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Nada es lo que parece por Aphrodita

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  CAPITULO 2: “De Santo solo el nombre”...
 
 
  Mientras tanto en el Tercer Templo del Santuario Kanon había conseguido quitarle el molesto e inoportuno pantalón dejando a Muu completamente desnudo quien siguió forcejeando con él, aquello lo divertía de sobre manera por eso el menor de los geminianos, harto de perder el tiempo lo tomo por las muñecas:
 
--¡Ya! ¡Deja de actuar! ¿Crees que no me he dado cuenta?...
--No sé de que hablas... –Se extraño Aries poniendo ojos de ternero degollado.
--¡Tu y tu papel! Mi niisan podrá ser idiota pero ¿Crees realmente que yo no me doy cuenta?... –Volvió a preguntar el peliazul –No te olvides que duermo en la sala y puedo escucharte cuando te escapas... Te he visto Muu... Te he visto en otros Templos... –Reafirmo sonriendo.
  Inexplicablemente el lemuriano rompió a reír.
--¿Y que tiene de malo? A tu niisan le gusto así... –Dijo melosamente el pelimorado, se levanto un poco para poder llegar al cuello de su victimario y atravesar su lengua por la morena y salada piel.
--Mi niisan es un idiota y un “cornudo”... –Aseguro Kanon dejándose llevar por esa lengua juguetona. –Y tu te aprovechas de ello...
--No... No te creas... Yo lo amo... –Aseguro Muu atrapando con sus piernas al otro –Pero la única forma que halle para enamorarlo fue esta... No lo eches a perder Kanon... –Pidió con un rostro falso de dulzura e inocencia.
--Oh... El dulce e inocente Muu... –Ironizo el geminiano llevando sus manos hasta el desnudo trasero de su próximo amante para acariciarlo con lujuria.
 
  Aries exhalo un fuerte gemido para nada inocente que retumbo en el Templo, las manos del peliazul se atrevieron demasiado llegando hasta su acostumbrado orificio. Los miembros se irguieron por completo, palpitando, deseando mas:
 
--¡¿Qué mierda esta pasando aquí?!...
  Automáticamente el lemuriano y su victimario se separaron, Muu volvió a su papel de corderito simulando que sollozaba y aferrado a sus piernas:
--Q... Que bueno que estas aquí... –Balbuceo el pelimorado.
--Niisan... Nada es lo que parece... –Se excuso Kanon.
--¿¡Nada es lo que parece!?... ¡Todo es muy claro!... –Exploto Géminis consternado, de pie con su saco y los paquetes en sus brazos.
--¿Qué traes ahí?... –Intento preguntar Aries señalando los paquetes perfectamente cerrados.
--Kanon... – Saga ignoro la pregunta para dirigirse a su otouto –Que yo haya dejado en claro que tú eras su amo en mi ausencia... ¡No te da derecho a violarlo!...
--Niisan... –Fue lo único que pudo decir el General tragando saliva.
--¡¿Y tu Muu?! ¿Cuándo aprenderás a comportarte como se debe?... –Reprocho el dueño de aquel Templo y recordando la pregunta de su koibito agregó: --Y esto... Era un regalo para ti... Pero ahora no sé si realmente te lo mereces...
  Al escuchar las palabras de su niisan, Kanon supo que era momento de actuar, con una sonrisa morbosa propuso:
--¿Por qué no lo castigamos con lo que traes?... –Desde un principio el general supo a donde había ido su hermano, ansioso esperaba ver con lo que se venía.
--Creo que si... –Concedió Saga –Te has portado muy mal Muu... Y mereces un castigo...
 
  El aludido lo único que pudo hacer fue esconder su rostro entre sus piernas, se encontraba completamente desnudo, a merced de aquellos dos hombres y eso lo excitaba por demás.
   Un sonriente Kanon se puso de pie, a medio vestir, con la camisa fuera del pantalón desabrochado llego hasta su niisan y tomo los paquetes para desarmarlos sobre el sillón, justo al lado de Muu.
 
