Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi hermanastro por La_Oscura_Reina_Angel

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Eddiel decide usar otra táctica para que David se doblegue ante él y este termina accediendo al trato propuesto por su hermanastro.

Capitulo 6: La decisión de David.


Tembloroso y aún presa del llanto, David se vistió y trato de salir de esa habitación que sentía lo asfixiaba, pero no pudo, Eddiel al parecer le había echado llave. Retrocedió instintivamente al ver la cerradura de la puerta girarse, he hizo bien pues quién estaba en la puerta, con rostro impasible e insensible, era Eddiel.

David hubiese querido correr al verlo parado con tanta frialdad ante é, y lo más seguro es que lo habría echo y se hubiese encerrado en el baño si sus pies le hubiesen respondido, pero parecían pegados al suelo. Cuando Eddiel se acercó a él, para completa humillación de David, vio que no podía controlar las lagrimas ni el temblor de su cuerpo y para colmo su boca no se movía, no era capas ni de decir "A". Al llegar donde David, Eddiel lo tomó de el brazo fuertemente acercándolo a él.

-Creí que en Inglaterra habías entendido, David.

David se encogió instintivamente esperando un ataque que nunca llegó. Al atreverse al alzar su azul y temerosa mirada se encontró con los fríos ojos grises de Eddiel. Eddiel lo cogió de la barbilla con una extraña suavidad y lo miró a los ojos.

-En Inglaterra te lo pasaste bien en mi cama, David, ¿por qué me hiciste volver a lo mismo que en nuestra primera vez?

Lo interrogó. David no sabía si sentir rabia o miedo.

-¿Quieres que te diga la verdad?

Preguntó David a medio camino entre el miedo y la furia. Eddiel lo soltó y con un gesto burlón, le dijo:

-Claro, vamos habla.

-Pues que yo no quiero tener relaciones contigo, Eddiel. ¿Acaso tan difícil te es de entender? No quiero que me toques ¡No quiero tenerte cerca!

Le dijo David tratando de no ahogarse con su propio llanto. Eddiel sonrió burlonamente.

-Bien, si ese es tu deseo, te complaceré. No me volveré a acercar a ti, mi dulce David, pero recuerda que tendrás que ganarte todas y cada una de las cosas que ingieras y comas -le dijo Eddiel y se dio la vuelta. Una vez en la puerta se viró nuevamente hacia David y añadió-. Cuando quieras mi protección, sólo tienes que ir a mi cama, te aseguro que no te negare el acceso a ella.

David se dejó caer en la cama con la boca abierta. No se lo podía creer, Eddiel lo dejaría en paz y ni siquiera lo había golpeado cuando le dijo lo que pensaba. Tal vez después de todo Eddiel sí tuviera algo de conciencia y al fin la vida había decidido no ser tan cruel con él.

***



David acababa de terminar de ayudar a Nanai en la cocina, ciertamente no se entendía con palabras, pero si lo hacían mediante gestos y era innegable que se caían bien el uno al otro. Subió a su cuarto y justo entraba en él, cuando vio a un hombre dentro de su habitación. Era un hombre desconocido, de cabellos rojos cortos y ojos verdes, al rededor de los 40 años.

-¿Eres David Delacirt?

Pregunto el hombre. David frunció el ceño extrañado y asintió.

-Sí, eso soy yo. ¿Quién es usted?

-Rubén, ¿acaso su tutor no le dijo que me enviaría?

-¿Eddiel? ¿Enviarlo para qué?

Pregunto David extrañado.

-Eddiel y yo somos socios en un negocio, que acabamos de terminar y cerrar. Es usted mi despedida.

-¿Qué?

Preguntó David atónito casi en un grito.

-Que es usted mi despedida. El señor Montes me aseguró que me lo pasaría bien con usted en la cama.

David no se podía creer lo que oía. ¿Es que Eddiel no pensaba parar nunca?

-Mire, lo siento, pero creo que se equivocó.

-No lo creo, ¿acaso no eres tu David Delacirt: 16 años y tu tutor es Eddiel Montes?

-Si, pero...

David se calló cuando el hombre lo tomo de la cintura.

