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Por una competición conocí al amor de mi vida. por BlackHime13

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Notas del capitulo:

Bueno...y a quí está la segunda cita ^^

Epero que os guste. Nos vemos en las notas finales ;)

Editado: 03/02/19

Cap.7- La playa, sentimientos confusos y un hermano intentando ayudar.

 

Tsuna estaba muy nervioso. El mayor no le quiso decir a dónde iban y eso no ayudaba mucho, la verdad, pero de repente el coche se detuvo y el peliazul se bajo y le abrió la puerta del auto al castaño. Éste solo se bajo para luego ver algo hermoso. La arena, el agua que brillaba por la luz del sol y el ruido de las olas al chocar con la primera. Todo eso era muy relajante y al pequeño le encantó.

 

-¿Te gusta?- preguntó el peliazul abrazándolo por detrás. El otro solo se ruborizó y asintió, provocando una sonrisa en el mayor.- Me alegra. - susurró más para si mismo que para el menor.

 

En esa playa casi no había gente, era un lugar que pocos conocían y era perfecto si querías un poco de intimidad. El castaño se cambió en el coche y salió más rápido que un rayo hasta la orilla. Era un día realmente caluroso así que tenía muchas ganas de refrescarse. Mukuro, por otra parte, se sentó cerca del castaño y le miró mientras jugaba, parecía un niño pequeño y eso le gustó. Después de varios minutos el ojimiel se encontraba un poco cansado así que se dirigió donde el mayor estaba sentado y se dejó caer a su lado.

 

-Nee... Mukuro. – llamó mientras se sentaba mejor y le miraba a los ojos. El mayor dejó el libro que tenía en las manos y le miró curioso.

 

-Dime, Tsunayoshi-kun. - dijo mientras le dedicaba una sonrisa. El castaño se sonrojó y agachó la cabeza.

 

-¿Co-como... conoces este lugar?- preguntó sin mirarle. La sonrisa en el rostro del contrario se ensanchó ante la actitud tímida y curiosa del castaño y le respondió.

 

-Cuando era pequeño lo descubrí por casualidad. Pensé que te gustaría así que te traje.- explicó con simpleza y sin borrar la sonrisa de su cara.

 

-Ya veo... ¡Gracias por compartirlo conmigo! - le respondió este dedicándole una sonrisa brillante y encantadora. El peliazul solo ladeó un poco la cabeza, ya que casi se desangra ante aquella dulce visión. El otro solo le miró interrogante.

 

-Nee... ¿te bañas conmigo?- preguntó de lo más inocente el castaño.

 

-¿Qu-qué? - dijo tartamudeando el otro. "Maldita sea, ¿como puede ser tan condenadamente lindo?" pensó a la vez en que reconsideraba lo de tirárselo allí mismo.

 

-Si... es que es aburrido si me baño solo. Nee, ¿vamos, si?- pidió con cara de cachorito apaleado. No hay que decir que Mukuro casi necesitaba una transfusión de sangre.

 

-Es- esta bien...- accedió cuando logró controlar sus más bajos impulsos. ¡No era un animal por dios! El ojimiel sonrió deslumbrantemente, le agarró del brazo y lo lanzó al agua sin pensárselo.

 

Estuvieron jugando y riendo un buen rato en el agua, hasta que el menor cayó en cuenta que ya era hora de comer.

 

-Mukuro... ¿vamos a comer algo?- cuestionó sonriéndole. Otra transfusión de sangre para el pobre peliazul.

 

-Cl-claro...- susurró sonrojado. Le sorprendía que el más joven no notara la creciente erección que su bañador mostraba. Además que al estar este mojado lo hacía aún más prominente.

 

Sin más se secaron y se pusieron una camiseta, luego empezaron a caminar por el paseo marítimo, viendo puestos de comida, tiendas, etc. Pararon un par de veces cuando al castaño le llamaba la atención algo y siempre le sacaba una sonrisa al mayor pues el ver como le brillaban los orbes por la curiosidad o emoción era una imagen sumamente encantadora.

 

-Mmmm... ¿qué quieres comer?- preguntó inocentemente el menor. " A tí." pensó el mayor, pero hasta él comprendía que decir eso sería inapropiado.

 

-Lo... que tú quieras está bien.- respondió con una sonrisa.

 

-¿En serio?- el otro asintió- Pues... allí está bien.- dijo con una sonrisa señalando uno de los puestos. El otro se lo miró, parecía una especie de establecimiento occidental, no sabría decir de qué país exactamente, pero le pareció interesante pro lo que se sentaron en una mesa y ordenaron lo que les llamó la atención del menú.