--Mira Muu... ¿Te gusta este?... –Pregunto el General mostrándole el paquete de las Thunder Balls.
--¿Q... Que es eso?... –Investigo Muu levantando apenas la vista de entre sus piernas, aquellas bolas le llamaron poderosamente la atención.
--No lo sé... –Reconoció Kanon –Niisan... ¿Para qué sirve?...
--Ya lo verán... –Aseguro quitándose el molesto saco.
--¿Y este Muu? Mira... –Dijo el menor de los geminianos pero el aludido no levanto el rostro –Mira... –Volvió a decirle tomándolo de la barbilla.
 
  Los ojos de Aries se abrieron como platos al ver el Heavy metal plunger, aquel metálico aparato en forma de pene con esas surcos se le hizo terrorífico ¿Eso le iban a meter?, aunque la situación lo excitaba lo penso dos veces.
 
--Oh... Esto es interesante... –Dijo Kanon cuando saco el paquete más grande –Este te gustara Muu... Es ideal para ti... Además tenemos que castigarte...
 
  Saga mientras tanto fue a su cuarto para ponerse más cómodo quitándose la ropa y vistiéndose luego con su bata negra. Cuando volvió se encontró con la escena de su hermano menor prendiendo la vela negra con total y completa lascivia en su rostro.
 
--Así no Kanon... –Corrigió Saga –Primero Debes ponerle el anillo para el pene... Así no podrá acabar...
--Si... Ese será tu castigo... No acabaras hasta que nosotros queramos... –Aseguro el general dejando la vela encendida a un costado en el suelo y se puso a buscar el dichoso anillo.
--No... –Dijo Muu intentando quitarse de encima a un pesado Dragón Marino, aquello de no poder gozar no le había gustado demasiado.
--Vamos Muu... Pórtate bien... Este es tu castigo... –Dijo el Santo de Géminis caminando hasta el sillón, y tomando de las muñecas al lemuriano lo privo de movimientos.
 
  Con un poco de dificultad, Kanon logro poner el anillo en la base del miembro del pelimorado que dicho sea de paso ya se encontraba erguido en su totalidad, aquello fue difícil pues el anillo debía colocarse con el miembro flácido, pero el menor de los gemelos se las arreglo bastante bien.
 
--No seas así Muu... –Pidió Saga forcejeando con su niño –Soy yo... Debes hacerme caso... –Le recordó y poco a poco Muu comenzó a ceder –Eso es... Muy bien... Niño bueno, eres bueno... –Repitió el hombre acariciando su morada cabellera.
--Esto te volverá loco... –Aseguro Kanon tomando la vela negra del suelo.
 
  Aries observó la llama danzar, supo lo que el General haría y eso le estremeció de pies a cabeza, cerro sus ojos justo cuando la cera caliente chorreó de la vela dando a para sobre su pecho. El lemuriano se arqueo suavemente ahogando un grito, Saga observo el rostro de su pequeño y se le hizo delicioso, atravesó su lengua caliente por su cuello y lo sostuvo, no era necesario ya que Muu no se negó, pero quiso aferrarlo con sus manos.
  Kanon volvió a la carga, pero esta vez dejo que el chorro de cera fuera más largo, desde el pecho al abdomen de Muu, llegando casi hasta sus genitales... Los pelos púbicos de Aries tomaron contacto con el líquido caliente y la cera a los pocos segundos se endureció.
 
--Ten... Sigue tu... –Le indico el menor al mayor cediéndole la vela negra.
 
  Saga tomó la vela y le permitió a su otouto desvestirse rápidamente, pero él fue mas osado... Dejo que un chorro largo se deslizara por el cuello de su amante, y luego, sin darle tiempo a respirar soltó otro sobre su pecho y su abdomen y finalmente sin dudarlo también sobre su miembro erguido.
  Muu exhalo un grito que retumbo en todo el Templo y que de seguro había llegado a la Sala del Patriarca, sentir aquello caliente sobre la delicada piel de su pedazo fue mas de lo que pudo soportar, para colmo su miembro comenzó a dar espasmo avisando que se vendría y esa anillo que apretaba fuertemente la base de su pene le prohibió darse ese placer: El placer de acabar... Recién habían comenzado y Muu ya se estaba volviendo loco.
  Sin previo aviso Saga volteo al pelimorado, y cuando su otouto volvió a la escena con el gel comprendió sus intenciones.
 
