Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A los caprichos del príncipe se sirve con gusto por sue

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 

 

Konnichi wa ^o^ disculpen la tardanza >,< pero tuve que cambiar de contraseña para poder abrir mi cuenta -.-“ los eventos, mis cosas y la uni se unen también n.nUu espero que el capi sea de su agrado n.n

 

 

 

 

 

Silencio reinando. Con un suave roce el violín emitió su primer sonido, dando el inicio el baile. Sebastian se deleitaba con su trabajo, sirviendo con los demás músicos mientras todos formaban parte de la danza. Finny brincaba con Tanaka y Meirin con Barck (se habían escurrido hasta el sitio y a la final les habían dejado quedarse) Ciel y Lizzy volvían a estar juntos.

 

 

 

- ¡Wow! Suena tan genial – Soma se llevaba las manos al rostro lleno de admiración.

 

 

 

Agni permanecía quieto, observando a su amo deleitarse con la música.

 

 

- “Creo que es el mejor momento para avivar esto…” – Lau que debido a su mejoría había formado parte de la fiesta, se aproximó al príncipe - ¿Me concede el honor de éste baile?

 

 

 

- ¿Eh?... si – Sonrió y tomó la mano del que hacían llamar el tigre de shangai.

 

 

El peliblanco sintió cierta incomodidad que nunca antes habías sentido.

 

 

- Es usted un bailarín nato príncipe. ¡Ah!… sencillamente baila como los ángeles – Lau hablaba mientras se deslizaba con un ritmo embriagador.

 

 

 

- Pues claro, soy el príncipe Soma – Se auto halagó, si él hacía algo lo hacía bien.

 

 

- Oh… ¿Pero que veo? – Aproximó al chico más, de modo que sus cuerpos quedaron uno contra el otro – Tiene usted un cuerpo increíble… de buenas proporciones… - Sonrisita pervertida por parte del pelinegro.

 

 

- ¡! –Soma quedó con los ojos como platos cuando una mano llegó a su trasero… ¡Esperen un segundo!

 

 

 

Al moreno de cabello largo ni siquiera le dio chance de reaccionar, Agni apartó a Lau de él, debido a que el chino tenía buenos reflejos pudo salvarse de un buen golpe. A la final su plan había funcionado y los dos indianos se encontraban juntos otra vez.

 

 

- ¿Se encuentra bien príncipe Soma?

 

 

 

- Si… no te preocupes Agni.

 

 

- Que bueno – Iba a alejarse de él, pero el muchacho lo detuvo por el brazo y lo atrajo de nuevo – Príncipe…

 

 

- Baila conmigo Agni – Lo miró con ternura.

 

 

- ¿Estás seguro? No soy más que un sirviente… - Sus palabras fueron selladas por uno de los dedos de Soma.

 

 

- No hables así. Ya te he dicho que para mí tu eres mucho más que eso – Mostró su sonrisa para darle confianza.

 

 

El peliblanco aprovechó que la mano del príncipe aún seguía en sus labios y antes de que pudiera retirarla, la tomó y le dio un beso, Soma se sorprendió, algo cálido se desperdigó por su cuerpo cuando hizo eso, algo se había despertado en él, sentía el corazón apresurarse y las mejillas calentarse.

 

 

- Príncipe – El menor lo abrazaba con enorme dulzura.

 

 

- Se siente tan cálido Agni – Ocultaba su rostro entre las prendas del mayor – Déjame quedarme así un poco más… sólo un poco.

 

 

- Mi príncipe… “Mi Soma” – Lentamente fue acogiendo el cuerpo del otro, hasta que pudo tenerlo junto al suyo.

 

 

Bailaron un rato, giraron y giraron como si estuvieran flotando en nubes. Intercambiando sonrisas, dirigiéndose una que otra palabra de afecto. Agni y Soma engalanaron el salón con su hermosa interpretación.

 

 

Cuando terminó la música Ciel se tiró en el suelo cansado, Lizzy le había hecho girar a más no poder ¿Resultado? Sebastian tuvo que acompañarlo cuando fue a vomitar.

 

 

- Joven amo – Le pasó un vaso con agua.

 

 

- Esa Lizzy… es demasiado… - Tomó un trago.

