Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The vampire ball por AoiReitakun

[Reviews - 73]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

gomen, gomen gomeen!!! T^T

lo se volvi a actualizar dos siglos despues.... pero entre examenes, el viaje a londres, y que no iba la pagina web, he tenido que esperar bastante a poder escribir y a subir el capi.

despues de tanta demora ya no os dejo esperar mas, asi que a leer la conti!! ^^

CAPITULO 11: Pasado

Silencio. Un estado que puede romperse con gran facilidad, tan solo produciendo un movimiento o soltando un simple resoplido. Pero nunca hay silencio completo. Es una palabra ambigua y abstracta que representa un ideal que el hombre nunca podrá alcanzar, porque vaya donde vaya, aunque se aleje de la gente, y aunque aguante la respiración, sus latidos siempre se escucharan. Y era ese silencio en el que nos encontrábamos después de que su nombre saliera de mis labios y se perdiera en el aire fresco de la noche.

Al pronunciar esa palabra, todo parecía pasar a cámara lenta. Sus parpados llorosos se abrieron, y su cuerpo se incorporo hasta conseguir una postura sentada, reposando la espalda  en el respaldo del banco. Pero no me miró a los ojos. Tan solo oculto su rostro con los cortos mechones de pelo que colgaban sobre su frente.

Su gesto se me ocultaban debido a las sombras de la noche, pero las farolas iluminaban gotas de lagrimas sobre sus pestañas reluciendo como pequeños diamantes o pequeñas gotas de escarcha.

No quería verle llorar, a no ser que fuera por felicidad, y mucho menos por una persona de la que no quería ni siquiera mencionarme. Y lo peor de todo era que yo no sabía qué hacer o cómo actuar, porque tenía miedo de hacer algo que le pusiera peor. Asi que tan solo me arrodillé frente a él, quedando asi a su misma altura. Eso hizo que levantara un poco su cabeza en mi dirección, dejándome a la vista la camiseta de maga larga blanca que llevaba, no lo suficientemente abrigada para el frescor de esa noche, y que estaba provocando frío en su cuerpo. Poco a poco, me incliné hacia adelante, y apoyé mi frente en su pecho.

Sé que no se lo esperaba, ya que su respiración aumentó y se puso un poco más tenso. Rodeé con mis brazos su cintura para acortar del todo la distancia que había entre nosotros, y para intentar disminuir el frío que recorría su piel. Seguramente su gesto seria de unos ojos abiertos por la sorpresa de mi reacción.

Empecé a oler su aroma habitual que me embriagaba y me hacía sentir en el paraíso, pero algo era diferente. El olor de su cuerpo que acostumbraba ser dulce e intenso, se encontraba atenuado por otro más amargo que no reconocí. Sin duda ese olor le pertenecía a la otra persona con la que había estado, y por el tipo de aroma, sin duda era un hombre.

Definitivamente no me gustaba. No me gustaba que alguien le hubiera tocado dejando su olor como una marca de territorio, y más aun si esa persona le hacía sufrir asi.

Apoyé mis labios sobre el centro de su pecho donde antes reposaba mi frente,  y lo besé detenidamente. Después de eso, me aparté despacio y dirigí mi atención a su gesto que ahora me quedaba más visible. Al parecer la confusión de la situación se mezclaba con la tristeza de antes, pero por fin su mirada se mezclaba con la mía.

_Shima… ya no llores más. – con mi pulgar recorrí sus espesas pestañas y limpié las lagrimas que quedaban. – qué ha pasado? Y por qué no volvías a la mansión? Nos tenías preocupados…

_Gomen – un susurro ronco – no era mi intención la de preocuparos…

_Pues si lo hiciste – le corté – y sobre todo a mí. Tienes idea de lo mucho que me preocupó que no llegaras a casa? – mi tono de voz escondía un poco de reproche, pero más que nada solo le hacía ver que ya su vida no dependía solo de él. Para disimular la afirmación que acababa de hacer proseguí – y además, ya ha sido el colmo encontrarte en este estado. Sé que no tienes el deber de contarme que te ha pasado, ni decirme que haces a cada momento, pero no me vuelvas a dar un disgusto asi….

Dicho eso, me levanté dispuesto a emprender la vuelta a casa. Y empecé a caminar lento para que me siguiera y me alcanzara pronto. Pero un tirón de mi brazo hacia atrás me sobresalto. Era él deteniéndome:

_Aoi! – sus mejillas se veían un tanto sonrosadas, tal vez por haber llorado tanto, eso con sus ojos vidriosos, su pelo despeinado, y su camiseta blanca marcando su figura esbelta y delgada, me recordó a un autentico ángel. Fue una visión tan pura que por un momento se me olvidó todo. Tan solo lo veía a él. – no quiero esto. No quiero que sufras por mi causa, y mucho menos, que sufras por él… como lo hago yo.

Volví a la realidad en cuanto dijo esa frase. Miraba al suelo al parecer sin atreverse a mirarme a los ojos.

