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No hay mal que por bien no venga por Aphrodita

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CAPITULO 4: “Y nomás te saliste con la tuya”...
 
 
  La noche llego y con ella corrió peligro la virginidad de Shiryu quien luego de cenar fue el primero en dar las buenas noches, aunque no tenia experiencia eso no quiso decir que pecaba de inocente o idiota. Pero el hábil Hyoga se las arreglo para ser el ultimo en acostarse, Shun curioso se negaba a caer bajo los efectos de Morfeo buscándole dialogo al Cisne e intentando averiguar si había hablado o no con el Dragón, lejos de conseguirlo realmente y el rubio no supo porque le escondió eso a su supuestamente mejor amigo... Quizás porque lo sintió algo muy personal que quiso guardarlo con recelo en su interior.
  Por fin solo, espero unos cuantos minutos para asegurarse que todos dormían y subió con sigilo las escaleras rumbo al pasillo que conectaba los cuartos encontrándose con sorpresa la puerta del pelilargo abierta de par en par, pero Shiryu no se encontraba allí.
  El ruso camino hasta la cama de su amigo y toco sus sabanas como si así acariciase las escamas del Dragón y que sorpresa se llevo este al ver a su amigo en tan extraña situación... Oliendo sus sabanas.
 
--¿¡H...Hyoga!?... ¿¡Q...Que haces aquí!?... –El pelilargo bajo su vista a sus sabanas.
--Oh... Yo, pues... –Hyoga dejo las sabanas rápidamente con nerviosismo sobre la cama --¿Qué haces despierto a esta hora?... –Sus planes se le habían ido a la basura.
--No me puedo dormir... –Respondió Shiryu caminando hasta su cama solo con un Joggin negro y... Por supuesto... Medias blancas. –Ven... ¿Quieres acostarte un rato conmigo?... –Invito palmeando el lado vacío de su cama.
--Tu no sabes... No te das una idea... –Hablo el Cisne pausadamente –Lo que estas haciendo...
--¿A que te refieres?...
--No me hago responsable de mis actos si haces ese tipo de invitaciones... –Dijo el rubio sin rechazar tan tentadora propuesta --¿No te has preguntado siquiera a que he venido a tu cuarto?... –Nunca lo imagino al Dragón mas inocente que a Shun.
--Si... Lo se... Por eso, acuéstate a mi lado... –Aunque estaba que se moría del terror, el pelilargo junto coraje, ya estaba crecidito y era hora.
--¡Oh por todos los Dioses!... –Como lobo hambriento el ruso se le hecho encima.
--¡Tranquilo! ¡Despacio!... –Pidió Shiryu, aquello fue muy, demasiado rápido.
--Lo siento... Pero me pones de una manera... –Se disculpo Hyoga tranquilizando su cuerpo, busco la boca del Dragón quien lo recibió sin pretextos.
 
  Mientras la boca del Cisne probo una vez mas los labios suaves del pelilargo, las manos acariciaron la cabellera larga de este ultimo... Dioses, el pelo de Shiryu era tan sedoso, tan largo, tan suave, y olía tan bien. El rubio se perdió en el cuello de su amante, disfrutando de sus aromas, mezcla de perfume y de olor masculino, no pudo evitar que sus manos recorrieran el torso desnudo de Shiryu quien se quedo estático, sin poder mover un solo músculo, se dejaba hacer, por eso el ruso lo alentó:
 
--Tu también... Acaríciame... –Las palabras salieron entrecortadas de la boca de Hyoga. –Acaríciame donde tu quieras.
  El Dragón fue directo y simple, dio un manotazo a la entrepierna del otro que debido al Jean amortiguo el contacto.
--¿No era que querías ir despacio y “Que se yo”?... –Reprocho el otro, aunque el fuego en su interior comenzó a arder.
--Lo siento... Tu me dijiste que podía acariciarte donde quisiera y yo... Lo siento, perdón si te molestó...
  El Cisne le dedico una media sonrisa morbosa, se despejo un poco de él para observarlo mejor.
--¿A ti te parece que me puede ofender o molestar eso que hiciste?...
  El pelilargo sonrió para luego preguntar sin necesitar realmente hacer pregunta con respuesta tan obvia:
--¿Puedo quitarte la ropa?... Quiero verte desnudo...
--Oh... Quieres ver a un hombre desnudo... –Dijo el rubio sugestivamente incorporándose en la cama hasta quedar de rodillas.
--Lo veo todos los días... Frente al espejo... –Bromeo Shiryu quitando del camino esa camiseta molesta que llevaba puesta su amante.
--Ah ¿Si?... –Siguió el ruso con la broma –Y dime ¿Qué tal es? ¿Es apuesto? ¿Cómo la tiene?...
--Ya te vas a enterar... –Respondió el Dragón y ahora luchaba con el cierre del pantalón.
 
