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Víctimas por Mishogu

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Notas del capitulo:

Hola a Todos!!!

n.n/

No estoy muerta ni me fui de parranda... ¬¬ tengo un odio/aversión a eso, en fin, regrese, gomen por tardarme tanto... casi un año... 

_ _|| pero me han pasado las suficientes cosas malas como para desear desaparecer... allí la razon por la que no publicara casi nada.

Pero no crean que me la pase de vaga ne, en este tiempo he escrito lo suficiente como para no volver a faltas si me da un bloqueo de nuevo.

Nos los molesto más...

A leer!!!

 

Capitulo XIII: Víctimas simuladas.

Trampa.

 

Un hombre de melena larga y marrón observaba desde una ventana de cristal especial, como unos 9 o 10 individuos, todos vampiros, se desesperaban por hallar una salida de esa habitación completamente blanca.

 

—Son como ratas de laboratorio…—Escupió con veneno.

 

Los otros hombres en esa antesala lo miraron intrigado, ¿Qué era lo que pasaba por esa cabeza?, los vampiros junto a los licántropos y demonios, habían firmado un tratado de tregua y era muchos los años que separaban ese trágico episodio de dolor que fue la guerra de especies del tiempo actual.

 

—Señor…—Llamo una voz aterciopelada, el sujeto que miraba con desprecio a los prisioneros volteo encontrándose con un joven completamente oculto de la vista, vestido de negro.

 

—¿Dime?

 

—Encontré a muchos otros vampiros dementes, los dejare aquí…

 

El adolescente salió de la sala dejando solos a todos esos hombres, cuando se aseguraron que el joven cazador se había marchado por completo el hombre volvió la mirada a sus presas dando la orden de activar un dispositivo situado al lado de una consola llena de mandos, al hacerlo, la habitación blanca se empezó a llenar de un gas de color violáceo que lastimaba los ojos de los prisioneros e inhibía sus pensamientos racionales, un niño de no más 7 años, puso las manos en el cristal justo enfrente de ese hombre con el rostro cubierto por una bufanda antes portada por su madre, todos los vampiros menos el niño empezaron a sufrir una transformación horrenda, las uñas se convertían en garras y sus colmillos discretamente ocultos en sus seductores labios se hicieron visibles, las facciones hermosas de todos ellos se volvieron dementes, una compuerta se abrió dejando salir a todos esos seres que ahora no tenían cordura, el niño al ver que su madre se marchaba decidió seguirla.

 

—Señor el niño aún no ha sido afectado…—Aviso uno de los tipos en la antesala.

 

—Aún…esa es la gran diferencia, aún no ha sido afectado…—Volteo mostrando su sonrisa demente.—…el aun, hace la diferencia mi apreciado amigo.

 

El menor tocio sintiéndose mal, los adultos de su clan estaba como locos, arremetían entre ellos mismos y se desagarraban partes de la piel.

 

—¿…mamá?...—Pero la mujer solo estaba mirando la calle donde miles de autos transitaban—… ¿mami?...—Ella volteo levemente mirando a sus compañeros, un sonido gutural y nada femenino salió de su garganta, después dio un paso al vacío siendo seguida por los otros adultos, el niño solo atino a sostener su mano quitándole en el proceso un brazalete de plata, pues la mujer había caído en un callejón junto a los otros.

 

El niño los siguió con cierta torpeza mirando horrorizado como los adultos de su clan atacaban a cuanto transeúnte se cruzara por su camino, intento hacer que su madre soltara a un hombre que paseaba a su perro.

 

—¡No mami! ¡No!

 

La mujer deshizo el agarre lanzando al pequeño a un cumulo de basura amontonada en una sucia esquina, Siat, solo se limpió con las dos manos los ojitos llorosos y comenzó a llorar como nunca lo había hecho dejo que sus gritos llenaran el callejón repleto de vampiros en pleno banquete.

 

No muy lejos de allí, se encontraban Vyaron y Chia, ya que este último luego de despertar decidió salir huyendo para ponerse a salvo, ya que la casa fue rápidamente invadida por cazadores, ambos estaban sentados en el borde una azotea mirando como los autos pasaban tranquilos.

