CAPITULO 5: Nuevo inquilino
_Y aquí es donde dormirás…- decía yo apoyándome en el marco de la puerta mientras él estaba en el interior de su nueva habitación, llevando aun la maleta con una mano y mirando a su alrededor.- y bien? Te gusta?
_Si…. Es perfecta-me dijo sonriendo, y quitándome el aliento. Me di media vuelta rápidamente, y me aleje de la habitación. Si me sonreía de esa manera me hacía perder el control.
_Oye!!- dijo saliendo al pasillo detrás mía, pero yo seguí el camino hacia la escalera para bajar al piso inferior.- Hey…. Por que te vas?? Quería preguntarte…-dijo mientras me agarraba del brazo, y yo me gire bruscamente haciéndole callar y sonrojarse por la sorpresa.
_Dime Uruha… qué querías preguntarme?- dije acercándome de manera provocativa para causarle un sonrojo más pronunciado, y un retroceso por su parte.
_P-pues veras…- seguía retrocediendo por mi proximidad repentina.- Yo solo…. Quería saber dónde está el baño.-Dijo esto último ya acorralado contra la pared. Ya no podía retroceder más.
_Aaah ya veo…-dije casi como un susurro.- Puees….-y me acerque a su oído y susurre muy suave, asegurándome de crearle escalofríos.- Al fondo a la derecha Uru-chan….
Me aparté para irme abajo como era mi plan inicial, pero antes de eso me volví para ver que el otro seguía contra la pared mirándome avergonzado.
_De todos modos si necesitas más ayuda Uruha, pídeme lo que quieras…. Estoy en la habitación de al lado- y le guiñé un ojo antes de volverme y seguir con mi camino. Después de eso le oí suspirar y susurrar para sí mismo con un tono que parecía agotado “uuff…. Será una bromaa…..”
Cosa que me provoco una sonrisa, pero que se me borro al encontrarme de nuevo con Reita que al parecer había bajado a por un aperitivo. Me miro un rato sin decir nada, cerró la nevera de golpe y se fue dándome un ligero empujón en el brazo.
Yo sacudí la cabeza y seguí andando hacia la nevera. Cogí todas las bolsas de sangre y me dirigí al sótano, donde teníamos un frigorífico que no solíamos utilizar. Pero evidentemente, no podíamos tener un humano en casa y dejarle ver nuestra comida en la nevera y no esperar una reacción histérica por su parte. Esa era la razón por la que no apoyaban la idea de que viniera.
En realidad había tenido una pequeña discusión con ellos, pues había sido idea mía el traslado del humano. Pero es que sino no íbamos a poder hacer la canción para la fecha límite…. Asi que no me importaba mucho sus quejas. Ruki estaba de acuerdo conmigo, ya que él era el más interesado en el proyecto, y Uruha le había caído muy bien. Kai se había opuesto un poco al principio, pero le había hecho ver que esto era necesario. Y Reita era un caso aparte…. Al principio se había visto muy conforme (la idea del “humano sexy” como lo había apodado en casa le gustaba) pero ahora, yo tendría que andarme con ojo. Él sabía lo importante que era esto para mi (el cuidar que nuestra identidad se mantuviera oculta, y el que absolutamente nadie podría tocar al humano) así que después de lo ocurrido, era muy probable que empezara a actuar como un estúpido para provocarme y hacerme saltar.
Por eso yo iba a proteger a Uruha de cualquier tipo de problema. Y si hacía falta actuar de manera violenta para hacer entrar en razón a un rubio muy tonto, pues lo haría.
Una vez dejadas las bolsas en el sótano, subí a la cocina y rellene la nevera con la comida que había comprado Kai. Estaba metiendo las ultimas manzanas, cuando el líder gritó desde el salón.
_Reunión urgente!!!- yo enarqué una ceja y cerré la puerta metalizada del frigo.
