Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ley de Intercambio por giovanetta

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: hola, espero que este capi les encante, ^O^
CAPÍTULO VII EQUIVOCARSE CUESTA CARO...


Harry seguía allí, en aquella mansión abandonada. Encerrado contra su voluntad.

La ansiedad se lo estaba comiendo por dentro. Sacó un paquete de galletas y las devoró. Luego sacó unos dos panes y se los comió como si fuera la última vez que pudiera hacerlo.

Si seguía allí, terminaría volviéndose loco...

A los pocos minutos, terminó corriendo al baño. Sentía mucho asco. Si seguía así, nada bueno pasaría.

-Debo salir de aquí, debo irme de aquí- dice y saca su celular del bolsillo. Abrió la tapa y estaba sin batería- no puede ser, precisamente hoy me quedé sin batería- reclamaba tirándolo contra el sillón.

Su vista se fue hacia la ventana. Luego de sacar las sábanas de la cama y hacer una cuerda, decidió que por su propia protección y salud, no le quedaba más que huir por las malas.

Abrió la ventana a punta de golpes con una extraña reliquia de metal. Vio hacia el pavimento. Afortunadamente no era tan alto como pensó.

Sacó el resto de los vidrios que quedaron en el marco de la ventana y amarró la cuerda de sábanas a la pata de la cama. Luego el resto, lo tiró por la ventana, fijándose que quedara a una altura prudente.

-Hora de escalar- dice el moreno, tomando la cuerda y bajando como todo un alpinista.

-¿Le agradó ser alpinista por un día?- preguntó un hombre joven, muy alto vestido de negro.

-¿Qué cree usted?- pregunta el ojiverde.

-Perdió esta partida- lo golpeó con un palo en la frente, consiguiendo que Harry perdiese los 5 sentidos de inmediato.

Aquel hombre, lo llevó de nuevo dentro de la mansión y dejó recostado al incosciente huésped.

Pasaron varias horas y el moreno seguía incosciente. Parecía que nunca más iba a despertar de ese sueño en el cual estaba sumido.

Cuando Harry abrió los ojos, estaba en una habitación.

No reconocía nada de ese lugar. Parecía ser el cuarto de un hotel, ya que a su parecer, sentía que estaba en un sitio muy alto.

-¿Dónde estoy?- pregunta nada más cuando logra enfocar una imagen coherente.

-¿Pensaste que podías escapar de mí?- pregunta Draco, saliendo de su escondite.

-Así que enviaste a unos de tus matones para detenerme- responde el ojiverde a esa figura borrosa frente a él- ¿dónde están mis lentes?

-Al lado tuyo- responde seco- no vuelvas a intentarlo.

-¿O qué?, ¿dejaste la orden de matarme?

-¿Tú que crees?- alza una ceja, confirmándolo.

-¿Por qué simplemente no me dejas ir?- dice sin conseguir nada.

-Porque no me place, eso contesta tu absurda pregunta.

-Tú tienes todo lo que habías perdido por mí, ¿por qué no das vuelta la página y déjame ir?

-Si puedo retenerte y no perder nada, ¿crees que no lo voy a hacer?

-Tu esposa debe estar esperándote.

-Como lo hará toda su vida.

-Tienes un hijo con ella.

-Lo sabías y seguiste yendo.

-Eres lo peor que me ha pasado en la vida.

-Digo lo mismo de ti.

-Desátame- tira del brazo.

-No lo haré.

-¿Ahora tu trabajo consiste en vigilarme?

-Digamos que es mi nuevo oficio, ya sabes, siempre aprendes algo nuevo, ¿no te place ser mi experimento?

-Desátame.

-Ni lo pienses- toma el rostro y le fuerza para besarle- la próxima vez no será un golpe en la frente, será un disparo en el corazón, ¿entendiste?- le tira del cuello de la camisa y lo suelta- tengo que irme, mi familia me espera- toma su chaqueta, su portafolios y se retira.

Esto no estaba contemplado en la ley de intercambio.

Llegar a este extremo de mantenerme como un prisionero. No será por mucho tiempo. Ron vendrá a buscarme, estoy seguro de ello. Somos como hermanos.

¿Dónde quedó ese Draco del cual se había enamorado?, de ese fogoso oficinista que le pagaba por sus favores. De ese mismo hombre que le dijo que sí a su oferta. ¿Dónde quedó?

-¡Suéltenme!, ¡sáquenme de aquí!- exclamaba enfadado, intentando zafarse de esas cuerdas que le hacían daño en sus muñecas cada vez que las rozaba- estoy perdido- murmuraba desesperanzado.

Ron le llamó varias veces al celular y estaba muy preocupado. Aunque en todas las reducidas probabilidades que pensó, era que estaba sin batería o lo dejó apagado para que nadie le molestara. Así que no le molestó más.

Después de todo, si estaba enfermo, al otro día volvería, creyó.

