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Pacto con el diablo por himurita

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Notas del capitulo:

hola >-> acepto todas sus amenazas de muerte y lo que quieran dar, sinceramente que no tenía inspiración para este cap, y de hecho lo corté porque originalmente este capítulo se llamaria diferente, pero como no puse terminarlo, lo deje asi. Espero que les guste algo.

Capítulo XV

Esperanza

 

Puede que te alejes años luz de mi
Puede que te besen otros labios alli,
Pero estoy yo, siempre yo.
Puede que mi cuerpo descanse en paz
Puede que mis ojos no te vean mas
Pero estoy yo, siempre yo.


 

-un ángel-recién se recuperaba del asombro que aquella revelación le había causado, que uno de sus mejores amigos dijera que la noche a la mañana que era un ángel no era cualquier cosa, y no cualquier ángel, sino uno de los más famosos y según las leyendas favoritos de dios.

 

-Así es, aunque realmente no es mi misión cuidarte, en realidad lo que se me ha encomendado es castigar y llevar de regreso a cierta persona.

 

-Te refieres a…

 

-Si, Gabriel ha roto un sinfín de reglas y debe ser castigado debidamente, pero, no veo por qué no ayudarte de paso, si lo que tú buscas esta justo donde está lo que yo busco.

 

-Ya veo-hizo una pausa reflexionando y asimilando la reciente información, que no dejaba de sorprenderle-pero, cómo les encontraremos? No creo que sea fácil, además están todos esos guardianes que…-antes de que pudiera proseguir, un dedo del pelirrojo le hizo callar.

 

-Seguro que nos arreglaremos para poder burlarlos, los 7 guardianes, son poderosos pero tampoco invencibles, de momento sólo debes tranquilizarte, que mañana mismo iremos al mismo infierno a traer de regreso a Luzbel-permaneció tranquilo en todo momento, sin mostrar ni una pizca de preocupación, como si todo lo tuviera fríamente calculado.

 

-Espera-dijo Zero, recordando de pronto que alguien más vivía con ellos-Aidou de seguro escuchó lo que dije-sus mejillas se tiñeron de un leve rojo carmesí al recordar que hace unos momentos había gritado que amaba a Kaname.

 

-No te preocupes, lo mandé a comprar la cena, así podríamos charlar tranquilos.

 

-O sea que él no lo sabe?

 

-No, pero creo que lo mejor es que lo sepa, en cuanto vuelva hablaremos con él y trazaremos el plan a seguir.

 

-Ja, no puedo creer que esto esté pasando, jamás me hubiera imaginado que me encontraría en una situación como esta, buscando al que me tuvo cautivo, me siento un poco estúpido-desvió la mirada, sin que el rubor desapareciera de su rostro.

 

-Estúpido es como te hace sentir el amor, y ya que no hay cosa más hermosa que esa, debes disfrutarlo aunque duela.

 

-Si, si, en fin, dejemos ese tema-se levantó y abrió la puerta de la habitación para dirigirse a la cocina, seguido del pelirrojo que le miraba divertido.

 

-Vuelves a ser el mismo obstinado de siempre-murmuró mirándolo como se preparaba una taza de café-por cierto, eso que tienes en la mano es sal-dijo justo cuando Zero iba a agregar al café, la supuesta azúcar.

 

-Ah demonios!-dejó molesto la sal a un lado para buscar la verdadera azúcar, maldiciéndose mentalmente por esos estúpidos errores que le daban a su amigo pie para reírse de él.

 

-Zero…

 

-Que?-contestó con una venita saltando de su frente, y girándose para mirarlo.

 

-Si era azúcar-dijo como si nada, mientras degustaba una paleta de caramelo.

 

-Shiki!!!

 

 

Y pido al sol y pido al mar
Y pido a los vientos que te traigan ya.
Mi dios tú, tu esclavo yo
Hasta la eternidad.

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

 

-Ah ah, Shiki siempre tiene ideas extrañas-suspiró, acomodándose un poco la bufanda que traía en el cuello para cubrirse del frío, mientras seguía caminando por aquella calle desierta-mandarme a traerle la cena a estas horas no es algo amable de su parte, a caso cree que soy su esclavo! Que no sabe que a los chicos como yo podría pasarles algo en mitad de la noche.

 

-Es justo lo mismo que yo estaba pensando-escuchó a si espalda, quedándose estático al reconocer aquella voz que, a pesar de ya haber pasado tiempo, no había podido olvidar.

