Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por una competición conocí al amor de mi vida. por BlackHime13

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno...poquito a poco voy haciéndolo.

Espero que no os decepcione mucho la conti...

Editado ---> 06/03/18

Cap.2-Una prueba de lo más estresante.

 

Era de mañana. Los rayos del sol se colaban por las rendijas de la persiana, causando que dos hermanos se despertaran ante la incesante luz en sus caras. Al abrir los ojos, los dos sonrieron, ambos recordando los acontecimientos de la noche pasada.

 

*Flashback*

 

-Bien... mejor los presentaré. Por tu parte Gio-kun son: Daemon Spade...- dijo señalando al peliazul.- Alaude...- el peliplateado o peligris.- y G.– ahora era el pelirrojo.

 

Todos asintieron e hicieron una pequeña reverencia.

 

-Por tu parte Tsu-kun son: Rokudo Mukuro...- el peliazul- Hibari Kyoya...- el pelinegro- y Fon.- el de la trenza.

 

Los dos hermanos seguían asombrados, se miraron un rato y luego se rieron al mismo tiempo. Los demás se sorprendieron y no sabían por qué se estaban riendo.

 

Después de una breve conversación se dirigieron a su habitación para dormir.

 

*Fin Flashback*

 

Divertido el rubio caminó hasta la habitación de su hermano y entró viéndole sentado mirando por la ventana con una sonrisa igual a la suya. Este giró a verle y volvieron a soltar una leve risita pues sabían que el contrario pensaba lo mismo. Giotto se sentó al lado de su hermanito sin pronunciar ni una palabra. Los dos recordaron también el por qué de esa risa del día anterior cuando les presentaron a esos jóvenes en su sala. Era sobre una conversación que habían tenido antes de que Reborn les sacara a patadas del cuarto.

 

*Flashback*

 

-Nee...Tsu-chan. ¿Tú que pensaste sobre esos chicos que conociste?- cuestionó el rubio de repente, sorprendiendo al menor.

 

-¿A quien te refieres?- preguntó un poco sonrojado.

 

-A quien va a ser. A esos dos que me contaste que eran un poco extraños.- volvió a insistir.

 

-Bu-bueno... supongo que no me molestaría que fueran mis candidatos.- confesó sonrojado, ante la atenta mirada de su onii-chan decidió aclarar algo.- Pe-pero...no es lo que piensas. Simplemente pensé que sería entretenido seguir hablando con ellos. Me parecieron muy interesantes y la verdad...- se calló con un poco de duda, pero decidió continuar- ...es que eran muy guapos.- finalizó mirando al suelo. Intentado escapar de la vista de su hermano mayor.

 

El rubio, ante las palabras tan sinceras de su ototo, decidió que él también le confesaría algo:

 

-Tsu-chan... te diré la verdad. En realidad...- paró un momento al ver que su hermanito le dirigía una mirada muy atenta.- yo también pensé que sería interesante tener a esos chicos de candidatos.-comentó con las mejillas sonrojadas.

 

Los dos sonrieron de forma sincera. Como se notaba que eran hermanos. Justo en ese momento llegó Reborn con la vena en la frente.

 

*Fin Flashback*

 

Ellos seguían en sus pensamientos cuando notaron que la cama se movía, y al girarse para ver, su madre les cayó encima.

 

-Buenos días, Tsu-kun, Gio-kun.- saludó sonriente la mujer.

 

-Buenos días kaa-san- respondieron los dos.

 

-Si, si son muy buenos días- habló Reborn desde la puerta.-Bueno, tenemos que hablar sobre la 2ª prueba.- comentó con una leve sonrisa de lado.

 

POV Tsuna

 

Cuando Reborn dijo aquello nuestra madre se paró y se sentó en una silla. El moreno cogió otra y se sentó a su lado mientras que Gio-chan y yo nos sentamos en el borde de la cama y les miramos esperando a que nos explicaran como procederían con aquel tema.

 

-Bien... esta prueba consiste en la tolerancia.- dijo el pelinegro. Al ver nuestra cara interrogativa suspiró y continuó.- Es muy fácil. Solo tenéis que comportaros como unos niños pequeños. Bueno como lo hacéis siempre, solo que lo que queremos ver es si os tolerarán y permitirán que ayudéis en casa. Si solo quieren que paréis de molestar, a lo mejor no son una persona con la que podáis convivir a largo plazo.-dijo como si fuese lo más fácil y normal del mundo.