Cuando llegué al salón, Kai estaba de pie con los brazos cruzados sobre el pecho, y Uruha estaba bajando las escaleras, pero se detuvo unos instantes al verme, a lo que yo respondí sonriéndole y sentándome en uno de los extremos del sofá de 3 plazas. Cuando llegó a la habitación se sentó en el otro extremo, cosa que me hizo sonreír aun más. Iba a moverme una plaza hacia él para posicionarme a su lado, pero alguien se me adelantó ocupando el hueco que nos separaba, y cómo no, era el de la venda. Le miré frunciendo el ceño, y eso pareció divertirle.
_Ocurre algo Aoi-chan? – me dijo de manera burlona. Además sabia que me molestaba que me llamara así.
_Ie. Nada. – mi intención era decirlo con indiferencia, pero de mi boca salió un tono molesto que no le paso inadvertido. Se rió un poco por lo bajo mientras se le arrimaba un poco más a Uruha, pero yo miré en otra dirección, no iba a caer en su juego.
_Gomen me estaba duchando – dijo el pequeño Ruki entrando con una toalla sobre la cabeza, que tenía el pelo rubio aun húmedo.
_Bueno ya estamos todos. Empecemos, - eso parecía una especie de reunión formal, aunque ninguno de los presentes sabíamos de qué iba la cosa. – a partir de ahora Uruha va a vivir con nosotros hasta que entreguemos la grabación, algo que objetar? – nadie dijo nada, asi que tras unos segundos de silencio, hizo un gesto afirmativo con la cabeza y continuó hablando. – Muy bien, pues que nadie se queje de nada. Ahora el segundo punto a tratar, es que tenemos que empezar a componer ya. Mi plan sería, hacer la letra, después los guitarras que interpreten una melodía y luego añadiremos el acompañamiento del bajo y la batería. Todo esto, hay que hacerlo antes del último día, porque el día final lo usaremos para ensayar como posesos hasta que nos salga bien todo junto, y así grabar y llevarla al día siguiente. Algo que decir?- nos quedamos todos en silencio pensando en lo que había dicho el moreno, y hubo alguna mirada entre nosotros por la sorpresa de la programación. Todo eso conllevaba el no dormir (no era mucho problema para nosotros, pero Uruha se agotaría). Nos quedamos mirándole con disimulo esperando que dijera algo con respecto al cansancio del no dormir que íbamos a sufrir, aunque solo lo sufriría él (pues los vampiros no dormimos exactamente, es una especie de descanso, pero no nos es necesario como para los humanos el dormir), pero como era de esperar, no dijo nada.
Seguramente aunque no durmiera nada, y no tuviera comida no se quejaría. Uruha era ese tipo de personas amables y trabajadoras, lo había descubierto desde la primera vez que lo conocí, porque lo llevaba en la mirada.
Todos seguían esperando a que dijera algo, pero yo sabía que no iba a aportar nada en contra del plan, así que iba a decir algo para acabar con el silencio, pero habló él.
_Me parece muy bien eso de trabajar hasta que muramos de agotamiento pero…. Al menos podremos ir al baño no? – eso nos sorprendió a todos. Empezamos a reír todos juntos, y él mostró su encantadora sonrisa. Ciertamente, no solo estaba dispuesto a no quejarse, también lo estaba a disfrutar a tope de la nueva experiencia. Eso hacía que me gustara aún más.
_Tranquilo Uru-chan. Podremos ir al baño, pero tendrás que ir con la guitarra encima xD –dijo el pequeño rubio. Eso hizo que riéramos todos más aun. – Ah! Por cierto, ya he escrito la mitad de la letra. – nos dijo muy orgulloso.
_Qué? En serio? Vaya, estaba inspirado nuestro chibi- dijo Reita riéndose de nuevo. Ruki le hizo una burla sacándole la lengua por haberle llamado bajito.
_Bien! Eso mejora las cosas. En ese caso los guitarras que empiecen a trabajar en algo. Si conseguís hacer un poco de canción avisadnos a Reita o a mí para que empecemos a trabajar con el acompañamiento. – nos dijo Kai mientras nosotros asentíamos.
_Bien! Entonces mientras tanto puedo echar una partidita a la play station.…. – Kai se le quedó mirando al de la cresta con mirada asesina- qué ocurre? Has dicho que tenemos que esperar!
_Sí claro, pero eso no significa que no vas a hacer nada. Puedes ir limpiando la casa, que está llena de polvo y no vamos a poder limpiarla en unos días.