--Así es Muu... Ponte de rodillas... Dame la espalda... –Pidió el Dragón Marino. –Que demonios... –Exclamo observando el pote y sin dudarlo lo arrojo a algún lugar de la sala –No necesitaremos el gel...
 
  Con su miembro erguido a mas no poder, Kanon reconoció que aun era muy temprano para penetrar al lemuriano, así que acercándose a él soporto la impaciencia de hacerlo y agachándose hasta su trasero hurgó con su lengua aquella intimidad.
 
--¿Te gusta?... ¿Te vuelve loco?... –Pregunto el menor de los gemelos llevando una mano a la entrepierna del otro, supo que aquel anillo estaba cumpliendo su funcion a la perfección.
 
  Saga busco la manera de escapar del encierro, y acomodándose con vela en mano dejo que la cera caliente cayera por la espalda de Muu hasta dar a parar sobre su parte baja, su otouto enseguida le recrimino tal acto:
 
--¡Cuidado! Me quemaras a mí...
--Entonces sal del camino... –Dijo Saga con la vela inclinada de manera amenazante.
 
  Kanon adivino las intenciones de su gemelo y quitando el rostro de aquel lugar, dejo que el líquido caliente se deslizara por la línea del trasero de Aries dando a parar a su orificio ensalivado. Ahí si que el pelimorado se aferro de la cintura de su amante ahogando un sonoro grito, quiso pedir por favor, pero prefirió resignarse de puro orgullo nomás. Saga aprovecho ese acercamiento para desatar el lazo de su bata y permitir que su erguido miembro se sumase a la fiesta.
  Con el miembro de Saga a escasos centímetros de su rostro, Muu no lo soporto y busco atraparlo con su boca.
 
--Te estas portando mal... –Recrimino Saga.
--Si... Eres un atrevido... –Reprocho Kanon al ver la desesperación del lemuriano por tragarse ese pedazo.
--Merece un castigo... –Dijo el dueño del Templo señalando con su vista el kit desarmado a un costado del sillón.
 
  El general comprendió nuevamente las intenciones de su niisan y separándose unos segundo del lugar busco la paleta azotadora... Y sonriendo camino hasta quedar frente al trasero de Muu golpeando con la palma de su mano la paleta de madera. Aries solo giro un poco su cabeza sobre su hombro y supo lo que se vendría por eso nuevamente cerro sus ojos al mismo tiempo que dicha paleta dio fuertemente en su trasero... Luego otro golpe que retumbo mas fuerte en el Templo y luego otro:
 
--59... 60... 61... 62... –Contó Kanon disfrutando aquello, el trasero de Muu palpitaba con cada golpe, completamente enrojecido había perdido la capacidad de sentir dolor.
--Ya Kanon... Ha sido suficiente castigo por ahora... –Lo freno Saga al ver el estado de su niño.
--¡Oh vamos Saga!... No seas aburrido... Además es un Santo, esto no debería ser nada para él...  –Se quejo el general --72... 73... 74... 75... Listo... Se me canso el brazo... –Mintió a lo ultimo.
--¿Te duele amor?... –Pregunto el Santo de Géminis con perversidad en sus palabras.
--U...Un poco... –Respondió el lemuriano buscando incorporarse.
--¿Has aprendido la lección?... –Pregunto Kanon con voz grave.
--Si... –Susurro el pelimorado arrodillado en el sillón y acariciando su trasero.
--No harás nada hasta que nosotros te lo pidamos... –Dijo Saga firme –Si nosotros queremos que nos chupes la verga... Te lo haremos saber...
--Si... –Volvió a susurrar Muu.
--Bien... Ahora quiero que me chupes la verga... –Dijo el General de Poseidón sentándose en el sillón y atrayendo a Aries de un brazo.
--Creo que es hora de usar los otros juguetes... –Pronuncio el mayor de los gemelos estirándose para alcanzar la bolsa con los paquetes.
--¡Oh... Si... Así!... Como me gusta... Que bien que lo haces... –Gimió Kanon sentado en el sillón observando como su cuñado engullía su pedazo, perdiéndose completamente dentro de su boca.
 
