CAPITULO 10: No quiero soledad
No sé si podría describir lo que sentí en ese momento en el que todo pareció detenerse. Cuando el sonido de cada uno tan diferente, se coordinaba con el resto del grupo formando una unidad. Nunca antes había sentido algo por el estilo…. Y aunque la primera vez fue un poco desastrosa, sentí que nunca olvidaría ese momento.
Estuvimos tocando la canción una y otra vez, hasta que por fin nadie falló a la hora de parar o entrar en “escena” otra vez. Nunca habría pensado que sería tan complicado conseguirlo…. Pero finalmente lo hicimos, y el resultado fue bastante satisfactorio. La verdad todos nos llevamos una gran sorpresa al ver que ya habían pasado 3 horas. El tiempo realmente volaba cuando de música se trataba.
Así que hicimos una pausa, en la cual Reita se tumbó en uno de los sofás con aspecto agotado, Kai permaneció en su batería tocando un poco de manera más relajada que en los ensayos, Ruki se sentó en el suelo debajo del brazo colgante de Reita, apoyándose contra el sillón donde se reposaba el cuerpo del de la venda.
Y bueno…. Yo le hice a Uruha acompañarme a la cocina para que comiera algo. No quería que se terminara muriendo de anemia por el trabajo de la banda…. Y debía reconocer que yo también tenía culpa por haberle mordido.
Así que sin más dilación, me lo llevé a la habitación que era la única que no habíamos estrenado aun de la casa (excepto por la nevera claro). Se sentó en la encimera de mármol que había, mientras yo buscaba algo comestible para él. Sinceramente me llevé una gran sorpresa al abrir el frigorífico. Estaba repleto de tappers con comida que había sido cocinada. Y había de todo: pasta, estofado, filete, cocidos, sopas, verduras, ensaladas ya preparadas, y todo tipo de menús….
Pestañeé por el asombro, y le pregunté a Uruha qué prefería en ese momento.
_No sé…. Nada en especial! Lo que me des estará bien – me sonrió un poco de medio lado mientras balanceaba las piernas que colgaban de la encimera.
_Vale…. – volví a mirar dentro, y como había tantas cosas, cogí uno de los recipientes al azar. Después fui donde el microondas y puse el tiempo conveniente para que se calentara. Mientras hacía todo eso no pude evitar notar una mirada clavada en mis movimientos, y sin duda venía de los ojos que yo más amaba. Me giré de golpe, y lo sorprendí mirándome detenidamente.
Al ser descubierto, giró rápidamente la mirada hacia otro lado y se sonrojó, haciéndome de manera inconsciente sonreír. Me acerqué a él y lo rodeé con mis brazos mientras me colocaba entre sus preciosas piernas. Mirando hacia arriba, pues seguía sentado en el mueble de la cocina, me encontré con sus ojos, y sin vacilar me acerqué a sus labios. Saborearlos de nuevo me inundó de un calor interior, que amenazaba con explotar de un momento a otro.
El encuentro de nuestros labios se profundizó, volviéndose más apasionado. Mi lengua delineo su labio inferior, haciéndole sonrojarse, volviéndose para mi más irresistible. Yo me inclinaba sobre él, mientras su espalda retrocedía todo lo posible, que no era mucho, para intentar parar la locura desatada. Pero ya era un poco tarde, mi instinto de hacerlo mío allí mismo ya afloraba por los poros de mi piel. Despegué mis labios de los suyos, y me dirigí a besar su cuello que aun tenía las marcas de mi mordida. Suspirando inclinó su cabeza hacia atrás para regalarme una mejor visión. Besé y acaricié la zona con mi lengua, mientras notaba sus dedos entrelazarse con mis cabellos.