_Es broma no? Y tú que vas a hacer?- le dijo un gesto apenado.
_ Yo tengo unos recados que hacer. Volveré enseguida ^^ - le mostró una sonrisa mientras que Reita lejos de corresponderla bufó y se fue hacia otra sala murmurando “sí ya, seguro que se va a hacer cualquier cosa menos algo productivo”.
_Enfin… - dijo el líder con cara de agotamiento y con una gotita resbalándole por la sien al más puro estilo anime. – empecemos a trabajar!
A eso yo respondí levantándome del sillón y agarrándole de la muñeca a Uruha para llevármelo conmigo.
_O-oye espera! – dijo intentando soltarse de mi agarre.
_No hay tiempo que esperar Uru-chan – y conseguí levantarlo y lo empecé a arrastrar detrás de mí camino a su habitación.
_Oye!! Puedo andar solo sabes? – ignorándolo por completo no aflojé el agarre y ya desde el piso de arriba chillé: RUKI!!! Cuando puedas pásanos lo que llevas escrito de letra! Estaremos en la habitación de Uruha!!
_ Y se puede saber por qué demonios vamos a MI habitación? – me dijo recalcando el “mi”. Ya habíamos llegado enfrente de su puerta, así que le solté, y girando solo mi cabeza hacia atrás le contesté: porque en la mía no entra nadie. - y giré el pomo dorado para entrar. Ya casi no había luz que se colara por la ventana. El cuarto era muy amplio, como todos los que había en la casa. A parte de una gran cama de matrimonio, y un amplio armario, había también un escritorio con su respectiva silla y lamparilla, una estantería con libros antiguos y un sillón que tenía aspecto cómodo. Todo estaba bastante bien decorado.
Me acerqué a una esquina donde estaba apoyada la guitarra con la que le había conocido. Suavemente deslicé la cremallera para sacarla de su funda. Se la retiré con cariño, casi como si de una caricia se tratara, y me senté en el borde de la cama con el instrumento sobre el regazo. Escuche cómo lentamente se acercaban los pasos de Uruha, mientras yo deslizaba las yemas de los dedos sobre las cuerdas. Pero no reproduje ningún sonido, pues no era mi intención hacerlo. Algo me decía que esa guitarra era importante para él, y probablemente no sería de su agrado si alguien la tocaba.
Cuando llegó hasta a mí, se sentó al lado mía en el borde de la cama también, y se me quedó observando. Su mirada no guardaba reproche o enfado por haber cogido su instrumento, más bien, parecía que le agradaba que yo acariciara la lisa y suave madera de este. Yo no apartaba la mirada de la guitarra, y él no la apartaba de mí.
_Por qué eres tan frío y desconfiado? – me dijo suavemente. Yo me sorprendí un poco al escuchar esas palabras, pero no aparté la mirada de su reflejo en la brillante madera.
_Supongo que es fruto del tiempo… y de la soledad. – me siguió mirando, y yo seguí observando su reflejo. Vi cómo fruncía su entrecejo levemente, en señal de no comprender muy bien a qué me refería.
_Eres demasiado joven para tener consecuencias a causa del tiempo, y vives con 3 personas, así que soledad tampoco creo que experimentes muy a menudo.
Yo por mi parte sonreí de medio lado y cerré despacio los ojos, pensando en sus palabras. Era tan obvio que pensara así… yo por un momento había olvidado que no sabía quién soy, y que me aceptaba tal y como era, pero, probablemente si supiera qué era yo, y el resto de los chicos, huiría. Se iría lejos, y yo no podría culparlo pues, al fin y al cabo, nadie en su sano juicio se quedaría con unos muertos vivientes que se morían de hambre si no probaban sangre humana.
_Tienes razón. – dije pasándole la guitarra y mirándolo a los ojos – entonces probablemente yo sea así…
Iba a discutirme cuando Ruki abrió la puerta para darnos un folio donde estaba escrita la mitad de la letra de nuestra futura canción.
_Gracias Ruki, empezaremos a trabajar ahora. – le dije.
