CAPITULO 4: Sentimientos ocultos
Yo ya estaba de nuevo en la mansión tumbado en el salón, mientras observaba el videojuego con el que se entretenían Reita y Kai, y Ruki estaba desaparecido. Al parecer intentaba inspirarse en alguna letra para la canción que debíamos grabar.
Yo sentía un agotamiento, fruto de la lucha interna que había tenido lugar 1 hora antes en la casa del humano, que no me permitía moverme casi ni para hablar. No me había alimentado cuando había llegado a casa, pues tenía la esperanza de que si me sacrificaba de esa manera, mi autocontrol mejoraría. Ciertamente, era una tontería, pues también en el fondo lo que me impedía beber era que no quería sangre fría de la nevera, que proviniera de una bolsa de plástico. Yo en ese momento necesitaba morder, sentir cómo la otra persona se estremecía con el contacto de mis colmillos, escuchar el sonido de su corazón acelerarse y de su sangre fluir dulcemente hacia mi boca….. Necesitaba sangre de alguien vivo.
Esto no me habría preocupado si esa misma noche Uruha no fuera a venir para quedarse a vivir con nosotros una temporada. Por su bien yo debía alimentarme, pero no me iba a saciar si lo hacía de una bolsa fría. Y claro estaba, que no iba a morder a ningún humano, pues me lo había prohibido hacía ya mucho tiempo atrás. Así que solo me quedaban dos posibilidades. O alimentarme de otro vampiro, o hacerlo de algún animal.
La segunda la descarté, pues si nos alimentábamos de sangre de hospitales era por la simple explicación de que los animales no nos alimentaban completamente, había que matar muchos para poder saciarnos.
Así que solo me quedaba la opción de alimentarme de otro vampiro…. Kai no podía ser, pues solo el hecho de preguntárselo sería una ofensa hacia el líder. Ruki podía ser una buena opción, pero yo ahora mismo no sabía dónde estaba él, y no tenia energías para buscarlo. Así que me quedaba la iguana…. Yo sabía que a él no le disgustaba que le mordiera, solo últimamente se lo veía más receloso (seguramente porque solo quería ser mordido por un pequeñín que todos sabemos), pero el ser mordido por otro vampiro no es desagradable, ni mucho menos.
Al principio se siente una especie de punzada de dolor, pero solo dura un segundo, después es placentero, casi como un beso, pero de manera un poco diferente. En realidad es indescriptible. El simple hecho por el que yo no me dejo morder, es porque no soy muy abierto a que el que beba mi sangre conozca mis sentimientos. Y bueno, por puro orgullo de hombría.
_Mierdaa…. Me has vuelto a matar!! No es justo! Si yo había disparado antes…- decía Reita cabreado contra la pantalla de la tele.
_Lo siento Rei-chan…. Pero debes aprender a perder jajajaja- Decia un Kai muy animado tras su gloriosa victoria.
_No tengo que aprender a perder… yo siempre gano.
Siguieron discutiendo un poco más, hasta que Kai anuncio que se marchaba a hacer algún recado.
_Que Aoi….. Hechas una partidita?? Nee?? –dijo poniendo ojillos brillantes para poder convencerme. A toda respuesta yo me giré en el sofá en dirección opuesta para no verlo. – oye señor maestro del aburrimiento, deja de estar tumbado toda la tarde, y diviértete un poco!!!- dijo esto mientras me zarandeaba para que me diera la vuelta.
Entonces se me ocurrió una idea… en la que yo podría salir beneficiado, solo necesitaba un poco de suerte.
_A quien llamas tú aburrido??- y me incorporé lentamente, sentándome enfrente de la tele, y cogiendo un mando.
_BIEEN!!!- Y se sentó a mi lado muy feliz.- vamos a empezar!!
_Si muy bien empecemos…. Pero hagámoslo excitante.- eso hizo que me mirara un poco preocupado, pero a la vez mostrando interés- si ganas tú, te compraré el bajo que tanto te gusta.
_Vaya….. Acepto sin dudarlo!!- dijo muy entusiasmado.
_Pero aun no te he dicho que pasará si gano yo….
_Bueno soy todo oídos!! Pero sinceramente me da igual… ¡¡Ganaré yo de todos modos!!
