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El caso del misterio del dragón de ébano por lady_chibineko

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Notas del capitulo: Bueno, aqui hay avances en el caso... y avances en los asuntos del corazón.  Se da el inicio de una relación... espero que les guste *-* y me dejen un reviewsito

Título: El caso del misterio del dragón de ébano

Autor: chibineko

Disclaimer: Los personajes de esta historia, pertenecientes a la serie "Saint Seiya", son propiedad de su respectivo autor Masami Kurumada

Advertencia: Este es un fic yaoi, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan

Capítulo 2: Investigando y descubriendo
 
El fin de semana completo, Ikki se había concentrado en hacer una investigación puramente teórica, mientras recopilaba datos tanto de internet como de libros antiguos de la sección de Mitos y Leyendas de la Biblioteca Central de Tokyo (ahora agradecía sobremanera el que Shun le hubiese obligado a sacar un pase de biblioteca junto con el resto de los de bronce un tiempo atrás).  Prácticamente no había hecho más que eso, y estaba aún así tan solo medianamente conforme con los resultados.  Si encontrar leyendas sobre Lemuria era difícil, encontrar información sobre la estatuilla era casi imposible, por lo que tuvo que conformarse con mitos generales que mencionaban en algún lugar la estatuilla.

Pero por lo mismo que no se sentía satisfecho con eso comenzó a buscar otros medios para ganar resultados... y entonces un trío de rostros vinieron a su mente... los de los supuestos últimos tres descendientes de Lemuria.

- "Creo que es hora de hacer una pequeña visita al Santuario."- Ikki dijo con una media sonrisa al tiempo que se acomodaba el sombrero de ala ancha y la gabardina.  Era después de todo un profesional y como tal tenía que presentarse a hacer las averiguaciones... y así hubiese sido de no ser porque justo cuando estaba por salir la puerta se abrió y una cabecita peliverde se asomó de manera ya familiar a través de la puerta.

- "¿Ikki?."- Shun preguntó entonces mirando a Ikki con una gran gotita mientras dejaba su habitual canasta de almuerzo de lado- "¿A donde te vas vestido de esa manera?."- preguntó un tanto preocupado y algo espantado.

- "Pues verás ototo, tengo trabajo que hacer y estoy algo retrasado.  Me encantaría charlar contigo pero el tiempo apremia."

Shun le dio otro vistazo, luego miró el reloj.

- "Nii-san... no creo que a tu jefe le guste que te aparezcas a lavar platos en esas fachas."- Shun miraba a Ikki ahora mucho más preocupado.

- "No... no, no voy a eso.  Dejé el trabajo por un par de semanas, estoy en otra cosa."

Allí fue que a Shun casi y le da un ataque cardiaco.

- "¡Ikki del Ave Fénix! ¡Que quieres decir con que DEJASTE UN PAR DE SEMANAS EL TRABAJO!."

Si el grito de Shun no se escuchó en todo Tokyo fue de milagro, pero el pobre peliazul estuvo a punto de perder la audición.

- "Ototo, te dije que ando en otra cosa ¡Tengo un caso!, ¿No es genial?.  Ahora demostraré de que estoy hecho, algo me dice que este caso es grande."

Y Shun estaba ahora sin palabras, mirando a su nii-san como si éste se hubiese vuelto loco y en ese silencio se sentó despacito en una de las dos sillas que estaban frente al escritorio de Ikki y lo miró evidentemente preocupado.

- "Nii-san..."- dijo por fin- "Yo sé que te hace mucha ilusión esto, pero del aire no se vive Ikki.  Necesitas dinero."- Shun argumentó con la voz en un hilo, tratando de no entrar en un estado de shock nervioso.

- "¡Aja!, y allí esta lo mejor del asunto... ya recibí un MUY buen adelanto por mis servicios.  ¿Por qué sino crees que dejé el trabajo con tanta seguridad?.  Shun, adoro esta línea de trabajo, pero nunca haría nada que te preocupase... y quedarme en la calle a mi no me importa, pero sé que a ti si.  Así que no te preocupes que me estoy cuidando bien... y ahora si me disculpas, tengo que ir al Santuario por unas cuantas pistas."

Ikki besó a Shun en la frente y se dispuso a partir, pero el menor detuvo a Ikki del brazo y lo miró serio.

- "Esta bien Ikki... estoy confiando en ti; pero por amor a Kami-sama -__- si estas yendo hacia el Santuario, hazlo sin el disfraz... por mi."

Ikki miró a Shun compungido... ¡Ir sin su adorado atuendo!.  Pero los ojos de Shun le decían que el comentario había ido en serio y pensando más en Ikki que en si mismo.  Ikki suspiró y se quitó la gabardina y el sombrero... pero no los dejó sino que se los llevó en la mochila ^-^.

~.~.~.~.~.~

Ikki llegó al Santuario junto a Shun, pero pronto se separó de su ototo y fue en busca de Mu al templo de Aries, y como la suerte parecía acompañarlo, junto al dorado se encontraba un cansado Kiki entrenando. ¡Perfecto!, allí tenía juntos a dos de los últimos tres descendientes de Lemuria.

Solo que... al final su suerte no fue tanta como creyó en un principio.

- "Lo siento Ikki."- Mu dijo apenado ante la cara de desilusión del caballero Fénix- "Puede que Kiki y yo seamos lemurianos, pero la verdad que no recuerdo casi nada de su historia, principalmente porque las leyendas de nuestro pueblo se perdieron hace generaciones... y si yo se poco o nada, Kiki sabe menos que yo.  Mira, todo lo que se es como desapareció la cuidad y alguna que otra leyenda, pero ninguna acerca de una estatuilla de un dragón negro.  Tal vez... bueno, quizás el maestro Shion sepa algo."- comentó finalmente como tratando de infundirle algo de esperanzas al desesperanzado caballero.

- "Si... puede que sea así, pero no lo sabré hasta que le pregunte... supongo que lo mejor sería ir haciendo una cita con el Patriarca."- Ikki dijo con un suspiro mientras cerraba los ojos a la par que echaba la cabeza para atrás en un claro signo de cansancio.

Mu estaba por decir algo más para tratar de levantarle la moral al joven de bronce cuando una voz lo interrumpió y colocó una sonrisa en su rostro.

- "¿Hay alguien en casa?.  Creí que habíamos quedado en mi jardín desde hacía ya más de quince minutos."- un extrañamente animado Shaka entró vestido solo con una túnica de diario y una canasta sospechosamente parecida a las canastas de picnic.