_A-aoi…. – yo ya pasaba mi mano por debajo de su camiseta… pero algo nos interrumpió: un pitido (algo que ya parecía haberse convertido en costumbre) pero esta vez no provenía del móvil de Uruha, sino que del microondas. Al parecer el molesto cacharro no paraba de pitar hasta que no sacabas la comida. “Si lo llego a saber compro otro” pensé. Y es que, no nos habíamos esmerado mucho buscando buenos electrodomésticos, ya que no íbamos a utilizarlos nunca…. O eso pensábamos.
Y por qué los comprábamos? Estaréis pensando. Pues simplemente por si recibíamos visitas….
Bueno dejando aparte la explicación de por qué tenemos cocina, y volviendo a la escenita de esa habitación, no tuve más remedio que apartarme de entre sus piernas, y dirigirme al chisme que nos había molestado.
De muy mal humor, abrí la puerta, saqué la comida de dentro y lo cerré con un golpe sordo. Me di la vuelta con el bote entre las manos, y para mi sorpresa, Uruha se estaba riendo. Yo enarqué una ceja y pregunté.
_Qué ocurre?- él salto de la encimera y se aproximó poco a poco hacia mí.
_No es nada… solo me parece curiosa la forma en la que la tomas con el microondas. Tan necesitado estas de besarme? – se me aproximó con andares de modelo, hasta que llegó a escasos centímetros. Se inclinó a susurrarme al oído mientras agarraba el tapper que estaba entre mis manos. – voy a comerme esto antes de que la tomes también con mi comida.
Y sonriendo me quitó el recipiente de entre los dedos, y cogiendo un tenedor de un cajón empezó a comer. Ese era el primer tenedor utilizado en esa casa, y entre sus largos y finos dedos quedaba precioso en cada movimiento que hacía. Verlo comer me traía nostalgia de cuando yo lo hacía. El masticar lento de su mandíbula, degustando cada trozo de carne…. Como sabía la carne? Ya no me acordaba. Y me vino un flash a la mente…. Fue como una foto en un segundo, en la que aparecía Uruha mordiendo a otra persona, siendo vampiro. Asustado volví en mí otra vez y lo miré. Gracias a Dios seguía comiendo con el tenedor sin percatarse de nada…. Pero por cuánto tiempo?
Una idea crecía en mi mente, y aunque yo intentaba pararla, seguía creciendo. Y aunque me hacía daño reconocerlo, esta era que no teníamos futuro. Como íbamos a estar felices para “siempre”, si el único que envejecía era él? No solo eso…. Él me pediría que lo convierta en vampiro, pero yo sabía que jamás ocurriría. Yo nunca lo convertiría.
_Aoii!! – parpadeé sorprendido al oír mi nombre tan fuerte, y era él que me miraba con gesto de preocupación. –estas bien? Llevo un buen rato hablándote, y no me escuchabas….
_Perdón… no era nada. Estaba pensando – y a duras penas saqué una sonrisa para convencerle de que no era nada en realidad. – te espero en el salón. Termina de comer tranquilo.
Y antes de salir por la puerta le besé en la cabeza. Todos seguían en las posturas que tenían cuando los dejé, y yo me dirigí a la ventana. Corrí la cortina con brusquedad y observé el cielo.
_Te pasa algo? – me dijo Reita levantándose de la postura que tenía en el sofá.
_No… no es nada. – suspiré y abrí la ventana de golpe, dejando entrar un aire que inundó mis pulmones. Observando el paisaje no se veía nada. Solo árboles y un camino que llevaba al centro de la pequeña ciudad. Vi a un muchacho con una bicicleta pasando por enfrente de nuestra casa mientras se detenía. Era el cartero.
Tiró el periódico del día con fuerza hacia nuestra puerta de entrada, que al estar lejos no alcanzó, y después al verme puso sus pies en los pedales y se marchó a toda prisa.
_Aoi… si te pones en la ventana cuando viene el cartero puede que nos quedemos sin periódicos una semana!!! Intenta no asustarlo quieres?