_Muy bien! Yo seguiré trabajando en el resto de la letra. Gambate!!- y se fue animado probablemente a su cuarto. Yo salí detrás de él para coger mi guitarra acústica e color negro que guardaba en mi habitación. Al volver Uruha estaba mirando por la ventana. Los pájaros más rezagados ya se iban a dormir, y la luna ya se apreciaba, mientras que el cielo estaba de un azul oscurecido, y despejado de nubes.
_Ya tengo la guitarra, podemos empezar si quieres por…
_No me creo que seas frío y desconfiado como dices, Aoi. Así que haré que tarde o temprano salga tu verdadero ser.
Se giró para mirarme y me sonrió de manera dulce y amable. Yo le miré, pero no pude devolverle la sonrisa. Si descubría mi verdadero ser…. Me odiaría para siempre, y no podía dejar que eso pasara. Yo no quería que nadie averiguara qué soy en realidad, y mucho menos él, pues de una manera egoísta, iba a hacer que no deseara apartarse de mí.
Empecé a caminar lentamente hacia la ventana donde estaba él apoyado. De camino hacia ella, pasé por la cama y deje cuidadosamente mi guitarra junto a la suya. Verlas juntas me hacía desear el permanecer tumbado sobre esa cama con él a mi lado de la misma manera.
Cuando llegue frente a su figura, ya no me sonreía. Sus ojos color caoba se fundían con los míos negros como pozos. Le retiré un mechón de su ojo izquierdo, y aproveché que mi mano estaba ahí para acariciarle la mejilla. Ese acto hizo que cerrara los ojos y que suspirara. Su rostro en calma no podía ser superado ni por un ángel. Pero yo no iba a ser ningún angelito, pues con él no podía ni siquiera intentarlo. Me acerque a sus labios con forma peculiar, y los besé primero casi como un roce, pero pronto no pude resistirme el apretarme más con ellos, y finalmente abrirme paso dentro de su boca. Con la mano derecha le agarraba de la nuca, y con la izquierda de la cintura.
Era tan placentero sentir el calor humano…no, no era el calor humano lo que realmente me agradaba. Era el amor y cariño que ponía en el beso; sentimientos que yo no recibía desde hacía demasiado tiempo, y que hasta ahora no me había dado cuenta de lo necesarios que son en la vida.
El beso se estaba convirtiendo demasiado apasionado, era como si los dos necesitáramos del otro para sobrevivir. Poco a poco metí mi mano izquierda por debajo de su camiseta, y empecé a acariciar su piel suave y cálida, reaccionando él con un pequeño escalofrío. Bajé también mi mano derecha para ayudarme a quitarle la camiseta por completo, y me retiré un poco para dejarle tomar aire, y para poder sacarla por su cabeza. Al hacerlo, le despeiné un poco, y eso junto a su torso sin nada que lo cubriera, me dejó momentáneamente sin respiración, pero pronto me repuse, y empecé a besar su mandíbula para empezar un descenso de besos y lamidas por su cuello hasta su pecho, mientras él echaba su cabeza hacia atrás y la apoyaba contra el cristal de la ventana, agarrándome de los cabellos de mi nuca y manteniendo los ojos cerrados. Sus suspiros eran una música tan perfecta… y su sonrojo el color más hermoso que habían captado mis ojos. Volví a subir hasta su cuello, donde me detuve lamiéndolo y mordisqueándolo un poco de manera juguetona. Me acerqué a su oído y lamí lentamente su lóbulo para a continuación susurrarle: mi soledad terminó cuando te encontré sentado en el banco de aquel parque, y el tiempo parece pasar demasiado rápido cuando estoy contigo. Es algo que si no controlo, me volverá loco.
Y me aleje poco a poco, para observarle de cerca. Me miraba a los ojos sin vacilar (otra cosa que amaba de él, pues los humanos por lo general no pueden mirar directamente a un vampiro, pero este no sé cómo, lo hacía)
_Si te vuelves loco, yo enloqueceré contigo.- no había duda en sus palabras, y su pecho subía y bajaba de manera agitada. – estaría contigo una eternidad.
Sonreí de lado ante esas palabras. Que necios podían ser a veces los humanos…..