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Anónimo por Mishogu

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!

Este es el penultimo capitulo del fic... el final ya se acerca T.T

Gracias por acompañarme en esta travesia. 

A leer!!!

Capítulo XXIII: Solución.

 

Hisoka contuvo un alarido de horror, su pequeño peliplata estaba atado a un odio que lo consumía por dentro.

 

—Daion…—Murmuro, mirándolo de pies a cabeza y sin pasar a creer que eso que estaba delante era el shinigami más joven de los tres.

 

Date, se encontraba abrazado a su hijo y cuando había escuchado la voz de su hermano menor se encontraba con la apariencia que siempre imagino que tendría de adulto, se mordió los labios y dejo a Honnou aun lado caminando hacia su impostergable rencuentro.

 

—¡No abandone el kiosco! —Hisoka le grito, pero el mayor estaba perdido entre los ojos rojos de su hermano—¡Hijiri detenlo!

 

El otro gemelo atrapo del brazo al mayor, pero este de un simple golpe lo envió al suelo, Hijiri volvió al ataque ayudado por un tembloroso Honnou, ambos los sujetaron cada uno de un brazo y lo arrastraron hacia el centro de la estructura.

 

—Esto es mi culpa…—Respondió él, tranquilo—… si me mata todo terminara.

—¡No digas eso papá! ¡Daion no es así! —Honnou encaro a su tío, aunque le hacia dudar la apariencia que tenia en ese instante, sabia que Daion no le haría daño a nadie—… él no es así…

 

De pronto una risita se esparció por el jardín, tímida como un botón de rosa y luego explotando como las llamas, Daion se reía mientras avanzaba hacia el kiosco, Hisoka sabia que si este atacaba tan solo un par de veces los conjuros y sellos cederían a la fuerza del odio. Ahora era cuando más necesitaba a Tsuzuki.

 

—Inútil… eso es lo que es intentar escapar y convencerme… —Se detuvo delante de la entrada y les sonrió con calidez—… nadie va a salir con vida, y después de ustedes, el mundo.

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El castaño tuvo que cubrirse el rostro con el brazo para evitar que la luz le cegara, la habitación era blanca por completo, dio un paso y sintió que se hundía a penas unos centímetros, conforme sus ojos se acostumbraban a la luminosidad del lugar se agacho y palpo el suelo, nieve, estaba parado sobre un manto de nieve que se extendía más allá de los que sus ojos podían abarcar, no tardo en comprender donde estaba y la razón de esa habitación.

 

Se arropo mejor entre el abrigo, estaba haciendo mucho frio y debía ir en busca del lago congelado, tal vez allí se encontraba Daion atrapado. Tsuzuki tembló ante la posible idea de que el sello lo llevara al lugar de tormento de sus recuerdos.

 

Identifico en la lejanía una hilera de arboles que recordaba, unos cuantos metros más y vería el lago congelado, apresuro el paso y antes de cruzar una mano huesuda le sostuvo la muñeca.

 

Tsuzuki giro sobre los talones dispuesto a convocar a Byako si era necesario pero lo que vio no era precisamente peligroso. Era solo un recuerdo, el recuerdo de lo que Daion cuidaba en el lago, el demonio que lo engaño y asesino vilmente siendo solo un niño.

 

—Tienes que llevártelo…—Sentencio—…. No me deja en paz ni en este lugar. —Tsuzuki alzo una ceja desconcertado—… los shinigamis…—El demonio se lamento—… tan fuertes pero tan idiotas…

—¡Espera! —Tsuzuki zafo la muñeca—me estas queriendo decir que…—Le apunto con el dedo infantilmente—si estas aquí encerrado en la memoria de Daion…

 

El demonio, un ser parecido a un esqueleto sin piernas y lo que parecía ser la columna vertebral o lo que quedaba de ella tenia múltiples piernas mal formadas se masajeo el puente de su descompuesta nariz.

 

—¿Te cuento el cuento querido mio? —Ironizo tomando un puñado de nieve y lanzándolo al aire formando un espejo de cubierta nítida—… cuando el mocoso entro en mi campo de acción…—Inicio, proyectando en el espejo de hielo lo que sus palabras ilustraban—… lo seduje, por decirlo de alguna manera, el pequeño no sabia de la libertad, ¡Menos del amor!, se lo mostré todo, la risa, el sol oculto en las nubes, y el lago, su visión favorita si me preguntas de todo lo que le mostré, amo el lago congelado. —El demonio gesticulaba con las manos, realizaba ademanes exagerados queriendo mostrarle en recuerdos y movimientos lo que había visto Daion ese día perdido en el pasado—… pero para todo hay un pago mi querido shinigami, para todo, incluso por una risa y cuando se hundió debajo del hielo…—Tsuzuki puedo escuchar los gritos que Daion daba para escapar del agua congelada—¡Mamá, mamá! —Repitió el demonio imitando la voz del menor agregándole al final una risilla jocosa como si le divirtiera ese dolor—¡Papá… Date…! -Pero nada, y sabes, lo peor es que sus padres si lo habían escuchado y dándose la vuelva hicieron de cuenta de que no era la voz de un niño que se ahogaba la que los llamaba a gritos, que no era SU niño el que se ahogaba en el agua congelada, pero el maldito no se dio por vencido…—Golpeo con el puño el piso borrando la mueca de burla y rompiendo el espejo donde Daion se hundía hacia el fondo congelando todo—… él cree que me sello en el lago congelado, ¡El maldito niño me absorbió! ¡Y yo estoy preso dentro de él sirviéndole como batería espiritual!