Y diciendo eso Kai, salió a por el rollo de papel con tinta negra, e imágenes sin color. Entró y se sentó para leerlo tranquilamente. Era el periódico de la ciudad, así que era bastante estrecho. Solo venían cosas de política, economía, de la comunidad, y gente que se aburría y escribía lo que le había pasado…
_Vaya!! Hoy hay una noticia interesante… - Se puso a narrarla en voz alta “como si me interesara” pensé, y Uruha salió por fin de la cocina. – al parecer una chica casi es violada por dos matones… pero un chico la salvó. La chica dice que lo está buscando para darle las gracias como es debido.
_En serio? Pues encima de que tenemos una ciudad pequeña hay gente que viola no se qué va a ser esto… - empezó a decir indignado Ruki, pero el humano lo interrumpió arrebatándole de las manos el periódico a Kai.
_Esta…. – estaba mirando la foto muy de cerca, mientras nosotros expectantes le mirábamos a él. – esta chica… es mi hermana!!
Todos nos quedamos mudos mirándonos perplejos por la noticia. No sabíamo muy bien qué decirle para que estuviera tranquilo, pues la noticia de que su hermana casi había sido violada lo había alterado.
_Voy a llamarle ahora mismo. –cogió su móvil y marcó rápidamente su número. Esperó unos segundos, y finalmente le contestaron desde el otro lado. – Se puede saber qué te pasa? Deberías haberme llamado enseguida!! Y no esperar a que enterara por los periódicos…
_Ya Shima no te enfurezcas…. Además es tú culpa también por irte de casa sin decir nada. Fui a buscarte pero no estabas. Donde te metes? – se oía la voz distorsionada de una joven.
_Ese no es el caso… no me cambies de tema!! Estas bien? No te pasó nada? –su voz había pasado de un tono de enfado a uno de preocupación.
_Si leyeras las noticias enteras te enterarías de todo mucho mejor…. No me pasó nada. Un chico me salvó de esos capullos, y sabes? Estaba como un queso!!! Dios Shima creo que me he enamorado perdidamente de mi salvador….
_Bien bien… está claro que estás perfectamente – ya hablaba más aliviado, incluso sonreía.
_Oye hermanito tonto, te lo digo en serio!! Esta vez ha sido un flechazo de verdad…
_Para ti todos son de verdad…
_Pff… está claro que contigo no hay quien pueda hablar!!! Cuídate donde quiera que estés. Y un día de estos quiero quedar contigo. Un beso!! Chao.
Y la chica colgó sin dejarle tiempo a Uruha a contestar. Me acerqué a la mesita donde estaba el periódico abierto en la página de la chica que resultó ser la hermana de Shima, más que nada quería ver si tenían parecido. Pero al tener la foto entre mis manos, me quedé mudo al ver a la joven. Esa era la chica a la que yo había salvado la otra noche, fue por la que recibí aquella apuñalada. Pero lo peor de todo… era que había dicho… que yo le gustaba?
Si Uruha se enteraba de que yo era ese “apuesto salvador” no sé qué podría pasar, pero era mejor que no supiera nada.
Dejé enseguida las páginas en blanco y negro sobre la mesita, y fui hacia mi guitarra de nuevo.
_Creo que deberíamos sacar los solos de una vez, o no nos dará tiempo terminar para mañana.
Los demás afirmaron y se posicionaron con sus respectivos compañeros para hacer el solo de cada instrumento. Ruki por su parte se sentó a observarnos un rato, ya que él no debía hacer nada en esa parte de la canción.
Unas horas más tarde, ya habíamos terminado de perfeccionar la unión de las dos partes de canción con los solos, así pues nos pusimos a repetir una y otra vez la canción hasta que salió perfecta.
Ya solo nos quedaba grabarla y todo ese duro trabajo habría acabado. Asi que decidimos tomarnos un respiro.