 

A Gio-chan y a mí no nos hizo mucha gracia, lo de molestarlos a propósito, pero accedimos ya que nos pareció interesante. Además que en parte el mayor tenía razón. Había ocasiones en que tanto yo como él podíamos llegar a ser muy torpes y se necestiaba bastante paciencia para aguantarnos. Por supuesto que aquello no ocurría todos los días, pero era nuestra personalidad al fin y al cabo.

 

Tanto Reborn como nuestros padres se fueron de casa, diciendo que esa era una condición fundamental de la prueba. Nosotros simplemente los despedimos y procedimos con la prueba.

 

Sabiendo que ellos todavía estaban durmiendo nosotros nos miramos sonrientes y procedimos a hacer algo de ruido. Yo me dirigí a la cocina y empece a sacar cosas para hacer el desayuno. Mientras, Gio-chan se sentó en el sofá y encendió la radio poniendo la música a todo volumen. Como al cabo de un buen rato, ellos parecía que no se habían dado cuenta (cosa que no nos extraño, ya que nuestra casa es bastante grande), Gio-chan apagó la radio y tiró un jarrón al suelo haciendo que se rompiera, gritando por el ''susto inesperado''.

 

Aquello pareció funcionar de maravilla pues unos minutos más tarde bajaron todos los demás al oír ese alboroto en la habitación. Desde la cocina oí como hablaban con onii-chan en la sala.

 

POV Narrador

 

-Giotto, ¿estás bien?- preguntó Daemon preocupado al ver los trozos de cerámica esparcidos por el suelo.

 

-Go-gomen...- se disculpó el rubio con pena intentando coger los trozos rotos del jarrón, cortándose en el dedo índice.-It-itte...-dijo con un par de lagrimillas en los ojos.

 

Alaude se acercó a él sin decir nada y le lamió la herida, provocando dos cosas. 1: que el pobre rubio se sonrojara de sobremanera y 2: que los demás se enfadaran un poco ante tal acción.

 

Tsuna seguía en la cocina preparando el desayuno, pero algo demasiado pendiente de lo que sucedía en la sala, lo que ocasionó que se despistara pues se encontraba tan ensimismado escuchando lo que ocurría con su hermano y sus candidatos que se le resbaló el bol en el que tenía la masa de los panqueques, el cual acabó encima suyo y el cayó de bruces al suelo, tirando un par de sartenes en el proceso.

 

Esto hizo que Mukuro, Hibari y Fon fueran a la cocina al oír el ruido.

 

Una vez llegaron allí, se encontraron al castaño en el suelo, todo cubierto de masa y se veía tan lindo con ese delantal, a lo que los mayores no pudieron evitar pensar que era precioso. El castaño no se dio cuenta de que era observado por tres personas y como no quería desperdiciar la comida, empezó a lamer la masa que tenía encima, de una manera tan erótica que los otros tres, reaccionaron bastante.

 

-Tsu-Tsunayoshi...- llamó el peliazul, que seguía embobado ante esa visión tan sexy del castaño.

 

Este al oír su nombre y ver ahí a los tres se sonrojó de sobremanera:

 

-¡Go-gomen! E-es que quería hacer el desayuno pe-pero me distraje y...- dijo apresurada y nerviosamente un muy sonrojado castaño. En sus lindos ojos tenías unas cuantas lágrimas que amenazaban con salir.

 

El moreno suspiró y se acercó al menor cogiéndolo de la cintura y levantándolo para así dejarlo sobre la mesa de la cocina. El ojimiel se ruborizó ante el acto, para luego convertirse en un completo semáforo al notar la lengua del mayor en su mejilla. El pobre se quedó en shock mientras que el pelinegro simplemente le dedicó una sonrisa ladeada.

 

-Cocinas bien. Estaba delicioso.- lo último se lo susurró al oído.

 

Una vez le dijo eso se separó y recogió lo que el pequeño había tirado al suelo sin querer. Los otros dos estaban enfadados. Fon solo ayudó al moreno a recoger y limpiar mientras el peliazul cargaba al castaño hasta el baño, ya que este seguía en shock por culpa del ojinegro.

