo y anhelo de tenerlo nuevamente con él. Shiryu lo saludo nervioso y con culpa... Y presento a su novia... Mientras que Hyoga lo saludo y al mezclarse sus miradas comprendieron que el cariño que se tenían seguía perdurando... No el amor, el amor de dos adolescentes, pero si el cariño fraternal de aquellos dos, ahora hombres, que habían compartido su niñez como hermanos. El peliverde había madurado, y en ese momento se encontraba en compañía de su sangre y sus hermanos del alma, de sus mejores amigos, de sus locuras y mañas, volvió a la Mansión a seguir con su vida.
Shun se había propuesto no involucrarse sentimentalmente con nadie por el momento, pero sí pasarla bien con quien la situación se presentase.
Si, sin duda Andrómeda era todo un hombre, que orgulloso se sintieron su niisan y Albiore al comprobarlo.


*** FIN ***


Gracias por leer, perdón por no traerles algo mejor, por favor comentarios que quiero saber su opinión sobre esta pareja rara.


¡Ha! Me olvidaba: El lugar y la Misión que cita Shaka en el diálogo con Muu es extraído del tomo 10 de Episode G, es el lugar a donde Aioria tiene que ir para derrotar a la Gorgona.


Nos vemos la próxima vez con un Ikki x Shun n_n.


ROSAS...


18/10/2005 06:27:18 p.m.


exclamaciondeathena@hotmail.com

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