 

-Mmmh... ¿estás hablando bastante hoy no?- soltó el peliazul de la nada. Llevaban como 15 minutos ahí sentados y el ojimiel no había dejado de hablar sobre diferentes cosas que se le venían a la cabeza.

 

-¿Eh? Bu-bueno...- el castaño se sonrojó, era verdad que estaba hablando más que de costumbre.

 

-No pasa nada. Sólo me pareció divertido.- le respondió con una sonrisa el de ojos bicolor.

 

-Es que... me lo estoy pasando muy bien.- confesó el otro agachando la cabeza.- Supongo que es el mar que me relaja.- murmuró sonrojado hasta las orejas.

 

-Ya veo... bueno, a mí me gustas de las dos formas. Tímido y sincero, las dos.- declaró para luego darle un pequeño beso en la mejilla al castaño quien parecía un semáforo de lo rojo que se encontraba su rostro.

 

-Gr-gra-gracias...- tartamudeó. El pobre no sabía que responder y solo pudo decir eso, su rubor era tan grande que no pudo mirarle durante un buen rato además...¿se le había declarado? El peliazul solo sonrió ante lo inocente de su niño, o bueno, su futuro niño. Le gustaba a idea. El solo pensar que podrían pasar más tiempo juntos hacía que se le acelerara el corazón.

 

Un rato después llegó la camarera con la comida y la sirvió. Ellos comieron casi sin hablar ya que el menor seguía muy avergonzado por ese comentario o dclaración... lo que fuese que haya sido.

 

Ya eran las 16:00h cuando ellos terminaron con su amena comida y decidieron seguir caminando y viendo tiendas. Ahora hablaban un poco más ya que el ojimiel se quedaba asombrado ante algunas cosas y parecía muy emocionado por otras. En un momento dado, este se quedó observando una muñequera de diseño bastante simple, era de estilo camuflaje, que pareció interesarle, o al menos esa era la sensación que tuvo el mayor al verle.

 

-¿Te gusta? - le preguntó el peliazul, abrazándole por detrás aprovechando que este se encontraba de cara al escaparate.

 

-¿Eh? Bu-bueno... si... es bastante linda...- dijo sin mirarle y sonrojándose hasta las orejas. El peliazul le dijo que le esperara un momento, entró a la tienda y compró lo que miraba el pequeño.

 

Este se había alejado un poco y miraba con gran interés un perro de juguete de esos que andan y saltan y cuando el muñeco saltó, casi se cae al suelo de culo por la sorpresa. El mayor, quien ya había salido del establecmiento y se había quedado obrservándole desde una distancia prudente, no pudo evitar soltar una risita divertida y le llamo para que le prestara atención.

 

-Toma... ya que dijiste que te gustaba.- le dijo mientras le daba una bolsa con la muñequera dentro.

 

-¿Eh? N-no... hacía falta. - murmuró cogiendo la bolsa tímidamente y enrojeciéndose. Entonces sacó la prenda y le pidió al mayor que extendiera su brazo. Este lo hizo sin entender y entonces el castaño se la colocó.

 

-¿Tsunayoshi-kun? - preguntó el peliazul mirando el regalo.

 

-Bueno... pensé que te quedaría bien así que...- confesó agachando la cabeza. El mayor se sorprendió por sus palabras.

 

-Entonces... ¿era para mi?- el otro asintió y el peliazul le cogió del mentón e hizo que le viera. - Gracias.- le susurró al oído para luego besarle.

 

Al principio sus labioa se encontraron casta y dulcemente, pero no tardó mucho en convertiso en un beso demandante, húmedo y caliente. Profanó sin escrúpulos la cavidad del menor con su lengua, la cual había sido colada en un momento en el qual el menor intentaba recuperar el aire. Por parte del castaño, era un poco más cohibido, pero intentó seguirle el ritmo al peliazul, colocando sus manos alrededor del cuello de este. Al principio, al mayor le sorprendió la actitud del más pequeño, pero no le importó. Con su mano derecha, la cual colocó sobre la cintura de este, atrajo sus cuerpos lo más posible y con la izquirda, la cual colocó en la nuca del menor, cambió el ángulo del baso para así poder profundizarlo más.

