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Víctimas por Mishogu

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, que vaga soy, cierto?

n.nU gomen, había olvidado que día era hoy...

Sin fastidiar más los dejo leer...

Capitulo XV:

Un poco de celos.

 

Vialer abrazo al menor con fuerza estrechando la cintura esbelta, Nicolás miraba todo sintiéndose de más, pero unas miradas violetas le regresaron a la realidad, giro el rostro hacia el lugar donde sentía las miradas encontrándose con tres lindas y dulces… ¿Miradas de pupilas rasgadas?

 

Trago duro, más vampiros…

 

—¿Cuál es tu…?—Dejo la chica de cabello naranja claro.

—¿…nombre?—Complemento el otro muchacho.

—Nicolás…—Respondió automáticamente, esos niños desprendían un aura extraña y extremadamente violenta, daban miedo.

 

Miro a Vialer abrazar a un hermoso moreno de largo cabello, sintió envidia, tuvo que morderse los labios para no apartar al feliz dúo que se abrazaba.

 

—No creo que los celos sean buenos cuando son padre e hijo.—Comento en voz baja la niña castaña.

 

El rubio frunció el entrecejo, no podía ponerse celoso por situación tan absurda, se levanto dándole la espalda a todos y camino hacia las escaleras siendo detenido por Valery aunque no pudo detenerlo por mucho ya que con un brusco movimiento zafo el brazo y se precipito al interior de la habitación en la que había despertado. Se sintió idiota teniendo celos del maldito tipo ese, odiaba el hecho de que se aprovechara cuando el sentía debilidad por su maldita sensualidad.

 

Golpeo con la mano la mesa de noche que estaba a un lado de la cama, suspiro, al menos tendría que disimular el deseo que despertaba en él Vialer.

 

Se acostó mirando el techo, y cerro los ojos.

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No cabía en su alegría, tenia a ese pequeño, ya no tan pequeño en sus brazos, cuando recobro algo de su cordura al fin del día, descubrió que el bebe no estaba, que su pequeño bebe estaba o estaría en la casa de algún fiel sirviente y criado hasta los 18 años.

 

Miro por encima del hombro de su hijo y se dio cuenta de que muchos hombres iban y venían corriendo cubiertos por la oscuridad, la guerra quería quitarle lo que los jueces y sus costumbres le arrebataron en un inicio.

 

Se alejó de Val y lo empujo al interior justo cuando un encapuchado entraba rodando con la espalda desecha en un agujero por los disparos que algunos cazadores le acertaron, su hijo lanzo un grito ahogado cayendo al suelo de rodillas tocando la cabeza del ser ahora muerto y cuando la descubrió se dio cuenta de que era un simple humano, la puerta fue tocada con una delicadeza absurda, Vialer dudo entre el abrir o mantenerse quieto pero Val se le adelanto abriéndola de par en par mostrando una silueta imponente, los ojos mas intimidantes que hubiera podido apreciar antes, deslizo la mirada por el cubierto rostro, tenia los labios pálidos, los ojos rasgados y sin mucha vida, un cuello largo y dotado, de su hombro se asomaba un tatuaje, y por la disposición de las líneas adivino que se trataba de una rosa… ¿Una rosa?

 

Retrocedió temeroso, sintiéndose asustado de pronto por el extraño no tan extraño, ahora sabia quien era ese tipo, sabia que era un príncipe o el rey, Val estaba comprometido con uno de la familia real, lanzo una mirada a los chicos que habían entrado con Val y descubrió a tres príncipes más.

 

—Mishogu…—Llamo Val, pero el mencionado no se movió—… ¿Estas bien?

 

El adolescente trastrabillo un par de veces hasta caer sobre el cadáver, la capucha se deslizo hasta mostrar el característico cabello de la familia real, la sangre resaltaba el naranja de su cabello y trazaba caminos caprichosos por su pecho, el chico estaba herido y por la abundante sangre no era algo fácil de remediar.

 

—¡Hermano!—El alarido lo escucho Nicolás que bajo lo más rápido que pudo siento sujetado por una especie de cadena y por el impacto cayo rodando de las escaleras, su cabeza golpeo tan fuerte que el piso se agrieto, no supo de si por algunos segundos hasta el momento en que unos brazos fuertes lo cargaban dejando en su ropa el delicioso aroma a sangre, pero no era Vialer, era alguien que no conocía pero cuyo aroma era diferente.

 

Abrió los ojos con lentitud hallándose protegido por un muchacho de su edad, pero que se veía fiero guerrero, tenía el brazo extendido deteniendo un golpe que si hubiera alcanzado su cabeza lo hubiera matado, pero el chico que lo sostenía había recibido una herida de la cual brotaba abundante sangre.

