Trago saliva, no podía creer lo que sus ojos le mostraban, reconocía al chico pelirrojo, no iba a olvidar al ser maligno que una vez casi mata a Daion con simples cuchilladas, Akuma, él… él se había sacrificado por quien era su enemigo, sabia que ya había perdido tiempo por lo que volvió a la batalla y convocando al poderoso fénix logro deshacerse de la temible sombra.
Sintió el peso del pelirrojo írsele encima, como en esas tantas noches donde lo violo… pero esta vez era tan diferente, esta vez era el apoyo de Akuma, sostuvo el cuerpo ensangrentado abrazándolo con cuidado, no entendía como funcionaba el cuerpo de un demonio, ni siquiera sabia si entre estos podían atacarse y sobrevivir, sintió la mano del pelirrojo recorrer su rostro.
—Me gusta más tu cabello plata…—Sonrió escupiendo sangre—… el negro no te va.
—Cállate, ¿Quieres?—El rostro se le pinto de rojo, Akuma jamás lo alago.
—Me callare por ti, déjame al menos decir algo más.—Pidió, sonrió al ver que el pequeño asintió.
Chikara fue víctima de los celos de nuevo, esos dos se veían muy bien juntos, recordaba las palabras de Daion antes de que Hijiri llegara a importunarlos:
—¿Realmente me quieres?—Daion estaba bocabajo en la cama.
—Pregunta idiota…—Aclaro él, claro que lo quería, las manos se le iban entre adorar las formas del menor y querer penetrarlo.
—Amaras a un niño siempre…—Agrego con voz triste—… tendré el mismo cuerpo por la eternidad.
—Entonces que me encierren por pedófilo…—Beso la nuca del chico debajo de él mientras los dedos buscaban meterse entre la ropa—… amare al mismo niño mientras viva, aunque me haga un adulto y tenga que tener sexo con él, tu eres mio…
—¡No digas cosas como esas!—Daion lo aparto—… no me agrada que me digan niño y menos que me recuerden que eres humano…
Akuma le decía a Daion lo mucho que lo llego a amar en el tiempo que duro sus encuentros, como amaba su forma de ser, de llorar… de hablar… como era tan especial, cuando escucho como lo llamaba por su nombre se extraño, Akuma le tendió la mano a modo de tregua. No era rencoroso así que la acepto solo para ser mordido con fiereza en la mano.
—¡Auch! ¡Eso si dolió!—Se quejo, fulmino con la mirada al pelirrojo, maldito demonio.
—Y no será lo único que dolerá si lastimas a Daion, cazador, si algo malo le pasa te juro que me saldré del infierno solo para matarte.—Amenazo, un dolor punzante lo obligo a dejar de sonreír, ya era hora de irse, había que verle el lado bueno a todo, al fin logro desvirgar a Daion y se iba a ir del mundo humano con esa pureza.—Por cierto, fui su primera vez.—Daion se sonrojo.
Chikara sonrió, si claro, Akuma fue el segundo… pero no se lo iba a decir, estaba bien que se largara del mundo con esos pensamientos, le aria bien. Un poco de dolor y Akuma beso los labios de Daion para irse del mundo humano en medio de una llamarada. El peliplata dejo caer unas lágrimas que fueron limpiadas por Chikara.
—¡Viene otra!—Aviso Hijiri ajeno a lo que pasaba adentro, ya tenia a Hisoka en sus hombros y por más que lo sacudía este no despertaba, ¿Tan cansado estaba su hermano?
Tsuzuki tomo a Hisoka del rostro y bebió de una botellita pequeña para luego unir sus labios a los del rubio y traspasar el líquido a la boca de este, el menor se removió incomodo, el sabor agridulce le molestaba tanto que no supo cuando termino en el suelo escupiendo por el asco.
Miro interrogante todo, ¿Qué hacían sus amigos en su habitación?... ¿Qué hacia Tsuzuki allí?
—¿Qué sucede?—Cuestiono levantándose del suelo limpiándose las rodillas.
Pero nadie lo escucho. Todos estaban poniendo más atención a la lucha de miradas.
—¿Por qué te llamo cazador?—Tsuzuki tomo la mano del peliplata resguardando a Daion y a Hijiri detrás de él.
Chikara titubeo, la sombra avanzaba pero ellos tenia otra lucha más importante entre manos.
—Yo…—Empezó—… yo soy un cazador…—Se levanto la camisa mostrando la espalda donde la marca de araña era más negra que nunca.
Tsuzuki entrecerró los ojos, por eso Chikara era tan fuerte, por eso había creído en todo lo que le dijo Daion, por que era un cazador y su maldito código permitía usar a los seres vivos como si fueran herramientas, Chikara uso a Daion, se aprovechó de su amor… de su inocencia y por lo visto y escuchado, de su cuerpo.
—Eres un cazador…—Daion lloraba en silencio, se sentía más usado que nunca, los cazadores no tenían ética ni moral.
Hisoka sintió que debía intervenir, a paso seguro se interpuso entre Chikara y el castaño de ojos amatistas.
—Hagan lo que hagan, no se atrevan a atacarlo.—Advirtió.
—Aléjate de él, Hisoka, Chikara es un cazador y su misión pasa por encima de sus sentimientos y amistades… los cazadores usan a su sabor y antojo todo.—Tsuzuki lucia fiero, temible, tanto que le provoco a Hisoka unas cosquillitas en el estomago.
Chikara permaneció con la cabeza gacha, no podía defenderse por que en parte era verdad… porque se había acercado a Daion con la clara intensión de valerse de sus poderes para derrotar a Muraki. Pero no contaba que se enamorara, que le importara Daion tanto de verdad.
—Por favor…—Hisoka aun se negaba a creer tan grandes patrañas—¿A que están jugando?
—No estamos jugando Hisoka, estas en peligro.—Tsuzuki no lograba comprender como con todo lo que habían pasado Hisoka aun no recordaba, parecía como si regresara y se fuera.
—Nii-chan…—La voz de Daion sonó vacía—… créenos por favor.
Hisoka suspiro, no iba a creer tantas tonterías, escucho golpes en la puerta y se dirigió a abrir a pesar de que le rogaban no lo hiciera, miro con asombro como Honnou con su padre esperaba a fuera. Alzo una ceja con elegancia, ¿Cuándo había organizado una pijamada?