_Si tu lo dices…- aunque era verdad, era bastante probable que me ganara, pues yo hacía mucho que no jugaba- Bueno, si gano yo… me dejarás beber tu sangre. ¿Trato hecho?
-Mmmm…. Total ya te he dejado que bebas otras veces… así que no veo por qué no debería arriesgarme. – y así juntamos las manos en señal de cerrar el trato, y empezó la partida.
Sinceramente yo iba muy mal… tenía que remontar mucho si quería ganarle, e iba a ser imposible. Y….Recibí otro tiro, que provoco que me matara por última vez. La partida había acabado, y yo había perdido.
_Sii!! He ganadooo! Tendré el bajo que queríaaa!!- decía casi gritando y elevando los brazos en el aire.
_Vaya… sí, eso parece- decía yo muy tranquilamente, y con una sonrisa de medio lado. Cuando se dio cuenta de que yo también sonreía, dejó de festejar, y se me quedó mirando.
_Aoi…. Qué tienes? Por qué sonríes? Me empiezas a dar miedo….- y no le di tiempo de decir más. Solté el mando de la consola y me acerqué a él, agarrándolo del pelo rubio para obligarle a tomar una postura que me dejara a mí mejores vistas. Lamí suavemente la piel de su cuello, que no era tan clara como la de Uruha, y me dijo entrecortadamente:
_Este no era el trato….- y sonrió un poco. Yo por mi parte también sonreí también antes de morder. Hinqué mis colmillos blancos en su piel, donde se iban introduciendo poco a poco, hasta que dejaban salir el líquido rojo que me tranquilizaba. Y con él llegaban sus sentimientos.
Al no ser mas que una alimentación por convenio, siempre intentaba evitar descifrar que sentía el rubio, pero esta vez me llegó un sentimiento tan claro y puro como el agua. Era el amor que sentía por alguien…. Y la confusión que le producía ese sentimiento. Me venció la curiosidad y seguí explorando ese sentimiento, para confirmar mis sospechas. Y así fue. El rostro de Ruki aparecía continuamente junto a esos sentimientos tan fuertes. El de la venda al notar que yo estaba invadiendo sus sentimientos me apartó repentinamente.
_Por qué?!? –me dijo con un enojo que no tenía nada que ver con los enfados tontos que acostumbrábamos a tener entre nosotros. Yo solo lo observaba, mientras un pequeño hilo de sangra recorría la comisura de mi labio hasta la barbilla. – No tenias ningún derecho a invadir mi mente!!
Nunca antes lo había visto con tantos sentimientos a flor de piel. Hasta una lágrima amenazaba con salir por la impotencia que sentía en ese momento. Yo por toda respuesta miré al suelo y me limpié el líquido rojo con el dorso de la mano, y justo en ese momento apareció Ruki.
Se quedó bajo el marco de la puerta, mirando la escena, en la que yo estaba limpiándome de la sangre de Reita, y este estaba con las lágrimas a punto de aflorar.
Reita por su parte, al verlo, me miró con amenaza de que si yo siquiera pensaba en algo, me iba a matar. Y se fue corriendo escaleras arriba hacia su habitación.
_Que ha pasado aquí?- me dijo el pequeño rubio un tanto asombrado por la actitud que había tomado Reita.
_Nada.- esa fue mi única contestación, y me marché de nuevo a mi habitación. A esperar a que todo pasara y a que mi débil e inocente humano tocara el timbre, para así dar lugar a una nueva existencia con sentido.
Y por fin sonó el timbre…. Me incorporé rapidísimo de mi cama, y baje la escalera de manera acelerada, saltándome algún escalón. Abrí la puerta y allí estaba…. Precioso y con una maleta en la mano derecha. Ciertamente era una escena que me hacía olvidar los problemas anteriormente pasados. Al verme no tardó en sonrojarse…. Al parecer seguía en su cabeza lo sucedido esa tarde.
_Hola Uru-chan… te esperaba impaciente- dije apoyándome en el canto de la puerta.
_Emm…. Hola…-dijo de manera tímida, y mirando hacia otro lado para evitar el contacto visual.
_Puedes pasar… a partir de ahora, este es tu hogar. – y abrí más la puerta, dejando el espacio suficiente para que pasara.
Y así el humano entró a la casa donde estaría continuamente expuesto a diversos peligros.