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Anónimo por Mishogu

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Notas del capitulo:

Buenos dias...

Les dejo el cap... bastante temprano, cierto?

Bueno, ahora si:

A leer!! y a regresar a mi camita...

Capítulo XI: Extraño.

 

Cuando se levanto lo primero que hizo fue ver al chico a su lado, se veía tan bien dormido, tan tranquilo… aunque sabía a la perfección o al menos eso creía, de que Chikara lo chantajearía con sexo para no decir ni una sola palabra, sonrió amargamente y camino al baño.

 

Al verse al espejo noto como su piel aun tenia algunas marcas que desaparecían conforme el tiempo transcurría, suspiro fastidiado, tomo la botella de su champo y el tinte negro para ocultar el verdadero color y se metió a bañar, dejo que el agua lo recorriera, que se llevara las sensaciones solo arraigándola mucho más en su piel.

 

Termino de bañarse y se vio al espejo con esa imagen que muy contento Tsuzuki le había ideado para acercarse a Hisoka.

Hisoka… seria un problema mayor enfrentar a ese chico con su realidad, que recordara… se apoyó en el lavado, se sentía sucio, usado… Chikara no era lo que creía.

 

El móvil le empezó a vibrar, no quería contestar, sabia a la perfección de quien se trataba aun así, lo tomo y lo acerco a su rostro.

 

-¡Buenos días Dai-chan! ¿Cómo amaneciste?-Si, era Tsuzuki.

-Bien oto-san, ¿Qué tal tu?-Por pura cortesía, no iba a decirle a su oto-san que había entregado su virginidad y ese alguien no lo quería. Las lágrimas ya comenzaban a salir de sus ojos.

-Perfecto, ¿Y sabes por qué?-Su alegría era envidiable.

-No…-Murmuro.

-¡Iré a verte hoy!-La frase perfecta para acabar con un mal día… nótese el sarcasmo.

-¿A que horas vendrás?

-mmm…-El de amatistas se lo pensó-… ahora mismo.

 

Dejo caer la cabeza cuando el sonido de la llamada al cortarse le dio dolor. Se vistió como pudo y salió sin hacer el menor ruido, no quería despertar a Chikara y que este le asediara con preguntas

 

Afuera todo seguía como si nada, y no le molestaba, estaba tan acostumbrado a la indiferencia que el mundo sentía hacia él. Iba tan distraído que no noto cuando choco con otro chico, solo pidió disculpas y se alejó siendo detenido por un:

 

-Daion, ¿Qué rayos te pasa?

 

Al girarse vio a Hisoka con cara de interrogante, su sempai quería una respuesta.

 

-Nada Hisoka nii-chan, solo estoy cansado…

-No, si se nota.-Sonrió Hijiri en completo contraste al rostro de su hermano.

 

Por unos momentos el silencio se prolongo, se sentía incomodo así, no quería que Hisoka se diera cuenta de sus sentimientos y por lo visto ya era tarde. No podía controlar más sus emociones, iba a derrumbarse delante de esos dos pero un alegre:

 

-¡Daion!-Dicho con toda la alegría del mundo lo devolvió al mundo real, no le dio tiempo a nadie de reaccionar, cuando se desplomo en los brazos de Hisoka.

 

Ver caer al chico de ojos rubís fue doloroso, ya lo quería como un hermano menor o como un hijo, recibió su cuerpo algo pesado cayendo en el proceso con él encima, Hijiri se apresuró a sostener la cabeza del menor y a palmear las mejillas pálidas y frías.

 

Pero el golpe fulminante, no fue eso, fue el hecho de ver directamente a los ojos al hombre que angustiado había corrido en la dirección de su desmayado amigo, eran amatistas, los ojos más hermosos del mundo, aquellas gemas que miraba día y noche, que lo seguían fuera donde fuera.

 

No podía apartar sus ojos del castaño, simplemente estaba atontado y no quería dejar de mirar al atractivo hombre delante de él, vio todo como si fuera una cinta muda, vio al castaño alto de cara aniñada sostener con fiereza el cuerpo inconsciente y rozar en el proceso una de sus manos haciéndolo estremecer. Pero el padre de Daion no lo había notado, se había girado con mucha elegancia y corrido al lugar donde un confundido y apenado rector le indicaba.

 

Ese extraño… ese hombre del cual no conocía el nombre lo había cautivado, sentía su corazón arder de pasión, ese hombre que era un completo desconocido despertaba un sinfín de sensaciones en su cuerpo.

 

Pudo percibir en el aire confusión, miedo, dolor, indiferencia… risa, un sentimiento horrendo que lo hacia sentir despreciable y al alzar la vista descubrió en el rostro pálido de Muraki una sonrisa macabra, a su lado el chico de cabello fuego miraba contento por donde el castaño se había ido.

 

Impulsado por Hijiri corrieron en la dirección donde minutos antes un angustiado padre llevaba a su hijo.

 

No sabía nada del padre de Daion, pero al parecer algo en su interior sabía más de la cuenta. Entraron a paso apresurada a la enfermería donde un nervioso castaño se frotaba las manos revisando atentamente como el doctor y el enfermero trataban al ojicarmín, Muraki chequeo su pulso, su temperatura… todo, mientras Akuma, se mantenía al margen pero su mirada azul se concentraba en como el peliblanco retiraba algunas prendas.

 

Era hora de comenzar con el acto de destrucción, Muraki podría matar a Hisoka, tener a Tsuzuki y él… él se quedaría con Daion, ningún extraño podría arrebatarle el gusto de un cuerpo virgen perpetuo.

 

Notas finales:

n.n ya aprecio Tsuzuki!!!

Ahora como iran las cosas?

Comenten!!!!

Gracias a: Rima-chan y a YUGYAM por el apoyo!!!

Te quiero un monton Gris nee!!!!


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