- "¡Shaka!."- Mu sonrió y Kiki saludó animoso también al visitante, que sin embargo se quedó medio alelado al ver al Fénix allí.

- "Lo siento... no sabía que tenías visitas... supongo que debí hacer un rastreo de cosmos, solo que..."

Ikki alzó una ceja interrogante ante el extraño sonrojo en las mejillas de los dos dorados, y luego alzo la otra en entendimiento mientras veía que salía sobrando en la ecuación... y que a menos que trajese violín incluido estaba más que de más en aquel lugar.

- "No... no hay problema.. yo ya me iba.  Tengo que ver si puedo hablar hoy mismo con Shion, la verdad que tiempo es lo que menos tengo."- anunció el joven peliazul a la par que se levantaba y se despedía de los lemurianos y del recién llegado; y mientras se dirigía a la salida pudo escuchar a un emocionado Kiki preguntando por pastelillos en tanto que Mu lo regañaba.

Vaya... parecía que Mu después de todo había encontrado otro 'papá' para el diablillo de su discípulo.  Bien, no era su problema, él tenía que ver a Shion.

Y media hora después, en el recinto del Patriarca...

Ikki estaba en el recibidor algo aburrido, la verdad como que él no servía mucho para eso de esperar, pero sabía que con el trabajo que había elegido tenía que aprender a ser paciente, era algo necesario para él.

Llevaba ya 15 minutos allí, pero sabía que Shion era alguien ocupado por lo que tal vez llegase a estar mucho más tiempo en ese lugar sin hacer nada.  Aspiró profundo y trató de relajarse; aunque para su suerte, justo en ese momento Shion decidió hacer su entrada.

- "Caballero Fénix, es un placer verte por aquí sin que sea porque yo haya tenido que llamarte."- dijo el patriarca con una sonrisa sincera a Ikki, quien se sonrojó imperceptiblemente mientras carraspeaba un poco.

Era cierto, la mayoría de veces que Ikki terminaba en el recinto del Patriarca (por no decir siempre) era porque lo estaban amonestando.  Algo así como si fuese el chico problema siempre metido en el despacho del director, era estresante.  Shion continuó.

- "Y entonces caballero ¿Que es lo que te trae por aquí?. Si dijera que no me causas intriga estaría mintiendo, la verdad es que estoy muy curioso."- Shion dijo de manera sonriente, la verdad era que el hombre era muy paternal para con los menores (osea con casi todos) y trataba de ser un poco más jovial sobre todo con los adolescentes para que no se sintiesen incómodos con él.

- "Bueno... en realidad estoy aquí por trabajo."- comenzó Ikki y Shion alzó los puntitos de su frente mostrando interés en las palabras del caballero a su cargo, mientras murmuraba un 'Ya veo' e Ikki continuó- "Estoy haciendo un trabajo de investigación... del tipo detectivesco... para encontrar una pequeña estatuilla perteneciente a mi clientes... y al parecer esa estatuilla tiena algo que ver con Lemuria..."- Ikki tomó aire de nuevo tratando de tranquilizarse, la verdad estar así de frente a Shion como que le causaba nervios, sobre todo ahora que el peliverde se mostraba no solo interesado sino que mostraba en su rostro un gesto sorprendido.  El Fénix continuó- "Se trata de una pequeño Dragón chino negro... de material desconocido.  He tratado de encontrar información sobre este, pero todo es relativo y apenas mencionan levemente algo en los libros y la Internet.  Hmm... venía a saber si usted, como lemuriano, sabía algo.  Le pregunté a Mu, pero él no sabe nada."- terminó por fin el peliazul de hablar, tras lo cual exhaló un notorio suspiro, aún tratando de tranquilizarse.

Shion se quedó en silencio por un largo rato, solo observando a Ikki con genuino interés (no que eso ayudase a calmar los nervios del Fénix) y así continuó hasta que con delicadeza preguntó.

- "Ikki... ¿de donde sacaste esa información?."

Ikki parpadeó confundido ante el súbito arranque de seriedad del Patriarca y respondió con voz algo insegura.

- "Todo lo que le he dicho fue información que me dio mi cliente... por lo demás he buscado información sobre Lemuria pero todos dicen lo básico... que fue una civilización que existió antes y durante la existencia de la Atlántida y que era un largo continente situado a lo largo del Sur del Océano Pacífico, entre Norteamérica, Asia y Australia.  Que sus habitantes eran muy avanzados... tanto espiritual como científicamente... bueno, ese tipo de cosas.  Y que desapareció alrededor del ocho mil antes de Cristo... he encontrado algunas leyendas, y en una mencionaban vagamente un ser oscuro que actuaba como protector, pero eso es todo.  No sé si relacionarlo o no con lo que estoy buscando; por eso vine a verlo Patriarca, no sé si tenga algún dato que haya sido pasado a usted a través de las generaciones o algo así.  Si pudiese ayudarme le agradecería mucho en realidad."- Ikki terminó su relato y esperó en silencio.

El Patriarca suspiró una vez, se levantó del sitio donde había estado hasta ese momento y comenzó a caminar a lo largo de la habitación de manera preocupada.  Finalmente después de un extenso momento se giró de nuevo hacia Ikki y tras un último suspiro comenzó a hablar.

- "Hay una leyenda referente a lo que tu me describes... y hasta hace poco creí que era solo eso, una leyenda; ahora que me dices que la estatuilla existe no sé que creer... pero lo que tengo que decir es poco.  Como tu mismo has dicho mi civilización perdió su tierra de origen hace ya diez mil años, las viejas historias se han ido diluyendo en todo ese tiempo."- Shion terminó de decir algo triste ante la certeza de que pronto esas mismas historias serian olvidadas... ni siquiera Mu pudo darle una luz a Ikki en cuanto a lo que buscaba, tal vez era tiempo de narrarle a su discípulo y al pequeño Ikki lo que sabía.

- "Por poco que sea, le estaré tremendamente agradecido ante lo que me cuente Patriarca.  Por eso, si pudiese comenzar por favor se lo agradecería."

Shion suspiró de nuevo y retomó la palabra.