 

Permaneció quieto, sin saber si correr lo más rápido que sus piernas le permitieran, o girarse y encarar a aquel sujeto que por alguna extraña razón lo estaba acosando.

 

-Oye, no te pongas tan tenso, no es como si yo fuera a hacerte algo sólo porque estás aquí solo  e indefenso-colocó sus manos en los hombros del rubio, haciéndolo dar un pequeño brinco del susto, mientras un escalofrío le recorría.

 

-C…cállate, no me interesa lo que tengas que decir, acosador-respiró profundo, y comenzó a caminar en dirección a la pastelería que le había indicado el pelirrojo.

 

-Llamarme acosador es algo muy grosero- Kain simplemente metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y le siguió, caminando a su lado de la manera más natural.

 

-Pues es lo que pareces, y si no lo eres, entonces vete y deja de seguirme-le miró de reojo, sin detener sus pasos que cada vez eran un poco más apresurados.

 

-No te estoy siguiendo, es sólo que tenemos el mismo camino, no puedes acusarme de acoso, por solo caminar por una calle-caminaba tan rápido como el rubio lo hacía, asegurándose de ir siempre a su lado, divertido de mirar las expresiones que este ponía.

 

Aidou sólo murmuró quien sabe que cosas y aceleró el paso hasta llegar a la pastelería, quedando maravillado al mirar a través del cristal tantos dulces, panes y pasteles con aquella exquisita apariencia. Tanto que se olvidó de la persona que le seguía y entró de inmediato, escogiendo un montón de deliciosos postres con mucho dulce.

 

Kain también entró al lugar, mirando al hiperactivo rubio que iba de un lado a otro de la pastelería pidiendo un montón de cosas extrañas.

 

-Si comes tanto te pondrás gordo-dijo para hacerlo enojar.

 

Aidou se giró para mirarlo, dándose cuenta de que se había olvidado por completo de él, hizo un gesto de desagrado por sus palabras sobre que engordaría y prosiguió a pagarle a la cajera, recibiendo las bolsas con todo lo que había pedido.

 

-No me comeré todo yo solo-dijo indignado por semejante acusación, mientras salía del lugar-además si me pongo gordo o no es cosa que a ti no te importa.

 

-Tienes razón, a quien le importa si no puedes tener un cuerpo como este-apresuró el paso, colocándose frente a Aidou, y levantó un poco su camisa, dejando ver su perfecto y trabajo abdomen.

 

-Q….qué diablos significa eso?!!!-gritó exageradamente, poniéndose totalmente rojo, desviando la mirada para no ver el exhibicionismo de aquel sujeto-eres un pervertido-pasó a su lado y continuó caminando, deseando llegar con Shiki y Zero lo más pronto posible.

 

-Oye, sólo te mostraba…

 

-No me importa! Es usted un desconocido exhibicionista, vallase!-le interrumpió, y caminó mucho más rápido, sin darse cuenta de que por esa calle no había absolutamente nadie y la iluminación era muy poca.

 

-No soy un desconocido, incluso sabes mi nombre-el rubio se detuvo de inmediato, recordando el collar que tenía con la inscripción “Kain akatsuki”

 

-Kain akatsuki…-murmuró dándose la vuelta para mirarlo –aquella vez, desapareciste de una forma extraña… eso no fue normal, dime quien eres realmente.

 

-A vaya, no creí que preguntarías algo así, pero creo que no tengo el derecho de esconderte cosas, así que te diré la verdad-se acercó hasta el rubio, sujetándolo de la cintura con una mano y del mentón con la otra, teniendo su total atención.

 

-p…pareces una especie de vampiro que sólo quiere saciar su sed de sangre y lujuria-dijo a modo de broma intentando disimular el nerviosismo que aquella cercanía le provocaba.

 

-Eres bueno adivinando, justo eso soy, un vampiro que quiere poseer tu cuerpo-le susurró al oído de manera sensual, para después bajar sus labios hasta el cuello del rubio, pasando su lengua lentamente sobre este, como saboreándolo antes de tomar el plato principal.

 

Aidou estaba totalmente paralizado, sintiendo como  su cuerpo temblaba ligeramente ante las sensaciones que el otro le provocaba, ni si quiera pudo articular palabra para quejarse, cuando sintió como el otro se preparaba para morderlo, cerró con fuerza sus ojos esperando el desenlace.