 

En el acto Vialer, sabiéndose en deuda con el príncipe y armado con una de las tres armas que sus antepasados legaron corto por la mitad al cazador, nadie tocaría a Nicolás y se saldría con la suya… aunque si el príncipe se empeñaba en querer quedárselo no tendría otra más que matarlo y dejar viudo a su hijo pero sus ideas de asesinato se vieron cortadas cuando el pelinaranja depositaba en el piso a su rubio y se agachaba hasta poder hablarle al oído, el sonido no llego más, el principito insolente se metía con lo que era suyo por derecho e iba a pagar por eso.

 

—¿Cuál es tu nombre?—Escucho, la voz grave y susurrante le acaricio el oído.

 

—Nicolás…—Respondiendo viéndose obligado por la autoritaria voz.

 

—Bienvenido a la guardia real…—Y la mordida del otro lado de su cuello le hizo cerrar los ojos con fuerza, la mordida de un príncipe era el doble de dolorosa que la de un vampiro normal y juraría que se moriría si esa ponzoña o lo que sea que estuviera suministrándole, recorría sus casi vacías venas, soltó un grito ahogado entre la saliva que su boca producía en exceso en ese instante.

 

—¡NOOO, DUELE DEMASIADO, BASTAAAAA!—Intento quitárselo de encima, pero el pelinaraja lo tenia muy bien aferrado, le golpeaba los hombros y en cada golpe sentía su fuerza mermar, estaba perdido en el padecimiento y nada lograría sacarlo de allí, pero de pronto ese chico que lo había salvado y le provocaba un insoportable dolor desencajaba los colmillos de su cuello, era como si nunca hubiera experimentado sufrimiento y la paz llenara cada espacio de su alma.

 

—Nicolás…—Sonría vacío, sin alma y sentimientos—… ahora eres tan útil como tu amante…

 

Vialer estaba muy enfadado, convertir a SU rubio en un guardián no le hacia gracia para nada pero si eso hacia a Nicolás tan peligroso como él le daba la seguridad de que sobreviviría viniera lo que viniera.

 

Gimió al levantarse, era como si después del dolor se hubiera sumergido en una nube, miro al molesto castaño que apretaba la espada con fuerza y no pudo evitar reírse, solo una carcajada siniestra, era posible que ahora fuera tan fuerte como él y que si se ponían a pelear lograría hacerle frente, casi todos lo miraban interrogantes, pero nadie más que el rey sabia lo que significaba eso.

 

—Sufre lo mismo que yo sufrí…—Pensó levantándose y alejándose lo más que pudo del vampiro que deseaba con todo su cuerpo, era un magnetismo que había negado a sentir por muchos otros hombres en espera del correcto y hoy enfrente de él le haría ver que su amor tenia un precio alto.

 

El pequeño hijo de Vyaron corrió a la ventana más cercana sorteándose los obstáculos que dificultaban su llegada a ese lugar, pero los brazos protectores de Nicolás fueron suficientes para evitarlo.

 

—¿Qué pasa Seikou?

 

—Mi papá… mi papá viene en camino con mi tío… déjame ir con él, tengo miedo Nicolás, tengo miedo…—Sollozo en el pecho del rubio.

 

—Tranquilo, todo estará bien, regresaran a salvo, y de no ser así saldremos a buscarlos y los traeremos, te lo prometo.—Vio los ojos esmeralda brillar por la ilusión, y Vialer sintió una envidia imposible por no ser al que Nicolás tanto consentía, pero después se la pagaría, le aria recordar porque estaba allí y por quien tenia tanto poder.

 

—Hm…—Se escucho, el pelinaranja ya estaba recuperado y se encontraba sentado en el sofá destilando elegancia—… por ahora hay que irse, si he venido aquí fue para pedirles a ustedes que me ayuden en esta guerra, si lo hacen y ganamos les regresare la paz que tanto desean.

 

—No somos tan idiotas para confiar en la realeza.—Se adelanto tan impulsivo como siempre Vialer.

 

—Es que ya no tratas con la realiza…—Una sonrisa que le causo escalofríos—… ni siquiera entiendes que de ahora en adelante yo pongo las reglas del juego… no hay príncipes ni reyes… solo soldados protegiendo inocentes… ¿Entendido?

 

Vialer frunció el entrecejo, cuando menos se lo esperara iba a clavarle la espada en la espalda y luego lanzaría su corrupto cadáver a los desagües donde ese convertiría en el alimento de las alimañas como él.

 

Notas finales:

Qué tal?

Les gusto?... 

Vale para que me dejen un rw?... yo espero que si...

Nicolás esta presionado a participar en una guerra que no es suya... y Vialer no parece muy satisfecho por el cambio... la pregunta es: ¿Y ahora qué?

Gracias a los que leen y a: dark vampire y a allenlelouch por sus comentarios tan lindos. 

Nos vemos pronto!!!


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