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Habitación Apollo 13 por Vampire White Du Schiffer

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Notas del capitulo:

ewé, gomen. Este capítulo tendrá un cambio de esenarios mucho más brusco. Bueno, serán escenas cortas, por lo mismo que se necesita imprimir velocidad 83

Capítulo IV. ¿Conjeturas? ¡Traiciones en Apolo!

+ : : : : +

¿Cómo se puede medir el tiempo sí se está encerrado en un lugar horrible? Es característico de la reacción al ser secuestrado perder toda noción de ubicación y temporalidad. Así, el pánico de la persona aumenta, la coherencia le abandona y se rinde ante el inminente miedo de la incertidumbre.

Aquí el detective trataba de calmarse, aun estar en semejante situación, seguía atado de manos, con vendas sobre los ojos, alojado por una húmeda esquina de ningún lugar.

−Maldición –contrajo las rodillas al pecho y se empezó a reír –. Ésta me la pagas, Beborn.

+ : : Sucedió así : : +

Los dos rubios estaban fuera del cuarto de ejecución, atentos a cualquier ruido. Colonnello se ajustó los guantes que dejaban al descubiertos sus dedos, mirando de soslayo la puerta por debería llegar su pareja. Y no tardó en ello.

Las escaleras eran reducidas, con peldaños para pequeños pies, sólo usada cuando el elevador no funcionase, que era cosa casi imposible, casi porque a ellos dos los habían hecho subir hasta este tugurio para encontrar el regalo del asesino con moño y pancarta.

Con ayuda de lámparas, Reborn dio cuenta del cuadro. Tomó un trago de cáncer de su cigarro y exhaló el aire.

−Perfecto –masculló con molestia –. Colonnello –llamó al detective que estaba explicando las cosas a Kyōya en aquel reducido plano de bajo techo –. Dime qué es lo que sabes.

−Yo que tu –hizo una pausa –, escucha, deberías tomar en cuenta de que los botones llaman mi atención –murmuró cerca del moreno; los aludidos estaban junto con los gerentes y se mostraban ecuánimes.

−Lo sé –consintió Reborn –. Sobre todo por Gesso, no estaba junto con Mukuro cuando le llamé.

−¿Le has preguntado dónde estuvo?

−No tengo necesidad, ese sujeto es inteligente –bufó –, además hay un par de mucamas que confirmaron su estadía en el gimnasio insistiendo buscar algo.

−Mmm. De cualquier forma, lo que debía decirte es –la luz de las lámparas comenzó a fallar, más la de Reborn que cualquier otra, por suerte las pequeñas bombillas, primitivas y todo, pudieron alumbrar aunque sea para poder estar seguro de quién era la silueta de cada quién –. Está aquí –lo buscó pero fue en vano.

−Cálmate –ordenó –. Gesso y Rokudo –les llamó entre las penumbras –. Llévense a los gerentes a la planta baja de inmediato. Y digan a la policía que ya pueden entrar a arrestar al culpable.

Kyōya sin alterarse, sólo sonrió y obedeció en silencio, a rastras, Dino que deseaba saber qué rayos planeaban esos dos investigadores.

+ : : : : +

−Al parecer sólo subí para hacerte bajar –comentaba Kyōya mirando a su esposo que seguía con gesto preocupado –. Habla ya.

−Es que… -atrás venían los botones, quitados de toda pena, fraguando planes sexuales en cuanto se terminara todo el circo del asesino –. Bueno, espero que salga bien el plan. +

+: : : : +

−Entonces –repuso con calma –. Llegaron aquí por treta de ése sujeto –estaban cerca de una mampara traslucida, bailaban sombras sobre ella por el foquillo que no se estaba quieto –¿Qué fue lo que dijiste a Cavallone?

−Que siguiera mi plan.

−¿Desde cuándo tú haces los planes? –mofó y seguía alerta –. Por cierto, no creas que he olvidado el asunto de… -pero fue interrumpido por la mano enguantada de Colonnello.

