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Víctimas por Mishogu

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Notas del capitulo:

Hola a todos y perdon por tardar siempre... lo siento!!!! >.</

No los molesto más... 

A leer!!!!

Capítulo XXV

Furtivo.

 

No se podía quejar, ¿Y para qué? Estaba atrapado entre los contenedores a punto de ser destripado por un guardián que a cada segundo se acercaba más, suspiro pesadamente sabiéndose solo, su pequeño Val se encontraba buscando desesperadamente a  Nicolás, sus hermanos solo Dios sabia donde estaban y el príncipe y el vengador del juez…  mejor ni contarlos… esos dos dejarían que los guardianes lo mataran.

 

Sintió la espada ser alzada por encima de su cabeza, la muerte, algo a lo que no le temía se burlaba en su cara mostrando la blanca y descarnada hilera de dientes, empuño la mano y golpeo el cristal detrás suyo, maldiciendo el instante en que había aceptado pelear por una guerra donde no tenia cabida alguien como él, y eso si, ni Nicolás, tan inocente, tan puro… tan suyo… fue con ese pensamiento que sus celos se reactivaron, si se moría Nicolás quedaría libre gozando de las delicias de la inmortalidad, con tantos amantes como pudieran caber en su cama y entre sus piernas, sin pensar se lanzo contra el guardián, si había algo por que vivir era el rubio, el simple hecho de darle el gusto al mundo de ceder lo que por derecho le pertenecía.

 

Los guardianes eran inmortales, por mucho tiempo que pasara no envejecían, no enfermaban, ni siquiera deseaban, eran los mejores guerreros del mundo a los cuales se les había arrebatado todo… desde la simple y común alma que los vampiros tenían la facultad de enfrascar en cristales hasta los mas secretos deseos, aquellos tres hombres eran marionetas sujetas a los deseos de un ser despiadado y no era Lilith precisamente, ella solo resultaba ser una moradora más…

 

El moreno rodo por el piso y sujeto su espada, cortando justo debajo de la rodilla, el guardián cayó al piso casi a la altura del otro, forzó lo más que pudo el brazo y le cerceno la cabeza, Vialer alcanzo a sonreír antes de caer igualmente de pesado, podía ser un vampiro poderoso, pero su energía tenia un límite, llegando a él estaba Val.

 

—¡PAPÁ! —El moreno de largo cabello lo arrastro lejos del guardián, era cuestión de tiempo en que los hilos escarlatas de sangre alcanzaran la parte faltante y volvieran a unir al guardián. —¿Estas bien?

 

—¿Encontraste a Nicolás? —Val forzó la sonrisa, no había encontrado a Nicolás, ni siquiera a su “amado” esposo, Valery, Chia y su otro padre intentaban por todos los medios evadir a los guardianes restantes sin lograr más que destrozos.

 

—No…—Alargo el monosílabo con desespero aderezándolo con un suspiro cansino—… no sé donde se a metido.

 

Y una nueva inyección de fuerza se adentro por sus venas, encontrar a Nicolás, era ahora más importante que encontrar a la dama y a la esfera, tomo a Val de la muñeca gritando el nombre de Nicolás a todo lo que le daban los pulmones, los guardias guiados por el sonido de sus gritos lentamente fuero a su ubicación.

 

—¡Papá, los guardianes, deja de gritar! —El moreno menor le cubrió la boca como antes lo había hecho el adulto—… Nicolás no esta, no esta aquí, deja de llamarlo por que solo lograras que nos maten a los dos.

 

Vialer no tenía mucha paciencia, odiaba esperar a que cumplieran con sus deseos y máximo si se trababa de un rubio de ojos hermosos, alejo la mano de su hijo e inhalo para gritar otra vez, pero en esta ocasión el grito que lleno la estancia no fue el suyo.

 

—¡SALGAN DEL CIRCULO, TENEMOS LA ESFERA!

 

Sintió a Val arrastrarlo a la salida para luego encontrarse con sus otros dos hermanos en condiciones deplorables y un rubio sonriendo embobado con la esfera de la eterna noche, para un humano aquel artilugio tan viejo como Lilith resultaba hermoso, pero para ellos, pobladores perdurables de la noche solo un reloj descompuesto que no los dejaba descansar, Nicolás le sonrió a Vialer en un gesto infantil mostrándole con admiración como una aurora boreal se dibujaba en el interior simulando una noche para luego pasar a una luna llena brillante con muchas estrellas. El moreno mayor se acercó al rubio acariciándole la mejilla sonrojada, un momento intimo, un pequeño oasis en medio de la desolación de una guerra. Un momento a solas…

 

Nicolás estiro el cuello hacia el otro para un beso pero un carraspeo avergonzado destrozo la ilusión del romance.

 

—Papá, no es el momento…—Aun así  Vialer tomo de la cintura al otro y le beso delante de todos, mordiéndole la lengua para sacarle algún gemido. Nicolás ya se había rendido a sus caricias pero Val sabia que si no los detenía tendrían un espectáculo, tomo a Nicolás de la cintura y lo abrazo como si se tratase del peluche más grande del mundo lanzando una mirada de reproche.

