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Después de… por Mishogu

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Notas del capitulo:

Hola, espero que les guste.

Feliz Cumple Kimimaru.

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Capitulo X: Escolta.

 

El moreno de sonrisa fingida que tenía un aire de melancolía en su inexpresivo rostro era seguido por el pelirrojo.

 

El ruido de las hojas siendo pisadas hizo que se detuvieran.

 

—Ten cuidado.—Agrego con su voz algo ronca el menor, es decir el pelirrojo.

 

El otro no respondió y siguió su camino hacia ese lugar apartando con el cañón de la escopeta el follaje hallando a un castaño de cuerpo voluminoso con las mejillas marcadas con unas espirales, súper asustado aferrado a una bolsa de frituras. Ambos suspiraron con alivio.

 

Unos gruñidos aterradores los hicieron voltearse encontrándose rodeados por un nutrido grupo de no vivos.

 

—Genial…—Mascullo el pelirrojo.

 

—Si… genial…—Repitió, cargando el arma.

 

—E…eso nos es nada bueno…—Agrego el castaño aferrándose al brazo del que tenía más cerca, en este caso de Gaara. Ambos voltearon a verlo como quien dice: “¿No sabes distinguir el sarcasmo?”

 

El gordito como alma que lleva ustedes ya saben quién, salió corriendo arrastrando en su carrera a los otros dos llenándoles el cabello de hojas secas y ramas.

 

Lejos de la horda de zombis, se detuvieron en un kiosco que hacía de restaurant del cual bloquearon la entrada, Choiji, que fue como se presentó el gordito, se escondió en la alacena devorando cuanto se le ponía enfrente dejando a los otros dos a solas, dándoles la oportunidad de hablar libremente.

 

—¿Qué te sucede?—Pregunto Gaara.

 

El moreno le dio la espalda pegando la frente al cristal.

 

—Recordé algo…—Suspiro.—…no sé cómo tomarlo, nunca fui bueno con las emociones…

 

—¿Qué fue lo que recordaste?

 

—Un intento de amor…—Volteo—…un amor, que nunca seria…ella no sabía o no supo.

 

Eso a Gaara le bajo los ánimos, el que se estaba enamorando del moreno y enterarse de que quería a una chica, era fulminante. Solo atino a sentarse en una de las sillas llenas de sangre que adornaban el local. El silencio incomodo a los dos, solo se escuchaba el viento, gruñidos, las bolsas de comida apretujarse en las manos del castaño… todo alicante del tedio y del dolor.

 

El menor se levantó en búsqueda de la salida, si Sai no le iba a dar una oportunidad no tenía  caso seguir con vida, fue detenido por las manos frías del moreno, que le lanzo una mirada neutra, que después se volvió suplicante, el moreno lo estaba viendo con ojos de… ¿Perrito?

 

Hipnotizado lo encaro, la belleza de esa piel pálida parecido a la porcelana, era algo imposible de olvidar, como negarse a tanta hermosura, su mano se movió sola, simplemente la alzo colocándola en la mejilla pálida del mayor acariciándola como si el tiempo se hubiera detenido, los gruñidos se disiparon, todo cayo en el más sepulcral silencio, nada importaba y solo lo interesante era el otro.

 

El pelirrojo se aproximó para besar esos tersos labios, estaba por cazarlos, cuando  de pronto la puerta cedió dejando entrar a los zombis que hambrientos buscaban las fuentes de calor y ruido en toda la estancia, Choiji salió corriendo perseguido por el antiguo cocinero y fue a esconderse detrás de la pareja que de inmediato respondieron recibiendo a los invasores con una lluvia de balas, los cuerpos caían como las moscas en la miel, ninguno de los dos estaba dispuesto a perder el nuevo amor que descubrieron en el lugar menos pensado, sin duda no dejaría que les pasara lo que a Naruto y a Sasuke, ellos no iban a permitir que se les quitara lo que tanto les consto encontrar, después de todo Sai estaba por olvidar a Sakura y Gaara por conocer el verdadero amor.