_Aoi!! Te apetece dar una vuelta conmigo?? –Uruha se me acercó muy animado con la proposición nada más terminar, pero yo… después de que aquellos pensamientos despertaran en mi mente, esta estaba atormentada con qué hacer con Uruha… Tenía la cabeza hecha un lio.
_No Uru… lo siento pero me apetece estar solo. Pero puedes dar tú una vuelta y quedar con tu hermana por ejemplo. – Su gesto no era muy agradable, parecía triste y decepcionado por mi respuesta. Acercándome a él, le agarré de su barbilla para que me mirara. – Lo siento Shima… otra ocasión será.
Y dándole un beso corto, que solo fue presionar mis labios con los suyos, me dirigí a mi habitación. Al llegar a esta le propiné una patada al armario, y me tiré sobre la superficie mullida de la cama, enterrando mi cara en la almohada que aun guardaba su olor.
“Qué demonios estoy haciendo….” Esa frase pasaba por mi mente una y otra vez. Realmente en ese momento quería estar con la persona que me había sacado de las tinieblas en las que vivía. En esos días que le había conocido, había sonreído más que todos mis siglos de existencia, pero, él era feliz?
Eso aparentaba, pues cuando le besaba él me correspondía, al tumbarnos mi cuerpo encajaba con el suyo, y me entregó su sangre sin reparo, pero…. Por cuánto tiempo? Sé que le terminaré haciendo daño, de hecho, ya le he mordido cuando me juré que nunca le dañaría.
Pero si renunciaba a él… que nos pasaría? Yo volvería a ser frío como el hielo, creando una muralla de nuevo contra el resto de la gente, y él… tal vez me olvidara pronto, tal vez encuentre alguien con quien pueda compartir una vida de verdad.
Ya harto de comerme la cabeza agarré la almohada hincando los dedos en ella, y la lancé con todas mis fuerzas contra la pared. Por fin liberada un poco la tensión de mi cuerpo suspiré y respiré hondo. Unas voces me llegaban ahora que prestaba atención al exterior y no a mi mente. Era su inconfundible voz…. Con Ruki? Al parecer estaban teniendo una charla en el porche de entrada, así que agudicé más aun mis sentidos para oír que decían.
_No Ruki… estoy bien en serio, solo estoy tomando el aire. – sonaba un tanto triste, y al parecer el pequeño también lo notó.
_Uru-chan, sabes que si pasa algo puedes contármelo…ocurrió algo con Aoi? Se encerró en su cuarto y me extrañó bastante que no estuvieras con él.
Al parecer Uruha debió poner una mirada triste, porque Ruki continuó hablando.
_Dime que pasa…. Tal vez pueda ayudaros.
_Cr-creo… que la culpa es mía. Recibí la llamada de… - tal vez se lo contara a Ruki, el quien era el misterioso de las llamadas, asi que apegue el oído contra la pared. – un viejo amigo, - mierda, no lo iba a contar nunca o que leches? – y me negué a contarle quien era y qué me pasó con él. Creo que eso ha hecho que se distancie de mí…. – No no no…. Por mi culpa Uruha se estaba sintiendo culpable! Eso era lo último que yo quería.
_No creo que ese sea el problema Uruha…. Créeme, Aoi no es de los que se enfadan por cosas así. En mi opinión, solo necesita tiempo. Verás él ha estado solo mucho tiempo… y eso le ha corrompido. – claro, Ruki no sabía que Uruha estaba al tanto de que éramos vampiros, solo yo y Reita lo sabíamos.- siempre ha sido frío, y no deja ver sus sentimientos, pero cuando está contigo cambia! Ese hielo se funde, y sonríe casi constantemente. Por eso, creo que si eres una persona tan especial para él, no está enfadado ni molesto contigo ni mucho menos…. Él es más de los que se sienten protectores y culpables.
Se escucharon unas risitas por parte de ambos, mientras a mí se me formaba un tic en el ojo.