 

Pero pasaron unos minutos y nada sucedió, así que abrió sus ojos rápidamente, encontrándose con los ojos de Kain que le miraba divertido por la reacción que había tenido.

 

-Por supuesto que no soy un vampiro, eso sólo existe en la ficción-dijo al ver la reacción de sorpresa, desconcierto y vergüenza del chico-pero… si quiero poseer tu cuerpo-movió sus manos un poco más debajo de la cintura del rubio, apegándolo más a él, mientras rozaba sus labios con los de él.

 

-Maldito pervertido… /&/%#$#”#%/&/%$# (insultos y reclamos que no es posible traducir )-murmuró molesto, empujándolo de inmediato y alejándose dos pasos mas, sintiéndose un tonto por haberse creído lo del vampiro, pero no era su culpa si ese sujeto era tan extraño y fuera de lo normal.

 

-Vamos, no es para tanto, sólo estaba bromeando…-intentaba detener al rubio que muy molesto y sonrojado había comenzado a caminar a gran velocidad de regreso a su casa.

 

-Cállate! Me importa un comino lo que tengas que decir, no te conozco y tampoco quiero hacerlo, así que piérdete-dobló en una esquina y prácticamente comenzó a correr lo más rápido que pudo, a fin de cuentas ya estaba muy cerca de su hogar y podría librarse de ese tipo.

 

Llegó finalmente a la puerta, bastante agotado por la carrera, tomando el aire que sus pulmones le pedían antes de extender la mano para poder abrir la puerta. Pero para su sorpresa, frente a él no estaba la puerta, si no el chico del cual había estado huyendo.

 

-Hey, deja de correr, no te servirá-sujetó la mano del rubio y tirando de ella, lo puso contra la puerta de manera nada delicada-si fueras tan amable de escuchar primero no hubieras tenido que correr todo eso para nada.

 

-Déjame! Maldición-gritó frustrado por no poder moverse, ya que akatsuki sujetaba sus manos contra la puerta y además lo tenía inmovilizado con su propio cuerpo-ya te dije que me importa poco que y quien seas!

 

- Si continuas con esa actitud tendré que tomar una actitud similar y simplemente hacer lo que me plazca contigo-le sujetó con un poco mas de fuerza, haciéndole notar que estaba completamente a su merced-y de hecho creo que lo haré-le tomó del rostro con la otra mano y desapareciendo la poca distancia que había entre ellos le besó, tomándose el tiempo de saborear esos tentadores labios a su antojo, así como también introducir su lengua en la boca del otro para recorrerla por completo.

 

“Maldito y estúpido sujeto! Cómo se atreve a hacerme esto, lo mataré a penas pueda, pero… no puedo! No importa cuánto luche por soltarme, no puedo si quiera moverme”

 

Pero fue sacado de sus pensamientos cuando sintió como el apoyo que tenía en su espalda desaparecía, de inmediato abrió los ojos sorprendido, sintiendo como caía hacia atrás hasta tomar contra el suelo y Akatsuki encima de él.

 

-Ah eso dolió-se quejó un poco por el golpe que se llevó al caer.

 

-Sin duda esta es una mejor posición-sin preocuparse de nada a su alrededor, abrió las piernas de Aidou, colocándose entre ellas, lanzándose a besar y morder el cuello de este con deseo, mientras comenzaba a frotarse contra el cuerpo del otro.

 

Aidou no pudo evitar que un gemido saliera de sus labios, poniéndose totalmente rojo ante las acciones del atrevido sujeto que ahora estaba sobre él y parecía querer comérselo.

 

-D…detente! Qué demonios crees que haces?!!-gritó avergonzado, intentando empujarlo sin mucho éxito.

 

-Veo que se están divirtiendo-se escuchó una tercera voz que hizo que Aidou dirigiera de inmediato su vista hacia donde venía la voz.

 

-Shiki!!!-gritó aliviado de que fuera su amigo pelirrojo el que estuviera ahí-ayúdame! Este sujeto quiere violarme!-dijo dramáticamente, sin que el carmín de su rostro desapareciera y poniendo unos ojos sumamente tiernos.

 

Shiki los miró, como examinando la situación, viendo la cara suplicante de su amigo y cómo Akatsuki seguía sin prestar atención a nada que no fuera devorar a Aidou.

 

-Oye tú, déjalo en paz-sin siquiera parpadear se colocó detrás de Akatsuki, jalándolo de la ropa para apartarlo del asustado, sonrojado, y dramático rubio que seguía en el suelo.

