Capitulo 5: Por favor, hazlo por mí.
Harry se miró con el entrecejo fruncido en el espejo. Luego miró a Blaise y a Draco que jugaban una partida de ajedrez.
-¿Chicos, estoy gordo?
Les preguntó Harry inocentemente. Draco y Blaize casi se atragantaron. Esa era la pregunta más temida, por todos en el castillo, desde el más pequeño elfo, hasta el mismo Lord. Si le daban la razón a Harry se ponía a llorar histérico porque estaba gordo y si le decían que no estaba gordo, entonces Harry decía que estaban siendo condescendientes con él y su magia se descontrolaba.
Draco miró a Blaise alarmado y este lo miró igual.
-Mi padre me esta llamando.
Improvisó Draco y salió corriendo de ahí. Blaise se quedó boquiabierto, valiente Draco que lo dejaba solo en semejante momento. Harry empezó a hacer pucheros y Blaise maldijo las hormonas del chico. Así que el moreno tan valiente como su mejor amigo, decidió hacer lo mismo que este.
-Si yo también oigo a mi padre llamándome, nos vemos luego Harry, te vez encantador.
Le dijo Blaise y salió corriendo más rápido que ligero. Harry puso mega puchero y decidió salir detrás de esos dos. No los dejaría en paz, hasta que le contestaran. Así que se acomodo la túnica negra, se puso unas pantuflas negras también y salió del cuarto.
Harry ya tenía 5 meses y estaba un poquito rellenito por el embarazo, pero tampoco es que estuviera gordo.
Al parecer Draco Malfoy y Blaise Zabini se habían escondido debajo de la tierra, porque Harry no los encontraba. De pronto se le ocurrió que podían haberse ocultado en las mazmorras, después de todo Harry tenía prohibido bajar allí, así que si los otros dos se estaban ocultando de él, ese era un buen sitio. Con una sonrisa estilo Lord Voldemort, mando al diablo las ordenes de su pareja y bajo a las mazmorras en busca de Draco y Blaise. Pero sucedió algo inesperado para él: Escuchó el ruido de un grito de dolor que lo hizo estremecerse.
-¡Vete al diablo!
Harry reconoció de inmediato esa voz tintada de rabia y dolor: era la de Remus Lupin.
-¡Remus!
Exclamó Harry corriendo hacia la voz. Llegó hasta una puerta en el fondo del pasillo, la abrió de golpe y quedó de piedra.
Tirado en el centro del suelo estaba Remus Lupin, rodeado por montones de mortífagos y el mismo Lord. Todo el mundo se viró hacia Harry, el cual sólo tenia ojos para la pareja de su difunto padrino. Remus lo vio y sus ojos se llenaron de esperanza y ternura, a la misma vez que Harry se acercaba a él, con paso firme y se arrodillaba junto a su lado. El hombre lobo se incorporo a medias y abrazo al ahijado de su difunta y primera pareja, Sirius Black.
-¡Harry!
Exclamó Remus, abrazándolo con fuerza, aliviado de ver al ojiverde con vida, aunque había algo muy extraño en su olor.
-¿Estas bien?
Le pregunto Harry preocupado.
-No te preocupes por mi ¿Tú cómo estas?
Le preguntó el hombre lobo desesperado.
-Harry, apártate de él.
Le ordenó Voldemort.
-Tom, no. Basta, deja a Remus.
Le pidió Harry mirándolo a los ojos. Remus lo miró sorprendido.
-Harry....
-Tom por favor.
-Harry por favor, vuelve a tu cuarto. Severus, Lucius llévenselo.
Pero cuando el rubio y el moreno se le acercaron Harry se aferró a Remus.
-No. Tom, por favor no. A Remus no. Es lo único que me queda de mis padres. No lo lastimes hazlo por mí.
Le rogó Harry hiperventilando.
-Mi señor, estar así no es bueno para el estado de Potter.
Dijo Lucius.
Voldemort hizo un gesto de fastidio y se acercó a su joven pareja para tomarla en brazos.
-Tom por favor hazlo por mí.
Le pidió Harry una vez rodeado por el brazo del señor tenebroso. Voldemort lo miró a los ojos y suspiró.
-Bien, Severus, Remus es tuyo, después de todo es tu presa. Tú decides que hacer con él.
Dijo Voldemort, pasándole la papa caliente a otro, ya que no quería problemas con su pareja. Harry miró a Severus con ojos de cachorro.
-Potter- Protestó Severus.
-Te prometo no molestarte y cooperar en las revisiones, pero hazlo por mí.
Le pidió Harry.
-Hoy tiene que ser tu maldito día de suerte, Lupin. Por la maldita cooperación de Potter soy capaz de bajar la luna, es el peor paciente que haya tenido en mi vida. Bien mi Lord, entonces pido a Lupin como mi sirviente personal.
Voldemort asintió y Harry respiró aliviado.
-Ven Harry salgamos de aquí.
-Nos veremos luego, Remus- Le prometió Harry al sorprendido hombre lobo. Luego se viró hacia Voldemort.
-¿Tom, estoy gordo?
Le preguntó. Ohhhh, ahí estaba de nuevo la pregunta más temida por todos.....
Continuara....