 

—Hay que regresar con mis hermanos…—El moreno de mechones marrones se levantó sintiendo como una mano tibia y suave evitaba que se marchara por completo.—… ¿Qué sucede?

 

El pelirrojo se limitó a apuntar hacia abajo donde un tumulto de seres festejaban por el salvajismo de su actos, Vyaron se cubrió la boca silenciando una arcada, allí estaba varios adultos devorando sin tregua a unas personas, tenían una orgia escandalosa y decadente incluso demasiado para ellos, Chia hiso ademan de querer ir.

 

—Ni lo pienses, hay que…

 

—Ni lo pienses tú, ellos… ellos están bajo el efecto de algo, no somos así, por muy vampiros que seamos, no hacemos esos ritos en la calle y menos con seres tan impuros como esos.

 

Sin soltar a su acompañante salto cayendo muy cerca de la fatídica escena, pronto los sollozos infantiles asaltaron los tímpanos del único padre en ese dúo, se liberó del agarre del pelirrojo y corrió en busca de la fuente de ese sonido, en su camino algunos vampiros lo invitaban a unirse a la fiesta, pero el solo les mostraba los colmillos gruñendo con fiereza haciendo que retrocedieran, pudo apreciar en medio de la basura a un niño pequeño de cabello hermosamente azul, toco con cuidado los cabellos tersos, el pequeño alzo la mirada, una tierna mirada celeste colmada de lagrimitas rojas…—los vampiros lloramos sangre—…se recordó, abrazo al pequeño sintiendo que era Seikou al que abrazaba, percibió como las bracitos correspondían de inmediato el gesto, la humedad de las lágrimas bailo en su cuello a la vez que los desgarradores sollozos le inundaban los tímpanos.

 

—¡No los maten por favor! ¡Ese señor es el culpable! ¡No salimos a cazar sin permiso! ¡Nos obligaron!

 

Aquello había sido dicho atropelladamente, pero era muy claro que no estaban bien, alguien uso alguna estratagema para obligarlos a hacer lo que hacían.

 

—Tranquilízate quieres…—Hiso que el pequeño respirara tranquilo, al lograrlo lo incito a hablar—…ahora que estas calmado, dime lo que pasa, ¿Por qué tu clan está masacrando personas?

 

—No están masacrando a nadie, nos obligaron, estábamos tranquilos en nuestro hogar…de…de pronto llegaron unos cazadores…y…y…y, nos tomaron a todos, no pusimos resistencia, mi mami me ha dicho que no podemos lastimar a los humanos, así que fuimos con ellos…y…y…nos encerraron en una habitación blanca, nos hicieron respirar un humo morado, los de mi clan cambiaron y ahora están así…no fue nuestra culpa, lo juro…

 

—Te creo.—Intervino el pelirrojo.—… ¿Puedes identificar a los cazadores que se los llevaron?

 

El menor meneo la cabeza de forma afirmativa y empezó a buscar en las bolsas de su overol azul de lona oscura, ignorando una sensación de comezón en la garganta y los ojos sacando un crucifijo plateado con una luna y una rosa envuelto en papel para que no fuera a quemarlo.

 

Ambos adultos se miraron horrorizaron…ese crucifijo era de…

 

—El clan de cazadores de la rosa…—Murmuro en voz baja el pelirrojo, era sumamente doloroso enterarse de ello, era decepcionante, no se imaginaba a los defensores de la ciudad haciendo experimentos con los de su especie, se supone que eran los que velaban por la seguridad de todos en la noche después que los Cazadores Celestiales fueron expulsados juntos a los revolucionarios.

 

Sintieron las pisadas de muchos hombres seguidos del sonido escandaloso de los disparos acompañados de la risa de algunos que disfrutaban con el dolor ajeno, Vyaron tomo al niño y salió corriendo esquivando a todos esos pobres vampiros que serían acribillados.

 

Se sentía mal por dejar morir a muchos de su especie, pero era necesario, debía huir y contarle todo a su majestad, si es que él se dignaba a escucharlo.

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Cierto rubio se encontraba sentado en un sofá cómodo abrazado a un niño moreno de reflejos rojizos, sentía una opresión en el pecho que jamás había sentido en su vida, en su vida de humano, claro está, el menor se removió incomodo soltando un débil gemidito de dolor, a lo que el respondió con una caricia a la suave mejilla algo sonrojada del menor, sin notar que una mirada esmeralda seguía cada uno de sus movimientos.

