Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A los caprichos del príncipe se sirve con gusto por sue

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hi!! ^o^ agradezco de corazón los rr dejados en el capi anterior, disfruten de su lectura n_n

 

 

 

Cocinar era un martirio. Agni quería instruirse con nuevas recetas para preparárselas a su príncipe, estaba dispuesto a aprender.

 

 

 

 

El egocéntrico de Sebastian se sentía en la gloria en cierta parte, al ser él la fuente de sabiduría de la cual dependiera el peliblanco, al sentirse “único en su clase”… pero, había un pequeño inconveniente, un pequeño y podría decirse que hasta insignificante detalle, que era capaz de proveer en el refinado demonio, las más grandes nauseas… el optimismo, la buena vibra que desprendía Agni lo agotaban, lo descomponían de sobremanera.

 

 

 

- ¿Lo ves? Así conserva el sabor.

 

 

 

- ¡Guao! Mayordomo-san ¡Es usted increíble!

 

 

 

- Sólo hago mi trabajo.

 

 

 

- ¡Es usted un excelente cocinero! ¡Oh! ¡Que exquisito! – Se deleitaba probando de lo recién cocinado.

 

 

 

- Bueno yo…

 

 

 

- ¡Es usted un Dios de la buena comida!

 

 

 

- ¿Dios? Pues…

 

 

 

- ¡Y que colores! ¡Perfecto!

 

 

 

 

Sebastian tuvo que cerrar los ojos, ya que la luz que emanó el aura pura de Agni fue tal, que le cegaba.

 

 

 

 

Y no sólo en la cocina lo halagaba. También en todo lo demás.

 

 

 

 

Cuando limpiaba…

 

 

 

 

- ¡Ha dejado la mansión como una tacita de plata! Y ha retirado las manchas que había en la alfombra ¡Es usted sensacional!

 

 

 

 

- Je je… - Su labio titilaba ante lo falso de su sonrisa.

 

 

 

 

De repente y de la nada, aparecieron Finny, Meirin, Barck y Tanaka, aplaudiendo y ovacionando más.

 

 

 

- ¡wow! Sugoy ne… hay que ver que Sebastian-san es grandioso… - Aplausos, aplausos y más aplausos.

 

 

 

 

- Ustedes… - El pelinegro masajeaba su sien, ciertamente esto era un reto a su paciencia.

 

 

 

 

- ¿Puedo ayudarlo? – Preguntó el otro mayordomo, ilusionado, desprendiendo una que otra chispita.

 

 

 

- Pues… veras, no es que…

 

 

 

Pero no tuvo que buscar excusa, de golpe le quitaron sus artilugios de limpieza.

 

 

 

- ¡Espera!... ahhhh hoy será un largo día – Sebastian suspiró cansado.

 

 

 

 

Agni estaba todo emocionado, limpiaba mientras tarareaba una canción tradicional de su país. En eso Soma llegaba corriendo, como de costumbre había hecho cabrear a Ciel y éste se disponía a seguirlo por toda la casa.

 

 

 

- ¡Perdón! ¡No sabía que eran de cristal! – Los flecos de sus ropas bailaban en el camino.

 

 

 

- ¡Serás idiota! ¡¿Cómo fuiste capaz de quebrar todas mis piezas de ajedrez?¡ – Echaba fuego por la boca - ¡Te voy a mandar a la india vuelto picadillo!   

 

 

 

 

- Ja ja ¡A que no puedes atraparme! – El moreno ágilmente brincó una de las mesitas del corredor.

 

 

 

 

- ¡¿Quién te dijo que estoy jugando?!

 

 

 

Cuando se disponía a “lanzarse” por las escaleras, no se percató de que de verdad se tiraría, porque de un resbalón el príncipe Soma fue en dirección al suelo.

 

 

 

- ¡¡kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

 

 

 

Sin embargo el impacto contra los duros escalones no llegó,  su caída fue detenida en el momento preciso.

 

 

 

- ¿Se encuentra bien príncipe? – Agni tenía al muchacho capturado en su pecho - ¿No se lastimó?

 

 

 

- ¿Eh?

 

 

 

Al subir la mirada, el moreno por primera vez fue atrapado por el atractivo de su sirviente, sus pupilas se tambaleaban, el rostro de Agni era realmente precioso y se dejó llevar más por la sutil forma en que lo sostenía ¡Por los dioses! Estaba sonrojándose. El tiempo parecía transcurrir a una velocidad mínima, en el mundo todos los demás seres se habían extinguido, sólo el príncipe de Bengala y su fiel sirviente eran capaces de gozar del momento mágico de la existencia.

 

 

 

- Esto… yo… Agni...

 

 

 

- Príncipe Soma…

 

 

 

El peliblanco enterneció su mirada, nada le alegraba más en la vida que saber que su venerado príncipe se encontraba sano y salvo.

 

 

 

- ¡No puede ser!

 

 

 

Sebastian llegó y se detuvo enfrente de la escena que ya estaba empezando a llenarse de un poco de vapor. El pelinegro los miraba un poco, como diciendo “Quítense, están atravesados” pero de forma cortés.