- "Cuando era pequeño, mi madre me contó una leyenda que ha pasado de generación en generación y contaba sobre un oscuro y noble guardián, cuya misión era cuidar de la tierra de Lemuria y sus habitantes, lo cual hizo sin dudar durante siglos.  Hasta que un desastre natural, como ya debes de saber, acabó con el continente hundiéndolo en el mar.  Según mi madre, en un último esfuerzo por cumplir con su labor, el guardián logró que el número de sobrevivientes fuese bastante más alto de lo que hubiese sido transportando gran número de hombres, mujeres y niños sobre su gigantesca espalda y volviendo al continente una y otra vez tan velozmente como ningún transporte lo era en ese entonces, y lo hizo hasta que le fue imposible volver a salir con lo cual se hundió con los que no sobrevivieron como última muestra de lealtad, infligiéndoles un poco de su calma para aceptar la muerte solo como una etapa más."- Shion expresó gran respeto y emoción en sus palabras, e Ikki no estuvo seguro de si fue por revivir palabras de su madre o por lo que la historia representaba en si... pero algo le dijo que no era el momento de preguntar algo como eso- "Mi madre me dijo que sin el guardián no hubiese sobrevivido más que una veinteava parte de los que finalmente lo lograron, pues las embarcaciones no fueron suficientes, a pesar de sus adelantos no se prepararon para un desastre de tal magnitud y que los sorprendió de pronto."

Ikki escuchó atentamente tratando de analizarlo todo, hasta que finalmente preguntó con curiosidad.

- "Bueno, es cierto que la información es más completa que la que encontré en los textos, pero ¿cual es su relación con mi estatuilla?."

Shion volvió a suspirar en su asiento frente a Ikki, aún con la mirada seria.

- "Caballero... la forma de ese guardián era descrita como la de una gran serpiente negra con cabeza alargada, enormes fauces y una crin blanca grisácea... descripción que también encaja con la de un dragón de apariencia china; y además de eso según las leyendas, es estado en el que descansaba dicho guardián le daba la apariencia de una estatua pues al descansar endurecía sus escamas y enfriaba tanto su cuerpo que el único indicio de que estaba vivo era un ligero latido que solo era percibido por unos cuantos elegidos, los que posteriormente eran nombrados como los que velaban el sueño del guardián."- Shion terminó de decir y cerró los ojos- "Como ya dije caballero, siempre pensé que era solo una leyenda, un cuento para dormir... ahora traes dudas a esa creencia de mi juventud."

Ikki frunció el ceño analizando las nuevas palabras... pero algo no encajaba.

- "Shion-sama, la estatuilla que yo busco cabe en la plama de una mano, pero el dragón que usted describe y que al final tal vez creo yo fuese solo una estatua que su gente su guardián, debía de ser enorme si la ponen como para poder transportar tanta gente de un solo viaje... creo que no hablamos de lo mismo."- el Fénix se encogió de hombros y suspiró- "Pero gracias por su ayuda de todas formas, tal vez al final si me sirva de algo."

Ikki se levantó y se despidió de manera tan respetuosa como su eterno orgullo se lo permitió, y pronto estaba caminando pensativo por las calles de Grecia.

Las leyendas y los mitos obtenidos no lo estaban ayudando mucho que se diga, tal vez debía de tomar el asunto desde otro ángulo... tal vez debería de buscar información en el mismo medio donde estaba seguro se llevó a cabo el movimiento de la pequeña estatuilla.

Más convencido de su proceder, Ikki entró en un callejón y pronto desaparecía de la vista de hombres y mujeres normales al viajar a velocidad luz hacia Tokyo.

~.~.~.~.~.~

Dos días después y vestido con una ropas no muy elegantes que se digan, Ikki transitaba por calles o muy recomendables para visitar, donde todos lo miraban de manera desconfiada y donde los golpes ganados al darle una paliza a una pandilla que trató de acorralarlo le daban algo de seguridad en aquel lugar.

Había estado esparciendo de manera moderada el rumor de que buscaba comprar una reliquia en forma de dragón negro, que el comprador que tenía estaba dispuesto a pagar lo que fuese; y con satisfacción notó que luego de poco tiempo la gente murmuraba por lo bajo al verlo pasar.  Era cuestión de esperar tan solo y la información vendría por si misma.

Y no se equivocó.

Otras casi tres horas después, mientras Ikki descansaba apoyado contra una pared; un hombrecillo de aspecto desaliñado se acercó a él apoyándose al lado suyo, como descansando también.

- "Dicen por allí que buscas un pequeño obsequio para tu jefe."- comentó el otro como quien comenta el clima.

- "Tal vez... pero a él no le gusta cualquier cosa, es un hombre de gustos... hmmm... exigentes."

- "Ya veo..."- el sujeto sacó un cigarrillo algo doblado y lo prendió con pereza, dando una bocanada- "Hubo un obsequio como el que buscas por aquí hace algunos meses... y quien lo compró pagó un muy buen precio por él; muy MUY bueno."

- "Bien... mi jefe podría pagarle a esa persona aún más por el obsequio... y si tú me consigues el nombre del comprador mi jefe te recompensará también... o mejor aún, la dirección; en verdad sería generoso contigo."

Y mientras Ikki hablaba, de manera disimulada le pasó un sobre con unos cuantos billetes grandes al hombrecillo, el cual por poco y deja caer el cigarrillo por la impresión y el gusto.

- "Eso es solo una muestra de gratitud por haber sido tan amable de acercarte a saludar.  Dentro encontraras un número, contáctalo si tienes algo más que decir."

El hombrecillo sonrió complacido y se alejó prometiendo sin duda volver a 'saludar' muy pronto.  Ikki se mantuvo en su pared un poco más, luego paseó un rato y finalmente se alejó de aquel lugar con satisfacción.  Había obtenido algunos progresos ese día.

~.~.~.~.~.~

Esa noche Ikki regresó cansado a su pequeño apartamento, notó la puerta abierta y suspiró... no tenía nada de valor, así que sabía que no era un asalto lo que le esperaba... y Shun seguro estaba esperándolo con un regaño por no haber ido a almorzar a tiempo; iba a volverse loco al ver los moretones.  Sonrió con travesura al pensar que lo iban a regañar.

- "Shun..."- dijo entrando y sacándose la chaqueta para ponerla en el perchero- "No debiste de quedarte para esperarme hermanito..."- más al voltear con una sonrisa no fueron los ojitos verdes de Shun los que lo recibieron.

- "Buenas noches Ikki... disculpa la intromisión, vine por la tarde y no estabas, pero me quedé hablando con tu hermano.  Lo convencí de ir a casa hace un par de horas, pero a cambio le prometí quedarme hasta que llegases y asegurarme así de que estabas bien."