 

Akatsuki gruñó con molestia al haber sido separado de su “presa”, mirando de manera atemorizante al culpable de esto, pero Shiki ni siquiera se intimidó un poco.

 

-Kain Akatsuki, qué haces por aquí lujuria?-preguntó con familiaridad y naturalidad que dejaron sorprendido al mencionado.

 

-Quién eres tú?-cuestionó de manera seria, poniéndose un poco a la defensiva.

 

-Shiki Senri, pero puedes llamarme Miguel si así lo quieres-sonrió con malicia y caminó hacia la sala donde Zero estaba sentado en el sofá.

 

En cuanto Aidou lo vio marcharse, le siguió de inmediato, no quería quedarse a solas con ese sujeto desconocido que le miraba de forma lujuriosa y como si se lo quisiera comer.

 

Akatsuki permaneció quieto, mientras procesaba las palabras del otro, le había dicho que era miguel, el ángel miguel, uno de los tres más poderosos y cercanos a dios, por qué estaba ahí entonces? Movido por la curiosidad y el rubio que tenía en la mira, y que por su puesto no pensaba dejar escapar, caminó hacia la sala también, sentándose a lado de Aidou, mientras miraba atentamente a Shiki.

 

-Y tú qué haces aquí?!!! –gritó de pronto Aidou al sentir como le pasaban una mano por la cintura-estás loco?! Vete!!

 

-Aidou, déjalo, es mi invitado-comentó el pelirrojo, mientras Zero sólo los miraba sin decir una palabra, ya que recordaba perfectamente a akatsuki, había estado en aquella pelea en la que perdido a Kaname para siempre.

 

***********2 horas después, luego de la explicación de Shiki*********

 

-Que?!!!!!!!!!!!!-gritó Aidou alejándose lo más posible de akatsuki, pero sin poderse creer aún todo lo que le habían dicho, y no era para menos, cómo podría tomarse bien el que uno de sus amigos fuera el ángel miguel y que el otro tuviera una relación amorosa con Luzbel? Y sin contar que estaba siendo acosado por uno de los 7 guardianes del infierno, que para colmo representaba a la lujuria!!! Debía estar soñando, si, no podía ser otra cosa.

 

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Después de toda la explicación, akatsuki accedió muy fácilmente a ayudarnos, tal vez haya sido gracias a  que le echó el ojo a Aidou, o a que se veía que Rido no le simpatizaba para nada.

 

Fui sacado de mis pensamientos cuando se escuchó el timbre, Aidou de inmediato se ofreció a ir a abrir, aunque estaba claro que sólo quería librarse de Akatsuki, pero Shiki le dijo que no, y me mandó a mí, no entiendo porque, pero da igual.

 

Abro la puerta sin muchas ganas, pues no puedo dejar de pensar en Kaname, lo único bueno es que ahora que finalmente he aceptado mis sentimientos puedo estar más tranquilo, aunque sólo es una tranquilidad relativa porque aún estoy muy preocupado por él.

 

-Zero!!!-antes de que pudiera reaccionar, una chica se cuelga  de mi cuello, no puedo atinar a pensar quien puede ser, no tengo amistad con ninguna chica… la aparto un poco para ver de quien se trata y….

 

-Yuuki…-esto no puede ser posible, por qué ella está aquí? Si antes no quería saber nada de mí, ni siquiera me recordaba.

 

No supe que decir, tan sólo la miré sin poder salir del asombro, ella parecía triste, y de pronto  sus ojos se llenaron de lágrimas.

 

-Zero, perdóname! No sabía lo que hacía, yo… yo no quería herirte!-las lágrimas en sus ojos brotan con más intensidad, mientras cae de rodillas al suelo, me duele verla así, y por alguna razón parece que se ha acordado de todo…

 

Me arrodillo frente a ella y la abrazo intentando tranquilizarla, jamás me gustó verla llorar, hace que mi pecho duela.

 

-Yuuki, por favor deja de llorar, yo entiendo porque paso todo lo que sucedió, y no tengo ningún resentimiento hacia ti-le levanto el rostro, limpiando con delicadeza sus lágrimas.

 

Pero creo que mis acciones provocaron un efecto contrario porque ahora ella llora con más intensidad, y me abraza como su no planeara soltarme nunca. Irónico, hace un tiempo habría estado totalmente feliz si esto hubiera pasado, y ahora, sólo puedo sentirme triste.