  Muu no entendió bien que sucedió, mientras saboreaba el pedazo de uno de los gemelos, el otro intentaba levantar su trasero... Acaso ¿Lo penetraría?... Eso creyó Aries y por esa razón acomodo sus rodillas en el mullido sillón para darle mas libertad al mayor de los gemelos sin dejar de atravesar su lengua por el pedazo de Kanon... Sin embargo sintió algo frío en su entrada, algo frío y redondeado, quiso voltear para ver que era pero el General de Poseidón lo jaló de los cabellos para evitar su huida, así que sin opciones el lemuriano se dejo hacer por Saga y volvió a la tarea de engullir el pedazo del menor.
  A Muu aun no dejaba de arderle y dolerle el cuerpo que algo en su trasero se abrió paso dolorosa y extrañamente, unas bolillas de metal iban entrando una a una por la mano de Saga quien lujurioso, acaricio con lascivia el trasero de su amante con la intención de consolarlo. Sin previo aviso el Santo de Géminis activo ese extraño juguete y Aries no pudo ni quiso evitar exhalar un gemido estrepitoso... Aquellas bolas de metal vibraban en su interior de una manera tan deliciosa que lo llevo al limite del orgasmo enseguida, pero claro, el maldito anillo le privo nuevamente de ese lujo así que sin opciones se contento con hacerle acabar a Kanon, sobando y jalando su miembro al punto del dolor, preso de la excitación... El general no supo si llorar o que, pero a pesar del dolor por la pasión que el lemuriano ejerció con sus aterciopelados labios, el placer fue tanto que termino largando su semen en su cálida boca.
  Cuando lo creyó oportuno, Saga comenzó a retirar aquellas bolas, una por una, lenta y tortuosamente. Muu se aferro al cojín del sillón y ahogo un grito mordiéndolo, aquellas esferas fueron saliendo de su interior y no imagino que le dolería tanto algo que hacia pocos segundo lo había vuelto loco del placer. Fue un parto para el pobre de Aries, pero finalmente termino... O eso pensó, pues los gemelos, cansado de jugar, se le fueron al humo como hienas hambrientas de carne.
Y mientras Kanon se aferro a la cintura del pelimorado buscando enterrar su pedazo en el adolorido orificio de la víctima, Saga se situó enfrente de su rostro con la clara intención de penetrarle la boca.
  Ambos pedazos irrumpieron casi al mismo tiempo, y mientras el del menor se abrió paso por el conducto estrecho, el del mayor entró y salió con insistencia de su boca, privándole del aire con cada estocada. No paso mucho hasta que el General de Poseidón acabo en el interior de Muu, aferro sus dedos en la blanca piel de sus glúteos y exhalando un sonido gutural y masculino les hizo saber que había llegado. Sin darle tiempo a respirar, ansioso por penetrar a su niño, el Santo de Géminis retiro su enhiesto y babeante pedazo de la boca de Aries y jalándolo de un brazo le obligo a sentarse, y así, a pesar del dolor en todo su cuerpo, el lemuriano tuvo que mover sus caderas de manera acompasada, quiso llorar pues su propio pedazo comenzaba a dolerle pero Saga noto su estado compadeciéndose de él, y cambiando de posición, poniéndolo de espaldas, le indico a su gemelo menor con señas que se encargara del endurecido y enrojecido pedazo de su koibito.
  Kanon se acerco hasta ellos y mientras su niisan penetraba con furia al pelimorado, el general retiro el anillo y engullo el pedazo de Muu.
  Agradecido con la vida, los músculos de Aries se tensaron, y aferrándose de la cabellera de su cuñado, elevo mas su trasero para permitirle a su hombre que lo penetrara a gusto, aquello fue la gloria y por fin Aries pudo acabar un torrente de semen que dio a parar en la garganta de Kanon quien quiso mas... Dándole a entender a su niisan sus intenciones, Saga volvió a voltear a un desfallecido ariano y obligándolo a sentarse nuevamente busco elevar el trasero de su niño con su pedazo enterrado hasta el fondo, ya listo, el General de Poseidón se situó detrás y llevo su miembro nuevamente endurecido hasta la entrada de Muu.
  Aries se desconcertó, no supo bien que iba a hacer Kanon ya que el propio niisan estaba ocupando el lugar, pero lejos de importarle eso, el menor de los gemelos intento introducir su pedazo caliente y palpitante.
  Para consolar al lemuriano, el Santo de Géminis lo tomo de la nuca y lo beso con pasión ahogando así el grito de ambos, porque Saga también sufrió un poco ya que el miembro de su otouto ejerció inevitablemente presión con el suyo.
  Cuando el pelimorado creyó equivocadamente que la tortura había terminado, ambos gemelos intentaron moverse pero fue técnicamente imposible, Muu clavo sus dedos en los hombros de Saga conteniendo sus lagrimas, sintió como esos dos pedazos lo partían por dentro desgarrándolo. Los hermanos, a pesar del dolor, la grata sensación de sentir la suavidad y dureza del otro los motivo a mantener su erección y no paso mucho de tanto insistir que el orificio comenzó a ceder... Dando así lugar a la lujuria desenfrenada... El dueño del Templo se encontró privado de movimientos en aquella posición: Acostado boca arriba con su pequeño encima, pero el Dragón Marino, mas libre, metió y saco a su placer consiguiendo el tan deseado orgasmo.
  Saga se vio un poco liberado y aunque la sensación de frotarse con otro miembro dentro de su niño se había esfumado, eso no lo privo de gozar, sentándolo de espaldas a Aries, que pobre a estas alturas era un muñeco de trapo, tomo con violencia los genitales de su niño y aferrándolos llego así al orgasmo... Dio una estocada firme y segura y dejo que su miembro descansara en el interior del lemuriano, palpitando y aun largando los últimos chorros de semen espeso y caliente.
  Un momento de relax para todos, desparramados en el sillón y con la luz de la vela negra flameando débilmente a punto de consumirse sobre el suelo de aquel Templo.
  Kanon tuvo que reconocer que a pesar de que su niisan era un idiota por dejarse engañar, había tenido una excelente idea la noche anterior, y todo había salido a la perfección, eso desde ya. Muu se mantuvo neutro aunque se sintió un poco decepcionado, espero con impaciencia que usaran también el Heavy metal plunger y por eso, señalando sutilmente el juguete tirado en el piso, susurro con la voz más inocente y dulce que pudo falsear:
 