 

 

 

- ¿Podrían retirarse por favor? Están bloqueando el paso.

 

 

 

Los hombres se apartaron del camino del mayordomo negro, quien al ver al conde llegar corriendo lo detuvo con un gesto de su mano.

 

 

 

- ¿Estaba usted corriendo? – Y es que no había necesidad de preguntar, la ropa desarreglada y la respiración como si estuviera a punto de colapsar lo delataban – No es propio de un cabeza de familia andar corriendo como si fuera un crío.

 

 

 

- ¡Pero… ese..! – Trató de quejarse, pero estaba más que comprobado que su comportamiento estaba demasiado fuera de lugar, se sintió avergonzado…

 

 

 

- Ya, ya – Sebastian sacó un pañuelo blanco de su bolsillo. Procedió a secar el sudor de la frente de Ciel – Lo mejor es que no llore sobre la leche derramada. Ya no hay nada que se pueda hacer. Luego le encargaré otro juego de ajedrez, no hay necesidad de que usted…

 

 

 

 

- Ese era el juego que me había regalado madame red – Lo mencionó con algo de dolor.

 

 

 

 

- … - El demonio suspiró, no eran más que comunes objetos, pero estaban llenos de esos sentimientos hacía su difunta tía – Creo que lo mejor es que se de un baño. Está todo…empapado – Haciendo referencia al sudor.

 

 

 

 

- Tsk. Lo que sea.

 

 

 

 

El príncipe se notaba apenado y triste, realmente no había sido su intención destrozar todo el juego de piezas, había sido un “accidente”…

 

 

 

***Flash Back***

 

 

 

- ¡Oye Cielito! ¿Jugamos a las cartas? – Soma brillaba de alegría ante la posibilidad de compartir un poco de tiempo con su amigo.

 

 

 

- Ahora no. Estoy leyendo.

 

 

 

- ¡¡Vamos!! Dijiste ayer que jugarías conmigo – Le picaba el brazo con un dedo.

 

 

 

- No. Lo que yo dije fue que “quizás” mañana te diría cuando jugaría contigo…además que siempre pierdes y así el juego no tiene ninguna clase de desafío – Todo esto lo decía con un tono de voz serio y sin apartar ni un ojo del libro.

 

 

 

 

- Mmm  - Soma hizo un puchero - ¿Y si jugamos al ajedrez? ¡Sé que puedo vencerte!

 

 

 

- Ya te dije que no. Repites las mismas jugadas una y otra vez… - Cuando notó que el príncipe se acercaba a sus piezas de ajedrez por casi le da un infarto - ¡No las toques!

 

 

 

 

- ¡¡¡Ahh!!! –Pero debido al susto tropezó la mesa que se vino con tabla y todo. Terminando el suelo cubierto del material en pedazos – Etto… Lo siento.

 

 

 

 

- ¡¡¡¡¡¡!!!!!!

 

 

 

***Fin del flash Back***

 

 

 

- ¿Agni?

 

 

 

Al ver la preocupación en el rostro de su amo, el peliblanco no pudo evitar acercársele, sabía que no había hecho eso intencionalmente.

 

 

 

- No se preocupe, el señorito Ciel sólo está herido, pero estoy seguro que volverán a ser tan buenos amigos – Le reconfortó colocando su mano en el hombro.

 

 

 

- Yo…

 

 

 

Al encontrarse de nuevo con aquellos ojos delineados, Soma sintió que cedía un poco la culpa, ciertamente Agni era muy bueno para captar su atención… eso era lo que pensaba el príncipe en su cabeza de muchacho.

 

 

 

- Gracias Agni….siempre sabes que decir para hacerme sentir bien.

 

 

 

 

Tum Tum Tum…. Los latidos del corazón de Agni resonaban con insistencia, aquella grata sonrisa que le acababa de proporcionar su príncipe era demasiado.

 

 

 

- ¡! ¿Agni? – De nuevo Agni lo abrazaba, sólo que ésta vez lo estaba asustando un poco, porque lo hacía de un modo un poco brusco, como buscando con desespero sentir su piel - ¿Qué es lo que…?

 

 

 

- ¡Ah! ¡Discúlpeme! – Se apartó de golpe y comenzó a excusarse totalmente sonrojado – Es que yo…

 

 

 

- ¡¡¡Eso es!!!

 

 

 

- ¿Eh?

 

 

 

- ¡Lo que necesita Cielito es un enorme abrazo! – Extendió sus brazos mostrando la magnitud de lo que decía.

 

 

 

- … - El peliblanco permaneció cabizbajo, viendo a su príncipe de nuevo alejarse de él.

 

 

 

- ¡Ah lo olvidaba! – Soma se regresaba - ¡Gracias Agni!

 

 

 

Pero el recibir las gracias por parte de su Dios no fue lo que provocó en Agni una lluvia de sentimientos alborotados, no… el príncipe se había acercado hasta él… ¡Y le había plantado un beso en la mejilla!… y para él, eso era la mayor de las bendiciones.

 

 

 

Permaneció con la mente en algún lugar lejano. Aquel beso, por muy inocente que fuera, había llenado el corazón del peliblanco con toda la ternura del menor.  