 

 

 

- Lady Elizabeth es bastante enérgica, se esfuerza en hacer lo mejor para usted… Es notable que sus sentimientos hacia usted, son profundos.

 

 

 

- …

 

 

 

El niño permaneció en silencio, con la mirada perdida. El mayordomo entonces suspiró, se agachó lo suficiente para tocar su frente, deslizar los cabellos, acariciar la húmeda zona.

 

 

 

- Sentí celos.

 

 

- Pues… bien hecho – Insistía en no verle.

 

 

 

- Joven amo… Su baile estuvo terrible, a pesar de que lo hemos practicado bastante… - En éste punto, Ciel respondió chistando los dientes. Sebastian mostró una leve sonrisa, producto de su reacción -  Pero… a pesar de eso, al verle… tuve deseos de bailar un poco con usted…

 

 

 

- No sigas.

 

 

 

- ¿? 

 

 

 

- Deja de burlarte de mí.

 

 

 

- No me estoy burlando de usted.

 

 

 

Entre los dos hubo un breve silencio, estaba más que claro que el conde de Pantomhive estaba resentido por lo acontecido, sobretodo el asunto referente al shinigami rojo, pero ¡Es que era demasiado humillante sentir celos por semejante situación! no se lo permitía, se prohibía sentirse así.

 

 

 

- ¿Dónde está Grell Sutcliff? – No lo miraba, a la final no pudo resistirse a preguntar.

 

 

 

- Se ha marchado. No tenía nada que hacer aquí de todos modos – Se encogió de hombros. Recordó porque lo había echado…

 

 

 

 ***Flash Back***

 

 

- ¡¡¡¡¡¡Kyaaaaaaa!!!!! ¡Detector de tíos buenos activado! – El pelirrojo tenía corazones en los ojos, al parecer su mira había caído en Agni.

 

 

- Por favor no vaya a hacer una esce… - Demasiado tarde, el shinigami corría como un toro hacía el indiano – Ah… - Obstinado se llevó la mano enguantada a la frente.

 

 

   - ¡Corazón! ¡Aquí estoy yo para ti! – En eso fue jalado con rudeza por la cintura - ¿Are? ¡Sebas-chan! – Estaba que explotaba de la emoción.

 

 

- Señor Grell, no vaya a hacer un escándalo.

 

 

- ¿Cómo es eso de señor, Sebas-chan? – Hizo un puchero – Después de todo lo que hemos vivido juntos… ya te he dado la confianza de tutearme y de todo lo que quieras…. ¿Me oyes sebas-chan? de TOODOOOOO.

 

 

 

- Soka… entonces, vayamos a un sitio más privado.

 

 

 

- ¿Honto? ¿Y por qué…? – Extrañado.

 

 

 

- Puesto que has venido a visitarme, lo más apropiado es que te atienda como debe ser.

 

 

 

-  …. ¡¡¡¡Kyaaaa!!!! – Se abalanzó hacía el hombre que hacía lo posible por no estrellar su puño contra su rostro.

 

 

 

***Fin del Flash Back***

 

 

 

- Debiste de divertirte, es natural, eres un demonio – Mencionó molesto.

 

 

- Je je… Sólo fue un simple beso – Lo dijo con suma naturalidad.

 

 

- …

 

 

- Si se hubiera quedado lo suficiente hubiese visto que así era – Le susurraba al oído.

 

 

- Idiota… No me importa si te acuestas con ese o  con otro, no me importa para nada… - Su mentón fue atraído con dirección al mayor, se sorprendió, Sebastian se aproximó y le dio un pequeño beso en los labios.

 

 

- ¿De verdad no le importa?

 

 

¿Por qué se sentía ceder? Como si los labios del mayordomo negro estuvieran bañados del veneno que lo llevaría finalmente a su perdición. Su pequeña mano fue entrelazada por una más grande, poco a poco fue llevado hasta chocar con una de las paredes, donde Sebastian aprovechó para profundizar el beso. Ciel abrió la boca para buscar aire, en ese instante el pelinegro iba aprovechar para introducir su lengua, más el conde apartó su rostro todo lo que pudo.

 

 

-  No más…

 

 

- Joven amo, le mencioné que no dudara – Mantenía ambas manos a los lados de la cabeza del niño.