 

En la sala, los demás no dijeron nada, simplemente se quedaron viendo la televisión, ignorando todo a su alrededor. Aunque el rubio sonrió divertido cuando vio salir a peliazuly castaño, su hermano totalmente sonrojado y pensó que más tarde le preguntaría sobre lo que sucediese a continuación con el mayor, al igual que la causa de que esa situación se diese.

 

Una vez en el baño, el peliazul dejó al castaño sobre la pica mientras empezaba a desvestirle y encender la manguera del agua para limpiar a este. Cuando el mayor dirigió el agua hacia el menor este por fin salió de su estado de shock y sorprendido miró a su alrededor lo cual conllevó a que se sonrojara pues notó su semi desnudez frente al peliazul, pues aún llevaba puesta la ropa interior. El mayor rió algo divertido por el acto tan inocente del de ojos color miel, pero luego recordó lo sucedido en la cocina y frunció el ceño. Suspiró para tranquilizarse y miró al contrario el cual tenía la cabeza gacha.

 

-Sabes...eso me molestó.- declaró mirándole fijamente lo cual incomodaba un poco al más peuqeño. Al oírle no supo qué responder pues simplemente tampoco comprendía como había sucedido todo aquello así que solo atinó a sonrojarse más, si es que era posible.

 

-Y-yo... no me esperaba eso la verdad...- confesó un poco apenado el menor sin atreverse a mirar al contrario sintiendo sus mejillas arder.

 

El mayor solo sonrió y le dio un beso en la mejilla al castaño:- Bueno... mientras no le tengas favoritismos... no importa.- animó para luego dedicarle una sonrisa.

 

Sin más ayudó a que este se quitara toda la pegajosa masa de encima, algo que avergonzó enormemente al pequeño el cual no había logrado echarle del baño y sentía los ojos del contrario sobre todo su cuerpo. Un rato después bajaron y se dirigieron a la cocina, el ojimiel ya estaba con otra ropa, y al entrar tanto Hibari como Fon les esperaban.

 

-Bien... pues ya que estamos todos, hagamos el desayuno.-dijo el pelilargo.

 

-¿Eh? ¿Me vais a ayudar?.- preguntó incrédulo el pequeño.

 

-Si. ¿Acaso te molesta?.- inquirió el ojinegro poniéndose un delantal.

 

-Nop.- contestó con una gran sonrisa el castaño.

 

Así al final todos hicieron el desayuno, luego comieron y limpiaron los platos.

 

El día transcurrió tranquilo, bueno más o menos. Los dos hermanos no paraban de romper cosas, se tropezaban solos, caían de la escalera, se mojaban al regar las plantas, encogieron un par de camisas al lavarlas...y mucho cosas más. Al final del día los mayores se sentían como niñeras, cuidando de ese par que se comportaban como críos. Para cuando se dieron cuenta, la noche ya había llegado y los padres de ambos ya estaban en el salón sentados junto con Reborn. Todos estaban reunidos allí, al parecer los padres querían decir algo importante así que no les dejaron irse a descansar.

 

-Bien...-comenzó la mujer.- ¿Qué tal el día chicos?- les preguntó a sus hijos conuna sonrisa en el rostro.

 

-Fue muy divertido.- dijo el menor de ellos soltando una leve risita al recordar los eventos de ese día.

 

-Si... solo que me supo un poco mal el portarme de esa manera.- comentó el rubio algo apenado de su comportamiento.

 

-¿A que te refieres?- preguntó el pelirrojo sin comprender.

 

-Bueno...- comenzó a hablar pero el del sombrero le interrumpió.

 

-Esa era la segunda prueba. Consistía en ver si seríais capaces de soportarlos, por eso les pedimos que fueran más malos que de costumbre.- explicó sonriendo maliciosamente y satisfecho al ver las caras estupefactas de los jóvenes.

 

-¡EEEHH!- se quejaron ambos hermanos, pues ellos no eran malos... torpes y despistados si, pero no malos.

 

-¿Eso significa que era la 2ª prueba?- cuestionó el ojinegro calmadamente.

 

-Si. La verdad es que solemos ser patosos pero no tanto.- dijo con una sonrisa apenada el ojimiel.