-A pues no hay error alguno. No te preocupes, Montes me dijo que eras algo tímido, pero te la pasaras bien, y es más, si cooperas, puede que hasta algo de dinero te de.

David intentó separarse del hombre furioso.

-¡¿Pero qué se cree usted?! ¡Yo no soy un cualquiera, para que me haga semejante proposició...!

David se vio silenciado, ante el brusco y asqueroso beso del mayor.

-¡Suélteme!

Gritó David tratando de salir de los brazos del mastodonte pelirrojo. El hombre lo arrojó a la cama y le desgarró la camisa. David se asustó seriamente, no quería que lo volvieran a violar y mucho menos alguien a quién no conocía. No supo por qué, pero grito el nombre de su hermanastro con todas sus fuerzas:

-¡Eddiel!

Le valió un golpe del pelirrojo, pero David estaba completamente seguro de algo: prefería las manos de Eddiel a las de ese puerco. Su cuerpo sólo había pertenecido a Eddiel y prefería que siguiera siendo así, a tener que compartirlo una sola vez con ese asqueroso hombre.

David aprovechó un momento de descuido del hombre y lo pateo en las bolas, y cuando el hombre cayó adolorido a su lado salió corriendo de la cama y del cuarto. Sus pies lo llevaron hacia el final del pasillo, directo al cuarto de Eddiel. Sintió que Rubén salía detrás de él, justo cuando de casualidad se abrió la puerta de Eddiel, y el ojigris que iba saliendo de su habitación miró con una ceja levantada a su hermanastro. David se arrojó a sus brazos sin pensarlo dos veces y lo miró con el pánico plasmado en su rostro.

-Eddiel...

Fue todo lo que dijo asustado. Eddiel sonrió burlón y lo hizo entrar a su cuarto, a la vez que cerraba la puerta y él se quedaba afuera. David no fue capaz de escuchar lo que Eddiel y Rubén hablaron al otro lado de la puerta. El rubio miró su alrededor, el cuarto de Eddiel era muy parecido al suyo propio, aunque un poco más elegante. En pocos minutos la puerta se volvió a abrir dando paso a Eddiel, una vez dentro del cuarto, este cerró la puerta y se recostó en ella. David lo miró molesto.

-¿Se puede saber que demonios te pasa? -le reclamó David aún asustado y con el corazón prácticamente en la boca -¿Como se te ocurre ofrecerme a ese hombre?

-Te advertí que te tendrías que ganar la comida y el techo, y la verdad es que no has hecho nada para hacerlo, yo sólo te ofrecí una opción.

-Pues no la quiero, gracias.

Dijo David ácidamente, provocando una carcajada en su hermanastro.

-Vaya pequeño, me siento alagado, corriste hacia mí a buscar protección, en vez de correr hacia alguno de los guardianes de la parte baja de la casa. ¿No se te ocurrió que tal vez yo podía terminar el trabajo que inició Ruben?

-Si, pero te prefería a ti que a ese puerco- confeso David bajando la mirada-. Sólo fui capaz de pensar que prefería que mi cuerpo sólo perteneciera a ti, que compartir una sola noche con ese cochino.

Eddiel lo miró triunfante, pero claro David no se percato de ese detalle, pues estaba mirando el suelo. Eddiel se acercó a David y lo tomó de la cintura, luego lo hizo alzar la cabeza tomándolo de la barbilla, para que sus ojos se miraran, azul contra plata.

-Únete a mi David. Por tu propia voluntad, acepta ser mi amante, ven a mi cama por tu propio deseo y te juro nunca volverte a lastimar, pequeño. Te protegeré, te lo daré todo y a cambio sólo quiero tu fidelidad y obediencia. Y no te lastimaré nuevamente, te prometo que lo pasaras también en mi cama, como en nuestro último encuentro en Londres -Eddiel lo soltó y lo empujó suavemente hacia la puerta-. Ruben se fue. Ahora ve a tu cuarto y piénsalo.

David agarró la perilla de la puerta y respiro hondo, pero en vez de girar el pomo y salir, le echo la llave y se viró hacia Eddiel antes de que se le fuera el valor con su decisión en los labios.

-No tengo que pensarlo. Acepto.

 

Continuara....

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).