--¿Y... Y ese?...
--Oh... Ese... No te preocupes... Tendremos tiempo para usarlo... Al igual que el vibrador de 22 centímetros–Aseguro Saga haciendo un gesto con sus manos indicando el descomunal tamaño de ese juguete vibrante–La noche aun comienza...
 
  Finalizo poniéndose de pie para caminar hasta el baño y asearse un poco, volteo sobre sus pasos y observo a su niño... Siempre tan dulce, siempre tan inocente... Siempre tan falso... Creyó durante mucho tiempo que podría engañar a un hombre como Géminis, pero Muu se equivoco, aunque el mayor de los gemelos tuvo que aceptar que había caído en su trampa en un principio, no paso mucho tiempo para descubrir en sus pupilas la lujuria, y la pasión que corría por las venas del cordero... Era mejor así, seguir con ese juego, al fin y al cabo los divertía a ambos y por algo aun permanecían inseparablemente juntos. Se amaban así y así se amarían siempre.
 
 
OOO FIN OOO
 
 
  Me duele la espalda de estar sentada en la cama, tuve que instalar mi PC sobre una cómoda del tamaño de una mesa ratona, el CPU sobre una silla y los cables colgando y arrastrándose por el suelo, el teclado sobre mis piernas y el Mouse, que afortunadamente es óptico, sobre el colchón y ya se me ha caído cien veces, de casualidad no se me rompió... Ahaaa... Lo que uno hace para escribir.
 
 
  Gracias por leer...
 
 
¡Rosas!... Nos vemos con la continuación de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Y si Corinne me contesta el privado quizás un Shiryu x Saori y sino, un Shiryu x Kiki para Gadya que es mi ídola.
 
 
19/05/2006 5:30:30 Argentina, San Luis, Villa de Merlo.
 
 
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kurumadasama@gmail.com
 
 
 
 
 
 

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