 

 

-…

 

 

- Entonces ¿Quiere que continúe? – Con su pierna fue abriéndose paso entre las del conde.

 

 

 

- Ah… - Cerró los ojos, había rozado su miembro.

 

 

- Jum… al parecer el pequeño amo también quiere unirse a la fiesta je je – El hombre hacía referencia al pene del niño, el cual notó que estaba despertando.

 

 

 

- Se…bastian – Se quejó el niño en un tono agudo, sus palabras le producían vergüenza.

 

 

 

El mayordomo negro, aproximó su rostro hasta el cuello del niño y subiendo entre besos, se posesionó del lóbulo de una de las orejas. Le encantaba chuparlo, mordisquearlo un poco, desatar uno que otro quejido por parte del menor.

 

 

 

- Ah… no… - Cerraba los ojos – No hagas eso ahí… - Sentía como todos los vellitos de su cuerpo comenzaban a levantarse. 

 

 

 

- ¿Me va a decir que no le gusta? – Deslizó su lengua por el sitio en donde se hallaba colocado el pendiente azul.

 

 

- Eres un… bruto – Ahogó su gemido, el pelinegro continuó restregando su pierna en el sitio en donde se hallaba la virilidad infantil.

 

 

 

- Yo sé que lo ansía… - Gimió en su oído – Pídamelo joven amo…

 

 

 

- Yo… - Sus mejillas totalmente sonrosadas – Yo… quie… ro

 

 

 

- Dígame… ¿Es esto lo que usted…? – Iba a llevar su mano hacia la entrepierna de Ciel, cuando…

 

 

 

 

- ¡¡¡¡¡Ciel!!!!! ¡¡¿Dónde estas?!!

 

 

 

El aludido de un golpe apartó a Sebastian.

 

 

 

- “Tsk” – Sebastian se molestó, pero no lo suficiente como para mostrarlo facialmente.

 

 

 

- ¿Oneechan? – ¡Hasta el mismo se había sorprendido! Pero necesitaba desviar la atención del príncipe por si acaso hubiese visto algo - ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas…

 

 

 

- ¡Quiero bailar contigo Cielito!

 

 

 

- ¿Eh…Bailar? – Lo tomó de la mano y lo jaló hasta el salón de baile. Antes de irse dio una breve mirada al mayordomo que se perdía en la oscuridad del pasillo – No pudiste ser más inoportuno.

 

 

 

- No he tenido la oportunidad de bailar contigo, te busqué por todos lados ¿Qué hacías tan apartado de todos y en la oscuridad, acompañado sólo por tu mayordomo?

 

 

 

- ¡Eh! – Antes de que pudiera seguir adivinando, hizo que el príncipe se enfocara en los pasos que estaban dando – Nada… ¡ups! Lo siento oneechan – Lo tropezó.

 

 

 

- Mmm no eres muy bueno, no te preocupes que el príncipe del baile te enseñará como hacerlo – Sonrió.

 

 

 

  - Je je – Sonrió falsamente.

 

 

 

- Al parecer los señoritos nos han excluido de nuevo – Sebastian se había acercado hasta Agni.

 

 

 

- Mayordomo-san – El peliblanco no pudo ocultar su expresión – Sé que debería sentirme feliz por el príncipe pero… el verlo bailar con otra persona…

 

 

 

- Mju… comparto lo mismo que usted, señor Agni.

 

 

 

- ¿De verdad mayordomo-san? – Se mostró sorprendido.

 

 

 

- Mochiron… al convivir diariamente con el amo, es natural que empecemos a depender hasta de sus nimiedades.

 

 

 

- Tiene razón…

 

 

 

 El pelinegro no dejaba de observarle, para él no era secreto que Agni estaba enamoradísimo de su señor, y es que había que ser Soma para no darse cuenta. Tenían que acabar con ésta situación de una vez por todas.

 

 

 

- “Ésta es mi oportunidad” – Pensó de manera perversa - Señor Agni ¿Me acompañaría a dar una vuelta?

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Hasta aquí por hoy n.n ¿Cuáles serán las intenciones del mayordomo negro? O.o habrá que esperar para saberlo ^o^ gracias por haber leído y por cualquier rr que deseen dejar… hasta la próxima! kisus y cariños para todos!! Bye Bye!! :D

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).