 

Tsuzuki lo miro completamente asombrado, recordando que cuando el menor tenia pesadillas una oleada de energía maligna se expandía por la habitación, que descomponía los sellos y la comida.

 

—Llévatelo…—Exigió el demonio—… llévatelo y dile que deje de ser un idiota, dile…—Tomo a Tsuzuki de la corbata y lo halo hacia abajo rozándole el rostro con su putrefacto aliento—… que explote el fuego con el hielo…—Y lo soltó señalando hacia el lago congelado componiendo una mueca de desprecio.

 

El castaño no le dirigió ninguna palabra más, corrió hacia el lago congelado atravesando arboles que le dañaban la piel y la ropa, la claridad de la nieve y la luminiscencia del agua congelada hacían saltar reflejos en sus ojos, estaba cerca.

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Daion se reía sentado sobre una raíz mientras Hisoka esquivaba los ataques de lo que identifico como espectros de fuego, las raíces estaban atacando los sellos del kiosco y Chikara simplemente miraba todo lo que aquel que amaba provocaba presa del odio.

 

El peliplata menor bostezo.

 

—Ya me aburrí…—Desaparecieron las raíces y los espectros, todo, parecía que el mundo volvía a girar sobre su eje y que el peligro se marchaba al siguiente pueblo con careta sonriente.

 

Chikara se sintió entumecido por completo, las raíces estaban frías y la falta de movimiento endurecía sus músculos, a penas si logro llegar junto a Hisoka.

 

—No bajes la guardia…—Suspiro—…  solo esta pensando en el siguiente ataque, no bajes la guardia. —El rubio lo miro a los ojos.—Daion nos matara a menos que lo detengamos…

—¿Qué estas intentando proponerme? —Hisoka sintió el pulso de la culpa en el aire.

 

—Te esta proponiendo matarme. —Daion detrás se miraba las uñas, con las piernas cruzadas y la espalda sangrante por las alas membranosas—¿Qué no es lo que hacen los cazadores?

 

—Déjame hacerlo. —Pidió Chikara, afirmando en el proceso que la única forma de sobrevivir era con la muerte de uno —Sabes que si no lo matamos, nadie vivirá.

 

Hisoka alzo la mano y lo abofeteo, si la muerte fuera la única solución a los problemas, la humanidad seria un mar de cobardes.

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Tsuzuki aparto con los brazos el ramaje final y lo vio, el pequeño peliplata flotaba en el lago congelado, con brazos a su alrededor en un abrazo infinito, Daion dirigió la mirada hacia el castaño y le sonrió débilmente, los brazos lo hundieron un poco más dejando solo el rostro fuera empujado con una mano que le sostenía la nuca.

 

El de amatistas se aventuro hacia la orilla, noto que en el fondo habían muchas cosas, como un deposito submarino de recuerdos y que todas las manos provenían de esos objetos, pero una en principal que resaltaba del resto por el color rojo en contra del azul eléctrico que venia de una fotografía en el centro de todo.

 

—Ya te voy a salvar, solo aguanta un poco más…—Tsuzuki salto al agua, no tardo en sentir el frio mordiéndole la piel, entumeciendo cada musculo de su cuerpo, braseo con dificultad, el agua empezaba a endurecerse lentamente y sabia que si no se apresuraba terminaría atrapado al lado de peliplata—… extiende la mano…—Pidió con el cuerpo incrustado en el hielo solidificado, Daion alargo la mano pero las manos lo alejaron de un jalón hundiéndole el rostro.

—¡No! —Logro escuchar aun, Daion empezaba a reaccionar, a salir del letargo en el que Muraki lo había introducido, forcejeaba para liberarse y salía a flote quebrando el hielo y hundiéndose de nuevo—¡oto-san!

 

Tsuzuki logro salir del agua, golpeando con los puños quería abrir el hielo pero no lograba más que dejar el hielo rojo por la sangre de las heridas. Los labios del menor articulaban palabras.

 

—No de nuevo, no de nuevo…—Y podía observar las lagrimas calientes que fundían el hielo a su alrededor y se solidificaban en un santiamén.