 

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En otro punto,  un peliblanco estaba escondido en una torre muy alta lejos de los muertos vivientes, desde esa ubicación la señal del satélite de Kasa era genial.

 

—¿Cómo le va al chico?—Pregunto la voz algo silbadora de Orochimaru, desde la pequeña pantalla en el antebrazo del peliblanco.

 

—Muy bien, destrozo a uno de las criaturas más evolucionadas, con solo unos cuantos movimientos y una katana.—Respondió.

 

—Vaya, es genial. ¿Cómo le va con los sobrevivientes?

 

La pregunta lo horrorizo, no supo que contestar en un principio, titubear ante el jefe y promotor de toda esa desgracia no era bueno si él quería al menos salvar una vida.

 

—A… aun no los hemos…en-contrado…—Mintió, claro que ya sabía dónde estaban, desde hace mucho se dio cuenta que alguien más entro en el satélite de Kasa y lo usaba para rastrear a los sobrevivientes.

 

—Kimimaru…—Llamo con voz fría el hombre moreno en la pantalla—…deberías de ser más cuidadoso con tu espalda…

 

Al peliblanco se le erizaron los vellos de la nuca, era una amenaza discreta, pero también una advertencia, la comunicación se cortó y el volteo lentamente esperando ver a esa deforme criatura detrás…

 

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Sai y Gaara habían logrado escapar con el gordito al siguiente nivel, fue difícil, más no era algo imposible, en especial por que Choiji  pesaba mucho como para cargarlo hasta la azotea.

 

—Aquí estamos seguros.—Comento el pelirrojo tomando la mano de su ahora pareja.

 

—¿Y…entonces?—Pregunto Sai, con una mueca indescriptible de confusión.

 

—¿Y entonces, que?—Interrumpió el castaño.

 

Ambos lo miraron feo haciendo que se fuera al otro lado de la azotea.

 

—Ahora que estamos solos…—El moreno sonrió falsamente pasándole el brazo al otro chico.

 

—Sai…—Llamo el menor.

 

—¿Qué pasa?—Pregunto despreocupado.

 

—Aquí…—Se acercó peligrosamente—…el que manda soy yo.

 

Si previo aviso se lanzó contra el moreno besando esa pálida piel con desespero, ante la atenta mirada del castaño, que no los miraba específicamente a ellos, más bien, a la  criatura que rondaba una torre en la cual, un chico intentaba huir.

 

—No quiero interrumpirlos…pero estamos en problemas…

 

 

—¡Ayuda!—Grito, Kimimaru. Estaba aterrado, era su fin, o al menos eso pensaba.

 

No muy lejos de allí, Sasuke se enfrentaba a un rubio, era en efecto, Naruto, pero no su Naruto, no era el mismo niño dulce que lo llamaba: “Sasuke-sama”

 

—Oe teme… ¿Que tanto me ves?

 

Al moreno una venita le salto en la frente, al escuchar el teme.

 

—Lo feo que te has puesto… dobe. Insulto.

 

Pensó que el rubio le regresaría el insulto, pero fue bastante su sorpresa al verlo voltear hacia una torre, murmurando:

 

—Onni-chan…

 

El menor junto las manos en una seña realmente extraña, rodeándose de una nube de humo que al desaparecer mostro a tres Naruto más.

 

Dos de ellos se quedaron en el mismo lugar, atacando cuanto se movía y no estuviera con vida, mientras el tercero, salió corriendo en dirección a la torre.

 

—Onni-chan—Escucho el peliblanco, para luego ver aparecer al rubio delante—…No te preocupes que yo te cuido de ellos.

 

—¿Onni-chan?—Pregunto dudoso revisando el estatus del programa de Kyuuby, todo estaba bien, aunque el chico lo haya llamado de esa forma.

 

Eso solo quería decir una cosa, y para él no era nada bueno. ¿O si? 

Notas finales:

Espero que le haya gustado, nos vemos en la proxima, dejen comentarios.


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