  Hyoga coopero con tan difícil tarea de sacar la ropa cuando la calentura nubla la vista y pantalones fuera, su miembro se irguió amenazante escapándose de aquel slip negro ajustado. El rostro del pelilargo mitad pavor, mitad horror se le hizo muy gracioso al Cisne, pero no era gracioso para Shiryu, esa cosa que media metros y no centímetros iba a entrar en pocos minutos en su virgen entrada.
 
--¿Te gusta lo que ves?... –El rubio arqueo sus cejas sensualmente clavando su mirada en el rostro compungido de su amante.
--Si te soy sincero... Me da miedo... –El Dragón abrió sus ojos como plato –Pero también me da curiosidad...
 
  Sin dar mas vueltas, el ruso tomo al pelilargo por su trasero y metió sus manos por debajo del pantalón llevándose la agradable sorpresa de no encontrarse con nada mas aparte de ese Joggin. Nada, ningún slip o ropa interior evitó el contacto directo con los glúteos bien formados y grandes (Para ser el de un hombre) de Shiryu, quien se limito a gemir por el contacto agresivo del otro.
 
--Despacio... –Pidió el Dragón.
--Lo siento... –Hyoga recordó que estaba con alguien virgen.
 
  Lo inevitable tuvo que suceder, el Cisne busco desprender a su amigo de aquel molesto pantalón que entorpecían sus caricias, el pelilargo tembló, y se estremeció al verse inclusive sin sus medias, completamente desnudo, acostado boca arriba en la cama, con un hombre en casi igualdad de condiciones, casi porque al mismo tiempo que Shiryu analizaba que estaba con un hombre ¡Por Athena! El rubio se quito su ropa interior y dejando así que el terror se instale en aquella habitación cuando su miembro dio un respingo cuasi gracioso.
 
--Tranquilo... –Pronuncio el ruso tomando la mano de su amigo para guiarla a su entrepierna –Tócame así... Como te tocas tu cuando estas solo... Por que te tocas mucho ¿Verdad Shiryu?...
 
  Dioses que le costaba reconocer algo tan natural y evidente, el sonrojo en la cara del Dragón fue la respuesta aun mas cuando comenzó a masturbar el miembro palpitante, erguido y babeante de su amigo con suma habilidad.
 
--Ya... Por que me corro aquí mismo... –Hyoga retiro la mano de su amante para poder agacharse y de esa manera llegar al pedazo del otro. --¡Que larga es!... –Exclamo con morbo en el tono de voz.
--Shmpbi... –Balbuceo el pelilargo completamente ido al sentir la respiración caliente de su amante entre sus piernas.
--¿Quieres que te toque Shiryu? Dime que quieres que te haga... –El Cisne busco que su amigo se soltara un poco mas dando rienda a la pasión.
--Has... Lo... Que... Tu... Quieras...  –Alcanzo a decir Shiryu, aquella mano que masturbaba lentamente al punto de la tortura su miembro lo estaba volviendo loco.
--¿Quieres que siga masturbándote? ¿Quieres que te la chupe? ¿Quieres que me siente sobre tu pedazo?...
--¡Oh!... ¡Demonios! ¡No!... –Exclamo el Dragón preso de furia e indignación cuando su semen salió disparado.
--Eres un sucio... –Dijo el rubio con las palabras repletas de lujuria, el semen dio a para mitad en su cuello, mitad en su barbilla. –No te preocupes, esta bien... Necesitamos descargar antes de que venga lo mejor...
 