 

A ninguno de los dos les importó el que estuvieran en medio de la calle, bueno más bien, al de ojos heterocromáticos no le importó pues el ojimiel se encontraba demasiado perdido en el beso como para recordar si quiera su nombre, mucho menos dónde se encontraba en ese momento. Eso sí, una vez se separaron, por culpa de la falta del estúpido, pero vital, aire, el menor agachó la cabeza ruborizándose de sobremanera. Las miradas de los demás transeúntes le parecían dagas al pobre y avergonzado veinteañero. El más alto solo sonrió divertido, le cogió de la mano y siguieron caminando ante la atenta mirada de la gente que pasaba.

 

Los dos se encaminaron hacia el coche del mayor. Una vez dentro, el mencionado, abrazó al castaño en un abrazo muy posesivo.

 

-Sabes... realmente no quiero que salgas con Ave-kun.- le susurró al oído a la vez en que acariciaba levemente la espalda baja del más bajo.

 

-Es-eso... no sería justo.- dijo el menor sonrojándose or las suaves caricias. Su cuerpo se sentía caliente y se estemecía con cada suve toque de esas experimentadas manos. El mayor sonrió y le soltó para luego encender el motor del coche e ir rumbo hacia el apartamento.

 

-Tienes razón.- admitió por último para luego conducir en silencio.

 

Durante el viaje de regreso, al menor le pasaban muchas ideas por la cabeza. Pensaba en por qué no se resistió ante ese beso, en lo bien que lo había pasado durante todo el día y en lo cómodo que se había sentido junto a él. Por otro lado, también pensó en el moreno, que le había llamado la atención desde el segundo en que lo vio, en que también estaba muy a gusto a su lado y en que tampoco le molestaba cuando le tocaba o besaba. Sentía un gran conflicto interno pues estaba seguro que sentía algo más que cariño o atracción hacia ambos varones y no sabía si eso era bueno o justo.

 

Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de cuando llegaron hasta que oyó la voz del peliazul llamándole. Salió del auto y se dirigieron hasta su apartamento.

 

Una vez entraron, vieron al moreno que leía un libro. Al castaño se le iluminaron los ojos por la curiosidad y sonriendo, se acercó hasta él y le abrazó por detrás. Sorprendentemente, el más alto no se sobresaltó sino que simplemente le miró de reojo con una leve sonrisa en el rostro.

 

-Nee... Hibari-san ¿qué lees?- le preguntó animadamente desde esa posición. El otro soltó una leve risita ante el actuar del pequeño, se giró un poco y le dio un beso casto en los labios al ojimiel para a continuación responderle.

 

-Nada interesante. - fueron sus palabras con voz tranquila y grave.

 

Al de ojos bicolor no le hizo mucha gracia ese gesto por parte del castaño, no después del día que habían pasado en compañía del otro, así que lo apartó del moreno y le plantó un beso... "Demasiado atrevido." pensaba el moreno sintiendo su irritación crecer. Ante ello este agarró de vuelta al castaño y le dio uno muchísimo más profundo, apasionado, húmedo y salvaje que dejó sin aliento al ojimiel. Una vez soltó al castaño para que recuperara el aire que le fue robado en el tan subido de tono acto, este cayó al suelo de la impresión y se quedó allí, muy sonrojado, intentando que no se le salieron el corazón del pecho ante lo acelerado que latía. Sentía que su sangre hervía, o más bien, todo su cuerpo se encontraba de lo más acalorado. "Maldita sean este par de demonios sexys y calientes." pensó para si sonrojado a más no poder.

 

Los otros dos comenzaron a pelear como los gatos y los perros haciendo que el peliazul mayor bajara ante el incesante ruido, encontrándose con un Tsuna muy sonrojado en el suelo y los otros dos peleando como si quisieran destrozar el piso. Cosa que no era buena idea si tenía en cuenta que si eso sucedía ninguno de los seis tendrían dónde quedarse, o bueno, más bien ellos cuatro dado que los gemelos tendrían la posibilidad de volver a su hogar.

 

Sin pensárselo mucho se metió en medio e intentó detenerles cuando, poco después, oyeron que la otra pareja llegaba, encontrándose un panorama nada bueno.

 

*Continuación de donde fue dejado el capítulo anterior.*

 

El rubio se quedó mudo ante esa visión. Se acercó a su hermanito y lo ayudó a levantarse para seguidamente encaminarse hasta la habitación del más pequeño quién seguía algo aturdido por todo lo acontecido minutos atrás.

 

En la sala seguían peleando los dos cuando los hermanos se fueron, se oían los golpes y gritos desde arriba, hasta que el ojiazul cerró la puerta de la estancia. Le hubiera gustado entrometerse y detener toda la situación, pero confiaba en que Daemon y Alaude podrían con ello. Él tenía que algo mucho más importante que hacer: asegurarse de que su querido y adorable hermano se encontraba bien.