 

Todos se quedaron mirándolos por lo que se pusieron nerviosos sin saber muy bien a qué venían esas miradas.

 

-¿Q-qué pasa?- preguntó el rubio incómodo.

 

Sus padres suspiraron.- Hijos... ¿no os dijimos que en esta prueba eliminaríais a uno de ellos?- recordó el padre tensando tanto a los dos hermanos como a los otros involucrados.

 

-¿EHHH? Ahora que lo dices...- se miraron al mismo tiempo. Luego se rieron nerviosamente pues ciertamente habían olvidado ese pequeño detalle.

 

-Bu-bueno...nii-chan tú primero.- insistió sonrojado el pequeño.

 

-¿Y-yo? Pe-pero...- decía nervioso el mayor.

 

-Me da igual quien sea pero decidlo ya.- ordenó su tutor.

 

-Es-esta bien...- tartamudeó el rubio para luego suspirar.-yo... supongo que... no me vería casado con G. Lo siento.- se disculpó con un poco de pena el chico.

 

El pelirrojo suspiró y luego le sonrió:- No te preocupes, ya me lo imaginé.- declaró guiñándole un ojo y sin decir nada más se fue de la habitación.

 

Ahora era el turno del menor de los Sawada el cual se sentía realmente presionado en ese preciso instante.

 

-Bu-bueno... Fon-san yo... realmente lo siento. Te veo más como un hermano.- dijo con una voz casi inaudible.

 

Tanto el pelinegro como el peliazul suspiraron de alivio.

 

-Está bien Tsunayoshi-kun.- se acercó a su oído y le susurró.-... que vaya bien con ellos.- luego le dio un pequeño beso en la mejilla y después de despedirse de los mayores se marchó.

 

El ojimiel sonrió ante el comentario, aunque a dos personas no les hizo mucha gracia aquel beso, pero no dijeron nada, después de todo se habían salvado de ser eliminadso y no querían estropearlo al mostrar sus celos desmedidos.

 

-Bueno, como ya hemos acabado yo me voy a mí habitación.- dijo el asesino con tranquilidad.

 

-Mmmm... más bien quieres hincarle un diente al pobre Lambo.- comentó con sorna el rubio. Ante ese comentario se ganó una mirada asesina por parte del pelinegro. Inconscientemente se escondió detrás del peliblanco el cual sonrió de lado, divertido por aquella pequeña acción del lindo rubito.

 

Una vez Reborn desapareció del salón, Giotto suspiró de alivio.

 

-Pensé que me mataría.- murmuró haciendo un puchero el rubio.

 

-No tendrías que haber dicho nada nii-chan.- comentó con gracia el castaño.

 

-Hai, hai...- intervino su madre antes de que su hijo mayor pudiera responder.-Como ya solo quedan dos candidatos es hora de que os vayáis a vivir con ellos un tiempo.-dijo divertida la mujer.

 

-Bien... mañana haréis las maletas y os llevaremos a un par de apartamentos.- dijo ahora el padre con voz seria que no daba a lugar a queja alguna.

 

-Esta bien...- se resignaron los hermanos contestando al mismo tiempo al a vez que suspiraban.

 

-Bueno... buenas noches Hibari, Mukuro.- se despidió Tsuna dándoles un beso en la mejilla a cada uno.

 

-Si...- solo llegaron a decir eso sorprendidos por el acto del menor.

 

-Si. Lo mismo digo Alaude, Daemon.- e igualmente que el castaño también les dio un beso a cada uno y se fue de la sala.

 

Los chicos simplemente se fueron a sus habitaciones, todavía un poco sorprendidos por las acciones de los hermanos, pero con leves sonrisas adornando sus rostros.

 

En el salón los padres seguían sonriendo pensando en como acabarían las cosas entre esos chicos y sus dos hijos. Decididamente había sido una buena idea lo de la competencia, pues los menores ya no parecían estar tan en contra del matrimonio después de pasar un tiempo con esos jóvenes.

 

...Continuará...

Notas finales:

Bueno...espero que os haya gustado.

Si no acepto críticas. Pero... bueno, de verdad espero que os siga interesando y lo sigáis leyendo :D

Subiré el siguiente cuando pueda...intentaré no tardar mucho. ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).