  Sin tapujos, el ruso se abalanzó sobre el pelilargo consiguiendo que el semen ensuciara el cuello del otro cuando Hyoga los junto con ese fin. El pedazo de Shiryu permaneció tan duro como al principio y su punta rozo un par de veces los glúteos del Cisne de manera escandalosa.
  Con mas confianza el Dragón estiro sus manos y acaricio el trasero de su amante, calmando así un poco su “sed”; aquello era tan extraño, tan nuevo, los pedazos se rozaban accidentalmente consiguiendo que esas mariposas volvieran con una intensidad inimaginable, logrando así estremecer los cuerpos de los amantes.
  Todo iba bien, todo era único y mágico, los besos, las caricias hasta que... Si, hasta que rubio lo arruino todo, o eso creyó el pelilargo, pues el ruso se incorporo colocándose demasiado lejos para sus manos y poniéndose ¿¡Al revés!?... Al poco tiempo Shiryu comprendió las intenciones del otro, por algo el pedazo de Hyoga palpitaba amenazante en su rostro, mientras que el Cisne se encontraba  apunto de engullir el miembro del Dragón.
  Aquello fue doblemente mejor que lo que habían hecho hasta el momento, sentir la calidez del Cisne envolver su pedazo, sus labios suaves acariciando su tersa piel de aquella zona, bajando y subiendo aquella misma piel con hábil movimientos, y esa lengua recorriendo con lujuria su largo miembro, era mas de lo que el pelilargo pudo pedirle a los Dioses, aun mas cuando luego de pensarlo se decidió a hacer lo mismo ¡Porque demonios había perdido esos segundo! Le hizo perder la cabeza, eso de tener un pedazo caliente, salado y palpitante en su boca se le estaba haciendo vicio, con razón Ikki y Seiya se la pasaban encerrados, aquello era inigualable, pero... ¡Un momento!... Un liquido espeso, demasiado salado, con un penetrante aroma estampo en su garganta ahogándolo casi hasta matarlo, ya de por si era una proeza conseguir atrapar con la boca la “anaconda” que el rubio tenia por pene, que encima venia a salir ese liquido llamado semen.
  Para el ruso tampoco fue fácil, el miembro largo, fino pero largo de Shiryu mas de una vez le produjo arcadas, pero era tanta su calentura que intento una y otra vez tragar su pedazo hasta donde le fue posible  y como buen amante no dejo escapar una gota cuando este miembro comenzó a escupir el néctar preciado y anhelado.
  Sudorosos, cansados, y agitados buscaron regularizar el pulso y controlar el corazón que amenazo con un infarto por tantas emociones juntas.
  Hyoga busco nuevamente la boca del Dragón, mezclando los sabores y los olores de ambos, el Cisne se sentó sobre el estomago del pelilargo y hurgando en una mesa de luz ajena busco algo con que lubricar.
 
--¿Qué buscas?...
--Tienes algún tipo de crema o algo...
--No soy mujer... –Se quejo Shiryu.
--Algo para lubricar... –Corrigió el rubio hasta que hallo un gel para dolores articulares que de seguro le serviría.
 
 Sin mas preámbulo, el ruso empapo sus manos con aquella crema y untó su propia entrada para luego hacer lo mismo con el enhiesto pedazo del Dragón que aun no bajaba. El pelilargo se quedo expectante y no pudo evitar exhalar un gemido, su rostro se torno a una mueca de dolor, la pequeña piel que recubría su miembro se había desprendido a causa de la invasión, Hyoga detuvo la marcha esperando a que su amigo tomara coraje y la respuesta llego cuando Shiryu aferro las caderas del Cisne buscando la tan anhelada penetración, entonces el rubio bajo su trasero y dejo caerse para que de esa manera el miembro palpitante del Dragón entrara naturalmente en su interior lubricado.
El pelilargo sintió como su adolorido miembro atravesaba unos anillos de manera dolorosa, ingresando cada vez mas, hasta que sus testículos chocaron con la anatomía de su amante, lo mejor comenzó cuando el ruso empezó a subir y bajar, consiguiendo así que el pene entrara y saliera de su interior varias veces, suficientes para darle la confianza que Shiryu necesito para embestir con furia a su amigo hasta perder la cordura y algo mas... Su tan odiosa y vergonzosa virginidad (Por lo menos así siempre lo vio él).
  Cuando el semen volvió a salir por tercera vez inundando el interior de Hyoga, el Dragón sintió una especie de liberación personal, como si un espíritu maligno abandonase su cuerpo y su pene al que había condenado al olvido. Luego de exhalar ese gemido masculino que se había quedado en su garganta, abrazo por la cintura al Cisne besando la blanca piel de su vientre y repitiendo frenéticamente:
 
--¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!...
--Tranquilo... Que lo mejor esta por llegar... –Pronuncio el rubio acariciando la larga melena de su amante.
 