 

 -E… entonces podrás perdonarme?-su voz suena débil y sumamente arrepentida, cómo podría decirle que no? Además claro que quiero perdonarla! Después de todo es la persona a la que tanto amé, por la cual acepté el pacto…

 

Un momento! El pacto! Esa debe ser la razón por la que recuperó su memoria, Kaname dijo que cuando el pacto se rompiera, los recuerdos de Yuuki volverían!

 

-No tengo nada que perdonarte, te quiero y deseo que seas feliz-besé su frente, transmitiéndole todo el cariño que  siento por ella y le sonreí.

 

Veo como ella se calma y me mira con algo de tristeza, seca sus lágrimas y se pone de pié, dedicándome una hermosa sonrisa de esas que aún están grabadas en mi memoria.

 

-Eso significa que me perdonas pero que no puedes volver conmigo verdad?-de alguna forma me alegra no tener que decirlo yo mismo, no estoy seguro de haber podido, pero ella me lo ha facilitado todo.

 

-Si… las cosas han cambiado mucho y…-un dedo sobre mis labios me hizo callar, fije mi vista en Yuuki, y ella volvió a sonreír, como diciendo “puedo entenderlo todo”

 

-Sé que es por Kaname sama, recuerdo claramente cómo te miraba, y… también cuando me rechazó-me quedé sorprendido con eso, sin poder evitar que un poco de carmín adornara mi rostro, recordé como aquella vez que Yuuki estaba interesada en Kaname, yo sólo huí, y recién me entero de lo que sucedió.

 

Después de eso, ella sólo me dio un beso en la mejilla y se fue, yo me quedé ahí, sin poder moverme aún, viéndome ahora perdido en los recuerdos, recuerdos que sólo eran sobre una persona… Kaname…

 

 

Es por tu suspirar,
Es por tu seducir.
Es que yo no puedo más sin ti
Es por esta pasión que me pone a mil
Es que yo no puedo más sin ti.


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Al día siguiente todos estaban listos para el que fuera probablemente el viaje más  largo de sus vidas, o al menos para Zero y Aidou.

Ir hasta el infierno no era algo que pudieran hacer todos los días.

 

-Oigan, sólo los ayudaré a entrar, pero… no iré con ustedes-dijo Akatsuki, que los seguía hasta que llegaron a una especie de muelle.

 

-Son eso es suficiente-interrumpió Shiki, deteniéndose en el borde el muelle, haciendo que todos se detuvieran detrás de él.

 

Akatsuki concentró su energía en crear un portal que les serviría para llegar al infierno.

 

-A pesar de que puedo crearles este portal, no les puedo garantizar a que parte del infierno los lleve, si tienen suerte aparecerán en algún lugar lejos de los guardianes y si no estarán en alguno de los siete círculos, en el peor de los casos se toparan con Cerberus, pero no puedo ayudarlos.

 

-No importa-Zero avanzó decidido hacia el portal, sin importarle que es lo que encontraría del otro lado, lo único que le importaba era traer de regreso a Kaname y eso haría así le costara la vida.

 

Shiki se apresuró a seguirlo para que no se fuera a perder y para poder protegerlo de todo lo que se encontrarían ahí, aquello no sería nada fácil.

 

En cuanto Aidou los vio marcharse, corrió también hacia al portal, pero fue detenido en el intento.

 

-Tú no puedes ir-dijo Akatsuki, mientras sujetaba al rubio de la cintura, esperando que el portal se cerrara.

 

-Qué demonios! Suéltame!! Tengo que ir!!-gritó, moviéndose e intentando safarse inútilmente, viendo como el portal desaparecía frente a sus ojos. Quitándole toda posibilidad de alcanzar a sus amigos.

 

-No puedes, si vas sólo conseguirías que te maten, o acabar de juguete de Yagari o de alguno de los guardianes. Deja que tus amigos se encarguen, ninguno de ellos corre verdadero peligro-sin esperarse respuesta y sabiendo que sólo obtendría quejas, cargó al rubio sobre su hombro de regreso a la casa de Shiki.

 

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…………………………………….En el infierno…………………………………..

 

En aquel mundo todo era tinieblas, una total y completa oscuridad que no dejaba distinguir absolutamente nada. Aquello era una buena y mala señal a la vez, no era muy lógico que entre aquella oscuridad rondara uno de los guardianes, porque los siete círculos eran mucho más vistosos, cubiertos de sangre y dolor, un sufrimiento y olor a desesperación que ni siquiera aquella oscuridad abría podido ocultar.