 

—A veces me pregunto por qué te escogí…—Se escuchó.—…y mi mente me dice que lo hice por capricho, pero mi corazón por necesidad… ¿Cuál de los dos me dirá la verdad?

 

Alzo la vista encontrando a Vialer muy cerca de él, respiraban el mismo aire y sus alientos se mesclaban generando el más delicioso afrodisiaco. El rubio sintió como su mente perdía todo fundamento en la razón solo por ver esos ojos condenadamente verdes, de pronto el rostro del castaño estaba demasiado cerca, peligrosamente cerca…hasta que…

 

—Tío Vialer, me aplastas…

 

Interrumpió Seikou ganándose la mirada de reproche por parte de su tío, Nicolás ayudándose con la mano empujo a Vialer hasta que el castaño se despegó de los dos, ya que estaba sobre él y sobre el niño.

 

—Vete a dormir, Seikou, hora de que dejes descansar a Nicolás.—Ordeno sin opción a dar una negativa.

 

El menor se levantó del regazo del rubio y subió las escaleras mirando por última vez a ese par.

 

—¿Desde cuándo no hacemos el amor?—Pregunto sentándose al lado del rubio que lo miraba interrogante, ¿Desde cuándo a las violaciones se les llamaba así? Más no pudo evitar responder.

 

—Ha pasado muy poco tiempo desde que me convertiste, ni dos días…

 

 No espero más, esos instantes eran suficientes para ponerlo mal, quería ese cuerpo de nuevo y jamás alejarse de él, era justo después de todo se había vuelto adicto a ese cuerpo de infarto que tenía ese chico, dejo que sus manos se pasearan lentamente por los muy bien proporcionados muslos de Nicolás arrancando uno que otro gemido de placer, sonrió al sentir como una mano blanca tomaba la suya y la hacía subir hasta la entrepierna contraria.

 

—¿Así que estamos iguales?—Se burló tomando con fuerza muy bien medida ese pedazo de carne que lo hacía delirar comenzando con movimientos lentos pero fuertes e ir subiendo la velocidad, hasta que…

 

El timbre del demonio de la puerta le devolvió la cordura al rubio e hiso que alejara la mano de ese lugar sensible ya despierto para luego tomar furiosamente uno de los cojines del sofá y ponerlo sobre sus piernas ocultando su problema con un adorable sonrojo surcándole las mejillas.

 

Vialer camino a la puerta dispuesto a matar a quien fuera que estaba allí y al hacerlo un hombre de rostro rudo pero hermoso lo empujo haciendo entrar a 3 jóvenes y un niño cubiertos muy bien con una capa, uno de ellos lo miro fijo y se lanzó a sus brazos sollozando un:

 

Estoy en casa…al fin estoy en casa…

 

Esas palabras golpearon al castaño que por reflejo correspondió al abrazo retirando con cuidado la capucha de esa cabeza dejando al descubierto una cabellera hermosamente negra.

 

—¿Val…?... ¿Eres tu Val?

 

El muchacho se despegó de él y lo encaro mostrándole esos típicos ojos verdes que poseían todos los individuos de su familia.

 

—Si papá, soy Val…

 

Mientras muy lejos de allí, un grupo de hombres con binoculares vigilaban la casa de los vampiros guerreros más fuerte, si para ganar la guerra debían provocarla, eso harían, serían las victimas simuladas para ganar y tomar como esclavos a todo ser de la noche

 

Víctimas simuladas: Son aquellas personas que mediando algún tipo de interés, propio o ajeno, actúan como si verdaderamente hubieran sido victimizadas, sabiendo interiormente que no lo son.

Notas finales:

Qué tal?

Les gusto?

Creen que vale para que me dejen un rw?... Espero que si... aunque no tenga mucho derecho a pedir uno después de tanto tiempo. Pero si quieren dejarme uno... yo contenta...

La familia se reune... la guerra inicia como una mala pasada del destino... ¿Qué hará nuestro dulce Nicolás al verse sumido en una guerra que no es suya?

Eso descubranlo en la próxima, nos vemos pronto ne!!!!


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