- "Li... no te esperaba..."- Ikki suspiró mientras procesaba las palabras... Shun era un preocupón, miren que hacer que el cliente se quedase en su lugar, menos mal que tenía algo de información que entregar.

- "¡Estar herido!."- notó de pronto el antiguo caballero negro, mientras se acercaba a Ikki con preocupación.

- "No fue nada, gajes del oficio... además hasta donde yo recuerdo quedaba peor en mis entrenamientos, y nadie se ponía histérico por ello."- dijo el otro restando toda importancia al asunto.

Ryu Li frunció los labios, sabía que cuando Ikki se ponía en esa actitud nada podía hacerse para siquiera atenderlo.

- "Tengo información que puede ponernos sobre la pista de tu estatuilla."- anunció el peliazul de improviso y de manera satisfecha mientras trataba de relajar los músculos de los brazos.

- "¿En serio?.  Pues estoy ansioso de escuchar todo lo que tengas, pero mientras le prometí a tu hermano algunas cosas como ya te anuncié, y entre ellas estaba asegurarme que comieses algo.  Así que me haces el favor de ir a asearte para comer Fénix, yo mientras tanto calentaré tu comida, se enfrió hace horas."

Ikki miró a Li y frunció el entrecejo en desaprobación.

- "¿A que te refieres con eso?... Eres mi cliente, no es correcto que andes por allí sirviéndome la comida."- Ikki protestó sin dudar y luego comenzó a refunfuñar, y entre sus susurros se escuchaba claramente- "Voy a matar a Shun."

- "Fénix... no es para tanto, no es como si no nos conociésemos, además..."- Li decidió tomar los argumentos que Ikki utilizó hasta hacia tan solo unos instantes antes, y lo hizo con placer- "No es como si jamás te hubiese servido la comida, incluso cociné para ti en la Isla de la Reina Muerte si mal no recuerdo, es más todos caballeros negros lo hicimos, nos turnábamos un día a la semana, y no recuerdo haber oído quejas de tu parte."

Si alguna vez Ikki decidió hacer un puchero, ese fue el momento indicado; y como un niño regañado se fue a su pequeña habitación para cambiarse mientras escuchaba el ruido que Li hacia seguramente al meter los recipientes con comida al microondas que acababa de comprar en una barata justo el día anterior (era más cómodo que andar usando la cocina y las sartenes).  Se bañó rápidamente en su pequeña ducha, se cambió con ropa limpia y fue hasta la cocina-comedor-lavandería que tenía en su pequeño departamento.  Más se paró en seco ante lo que vio.

La comida estaba servida en su plato, tenía un vaso de refresco justo en frente y los cubiertos puestos de manera correcta al lado... bien, eso no fue lo que lo hizo detenerse; sino ver al antiguo Caballero Negro del Dragón con el mandil que Shun usualmente usaba puesto sobre su caro traje de Armani mientras lavaba con tranquilidad los recipientes que antes habían contenido la comida y un par de sartenes que seguramente había utilizado para calentar lo que ahora estaba servido.

- "¿Que crees que haces?."- preguntó Ikki en confusión.

- "Bueno... no esperaras que crea que todo quedará limpio por arte de magia ¿no?."

Ikki negó en incredulidad acercándose a Li.

- "Por si no te fijaste, tengo un microondas justo al lado tuyo, no tenias que hacer esto... podrías mancharte el traje y... ah, olvidalo."- se rindió finalmente cuando Li alzó una ceja burlonamente.

- "No soy ciego, vi el microondas a mi lado.  Simplemente prefiero hacerlo a la manera tradicional... además, no te morirás por comer como persona decente por un día."

Y mientras hablaba Li condujo a Ikki hasta su asiento y lo obligó a sentarse para que comiese.

- "No te serviste nada."- Ikki notó algo incómodo

- "Yo ya comí a mis horas, gracias."- Li replicó sin hacerse problemas, e Ikki no tuvo más remedio que comenzar a comer algo.

Y así entre bocados y con la total atención de su cliente, Ikki le dio los detalles obtenidos a Li.  Primero le dio los detalles de lo acontecido en su incursión a los barrios del mercado negro en Tokyo, tras lo cual Li aunque preocupado por la seguridad de Ikki se notó un tanto aliviado al tener por fin algo en que comenzar a apoyarse y le aseguró a Ikki completo apoyo financiero para lo que sea, e incluso la devolución de lo ofrecido a su informante, a lo que Ikki replicó que eso ya estaba incluido en el pago final, así que como cliente no tenía de que preocuparse.  Li lo miró no tan convencido.

Finalmente Ikki le habló a Li un poco sobre la información mitológica obtenida y lo hizo muy animadamente... por lo menos hasta que notó un cierto dejo de tristeza en la mirada perdida del hombre de largo pelo azabache.

- "Li... ¿Te encuentras bien?."- Ikki preguntó ligeramente preocupado, dejando su bebida de lado.

El dragón lo miró algo sorprendido, pero pronto negó retomando su actitud semi relajada, serena y pacífica de siempre.

- "No, no... no me pasa nada, estoy bien... bueno... tal vez un poco cansado."- admitió al final con una sonrisa e Ikki asintió.

- "En realidad es tarde y debes de estar cansado.  No es por ser descortés pero tal vez fuese bueno que vayas a casa a descansar."

Li miró a Ikki un largo momento tras lo cual asintió y se paró, no sin antes tomar el plato vacío de Ikki y llevárselo junto a los cubiertos al fregadero.

- "Nooo... no hagas ESO por amor a Kami-sama.  Deja, no es tu obligación."- Ikki prácticamente corrió para quitarle al ex caballero negro el plato, los cubiertos y ponerle un secador en las manos para limpiárselas.

- "Ikki, por favor... ya te dije que tampoco es para tanto.  Te lavé los platos muchas veces, y no solo a ti sino también al resto.  No estoy hecho de porcelana, no me voy a romper por algo tan sencillo."

Ikki suspiró negando por enésima vez.

- "Pero entonces no eras mi cliente.  Punto final a la discusión."- Ikki dijo con firmeza mientras acompañaba (o más bien dicho casi arrastraba) a Li a la salida.