 

—Esta bien, me dejo de juegos pero suelta a mi Nico…—Una risilla de burla se asomo entre los labios tentadores del resto de vampiros acallada por la mirada esmeralda del moreno celoso e impulsivo.

 

—Es hora de irse, no quiero que Lilith se arrepienta…—El de cabello naranja se giro solo para encontrar el cañón de un arma en su cara, pero no fue eso lo que le sorprendió, si no que reconocer unas gemas rosas enmarcadas con una mascara de cazador.—… Noa… —Murmuro, la mano del chico tembló levemente pero volvió a establecerse al cabo de unos segundos—… hm…—El otro rio un poco dándose la vuelta para mirar al resto de vampiros que lo acompañaban—… que coincidencia…

 

Otro cazador se asomo poniendo una mano en el hombro del más joven.

 

—¿Lo conoces hijo? —¿Qué si lo conocía? ¡Estuvo a punto de acostarse con él! Noa trago en seco apretando el abrigo que cubría su cuerpo, se imaginaba al chico parado delante de él lejos del problema, encerrado en un palacio con miles de sirvientes que le cumplirían cada deseo, como cualquier noble vampiro.

 

—¿Qué haces aquí? —La voz le tembló al igual que el corazón cuando el chico se giro elegantemente dejando la típica estela naranja en la oscuridad y le sonrió con una mueca vacía.

 

—Peleo mi guerra… ¿Y tu?

 

—Pelea por los inocentes que los tuyos han masacrado, majestad…—Alego una nueva voz, grave, de hombre que recalcaba el titulo mobiliario con sarcasmo.

 

Los cazadores de inmediato se vieron de rodillas en el piso, con un respetuoso saludo al hombre que acababa de llegar enfundado en un abrigo blanco, un señor de la luz, el hombre más poderoso entre los clanes de cazadores, descendiente directo de aquel primer hombre que rego sangre nocturna por primera vez.

El pelinaranja se puso las manos en la cintura, acentuando su figura esbelta y a la vez dejando oculto a Nicolás detrás, no necesitaba hablarle al rubio para comunicarle los planes que tenían y este menos a Vialer que con una simple mirada comprendió lo que debía hacer para salir de ese lugar.

 

—Aun me cuesta creerle, señor…—Casi con el mismo veneno que el otro había expulsado—… resulta que no hemos sido nosotros los que iniciaron la guerra.

 

Y una risa glaciar enfrió la sangre de los cazadores, el hombre que los guiaba se rio poniendo una mano en su vientre plano, su cabello castaño hasta los hombros se meció ligeramente.

 

—¿Entonces quien?... —Una pausa elegante—¿Nosotros acaso?

 

Chia suspiro abatido, tomando de la cintura a Vyaron, el peligro se movía en el piso y los guardianes tan útiles en ese instante se encontraban dentro del círculo de los contendores donde los cazadores no los seguirían ni locos, Valery en cambio apretó con fuerza la mano de su sobrino, contando, eran 15 cazadores y ellos no pasaban de 8, Mishogu en cambio no modifico la posición, escudriñaba con la mirada al más joven del clan enemigo, no tenia que pensar mucho para reconocer su ropa en un cuerpo ajeno, su ropa, su arma predilecta y su aroma…

 

—¡Claro que han sido ustedes! —Grito Vialer iniciando con el plan de escape —¡Sabemos lo del inhibidor metal y se lo diremos al consejo!

 

Los Kaido alzaron la vista al hombre de blanco, habían rumores de una nueva arma contra los seres de la noche, un inhibidor mental, ¿Pero… posiblemente usado para iniciar una guerra?

 

—¡Además de cobardes, mentirosos! —Se defendió el hombre—… acusarnos de una guerra que hemos evitado tanto como los Celestiales.

 

—Sus motivos no los entendemos…—Chia con finura en la voz balanceo el cuerpo—… tendrán que explicarlo ante el consejo…

 

El hombre castaño apretó los puños sabiendo que si el grupo de vampiros salía todo el plan se desmoñaría, relajo el cuerpo y con esa voz tranquila que poseía ordeno:

 

—Mátenlos a todos y después incendien este lugar…

 

De pronto golpes que hacia rebotar todo se dejaron sentir en el piso, en la lejanía de la sala se apreciaba placas de concreto enormes caer una a una delimitando los contenedores para resguardar a los moradores del museo mientras la luz del lugar se iba por completo. Y la sonrisa del de cabello naranja era perceptible aun en la penumbra. 

Notas finales:

Qué tal? Les gusto? Vale para un Rw? espero que si..

Comentenpor favor!!!

Me sigo lamentando que siempre publique tarde lo siento!!!

Gracias a: Dark vampire y a tenmakiel por su apoyo!!!

Nos vemosn en la proxima!!!


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