 

-¿Tsu-chan? ¿Estás bien?- le preguntó preocupado el rubio. El nombrado reaccionó ante la voz de su onii-chan y se sintió algo confuso cuando reconoció su cuarto. "No sentía cuando me llevó hasta aquí." pensó para si nerviosamente.

 

-Si... solo fue una tontería.- comentó riendo algo abochornado.

 

-¿Seguro?- quiso asegurarse todavía preocupado. El que se riera así no significaba que le estuviera mintiendo, pero quería cerciorarse.

 

-Sip, no te preocupes.- le respondió el castaño con una gran sonrisa. El mayor solo suspiró y se sentó al lado de su hermanito.- Por cierto... ¿qué tal te fue?- le preguntó el menor curioso por la respuesta que obtendría. El otro se ruborizó y no supo que responder.

 

-Bi-bien... supongo.- dijo ladeando la cabeza.

 

-Nii-chan... ¿qué pasó?- le cuestionó ya que parecía algo confuso.- Pareces confundido. - aseguró más que comentar. Conocía demasiado bien a su hermano mayor como para no notar ese brillo inseguro en sus orbse color zafiro.

 

-N-no... sé de qué... me hablas.- tartamudeó todavía sin mirarle.

 

-¡Nii-chan!- exclamó mientras le miraba acusadoramente.

 

-Es-está bien...- cedió a la vez en que se sonrojaba aún más.- Verás... Alaude me dijo que... le gusto.- confesó lo último casi en un susurro.

 

-¿Solo eso?- comentó el otro como si nada.

 

-¿Co-com-como qué "solo eso"? A mí me preocupa ¿sabes?- manifestó el otro mirándole con un notorio sonrojo en la cara.

 

-Nii-chan... ¿qué sentiste cuando te lo dijo?- le preguntó, no sin antes dejar salir un suspiro algo cansado. En serio que había ocasiones en que su hermano hacía una montaña de un grano de arena.

 

-¿Eh? Bu-bueno... no supe... qué responder... sentí que mis palabras no querían salir.- musitó agachando la cabeza.

 

-Ya veo...- respondió el otro con una gran sonrisa.- Pero... ¿te disgustó, te alegró? - sugirió para seguir con la conversación. Necesitaba que el mayor siguiera pensando en ello para poder ayudarle.

 

-No lo se... pero creo que... me hizo feliz, supongo.- admitió mientras se sonrojaba más.

 

-Nii-chan eso significa que te gusta.- señaló con absoluta sinceridad y contundencia en sus palabras el castaño.

 

-E-eso ya... lo sé pero...- no fue capaz de articular palabra alguna. Sentía su cabeza dar vueltas. Las palabras bailaban y reuhían en su lengua como negándose a salir de esta. El castaño le miró y suspiró. "Es que a veces él podía ser más despistado que yo." musitó para sí mismo el menor.

 

-Pero... ¿qué? Nii-chan, hasta ahora se te ha confesado mucha gente pero...- pensó un poco qué decir y luego prosiguió.- Tú nunca les prestabas atención. No ha habido nadie que hiciera que te sonrojaras o con quien no pudieras hablar por los nervios. ¿No crees que eso significa... que sientes algo más por Alaude que un simple gustar?- insinuó y sin decir nada más salió de la habitación, dejando allí a su rubio hermano pensando.

 

Pero al salir sus ojos se abrieron enormemente, puesto que no esperaba encontrarse con nadie allí.

 

-¿Daemon?- llamó el castaño al ver al peliazul delante suyo quien se encontraba apoyado contra la pared con los brazos cruzados, mirada seria en su persona.

 

...Continuará...

Notas finales:

Y bien...¿qué os pareció?

En realidad la pelea iba a ser incluso más tonta, haciendo que Mukuro presumiera del regalo del menor y haciendo enfadar a Kyoya pero me lo pensé mejor jejejeje.

Bueno...¿y qué pasará con los sentimiento de Giotto? ¿Daemon lo habrá escuchado todo? ¿Hará algo Tsuna?

Pues eso será para el próximo capítulo. Joer si es que parezco tonta con tanta preguntita.

Bueno, espero que no os haya desilusionado mucho. Por cierto... ya queda poquito para terminarlo ¿o no? Quién sabe, ni siquiera yo lo sé XDDD

Bueno nos vemos en el siguiente ^^

Chaa nee... :D


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