  En ese momento, al pelilargo se le fue toda la emoción al carajo, sin embargo quiso probar, quiso saber que se sentía, por algo la gente lo hacia ¿No?. Dejo que el ruso lo acostara boca arriba con las piernas bien abiertas, aquella posición le dio demasiado pudor y a Hyoga se le hizo muy tierno ver a su amigo con las mejillas sonrojadas y en aquella posición.
  El Cisne busco el pote de gel que había dejado al costado de la cama y luego de untar un poco en su miembro busco hacer lo mismo con la entrada virgen del otro quien, por reflejo, se contrajo al frío contacto de la crema. Luego de que el pote fue arrojado a un rincón del cuarto, el rubio busco el cuello de su amante para poder besarlo y así distenderlo un poco, acostando todo su cuerpo sobre el de Shiryu se limito a acariciarlo y besarlo, pasando unos cuantos segundos así; para cuando el Dragón quiso darse cuenta, el pedazo del ruso se encontraba dispuesto en su agujero, un pequeño tirón, un pequeño empujón que Hyoga consoló con un beso en los labios tomando la cabeza de su amante.
  Aquello fue doloroso, el miembro grueso del Cisne se abrió paso, lo único que sintió el pelilargo fue dolor, un dolor inexplicable que se calo en sus huesos, una lagrima recorrió su mejilla y su compañero lo noto:
 
--Lo siento... No quiero lastimarte... ¿Quieres que la saque?... –Pregunto el rubio deteniendo sus movimientos, una respuesta afirmativa lo hubiese decepcionado ya que se encontraba a mitad de camino pero el fin no era hacerlo sufrir a Shiryu.
--No... Esta bien... Sigue empujando...
 
  Con un poco de culpa que desapareció segundo después, el ruso siguió con labor enterrando con dificultad cada vez mas su miembro hasta que por fin llego a destino. Quedándose unos minutos quieto para permitirle al cuerpo del Dragón que se acostumbrase a la invasión, se contento con besarlo y acariciarlo.
  Tenerlo al pelilargo así fue mas de lo que pudo imaginar, de hecho jamas lo imagino verlo así, pero sin embargo estaba sucediendo y aunque le costó reconocerlo nunca antes había sentido con sus otros amantes, todo lo que sintió con su amigo.
  El “O.K” de Shiryu llego cuando este aferro las piernas del otro con las suyas propias entrelazándolas, una sonrisa que a Hyoga se le hizo tierna y comenzó a hacerle el amor... ¡Dioses! La primera vez que el Cisne estaba “Haciendo el amor” Pero claro, esto no lo supo hasta tiempo después.
  Para el Dragón lo peor había pasado, el dolor aunque permaneció latente era sublimado por el infinito placer que le daba sentir eso explotando en su interior, sin saberlo acabo por cuarta vez reafirmando así que lo importante era el grosor y no el largo.
  Abrazados y besándose llegaron juntos al clímax; comenzaron de una manera tan pasional y aunque no dejo de serlo, poco a poco, el nerviosismo, la impaciencia y la inexperiencia del pelilargo lo fue convirtiendo en algo tierno y cálido.
  Shiryu llego a la conclusión de que definitivamente le gustaban los hombres, y que eso era lo suyo cuando el semen del rubio se desparramo en su interior ya no mas virgen, de ahora en mas pecaminoso, porque sin dudas lo seguiría haciendo mientras tuviese vida.
  Mas agotados que antes pero felices se quedaron dormidos, el Dragón dejo que los poderosos brazos del ruso lo cobijasen y con una sonrisa se dejo vencer a los encantos de Morfeo siguiendolo luego Hyoga, aunque le costo dormirse ya que era mas interesante ver la boca entreabierta del pelilargo exhalando e inspirando el aire, sus ojos cerrados, y la relajada expresión en su rostro.
 
 
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   La mañana los despertó encontrándolos desnudos y abrazados, el primero en despertar fue Shiryu quien con terror busco su reloj, a los pocos segundos Hyoga también abrió sus ojos al escuchar y sentir el descontrolado y desordenado ir y venir de su amante por todo el cuarto:
 
--¿Qué sucede?... –Investigo el Cisne aun dormido.
--¡Llego tarde! ¡Encima tengo que bañarme y desayunar! ¡Por todos los Dioses!....
--¿Qué hora es?...
--Las siete a.m... –Respondió el Dragón buscando su ropa para cambiarse –Tengo solo media hora... Lo mejor será bañarme total, puedo desayunar en la calle...
  ¡¿Las siete a.m.?! Ni por nombre conocía el ruso esa hora... Sin embargo no pudo con aquella imagen graciosa de su chico.
--Tranquilo... Llegaras... Tu ve a bañarte que yo bajo a hacerte el desayuno...
 
  El pelilargo paro en seco, supo que al ruso le costaba horrores despertarse a esa hora y aun así lo estaba haciendo y para colmo con una sonrisa en sus labios, ¡Dioses! Nunca imagino que iría a sentirse tan bien al tener a alguien que se preocupase por él, que le preparase el desayuno, o que se sacrificara despertándose sin necesidad mucho antes de lo habitual.
 