- "Ikki Kidoh, eres un ser raro... y a tu manera muy caballeroso aunque quieras negarlo... ya veo porque Pegaso negro y Cisne negro se enamoraron tan profundamente de ti."- y dicho aquello y dejando a Ikki con un enorme agujero en donde se supone debía de estar su boca, Li se fue de allí con una enorme y juguetona sonrisa en los labios.

Y si Ryu Li tenía algún macabro propósito al hacer aquella declaración, pues definitivamente logró resultados al no poder el caballero de Fénix pegar un solo ojo aquella noche... de solo pensarlo... brrrr... se le ponía la piel de gallina.

Así que cuando Li llegó a la tarde siguiente para recabar información sobre su caso, era un Ikki casi neurótico el que lo esperaba.

- "¡¿Como así que Sato y Alexei se ENAMORARON DE MI?!."

- "Buen día a ti también Ikki."- Li entró más que feliz y se sentó de manera tranquila y elegante en el asiento frente al escritorio de Ikki.

- "¡Li!..."- Ikki replicó casi suplicante, y la risita que su cliente soltó ante su dilema no ayudó mucho que digamos.

- "No es para tanto... eso sucedió hace mucho, cuando estábamos en la Isla de la Reina Muerte... pero tu estabas tan enamorado de Esmeralda que no te diste cuenta."

El nombre exclamado con tanta suavidad por Li detuvo el alborotó interno de Ikki y lo hizo tomar asiento con un aire de tristeza.

- "Lo siento."- dijo entonces Li con un tono sincero al darse cuenta de su error- "No quería traerte recuerdos tristes Ikki."

- "Olvidalo... esta bien.  Es algo a lo que me tendré que acostumbrar algún día... creo.  Y definitivamente me tomaste por sorpresa ayer... nunca lo imagine."- dijo Ikki ya más calmado.

- "Bien si... pero no hay problema ahora, es decir ambos están muy felices... ehm... juntos.. desde hace ya unos dos o tres años creo."- terminó de decir con una gran sonrisa.

- "¡¿QUE?!."

Sin duda alguna el rostro de Ikki fue todo un poema en el momento, y Li no pudo evitar reír con ganas ante aquello.

- "¡LI!... ¡No te rías!."- Ikki estaba al borde de la histeria.

- "No te pongas así... que te puedo decir, dicen que un clavo saca a otro claro n.n bueno, cada quien encontró al clavo que necesitaban en el otro."

Ikki no solo estaba en shock, estaba poniéndose de un bonito azul morado y a punto de sufrir un ataque cardiaco.

- "No puedo creer que no te hayas dado cuenta."- rió de nuevo el dragón negro, e Ikki se sintió entre estúpido y timado... y decidió que lo más inteligente seria no decir nada mas al respecto a ver si así el asunto era olvidado... pero su ego no se lo permitió.

Luego de algunos minutos de silencio en los cuales pensó tal vez demasiado en el asunto, dijo con murmullos que bien podrían haber sido interpretados como palabras masticadas.

- "Pues al parecer fue muy fácil olvidarme... como si yo no mereciera la pena el ser recordado un poquito más... prácticamente los revivieron y corrieron a vivir juntos... vaya tipos..."

No hay que decir que la sonrisa que Li tenia en su rostro cuando Ikki lo miró de nuevo era deslumbrante.. todo un recordatorio al hecho que quedarse callado hubiese sido lo más inteligente.

- "Bueno... mejor te doy los reportes de lo que averigüé hoy día... mi informante esta sobre la pista del comprador, al parecer alguien muy rico, esta es la cifra que pagaron por tu estatuilla... muchos ceros."- dijo Ikki pasándole un papel con una cantidad escrita a Li, quien sin embargo solo se encogió de hombros.

- "No hay problema... doblaré e incluso triplicaré eso de ser necesario."- dijo muy seguro de lo hablado.

Ikki solo asintió.  Otra vez el silencio se instauró entre ellos dos.

- "No puedo creerlo aún... ¿Que demonios vieron esos dos en mi?."- tercamente Ikki de pronto comenzó de nuevo con aquel asunto.

Li solo sonrió en dirección a su detective y suspiró.

- "Bueno... enamorarse de ti en realidad no es tan difícil... y por lo visto para ellos olvidarte tampoco fue difícil."- otra vez Li metía el dedo en el orgullo herido del Fénix con satisfacción, pues otra vez Ikki gruñía por lo bajo.

Otros tantos minutos de silencio se dieron entre ellos.

- "¿Como así que no es difícil enamorarse de mi?... ¬_¬ no me digas que tu también sucumbiste a 'mis encantos'."- Ikki dijo entre divertido, irónico y medio bromista.

Más el silencio de Li ante aquello hizo que la mirada burlona de Ikki se transformase en otra de desconcierto.

- "¡Dragón negro!."

- "Ikki del Ave Fénix, eres un vanidoso.  Me voy, vendré mañana a ver si hay más avances, y si necesitas alguna otra cosa."

Y aún con las elegantes formas de actuar del dragón, aquello no fue más que una huida cobarde de la escena del crimen según cierto peliazul, quien no alcanzó a decir ni 'Hasta mañana' a su cliente...

Al día siguiente Shun encontró a un pensativo Ikki en su oficina, lo cual había sido raro en los últimos días, pues cada que iba a dejar la comida y la ropa limpia o a recoger la ropa sucia, Ikki no estaba... aunque la verdad la diferencia no fue mucha, Ikki estuvo callado y pensativo durante todo el rato que Shun se la paso limpiando por aqui y por alla, colocando la ropa limpia en su lugar o haciendo cualquier otra cosa.  Apenas y logró que su hermano se diese cuenta que se despedía de él antes de irse.  E Ikki siguió así durante todo el día, hasta que un conocido traje negro de Armani hizo su aparición en la puerta de su despacho.

Li entró con toda la gracia que lo caracterizaba e Ikki le brindó una taza de café, tras lo cual comenzaron a hablar de negocios... y luego de eso simplemente se quedaron hablando de temas triviales por demás.  Algo de actualidad, algunos recuerdos comunes y luego uno de aquellos cómodos silencios entre los dos... hasta que Ikki decidió interrumpirlo.

- "Hay algo que me tiene curioso sobre lo que hablamos anoche."- Ikki dijo de pronto pasando por alto la repentina sonrisa de Li.

- "Pues tu dirás."- el dragón alegó haciéndose a medias el desentendido.

- "Dijiste que enamorarse de mi no era tan difícil... te pregunté si tu también habías caído bajo mis encantos y huiste... ¿eso que significa exactamente?."