 

El menor empezó a cerrar los ojos y a hundirse entre la oscuridad del instante, los brazos lo arrastraban hacia los fragmentos de recuerdos, al tocar el fondo, Daion abrió los ojos y miro alrededor recordando cosas, la fotografía con la mano roja era…

 

Chikara sonriendo… la tomo entre sus manos y miro hacia arriba, Tsuzuki luchaba para liberarlo de la prisión de hielo, la ira, el dolor, la decepción se acumulaban en su cabeza y le robaban el aire, estaba perdiendo todo al dejar salir aquello que ocultaba tan fervientemente y lo convertía en fuerza para luchar… Chikara...

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Se encontraba débil a causa de todo, Hisoka no había medido su fuerza y estaba en el suelo, escuchando esa risa que en un tiempo considero la más pura, las más hermosa hasta que el mismo se encargo de corromperla.

 

—Vaya…—Canturreo el peliplata menor—… deberías hacerle caso al cazador Hisoka, si no me matan yo los matare a ustedes.

 

Sonrió hacia el kiosco y alzo la mano descargando una corriente de energía oscura que rompió los sellos dejando a los tres humanos completamente desprotegidos. Las raíces irrumpieron de la tierra de nuevo y se lanzaron al ataque en pos de Hijiri, Date y Honnou pero justo antes de que pudieran tocarles uno solo de los cabellos, Daion empezó a gritar sujetándose la cabeza, oleadas de energía emanaban de su ser y destrozaban las alas membranosas.

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El menor apretó contra su pecho la fotografía y decidió que el odio no era para él, de repente toda el agua se evaporo y el agua de lago congelado desapareció, Tsuzuki cayo sobre un sofá lleno de algas. Ambos se sonrieron y empezaron a subir una escalera de madera carcomida hacia la salida, Daion paso al lado del demonio sin mirarlo y abrió la puerta, estaban de nuevo en el interior del internado, el agua de la nieve dibujo un camino que siguieron y lograron llegar hacia la salida, el patio del edificio quedaba del otro lado pero era posible rodear.

 

—Vamos…—Tsuzuki lo tomo de la mano y halo esquivando matorrales y espectros de sombra.

 

Muraki en lo alto fruncía el ceño, las cosas no pintaban bien.

 

La figura que ellos habían creído Daion no era más que un montón de nada, solo era una silueta negra y violeta que controlaba todo y supura fuego.

 

—Malditos…—Chillo con una voz diferente a cada letra—… me la pagaran…

 

—¡Eso debería decírtelo yo! —Tsuzuki reaparecía entre los mismos zarzales de antes de la mano del Daion real. La imponente imagen de Suzaku se dibujo en contra a la oscuridad de la noche pero fue el peliplata menor el que la ataco primero.

—O yo…—Sonrió, el mismo tono de voz dulce, la inocencia de años de encierro que Date logro reconocer.

 

La nieve afloro del pasto cristalizando las raíces, el espectro del odio que había nacido en el interior del menor se debilitaba, perdía la fuerza ganada y estallo en miles de pedazos llevándose consigo el alma retorcida del edificio y la presencia de Muraki que se marchaba derrotado.

Una vez acabado el suplicio de los durmientes el sol se asomo detrás de las montañas tímido, besando con luz los rincones olvidados de la memoria de la paz.

 

—¡Chikara! —Daion se lanzo sobre el moreno abrazándolo con fuerza. El cual sorprendido lo estrecho con cuidado, temiendo de que en cualquier momento la ilusión de un peliplata en sus brazos se esfumara.

 

Hisoka en cambio se abrazaba a Hijiri, el sueño empezaba a mermar su fuerza.

 

—Salió mejor de lo que imagine…—Comento sonriente Hijiri.

—No hay duda…—Se froto los ojos, algo en el semblante de su hermano le delato el siguiente paso en la historia—¿Esta detrás? —Hijiri asintió conteniendo las ganas de reír

 

Tsuzuki con una sonrisa sin precedentes obligo al rubio a girar, tomándolo de la nuca y la cintura lo beso, haciendo que fuegos artificiales explotaran en el interior del de ojos esmeralda, el castaño lo besaba con el alma entera, pasión y amor mezcladas en una perfecta armonía.

 

Al separarse junto su frente con la del otro.

 

—Esta vez no dejare que te toque…—Beso los labios hinchados superficialmente —… esta vez seré más fuerte

 

Y Hisoka no pudo estar menos de acuerdo.

 

Date separo a Chikara de su hermano y le abrazo con la misma necesidad con la que se abrazó al cadáver congelado que le entregaron.

 

—Perdóname, perdóname por favor…—Rogaba mientras Daion le acariciaba la espalda lentamente.

—No hay nada que perdonar nii-chan, tranquilo…

 

Y la vida le regresaba aquello que nunca tuvo.

 

Notas finales:

T^T el epilogo sera publicado el domingo siguiente... 

Gracias por leer y comentar a: Criztal98, YUGYAM, KUROSAKI MYU su apoyo me motivo a llegar a este punto.

Te amo Gris nee... n3n 

Nos vemos en la proxima.


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