Capítulo XIV.
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El cielo era diáfano, tan bello y azul que causaba a veces dolencias de vista. La Academia había sufrido una metamorfosis; el bello campus en tan sólo un fin de semana se convirtió en el pentágono digno de recibir las próximas olimpiadas.
Olimpiadas, el sueño del Coordinador hecho realidad. Todo Japón se estremeció desde la raíz de la tierra cuando lo supo en la conferencia de prensa donde se anunciaba con bombo y platillo la sana competencia entre dos entes de sumo estatus. Y los dos contrincantes sí que sabían llamar la atención. Muy a su manera, cada uno se encargó de brindar a los medios publicitarios lo que quería.
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−Te invito, me invitas, bailemos juntos en este harem~
−Deja de joder, Byakuran.
−Yo sé que te encanta~
−Kufufu, ¿Por qué no mejor me recuerdas tu audiencia con el Coordinador cuando me escapé? –eso bastó para silenciar a Gesso, que viró la mirada y se alejó de Mukuro para mirar con desinterés el paisaje en la ventana del carro en movimiento –¿Tan mal te fue?
−Nop, sólo que detesto recordar los malos negocios –se encogió de hombros ligeramente y apoyó la barbilla en la mano
−Me alegra saber que existe alguien que puede controlarte.
−Fufu, mi bella Mukurina, yo no estaría tan seguro de ser tu; simplemente el Arcobaleno sabe lo que quiero obtener.
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Una dulce melodía provenía de una cajita de música. Era como para arrullar a un bebé. Y el pequeño Tsunayoshi hacía el acompañamiento con un violín tan tierno como él.
−Tsuna –a la puerta del cuarto del mencionado arribaba el hermano mayor de los Cavallone –. Es hora de ir a la escuela.
−¡Voy! –corrió el alegre niño guardando el preciado instrumento en un estuche. El castaño corrió para tomar la mano de Dino y le sonrió cálidamente –. No puedo esperar a ver a papá de nuevo –declaró con verdadera alegría.
−Ah, sí, será algo diferente a las visitas que solíamos tener de él.
−¿Por qué? –inquirió con toda la inocencia del mundo.
−Es que no le gusta que Kyōya y yo…
−No te apures, hermano –se quitó de su lado un palmo para ver directamente a los ojos del rubio –, entiendo –elevó u bajó la cabeza rápidamente con fervor –. Cuando vea a papá le diré que eres muy bueno jugando a las mordidas con Hibari-san.
−E-Eh… Tsuna, creo que eso no…
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Fueron llegando decenas de limosinas. Muchas de ellas con el honorable escudo de la familia Cavallone.
La Noria que inauguró los juegos era preciosa. Tallada en oro y plata. Con fuegos artificiales tan coordinados y dinámicos que parecían los de, realmente, un evento donde países participarían para jugarse las medallas de campeones.
Reborn observaba todo desde su oficina. Sentado en un sillón individual, limpiando su querida arma, sosegado ante el ventanal que abarcaba la pared entera. Cientos de globos amarillos se elevaron al cielo y el globo aerostático fue tras el rastro. El Coordinador disponiendo el control remoto descolgó un estrambótico letrero:
«Bienvenidos sean los fieles sirvientes del pérfido Cavallone.
Que se les recibe en la trinchera»
−Ese malnacido no pierde el sentido del humor –dijo Cavallone sonriendo sin problemas, apenas descendiendo con la infinita gracia de un conquistador y mirando al enorme edificio que constituía la máxima representación del poder en la Academia.
−Hace mucho que no escuchaba tu nombre –dijo cerca del Bronco.
−Era un pequeño secreto entre él y yo. Pero parece que debo olvidarme de los modales –respondió al tiempo que inclinaba un sombrero color café para cubrir su mirada del millar de personas que ya le rodeaba –. Esta absurda Academia se ha expandido como hormiguero bajo mis pies.
−Encarguémonos de aplastarlo entonces.
−Sólo espero que tus inventos terminen con esta piltrafa antes de la cena, Verde.
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−¿Equipo de malvavisco y piña? No cabe duda de que los herbívoros carecen de inventiva para estas cosas –declaró Hibari Kyōya lanzando despectivamente la hoja de solicitud a la mesa de centro; mirando a sus compañeros de nivel, Byakuran y Mukuro, sentados al frente suyo.
−¡Oh, vamos, Hibari-chan! ¡Hagamos magia!
−No creo que seas el más indicado para hablar de magia, Byakuran –interrumpió Rokudo, cruzándose de brazos –. Ni él ni yo hemos olvidado tu traición.
−¡Por todos los dulces del mundo, tengan compasión! ¿No serían lo suficientemente benevolentes para perdonar a este vil pecador? Incluso las personas más despreciables tenemos derecho a ser salvadas.
Hibari suspiró y movió la cabeza negativamente, pero aún no decidía por completo; este tema era una nimiedad sí se le comparaba con el verdadero lío que él, Hibari, había comenzado por tener por amante al hijo de un padre loco.
−Sí vamos a estar en esta competencia, hay algo de lo que debo hablarles.
−Sólo espero que no sea nada sobre tu reciente estado malhumorado, ah, espera, siempre eres así~
−Te morderé hasta la muerte –masculló, entornando los ojos.
−Cálmense los dos –se masajeó el entrecejo –¿Qué es lo que debes decir?
−Los equipos que formuló Cavallone Primo no son para subestimarse.
−Eso es algo obvio, desde la última reunión con el Coordinador.
−No me refiero a eso –cortó el argumento –. Uno de los equipos es dirigido por mi padre. Y no es ventaja conocer a su grupo de trabajo.
−Fufu, ¡Los Varia en acción! –aplaudió una vez, Gesso –. Definitivamente me comportaré como niño en navidad cuando gane este evento.
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La estampa de cada equipo fue colocada en una bandera. Pero sólo había dos raíces. Cavallone y Academia. El estadio principal estaba lleno y sólo había sido creado para la presentación de los grupos. Este acto de apertura fue dirigido por el presidente de la sección del kínder.
−Es un honor para mí presentar a los concursantes de cada estandarte –Tsuna inclinó la cabeza con humildad y todo el público soltó un descarado awwww.
−En primer lugar, por la orgullosa Academia, en orden de jerarquía, están:
Sección Maestría:
Yamamoto Takeshi.
Sección Universidad:
Cavallone Dino.
Irie Shoichi.
Sección Preparatoria:
Gesso Byakuran.
Rokudo Mukuro.
Hibari Kyōya.
Sección Secundaria:
Gokudera Hayato.
Chrome Dokuro.
Basilicum.
−Y el otro estandarte, siendo representado por Cavallone:
Área Varia I.
Xanxus.
Spuerbi Squalo.
Área Varia II.
Mammon.
Belphegor.
Fran.
Área Verde Militar.
Verde.
Fon.
Lal Mirch.
Ausente
EL PRIMER EVENTO SERÁ PESCA DE MANZANAS EN EL LAGO.
EL PRIMERO EN RECOLECTAR CIEN MANZANAS GANA.
Las condiciones serán cantadas junto con el Himno de la escuela.
¡Esperen el grito de la foca coja!