−No sé de qué hablas –susurró pegándose al cuerpo de su amante –, talves lo recuerde sí dejas de ser tan testarudo y me dejas hacer las cosas a mi estilo por una maldita vez –se apartó enojado -. Lo que haremos será esto –le relató el plan y todas las conclusiones en una clave muy personal, le dijo que Dino estaba preparado y consciente de lo que iba a ocurrir, que bien podría resultar, o sólo desechar como sospechosos a los botones.

−De acuerdo, pero en cuanto a _____, serás tú –rió con verdadera maldad.

−¿Qué? –inquirió alterado.

−Es tu plan, ¿recuerdas? –en seguida cambió el rostro a uno mortífero –. Pero nada funcionará.

−¿Por qué lo dices, kora?

−Porque tú debes morir –sacó una hoja blanca en cuyas líneas decía:

Ata a tu compañero y abandónalo.

Atte. El asesino.

+ : : Así fue.. : : +

Es tu plan, ¿recuerdas? –satirizó la voz de su casi marido para darse una vuelta sobre sí y conseguir que las amarras cedieran un milímetro –. Ése traidor…

Maldición, Colonnello era el rey de los escapistas, pero ésta vez Reborn fue el que lo amarró, en más de un sentido, y Reborn no era cualquier persona.

Después de soltar un audible suspiro, se dio cuenta de que no estaba muy solo.

+ : : : : +

−El momento de revelar al asesino, está cerca, ¿no? –dijo Mukuro acomodándose en la repisa de la recepción, con Byakuran a lado de él y los gerentes en la puerta –. Ah, olvidaba que papá-Cavallone viene de visita.

−Por suerte pude postergar su arribo –dijo Byakuran con aire animado –, pero me pone muy triste –se lanzó hacia su querido Rokudo –. ¡Te tuve que dejar cinco minutos solo en la recepción!

−Bah, no sigas –se encogió de hombros –. Nada me pasó, y desgraciadamente a ti tampoco, kufufu.

Kyōya viró al escucharlos.

−¿Qué dijiste?

−¿Mmm? Pues –comenzó Gesso –. Eso mismo, fui al gimnasio, cerca de la terminal de video conferencias para hacerle el aviso a Primo Cavallone-chan de que debía quedarse fuera del Hotel por mucho que deseare entrar.

−Eso explica tu ausencia y que mi suegro no haya llegado –aceptó el moreno –. Entonces no pudiste haber cometido el crimen del elevador.

−¡Sospechaban de mí! –soltó fingiéndose herido –. Pero no –negó con la cabeza –. Desde un principio ni yo ni mi lindo Mukuro-chan teníamos planeado algo así. Ustedes nos acogieron en Apolo justo después de que, por diversión, la empresa Rokudo  y Gesso se declararon en quiebra. Les debemos más, supongo –levantó el dedo índice –, después de todo, por eso casi somos familia.

−Sí eso es cierto –dijo Dino para sí mismo –, allá arriba tienen al pez.

+ : : : : +

Una murió, otro murió por decirme que no, otros cuatro por decirme que sí, los otros seis todavía no mueren, y falta otro más –ladeó la cabeza, mientras del costado derecho de su pierna sacaba un cuchillo afilado y su sombra bañaba el cuerpo indefenso del detective Colonnello semiconsciente –. Aquí está mi víctima 13 –sonrió huecamente –. Porque te encontrarán al último. Jejeje.

+ : : : : +

−¿Qué es esto? –se preguntó Kyōya en cuanto encontró una nota en el bloc de la recepción, era para él, claramente lo decía.

Ve a la habitación 13, tu solo.

Atte. ________

−Rokudo –llamó al botones rápidamente –. Encárgate de que Dino no se dé cuenta de que me fui –Rokudo no entendió el plan, pero aceptó y se fue a inventarle al segundo gerente una ola de cosas para que fuera junto a él a la sala de conferencias.

−¿Y yo qué, Gerente-chan?

−Obvio que te quedas aquí –se marchó sin decir más.

Byakuran, intuitivo en estas horas crueles, meditó por un segundo y enseguida tomó el teléfono.