 

 

 

Por otro lado, en el cuarto de baño del señorito Ciel…

 

 

 

- Ya… te dije que no más…

 

 

 

- Sólo un poco…

 

 

 

- Se acabó… a partir de mañana… me empiezo a… bañar solo…

 

 

 

- ¿Por qué? No tiene nada de malo. Además, estoy seguro que no puede ni lavar sus “partes privadas” sin mi ayuda je je.

 

 

 

 

- ¡¿Qué insinu…?! ¡Ah! – Sintió que se atragantaba con su propia saliva.

 

 

 

 

Todo había comenzado bien: Sebastian lo había desvestido y como de costumbre frotó su cuerpo para bañarlo… pero desafortunadamente para el Phantomhive, la mano del mayordomo negro se había quedado frotando en un sitio más que en otro.

 

  

 

 

- Ya… para… va a… salir – Trataba de no sonar tan lastimero, pero su rostro totalmente rojo demostraba que aquello era en extremo placentero.

 

 

 

 

- No se preocupe, puede hacerlo en mi mano – Sebastian mostró, en éste caso, una sonrisa traviesa.

 

 

 

- ¿Cómo que.. lo haga en tu mano? – Ciel se sentía más indignado, pero para que de verdad lo hiciera el mayordomo lo masturbó con más fuerza y rapidez – No… detente… ahhhhhh

 

 

 

- Uh… vaya querido, ha salido bastante – Mostraba su mano totalmente bañada en semen.

 

 

 

- ¡Sebastian! – Se escandalizó ante el lujurioso acto ¡Que vergüenza! ¡Que vergüenza! Su cara parecía una cereza.

 

 

 

- Oh… no sienta pena joven amo.

 

 

 

Acto seguido, el pelinegro se lamió los dedos.

 

 

 

- ¿Qué haces? ¡Como puedes hacer eso! ¡Es asqueroso!

 

 

 

- No lo es, porque proviene del joven amo.

 

 

 

Ciel prefirió callarse, cada cosa que decía Sebastian lo terminaba haciendo sonrojar más, si eso era posible.

 

 

 

- Déjame. Yo puedo secarme solo – El niño le arrebató el paño al mayor.

 

 

 

 

- Está bien, está bien – Movió las manos en señal de que se apaciguara.

 

 

 

En eso un sonido estruendoso como de una estampida los hizo enfocarse en la puerta, la cual de repente salió volando.

 

 

 

 

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Cie!!!!!!!l!!

 

 

 

 

- ¡¡¡¡¡Uwaaaaaaa!!!!!

 

 

 

 

Soma se había abalanzado sobre el conde y por nada del mundo lo liberaba de su poderoso abrazo.

 

 

 

 

- ¿Qué estas haciendo? ¡Quítate! – No lo dejaba respirar.

 

 

 

 

- ¡Estoy dándote el abrazo de la amistad!... ¡¡¡Quiéreme Ciel!!! – Con cara felina.

 

 

 

- ¡Ya basta! – Se movía de un lado a otro - ¡Sebastian! – Llamó para que le auxiliara.

 

 

 

 

- Príncipe Soma, también va a quebrar lo huesos del joven amo ¿Es eso lo que quiere? – Trataba de llamar su atención, hablándole como se le hace a un niño pequeño.

 

 

 

 

- Sólo quiero que Ciel me perdone y que vuelva a jugar conmigo… ¡¡¡Perdóname!!! – Aumentaba la fuerza.

 

 

 

- ¡¡¡¡¡¡¡Está bien, te perdono, jugaré contigo!!!!!! ¡¡¡Pero suéltame!!!

 

 

 

Pero cuando Soma se retiró se trajo consigo toalla y todo… es decir, a Ciel se le vio hasta el alma por un segundo, pero al joven príncipe no le dio ni tiempo de exclamar “¡¡¡¡Wow!!!!” ya que con toda la rapidez que pudo, Sebastian lo envolvió con su saco que en micro segundos se había quitado.

 

 

 

- Si no se cubre cogerá un resfriado joven amo.

 

 

 

 

- ¡! – Ciel quedó en Shock desde el comienzo de todo.

 

 

 

 

- ¿? – Soma se estrujaba los ojos al aún no creer la velocidad en que había transcurrido aquello. 

 

 

 

 

- ¿Podría retirarse por favor? Ya el joven amo dijo que lo perdonaba, además necesita vestirse y prepararse para que jueguen un poco.

 

 

 

- ¡¡¡¡Hai!!!! – Como si tuviera alas en los pies salió casi flotando de la habitación.

 

 

 

 

- No… puede ser… - Ciel cerraba los puños y mantenía gacha la cabeza.

 

 

 

 

- Joven amo…

 

 

 

 

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¿ES QU… CUANTO TIEMPO PIENSA QUEDARSE EN MI MANSIOOOOOOOO”N?!!!!!!

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Yo espero que se quede toda la vida querido : 3 y es que cuando Soma no sale en el manga me deprimo T-T bueeeno, espero que haya sido de su agrado, ya que fue escrito con mucho cariño :p kisus para todos! Nos leemos!! Bye Bye!

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).