Sin embargo, el otro día, se convirtió en semana y esa semana en varias semanas y eso en meses, desaparecido.

Cuando al fin, le cayó la teja de que podía estar desaparecido o hasta secuestrado por algún ser malvado, fue hasta la policia a poner una denuncia.

Para Harry, todo ese tiempo, se reducía a nada. Precisamente porque nada pasaba.

Todos los días era la misma rutina. Sin ataduras para comer, asearse y cuando Draco iba a verle y pasaba unas horas, poseyéndole. Y aquellos malestares, se volvieron habituales. De náuseas a ciertos alimentos, hasta mareos que varias veces lo llevaron al piso.

Nuevamente había tocado fondo. Nadie le buscaba. No recibía llamadas o leía el períodico. Apenas tenía una radio que se quedó sin baterías.

Y ni mencionar la perfecta vida de Draco. Era un profesional de las apariencias y sobrellevó su doble vida hasta el límite. De una mentira a otra, sin ningún cargo de consciencia. Era padre de día, un buen amante en la noche. Mantenía el negocio familiar como líder en el mercado y su capital invertido se había duplicado en unos meses. Era su mejor momento.

Su pequeño hijo crecía sin problemas. A pesar de todo, Pansy había aprendido a cuidarlo y también Narcisa se preocupaba por la salud y educación de su único nieto.

A decir verdad, Pansy creía ciegamente que toda esa aventura de su marido, se había acabado.

Y no hacía nada más que comenzar nuevamente...

-Me quivoqué contigo, Malfoy- dice el ojiverde, que permanecía atado y con algunos hematomas en su cuerpo, a causa de golpes por resistirse- te desprecio, no sabes cuánto.

-Eres correspondido- le callaba con besos y una vez más, dejaba huellas de que ese cuerpo le pertenecía.

Soy despreciable.

Jamás podré escapar.

Por favor, alguien que me ayude...

Una vez más, su cuerpo sucumbía a las caricias y placer que le producía. Una vez más dejaba que quedara manchado por la culpa.

-Haré lo que sea para que estés a mi lado- dice el rubio, pasando su mano por el rostro del pelinegro- lo que sea, así me desprecies o llegues a odiarme.

En el eco de la noche,
Pude sentir tu voz,
Que resonaba como un susurro.

Yo no tenía más que miedo,
A nadie por quien sufrir,
El blanco y negro me han atrapado.

Como un molesto rosal deshojado,
Sigo cayendo a pedazos,
Sin poder redimirse, el viento me acorrala.

Buscando una única forma de amar,
Aquella que ya nadie me puede enseñar,
Como sal convertida en arena,
Palabras, que se deslizan por mi cuerpo,
Y quedará atrapada mi alma.

Una dulce redención,
Un espiral que no tiene fin,
Estoy envuelto en una ley que no deseo cumplir.

Sigo como un muñeco, a ese ser lleno de mezquindad,
Deslizas tus labios suavemente, jugando conmigo.

Ya no quiero estar solo, detente en este momento,
Ni siquiera la luz del sol podrá imponerse,
Una verdadera forma, se esconde en tu piel,
No hay sonrisa que pueda disfrazarla,
Tampoco hay temor más grande, que originaste y sembraste dentro de mí.

-El error más grande que he cometido es conocerte- dice el ojiverde, recuperando la noción del tiempo.

-De todas formas, nunca más podrás salir de aquí- responde el rubio, desatándole.

Harry ya no tenía fuerzas para nada. Se quedó en la cama, cubriendo su cuerpo con la sábana.

-No vuelvas a tocarme

-Volveré, una y otra vez- Draco se va, cerrando con llave la puerta.

-Si vuelves, ya no estaré aquí- hanciendo acopio de fuerzas inexistentes, caminó con la sábana alrededor de su cuerpo y con un frasco rompió el espejo del baño. Se arrodilló a recoger un pedazo de vidrio y se miró en los fragmentos que estaban dispersos.

Así destruiste mi vida... me diste la fuerza, para luego quitármela. Me volviste loco sólo para traerme de vuelta a la realidad. Eso fue lo que hiciste conmigo... ahora romperé el círculo. Tu obra maestra.

-Lo siento tanto...- se apuñala en el pecho y cae encima de los otros pedazos de vidrio, cubierto por un charco de sangre.

Draco iba manejando su auto, de pronto, un dolor agudo se apoderó de su pecho.

Apenas pudo abrir los ojos y sólo un segundo bastó para que fuese chocado por otro vehículo.

Pansy llevaba unas tazas hacia el comedor. Apenas tocaron la mesa, dos se quebraron y una se trizó.

-Drake...- murmura, viendo su dedo que tenía un corte, saliendo un poco de sangre.

Continuará...
Notas finales: besos y abrazos, se despide, giovanetta-chan ^O^

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).