−¿Aló? Cavallone-papá-chan, sip, todo va normal por aquí, sólo que como en película de bajo presupuesto están comenzando a separarse, sí no le regreso la llamada en cinco minutos puede llamar a quien desee –colgó y sacó de su pantalón blanco una nota que decía claramente:

Ven al séptimo piso.

Atte. El asesino.

+ : : : : +

−Ya deja de darle vueltas, Mukuro –detuvo sus pasos en medio del pasillo hacia la sala –¿qué es lo que pasa?

−Antes de que haga una estupidez, me pidieron que te entregara esto –sacó una servilleta donde se podía leer:

Ven a la alberca, verás algo lindo.

Atte. El asesino.

+ : : : : +

Corría, despavorido, no se imaginó que algo le saldría mal. Le era imposible recobrar la calma. Esto estaba saliendo mal, se repitió profundamente mientras bajaba frenéticamente por las escaleras. Era perseguido.

−No, no, no –decía una y otra vez, tenía el hombro lastimado, pero con algo de suerte, sí lograba continuar con su plan, eso no le importaría. Debía llegar a la habitación 13, donde le esperaban.

−¡Allá va! –gritó Colonnello.

+ : : Flash back : : +

Porque te encontrarán al último –decía ante el investigador.

Pero en ese justo momento, Colonnello se incorporó ya sin estar atado.

−¿Pensaste que no me iba a dar cuenta de la trampa? –preguntó lanzándole un golpe en el estómago y de inmediato en la mejilla –¡Finalmente te dejas ver, kora!

−¿Q-Qué? ¿Cómo diablos?

−Le dije a Reborn que estabas aquí, aunque bien escondido, me di cuenta de que deseabas que alguno de nosotros quedara atrapado en este lugar, así que… -salió un disparo que directamente lesionó el hombro del asesino.

−Fingimos seguir tu juego –sonrió Reborn resueltamente, presumiendo su querida arma –. Se acabó el juego, ____________.

+ : : Fin del Flash Back : : +

Las manchas de sangre se hicieron presentes en las paredes. Su aliento estaba cortado. No podía ver ya con claridad.

−Mi plan, mi precioso plan.

Vaya, resultaste ser un verdadero idiota.

−Cállate, sólo hice lo que me pediste.

Humm, encárgate de exterminar a Kyōya de Cavallone y consideraré perdonado tu error.

−De acuerdo –tembló, pero ya estaba frente a la puerta, entró sin preámbulos y sacó otra daga.

−Así que tú eres el herbívoro que causó esas muertes –sacó un par de tonfas y se agazapó para anunciarle al asesino que no se daría fácil –. He de admitir que me sorprendiste. Jamás me imaginé que un inútil como tu lograría sacarme de quicio.

−¡Sólo déjate matar para que te lance hacia la alberca!

−Wooow, con que por eso te lanzaste desde el balcón, maldito Tsunayoshi, ya sabía yo que era un error dejarte vivir –perfiló sus queridas armas y se fue de lleno a luchar.

+ : : : : +

Un minuto después a la habitación trece aparecieron los dos detectives, viendo en el piso, molido a golpes, al cuñado de Kyōya.

−¿Tú qué haces aquí? –inquirió Reborn poniendo la mano derecha en el bolcillo del pantalón negro.

−Recibí una nota –respondió limpiando la sangre de las tonfas –. Que quede claro –dijo – sólo lo dejé vivo para que explique las insípidas razones por las que hizo todo esto.

−Me parece razonable –Colonnello se dispuso a cargar al moribundo muchacho no sin antes colocarle un par de esposas en las muñecas –. Rendiremos cuentas cuando todo regrese a la normalidad.

−De acuerdo, el padre de Cavallone estará ansioso por escucharlos –dijo en tono neutro.

Notas finales:

Oh, shi, Tsu-kun XD, no es mi culpa, el asesino estaba elegido desde antes de publicar el primer cap. El siguiente es el último, defintivamente, habrá lemmon y la explicación completa, sencilla, pero completa de las razones del asesino. ¿Pero qué importa?! mejor lemmon! okay no XD


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