Entonces fue Li quien de pronto presentaba en su rostro todo un poema, era obvio que la pregunta de Ikki lo había tomado más que por sorpresa y su profundo sonrojamiento era una respuesta por demás significativa.

Ikki alzó las cejas y abrió la boca en una 'O' perfecta.

- "¿Li?..."- Ikki preguntó mientras salía de su estupor.

- "¡Eso fue hace mucho tiempo!."- soltó de pronto el de pelo azabache haciendo un gracioso puchero, Ikki lo miró impactado.

- "Debo ser más sexy de lo que pensé... y la verdad es que yo nunca lo pensé."- Ikki razonó para consigo mismo y cinco segundos después el Fénix reía con ganas mientras que Li no sabía ni donde terminar de meterse... aunque de alguna manera aquella risa contagiosa estaba derribando cualquier tensión dada en el momento.

- "¿Ya terminaste de reírte de mi?."- preguntó Li aún apenado y algo resentido de que sus palabras se hubiesen volteado contra si mismo de esa manera.

- "Lo siento, no fue mi intención... y no me reía de ti, me reía contigo."- el Fénix dijo entre fuertes tomas de aire mientras aún trataba de tranquilizarse.

Oh... Ikki podía llegar a ser tan encantador a veces.  Li no pudo evitar volver a sonrojarse.

- "¿Como llegamos de pronto a esto?."- se preguntó Li para si mismo en voz baja.

- "Tu dijiste la otra noche que Alexei y Sato se fijaron en mi, no fue mi culpa Li... aunque debo admitir que cuando te pregunté sobre ti no me esperaba una respuesta afirmativa... Mmm, solo me queda preguntar... ¿Andrómeda Negro?."- Ikki preguntó con una vocecita tan débil e insegura que la tensión restante de Li se disipó de inmediato mientras era él quien ahora largaba a reír.

- "Li..."- Ikki sonó tan suplicante.

- "No, no... nada que ver con Oliver en ese aspecto; estaba demasiado enamorado de si mismo para fijarse en nadie más y aún ahora creo que sigue igual."

Ikki suspiró en alivio y de pronto se instaló otro cómodo silencio entre los dos.

- "Bueno... no tuve mucho que informar hoy Li... lo siento."

- "Esta bien supongo, estas avanzando más de lo que ningún otro había avanzado en este caso, me das esperanzas de recuperar lo mío; en realidad eres muy bueno en esto.  Gracias."

Ikki asintió lentamente y se levantó de su asiento.

- "¿Más café?."

- "Por favor."

Ikki sirvió el café sin prisas y de nuevo aquel silencio amable entre los dos se quedo otro largo rato, hasta que de nuevo a Ikki se le ocurrió romperlo con una pregunta.

- "¿Y cual fue tu clavo?."

- "¿Cómo?."- Li parpadeó confundido.

- "Tu dijiste que me olvidaron con lo de un clavo saca a otro clavo... lo cual me hace sentir fácil y usado pues fácil les guste y fácil les dejé de gustar y yo ni enterado, pero eso supongo que no es lo que importa aquí.  Bien ¿quien fue tu clavo?."

- "Oh... bueno... uno no necesariamente tiene que tener un clavo."- Li le dio un sorbo a su café y se paró de pronto- "Creo que es hora de irme, nos vemos mañana Ikki."

- "Ah, si... si claro."- Ikki dejó su taza de lado y se paró siguiendo a Li a la salida, donde algo extraño sucedió.

Ikki se encontraba justo detrás de Li, quien volteó para despedirse una última vez de su detective privado y de pronto ambos estaban demasiado cerca el uno del otro, cerca como nunca antes.  Un ambiente raro se instauró entre ellos, una mezcla de nerviosismo, de una extraña atracción y de expectativa.

- "Ikki... yo..."

- "¿Si?..."

- "Porque... ¿Por qué a todos los llamas por sus nombres... menos a mi?."- Li preguntó de manera suave.

- "Yo... ¿te molesta?."


- "Solo... es curiosidad."

- "Supongo... supongo que es porque... bien, siempre me inspiraste más respeto que el resto.  Siempre fuiste como que un poco más serio, más noble y todo eso..."- Ikki trató de explicarse un poco torpemente.

- "Ya veo."- Li bajó la mirada, las mejillas pálidas increíblemente sonrojadas- "Sobre lo del clavo..."

- "¿Si?."- a Ikki por alguna razón el aliento le estaba faltando.

- "No hubo otro clavo porque..."

Ikki sentía la garganta cerrada, los labios secos y el pulso disparado.

- "Bueno... creo que porque... en cierta medida... aún me gustas."

Las palabras habían salido suaves y en casi un susurro, pero Ikki las escuchó tan fuerte y claro como si hubiesen sido dichas con un megáfono justo al lado suyo.  Así que cuando en medio de su shock sintió los labios suaves de Ryu Li sobre los suyos no pudo reaccionar, y cuando el hombre de negros ojos salió por la puerta tan rápido y ligero como un suspiro, Ikki siguió sin reaccionar y fue así durante varios minutos, hasta que cerró la puerta por fin llevándose los dedos a los labios aún en sorpresa y de manera inconsciente.

Li lo había besado... y ese había sido su primer beso en años... y le había causado mariposas en el estómago y una descarga en la columna vértebras.  La verdad era... bueno... que a él también le gustaba Li, y ahora estaba en un gran dilema existencial.

~.~.~.~.~.~

Shun llegó a la mañana siguiente, y como todas las mañana abrió la puerta, metió su canasta de comida, la bolsa de la ropa limpia y entró canturreando alguna canción de moda, y su rutina hubiese sido la de todas las mañana si la impresión de ver a Ikki en el estado en el que lo encontró no lo hubiese detenido en seco.  Y es que lo que veía no era algo que se viese todas las mañanas.

Un Ikki desarreglado y muy deprimido yacía con el rostro enterrado entre los brazos que estaban descansando sobre la mesita de la cocina-comedor... Shun hasta miedo tenía de pronto de acercársele mucho a su nii-san, no vaya a ser que se fuese a romper.

- "¿Ikki?..."- Shun se acercó tímidamente.

Ikki levantó entonces el rostro y todo fue peor, a Shun el corazón se le cayó a los pies.  Ikki se veía simplemente... terrible.

- "Nii-san..."- Shun susurró y se sentó al lado de Ikki, quien le dio una mirada tan desvalida que el pobre peliverde tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no llorar- "¿Que paso?..."