_Gracias Ruki. Supongo que tal vez le estoy agobiando un poco…. Si siempre estaba solo, se le hará difícil tener que estar conmigo todo el rato, y lo último que quiero es que este incomodo. – Se escuchó que alguien se levantaba. – Voy a darme una vuelta por la ciudad, que llevo mucho tiempo encerrado.
Unos pasos bajaron por los peldaños de madera del porche. Después su peso sobre la hierba, y por último su voz le gritó al chibi:
_Deberías ser feliz tu también, Ruki-chan!! – yo mirando por la ventana aprecié que ponía dos de sus dedos sobre la nariz, sin duda refiriéndose a la venda de la iguana. Seguro que en esos instantes la cara del pequeño rubio sería todo un poema, un poema rojísimo.
Recosté la frente sobre la pared, y cerré los ojos. “No quiero volver a estar solo… nunca más” por la sorpresa de ese pensamiento abrí los ojos de par en par.
Era cierto, no quería estar solo, pero lo más importante era que con quien quería estar era con él. Y no iba a preocuparme más por temas triviales como “qué pasará”. Me acaricié con el dedo índice el labio inferior donde estaba mi piercing. Si sus labios de forma peculiar encajaban perfectamente, era porque él estaba hecho para mí, y no iba a dejarle marchar de mi lado.
Después de unas horas, el cielo nocturno ya aparecía. Así que bajé al salón donde estaba el resto de los chicos, menos Uruha que no había vuelto aun.
_Ya Reita…. Vete a jugar con otra cosa que no sea mi pelo quieres? – decía Ruki apartando la mano del de la venda de un mechón de pelo con el que jugueteaba.
_Este enano esta cabreado…. – me dijo Reita por lo bajo cuando se acercó hacia mí. – ten cuidado si vas a hablar con él.
_Te estoy escuchando!! – dijo el otro por su parte. Reita solo se rió y se marchó del salón hacia quien sabe dónde. Me acerqué al pequeño rubio y me senté a su lado tomando el sitio que antes ocupaba Reita.
_Oye Ruki… sabes donde fue Uruha? – me miró sonriendo un poco, con gesto de complicidad, y negando con la cabeza dijo:
_Pues no tengo ni idea…. Pero no creo que tarde en volver. Solo iba a dar una vuelta dijo.
_Una vuelta? Lleva ya horas por ahí….. – dije un tanto preocupado.
_Tranquilo, a veces el tiempo vuela!! Igual ni se ha dado cuenta de las horas que son ya.
Suspiré y afirmé con la cabeza. Me levanté y fui donde la ventana. Ya el cielo estaba oscureciendo, y no había señal del chico con andares de modelo.
Resoplé contra el cristal, creando una mancha de vapor en este. Algo me decía que no era normal lo que estaba pasando… pero tampoco quería exagerar las cosas y sacarlas de quicio.
_Me voy a dar una vuelta. Quiero tomar aire.
El rubio aun sentado me miró como diciendo que mentir se me daba fatal. Pero yo evitando respaldarme cogí una cazadora y me marché a toda prisa.
El trayecto de la mansión a la ciudad se me hizo cortísimo, ya que fui corriendo más rápido que el viento. Y al llegar ya todo estaba oscuro. Mis pasos me llevaron inconscientemente hasta el parque donde lo había conocido, y poco a poco me fui acercando a aquel banco. Pero había un bulto.
Al principio pensé que sería un mendigo o algún borracho, pero me sorprendí al ver que respiraba entrecortadamente, como si estuviera llorando. El ver eso me impulsó a acercarme más, con el pensamiento de “por qué últimamente siento lástima por las personas?”. Pero al acercarme del todo, sentí nauseas y una opresión fuerte en el pecho.
Ese alguien tenía toda la cara humedecida por las lágrimas, y los cabellos cubriéndole los ojos. Y mis labios solo pudieron articular una palabra… que se perdió en el viento.
_Shima….