_Ya lo supe en cuanto tuve aquella primera llamada que se interpondría en mi felicidad, como siempre lo hace, pero esta vez tengo miedo, porque esta vez mi felicidad eres tú. – volvió a mirarme a los ojos profundamente, mientras estos empezaban a acumular lagrimas. – si se entera de que encontré a otra persona, otra vez conseguirá de un modo u otro fastidiarlo todo, pero esta vez lo que tengo es demasiado importante. No pensaba que él sabría donde estoy, pero no sé como siempre me termina encontrando…

_Quien es él? – mi tono era firme y decidido, demostrando ante todo que sería capaz de protegerle.

_Mi mejor amigo de mi infancia… que más tarde se convirtió en algo más. – no mostré ningún tipo de sentimiento, pero al escucharle hablar de ello, empezó a quemarme algo por dentro, algo que no identifiqué. – Fue durante la adolescencia cuando estuvimos saliendo, siempre dispuestos a estar el uno con el otro… hasta que finalmente me fugué de casa para ir con él, y tras un tiempo… todo cambió. – su voz se apagaba conforme avanzaba la historia, y yo solo aumentaba ese quemazón interior. – ya no me miraba y me hablaba como antes. Pasaba de mí y casi no nos veíamos, incluso se olvidó de fechas importantes para nosotros. Y aunque me dolía, no me atrevía a hablar de ello con él por miedo a perderlo del todo. Pero un día todo se escapó de nuestras manos.

                Volvió a casa una noche después de varios días fuera, y yo al escuchar la cerradura de la puerta me acerqué feliz sin dudarlo, dejando lo que en ese momento hacia para recibirle como yo ansiaba después de tanto tiempo. Yo tan solo tenía 17 años, pero el ya era mayor de edad, asi que abusaba del consumo de alcohol con regularidad. Al abrir la puerta me eché a sus brazos como acostumbraba a hacer, y percibí que toda su ropa olía a alcohol, y no digamos su aliento. Pero no solo eso, al parecer también había consumido algún tipo de droga.

                Me apartó con brusquedad empujándome hacia atrás, y fue cuando vi que no venía solo. Él se traía consigo al camello que le había dado las drogas que no podía pagar, por lo que solo se le ocurrió una alternativa para sus deudas. Yo.

                Quiso entregarme esa misma noche a aquel asqueroso, pero cuando se me echo encima, entre la confusión, y el mareo que me provocó la situación reaccioné. Mordiéndole y pegándole cuanto pude me libré de aquel viejo repugnante. Y huí. Dejé todo atrás, con los peores recuerdos, donde mi vida perfecta se convirtió en la peor pesadilla.

                Y ahora quiere volver. Quiere  que le perdone, persiguiéndome constantemente y destruyendo la felicidad que voy creando….

_Es suficiente – me miró asombrado por esas palabras, y yo le abracé fuertemente. – no quiero que recuerdes eso más,  y mi único deseo es verte feliz. Si yo te hago feliz, estaré contigo. Si él te hace feliz…. Te dejaría marchar. Pero está claro que no es asi, por lo tanto nada me impide protegerte al cien por cien, pero no solo yo. El resto de los chicos tampoco dejarán que te pase nada, ahora somos una familia. – presioné mis labios contra su frente y me separé un poco de él. Sin duda el frágil humano tenía frío.

Empecé a andar hacia él, aunque solo nos separaba un paso, obligándole así a retroceder con cara asustada por mi cambio de actitud. Hasta que ya no tuvo escapatoria al toparse contra el ancho tronco de un árbol.

_Aoi! Que haces?!? – se alarmó un tanto ya que empecé a acariciar su piel por debajo de la camiseta. Tan tersa y suave como el más puro terciopelo.

_No me gusta el olor que se te ha quedado por ese malnacido… así que simplemente voy a quitártelo. – se sonrojó a más no poder. Aprovechando su distracción, levanté sus brazos por encima de su cabeza, sujetándolos con una de mis manos de sus muñecas contra el árbol. – Además… - empecé a repartir besos, caricias, y lamidas por su piel. – tienes frío, y esta es una buena forma de calentarte.

Con eso se sonrojó más si era posible, e intentó soltarse de mi agarre.

_También podemos probar a ir a casa y que yo me tome una ducha…. – dijo nervioso y revolviéndose para alejarme de esa postura tan comprometedora.

_Bueno como quieras… pero la ducha te la tomas conmigo. – le sonreí con autosuficiencia, y él molesto por el juego de mi acoso, me mordió la oreja consiguiendo liberarse por la sorpresa que me causó.

Riéndose empezó a correr en dirección a la casa, y yo sonriéndome de lado, emprendí la marcha tras él. Sin duda no ganaría a un vampiro corriendo, y eso querría decir que si le alcanzaba, conseguiría mi ducha con él?

Sí, aunque Uruha se lo había tomado como un juego, yo antes hablaba en serio.

Notas finales:

Bueno pues aqui se ha terminado.... y vuelvo a pediros perdon por el retraso!!! ;_;

Un saludo a los que me seguis esperando xD

y si no es mucho pedir.... dejadme review porfa!! >.<


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).