- "Li... Ryu..."- Ikki dijo en un suspiro y volvió a hundirse en su miseria.

Shun acarició paciente los cabellos de su hermano y esperó, conocía a Ikki y sabía que él hablaría en el momento que fuese necesario para Ikki... lo cual generalmente tomaba algún tiempo en lo que la necesidad del Fénix vencía a su propio enorme orgullo.  Finalmente, Ikki comenzó a hablar.

- "Anoche Li me besó."- dijo en otro suspiro, y aunque Shun sintió una enorme urgencia de decir algo a lo menos, y es que a lo más quería ponerse a gritar, se aguantó.  Ikki continuó- "Y me gusto... Shun, no sé que hacer... por un lado... bueno... no esta bien porque es mi cliente, pero no es un desconocido... y además... esta Esmeralda y yo..."- Ikki se hundió de nuevo escondiendo el rostro- "No se que hacer."

Shun, quien continuaba acariciando los cabellos de Ikki se arrimó un poco más hacia su hermano y finalmente lo hizo moverse un poco hasta hacerlo recostar el rostro en su pecho.

- "Ikki, se que lo que voy a decirte tal vez no te suene bien, pero quiero que me prometas que vas a escucharme hasta el final, y si quieres luego me echas a patadas."

La cabeza de Ikki aún apoyada buscando calor desde algún lugar del suéter de Shun asintió.

- "Bien... lo diré sin rodeos, porque es lo que pienso... Nii-san, no puedes seguir hundido en el recuerdo de Esmeralda, sé que la quisiste mucho y le agradezco el haber abierto en tí la posibilidad de amar, pero es hora de decir basta.  Ikki... no te cierres a una nueva relación."- Ikki levantó el rostro y miró a Shun serio, pero mantuvo su promesa y se quedo callado... escuchando- "Ikki, tampoco te estoy diciendo que te comiences a meter en la cama de todos los que se te insinúan, ni siquiera que le hagas caso a Ryu-san... aunque cuando lo conocí el otro día fuera del campo de batalla me pareció amable; pero quiero que en este momento te pongas a pensar bien y me digas muy aparte de si te gusto o no el beso que recibiste... ¿que sientes por Ryu-san?.  No me respondas de inmediato, piénsalo bien primero."

Shun estaba muy serio y nervioso... había ensayado ese discurso una y otra vez en su mente durante años preparándose para ese mismo momento; solo que por alguna razón nunca creyó que fuese a darlo tan rápido, y ahora trataba de mantener la compostura como fuese aunque le estuviese costando más que nada en el mundo.

- "No es necesario pensarlo más... no he pensado en otra cosa durante toda la noche Shun."- Ikki suspiró por enésima vez y se encogió sobre su sitio- "Siempre hubo algo especial con Li desde que lo conocí... como un aura que me daba tranquilidad cuando estaba a su lado, peor en aquellos momentos todo lo que representaba era una buena amistad, y lo siguió siendo hasta... bueno... que me plantee algo diferente con él... es extraño, imaginarlo como algo más que un compañero de batalla o un amigo fue más fácil de lo que puedo admitir.  Eso es lo que me molesta."- Ikki, si eso era posible, se encogió aún más en su asiento, dando un aspecto aún más desvalido que momentos atrás- "Shun... tengo miedo."- confesó finalmente.

Y Shun lo abrazó, y lo acunó en un arrullo suave.

- "Pero Ikki... no es la primera vez que le tienes miedo a algo y aún así lo enfrentas.  Y la verdad, en este momento me haría muy feliz ver a mi hermano el valiente, enfrentar esta nueva batalla y este nuevo miedo... Ikki, date una oportunidad.  No lo hagas por mi, hazlo por ti."

Ikki miró a su hermanito, y el peliverde le devolvió una sonrisa radiante y cálida, llena del apoyo que en esos momentos tanto necesitaba.  E Ikki suspiró... Shun tenía razón, no había flaqueado antes ante ningún reto en la vida, tenía que enfrentar esta experiencia nueva y ya vivida a la vez con la valentía que caracterizaba a Ikki del Ave Fénix.

~.~.~.~.~.~

Ikki miró nervioso la enorme mansión que tenía frente suyo... no solo porque era ENORME (lo cual ya era malo de por si en su caso) sino porque iba a hacer justo lo que iba a hacer.

El peliazul caminó lentamente el extenso camino desde la reja de entrada hasta la puerta de la mansión, y una vez más esa noche se preguntó porque demonios un niño rico como Ryu Li se metería a entrenar en una isla salvaje fuera de los mapas donde pudo haber perdido la vida sin que a nadie le importase.  Y algo en su interior le dijo que conocer la respuesta de los labios del caballero negro del Dragón justo en el momento indicado estaría entre las cosas que debían de suceder si es que todo le salía durante los próximos minutos.

Llegó y tocó el timbre y esperó... y fue una sorpresa cuando el mismo Ryu atendió abriendo la puerta y se le quedaba mirando con cara de absoluto asombro.

- "Creí que tendrías un mayordomo o algo para abrir la puerta... mmmm... ¿le diste la noche libre o algo así?."- dijo en un tono que trató fuese de broma y así aligerar el ambiente y en lo cual falló de manera miserable al notar que la boca de Li seguía abierta en genuino asombro.

Finalmente Li pareció reaccionar.

- "I-Ikki... ¿que... haces aquí?."- preguntó aún sosteniéndose de la perilla de la puerta... y la verdad era que si la soltaba el pobre muchacho de larga melena se iba de frente al suelo.

- "Bien..."- Ikki comenzó a jugar con un pie moviéndolo hacia adelante y hacia atrás- "Te esperé para darte el reporte de hoy pero no fuiste... así que vine yo.  Tú me diste tu dirección, así que..."

Li asintió ausente, mientras seguía mirando a Ikki de manera insistente.

- "Claro..."- y eso fue todo, las palabras se le acabaron al Dragón Negro.

- "Entonces..."

- "Entonces..."

Otro silencio, es que si a Li se le acabaron las palabras, a Ikki se le olvidaron todas las que tenía.

Se miraron por largo tiempo sin decir nada, el nerviosismo del momento resbalando por cada poro... era desesperante, era una tortura, era... 0h!, al diablo.

Ikki mandó entonces todo su control y el discurso pensado y los planes a volar e hizo justo lo que había deseado hacer desde el momento en el cual Li abrió la puerta unos minutos atrás.  Y lo besó.

