Capítulo X “Quien no busca, encuentra”
Hay veces en que quieres emprender el vuelo y el temor se apodera de ti. Hay veces en que estás volando y temes caerte de lo alto. Hay veces en que no puedes volar por tener una ala herida… hay veces en que no puedes escapar, porque no tienes la oportunidad…
Ya no están las cadenas en mis muñecas. Soy libre y estoy preso a la vez.
Era la noche de la cena en el departamento de sus vecinos.
A simple vista parecían buenas personas. Pero Harry tenía miedo de ser encontrado por Draco Malfoy.
Tuvo un extraño presentimiento antes de salir de su departamento. El bebé en su interior estaba demasiado inquieto. Lo mejor era disculparse y no ir.
Pero apenas se asomó hacia el umbral de la puerta, escuchó una voz conocida.
Su corazón se apretó en un instante. Tanto que le dolió el pecho. Cerró la puerta con cuidado y retrocedió unos pasos.
Le puso el seguro a la puerta. Notó que sus manos y piernas temblaban como gelatinas.
Comenzó a sentir mucho frío.
Me senté en el sillón más cercano. Estaba demasiado sorprendido. Era como recibir un balde de agua fría.
Cuando al fin pensaba que estaba lejos de él… él vuelve a estar demasiado cerca de mí…
Pansy muy arreglada y compuesta, tocó el timbre ubicado al lado izquierdo de la pared.
Desde fuera se escucharon unos pasos y la puerta se abrió. Era Hermione, la anfitriona de la cena.
-Bienvenidos- saluda a ambos invitados con un rápido beso de mejilla.
Draco y Pansy ingresan al departamento y más ella que él se asombró por la decoración del lugar.
Tal parece que Hermione se había esmerado en lucir su departamento como una suite de hotel de 5 estrellas.
Si consideramos que los Malfoy son de las familias más ricas de Inglaterra, estaría demás decirlo.
-Hola Malfoy- saluda Ron con un apretón de manos.
-Hola comadreja- responde con otro apretón de manos.
Sabía que esa cena sería muy aburrida. No tenía la menor intención de quedarse allí.
Pasaban las 8 de la noche y Hermione todavía no servía la cena.
-¿Esperas a alguien más?- pregunta Pansy notando que había otro puesto en la mesa redonda.
-Invité a un vecino- dice con tono preocupado- ¿qué le habrá pasado?
-¿Por qué no le vas a buscar?- dice Ron, quien a esas alturas tenía mucha hambre.
-Tienes razón- dice tomando un juego de llaves de la mesa de centro del living- vuelvo en 5 minutos- sale del departamento.
-Mujeres- pensó el rubio, mientras bebía un poco de vino tinto.
Hermione estaba frente a la puerta del departamento de Harry. Tocó el timbre.
Aguardó unos minutos y volvió a tocar el timbre.
No pasaron ni dos minutos y tocó la puerta.
Nadie respondía…
-A lo mejor no está- dijo resuelta volviendo a su departamento.
-¿Qué pasó?- preguntó Ron, mientras tragaba un canapé.
-No está en su departamento.
-Comencemos- dice con unas ganas de quien desea devorar todo a su paso.
La cena pasó sin grandes sobresaltos.
La típica conversación superficial sobre países que han visitado. Anécdotas de la universidad y del matrimonio.
Había algo raro en ese lugar. Draco no podía apartar su vista de ese sitio vacío.
Fingió que iba a comprar algo más de vino y se quedó mirando el departamento que estaba situado enfrente del de su compañero de clases.
Hay había algo que no podía describir. Como si una fuerza extraña le dijese que lo que estaba perdido, se encontraba allí.
Hasta que escuchó del interior de ese sitio que un frasco se rompió. Una especie de quejidos.
Se acercó y posó su oído en la puerta. Esos quejidos… desaparecieron.
-¡Dray!- la voz de Pansy tomó por sorpresa a Draco- ¿qué pasa mi amor?- pregunta al notar la palidez en su rostro.
-Iré a comprar- responde seco dejando atrás a su amada esposa.
Por más que le costase aceptarlo, le extrañaba tanto… debe ser por eso que creyó oír su voz en ese departamento.
Es imposible que Potter viviese en un lugar tan exclusivo.
Con qué dinero…
Avanzó unos pasos más… esto debía ser obra de su madre.
Fue a la tienda más cercana y preguntó si alguien con esas características había comprado allí.
-Señor, aquí compran muchas personas, no nos acordamos de todos- responde la chica de informaciones.
Algo en su interior le decía que sí. …l lo había encontrado.
Pasó por la caja y pagó las botellas de vino. Caminó lo más rápido posible y subió por el ascensor.
Allí estaba frente a esa misma puerta. Se aventó contra ella y la abrió (n/a tipo películas de hollywood).
Notó que todo estaba oscuro. Sólo la ventana que daba hacia el balcón seguía abierta.
Se acercó con cuidado y la cerró. Buscó a tientas un interruptor y encendió la luz.
Vio un bulto tirado en el piso. Al principio era así. Notó la jardinera de mezclilla.
Luego vio esa piel morena que reconocería en cualquier parte del mundo.
Fue subiendo la vista y notó la protuberancia del vientre.
Siguió avanzando hasta ver ese rostro. Ese cabello negro azabache.
Al principio fue un completo shock. Después notó que algo andaba mal.
Harry estaba inconsciente.
Draco le tocó el rostro. Estaba muy frío. Daba la impresión de que estuviese dormido.
Apenas se percibía el latir de su corazón.
-Potter- apenas pronunció ese nombre sintió que estaba vivo.
Emociones que jamás pensó poseer, le embargaban en esos momentos.
La ansiedad, la desesperación, el soñar con alguien a quien no puedes tener… todo al fin se había acabado.
No era un simple esclavo. Era su esclavo. Era quien le quitaba el sueño. Quien le curaría de su enfermedad. Quien le convirtió en un adicto.
Harry estaba inmerso en una inconsciencia total. Las palabras, ni los brazos de Draco, nada de él podían alcanzarle.
-Eres mío- dice besándole.
Cuántas noches se había imaginado poseyéndole.
Besándole, tocándole… en sus sueños, sólo era una imagen. Ahora, era real. En esos momentos, podía sentirle, besarle, sentir ese aroma que nadie más posee.
Pansy sale al pasillo y nota que una puerta está entreabierta. Vio que su esposo estaba besando a otro hombre.
Su Draco… a quien amaba tanto. A quien creyó suyo sólo porque existía el lazo del matrimonio. Su amante de fuego.
Todo se desmoronó a sus pies.
-Dray- logró pronunciar.
Draco volteó y sus miradas se encontraron.
-…l es mi esclavo- dice con tono ausente.
Pansy se vio disminuida en todos los aspectos. No sólo era un hombre. También podía concebir.
Recordó que su vientre era estéril.
Eso la abrumó más. Sólo pudo llorar sin importarle que su maquillaje quedara destruido.
…:: The show must go on continuará::…
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