 

Shiki avanzó adelante, teniendo la capacidad de poder guiarse sin muchos problemas a través de la oscuridad, llevando a Zero de la mano para que no fuera a perderlo en el camino, ya que si eso pasaba sería fatal.

 

-Shiki estás seguro que es por aquí-la voz de Zero sonó un tanto desesperada y ansiosa, y no era para menos si no tenía ni la menor idea de donde pisaban sus pies

 

-No te preocupes, ya casi salimos, mira-un pequeño haz de luz pudo distinguirse al final de donde estaban, haciendo que con forme avanzaran todo el lugar se fuera aclarando.

  

Ahora la luz era demasiado intensa, obligándolos a cerrar los ojos que herían sus pupilas, cómo podían pasar de aquella absoluta oscuridad, a esta cegante luz en tan sólo un segundo? En realidad no importaba mucho luz u oscuridad, daba lo mismo, ninguna les permitía ver.

 

Después de haber caminado por lo menos una hora, Shiki le indicó a Zero que ya podía abrir los ojos, y éste así lo hizo, observando un lugar que parecía una especie de cueva muy amplia en la que se podía ver gracias a las llamas que corrían como un río en el centro y se extendían hacia los alrededores en una especie de pequeñas hendiduras.

 

Se apresuraron a pasar por aquel lugar, que en verdad parecía realmente largo e interminable, en busca de donde podría estar Kaname, intentando evitar en todo momento cruzarse con alguno de los guardianes.

 

Ya habiendo perdido toda noción del tiempo, divisaron una especie de calabozos a lo lejos, no parecía un lugar de tortura de los guardianes, más bien cómo una especie de celdas para retener a quien rompiera alguna regla. La temperatura parecía haber bajado considerablemente en aquel lugar.

 

-Es ahí!!!-gritó de pronto Zero para en seguida salir corriendo hacia uno de los calabozos.

 

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-Esa voz…-puedo escuchar una voz muy familiar, una voz que he añorado por todo este tiempo, pero… no puede ser verdad, debe ser producto de mi imaginación, de mi mente trastornada que no puede parar de pensar en él, de extrañarlo como nadie puede tener  una idea, de soñarlo cada noche en esta maldita celda.

 

Suspiro intentando no pensar más en eso, porque es imposible que pueda escuchar la voz de Zero en este lugar, y preferiría morir a verlo a él aquí, pero me alegro de que sea imposible que un alma tan pura como la suya pueda pisar en inframundo.

 

-Kaname!!!-escuchó esa voz con más fuerza, parece tan real que tengo que voltear a donde proviene, esto no es posible, él… él… Zero está frente a mí! Parece feliz y ansioso de verme, pero sus ojos están bañados en lágrimas. Por qué?  Qué hace él aquí? Esto no es lógico.

 

-Z…Zero… -mis ojos lo ven pero no lo creen, se me hace imposible que él pueda estar aquí.

 

Puedo ver como forcejea con la puerta para lograr abrirla, y alguien está con él, una persona que no parece normal, porque con sólo un poco de fuerza ha podido prácticamente arrancar la puerta. Lo he visto antes en el bar, pero… está presencia, sólo puede significar… un ángel!! Qué demonios está pasando?!

 

Parpadeó solo un segundo y para cuando abro mis ojos de nuevo, Zero ya está sobre mí, abrazándome como si en verdad me hubiera extrañado demasiado, puedo sentir claramente  como sus lágrimas mojan mi ropa, y de alguna forma siento que mi corazón se reconforta, por poder verlo y sentirlo tan cerca otra vez.

 

-Zero! Por qué tú…-intenté preguntarle porque estaba aquí? Porque si es libre ha venido por mí, pero antes de que pudiera hacerlo sus cálidos labios se unen con los míos en un beso profundo y necesitado, algo que he echado de menos durante todo este tiempo, que incluso puedo sentir un delicioso hormigueo recorrerme.

 

-He venido a salvarte, porque tú me perteneces…-lo escucho murmurar contra mis labios, mientras se separa levemente, sus ojos tienen esa mirada fuera y decidida, aquella que tanto me cautivó.

Notas finales:

No sé cuando estara la continuación porque mi cerebro no me para escribirlo T_T

 

sayonara!!!!!!!!!!


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