Fue un beso torpe y lleno de sentimiento... uno de esos que se recuerdan como el primero en la vida, o el primero de tu más maravillosa relación... uno de esos que te dan mariposas en el estómago, te hacer sudar por completo y te envían toda la sangre hasta el tope de la cabeza, luego hasta los pies y luego la vuelve a mandar para arriba.  Era justo lo que se necesitaba, lo que ambos necesitaban y con lo torpe y todo duró lo suficiente para ser memorable.

- "Quiero intentarlo..."- fue lo que Ikki susurró quedito cuando ambos se separaron.

- "Oh..."- fue lo único que Li pudo articular.

- "Pero... no te fallaré con este trabajo... lo cumpliré aunque me cueste la vida... tendrás tu estatuilla... lo prometo."

- "Esta bien."- dijo Li aún no saliendo del mareo que le causaron todas las emociones que se acumularon en ese beso.

- "Y no lo hago por tu dinero... no quiero que pienses eso..."

- "Lo se..."- Li se sentía estallar.

- "¡Yo pagaré lo que sea que vayamos a comer en nuestras citas!."

¡Citas!... oficialmente el Dragón había muerto y se había ido al cielo.

- "Esta bien..."- susurró cada vez mas atribulado, por alguna razón habían lágrimas retenidas luchando por salir de sus ojos.

- "Por ahora eres mi cliente y yo el detective... pero luego... pues veremos que sera luego."

- "Entiendo..."

- "Pero esto es como un trato... termino el trabajo y entonces ya no serás mi cliente."

- "Aja..."

- "Estoy hablando tonterías ¿cierto?."

- "Si..."- Li sonrió, y a Ikki se le subió una gran cantidad de sangre a sus mejillas.

- "Mejor me voy."- Ikki sonrió torpe.

Li le dedicó otra sonrisa no menos torpe, y de pronto no quería ver al Ave partir.

- "¡Ikki!..."- Ikki volteó dando un cierto toque dramático con ese sombreo de ala puesto y la gabardina moviéndose al compás de su cuerpo, mientras que la luz del pequeño farolito de la entrada lo iluminaba de manera tenue.  Li tragó- "Y... ¿y mi reporte?."

Ikki enrojeció un tono más.

- "La verdad... no tengo nada para hoy."- dijo muy apenado.

- "Oh... bueno..."- lo vio comenzar a alejarse de nuevo, y desesperado dijo lo primero que se le vino a la mente- "¿Quieres un té?... tengo una mucama que lo puede hacer... pero por lo general lo preparo yo mismo.  No me sale mal."

Ikki lo miró un buen rato, y finalmente sonrió.  Poco después entraba por aquella puerta, que lo había visto realizar el acto que más valentía le había requerido nunca jamás."

~.~.~.~.~.~

Dos semanas después.

Ikki revisaba unas posibles fotografías del momento de la compra de la estatuilla en el mercado negro, para su desgracia el sujeto estaba de espaldas, pero estaba seguro que de algo le tenían que servir... algún detalle se daría.  Suspirando, dejó las fotos de lado por un momento.

La verdad era que aunque lento, avanzaba de manera firme en la investigación... y no solo eso le iba bien, por primera vez en la vida todo le iba bien.  Llevaba dos maravillosas semanas de relación con Ruy Li, a quien aún seguía llamando por su apellido, pero era más que nada ya como de cariño.

Pueda que no hubiesen pasado de unos cuantos besos encendidos y caricias por aquí y por allá, pero Ikki sin duda se sentía en una nube.  Ahora lo reconocía, estaba enamorado... y con esos pensamientos suspiró de manera tonta... algo que había estado haciendo de manera frecuente últimamente.

Entonces el teléfono sonó, e Ikki contestó con su usual dulzura.

- "Si diga..."- bien... esa era su usual dulzura- "¿Seguro?."- de pronto el Fénix se irguió sobre el asiento mientras un nuevo brillo se instauraba en sus ojos.

Era su informante... y esta vez parecía tener un buen y jugoso pedazo de información... acababa de darle la dirección del comprador.  Aún no tenía el nombre, pero la dirección era tan buena como la mejor información.

- "Verificaré en este momento la información; y si es buena, puede esperar una buena recompensa por ella."- dijo Ikki con aire confiado y cortó.

Con rapidez cogió el sombrero y el abrigo y salió sin siquiera detenerse a respirar, con suerte ese mismo día resolvería todo.  En menos de un tris ya estaba a las puertas de una enorme mansión, que quedaba justo en el lugar que le había sido indicado.

Para su sorpresa lo recibieron bien y sin problemas, un mayordomo de apariencia distinguida lo recibió, y ante la negativa de Ikki de entregar el sombrero o el abrigo lo guió a una salita.

- "El amo estará aquí en cualquier momento, puede ponerse más a gusto si lo desea... ¿le puedo ofrecer algo de beber al señor?."

Ikki negó y el mayordomo asintiendo se retiró tras una graciosa reverencia.  Y tal como le había sido dicho, el dueño de casa llegó pronto, justo por la entrada que estaba a sus espaldas.

- "Vaya vaya, así que el gran detective por fin llegó.  Buenos días Ave Fénix."

Ikki abrió los ojos con desmesura, aquello era en realidad para no creerse.

- "¿Tú?."- preguntó con voz estrangulada... y es que aún no podía salirse del shock.

Fin del segundo capítulo.

 

Notas de la autora:

chibineko: ToT Un año para actualizar... ¡UN AÑO! Sowwy mi dragonshita de peluche mosha =u.u= soy una gatita malvada.. chibi lo siente.

(chibineko baja la mirada, ni se atreve a mirar a K-Li)

cyberneko: >v> ya sabía yo que ibas a meter las patas asi =UvU=

chibineko: Bueno.. no solo tengo que disculparme con la dragonshita mosha, sino con todos los que leyeron el primer capítulo y esperaron el segundo por tanto tiempo... lo único que puedo decir es que yo no dejo botados mis fics.  Así que aunque me tarde toda la vida voy a terminar cada fic que he comenzado.

Bueno, fuera de eso, espero que les haya gustado el capítulo y que si tienen alguna sugerencia o comentario que hacerme, pues lo estaré esperando.

Un beshito felino y gracias a todos por leer.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)

Este capítulo fue terminado el 5 de Febrero del 2006


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