--Gracias... –Fue lo único que pudo pronunciar Shiryu.
--Pero antes déjame usar el baño... –Pidió Hyoga todavía durmiendo, de pie pero durmiendo.
--Hyoga... –Le llamo la atención antes de que desapareciese del cuarto.
--¿Qué?...
--Vístete antes... –Respondió el Dragón señalando su entrepierna al desnudo.
--Oh... Cierto... –Rápidamente el Cisne busco su ropa y una vez listo fue al baño para asearse un poco.
 
  El pelilargo se baño en menos de lo que canta un gallo, y en menos de lo que canta un gallo el rubio le preparo un te con tostadas. Lo que más le costo a Shiryu fue luchar con su pelo largo, mas de una vez había pensado seriamente en córtaselo bien cortito y esa ocasión no fue la excepción.
  Cuándo bajó a la cocina su corazón palpito de emoción al ver su desayuno listo y a su hombre bostezando largamente y con cara de dormido con su espalda apoyada en la mesada, si empezaban a malcriarlo de esa forma ¿Qué seguiría?: ¿Salidas a cenar? ¿Regalos? ¿Frases bonitas?.
 
--Gracias nuevamente...
--Espero que te guste... –Dijo el ruso y se sentó para hacerle compañía a su chico.
 
  Prácticamente atragantándose el Dragón termino su desayuno, pero no pudo irse sin su beso de despedida, a pesar de que llegaba tarde permitió que Hyoga lo tomara entre sus brazos, y sin pensarlo, espontáneamente como suelen ser esas cosas se le escapo al pelilargo un “Te quiero” que fue correspondido por un “Yo te amo”. Ahora menos quiso irse, pero las obligaciones hay que cumplirlas, Shiryu se fue de la Mansión para comenzar su jornada dejando al Cisne con una sonrisita idiota de pie en la sala, que demonios, era hora de seguir durmiendo... Subió las escaleras y se encerró en su cuarto acompañado de esa sonrisa que se negaba a abandonarlo.
 
 
??????
 
 
  Cuando Shiryu llego a la Mansión se encontró con todos ya en casa, busco con la mirada a su hombre quien lo esperaba, una sonrisa mutua, y se las ingeniaron para desaparecer de la vista de los otros tres dejando que una conversación diera comienzo:
 
--¿Vieron? ¡¿Les dije?!... –Exclamó Shun triunfante.
--¡Si!... Al final no estaba tan errado... ¿Viste?... –Dijo Seiya con alegría observando también triunfante a su koibito quien solo se limito a decir:
--Mphsb...
--Los gemidos de ayer a la noche no venían de su cuarto... –Acoto Andrómeda sonriente.
--No... Ayer dormí en mi pieza... –Reconoció el Pegasus.
--¡Hey! ¡Tu que haces escuchándonos mocoso!... –Exclamo el Phoenix con reproche hacia su otouto.
--¡¿Y que quieres?! ¿¡Que duerma con tapones en los oídos!?...
 
  Seiya solo se limito a echarse a reír cuando los hermanos se pusieron a discutir, en su interior se sintió tranquilo y feliz; por fin su buen amigo Shiryu había conocido a alguien y ya no estaría tan solo, sin dudas, eso creyó el Pegasus firmemente, el Dragón era la persona que menos merecía sufrir por soledad, y al final fueron ciertas las palabras de peliazul... La espera valió la pena, por algo el destino le hizo esperar, le tenia reservado algo muy bueno, alguien que realmente lo mereció.
  El morocho, el menor de los Kido, dirigió su mirada al peliverde quien seguía discutiendo con el Phoenix y se hizo una pregunta: Esta vez, siendo su niisan ¿Ikki lo ayudaría en la difícil tarea de hallarle una parejas a Shun? ¡Es que se le veía tan solito!... (¿Saori seguiría aun libre? Harían una excelente pareja con Andrómeda)...
  ¡Hay Seiya! No cambias mas.
 
 
¡¡¡ FIN ¡¡¡
 
 
 ¡Por fin! Esta historia resulto ser larga, perdón si los aburrí por momentos ¿Vieron? Les dije que era una historia sencilla, Yageni espero tu comentario y el de todo aquel que leyó.
  Gracias por existir, nos vemos en la continuación de “¿¡Que he hecho yo para merecer esto!?” Quien solo Gadya me acompaña, como siempre *_*. Luego nos vemos con un Saga y Kanon x Muu.
 
 
Rosas...
 
 
13/05/2006 8:17:11 Villa de Merlo (Te odio), San Luis (Te detesto), Buenos Aires.
 
 
Exclamaciondeathena@hotmail.com
kurumadasama@gmail.com
 

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