Capítulo 8: Encontrados
Afrodita escuchó un ruido y se levantó de la cama. A su lado, Pierre sonrió.
- Mi hermano llegó por ti, precioso.
Y tomándolo del cabello lo besó. Afrodita trató de gritar pero el italiano aprovechó para penetrarlo con la lengua, mientras lo estrellaba contra la cama, sin dejar de besarlo y acariciarlo con las manos, Afrodita forcejeaba como un condenado, pero no se podía zafar de Pierre.
La puerta de la habitación se abrió con estrépito. El tiempo pareció congelarse. Pierre soltó sus labios, mirando hacia la puerta con una sonrisa demoníaca y soltando al peliazul. MM desde la puerta miraba todo en estado catatónico. Afrodita parecía en shock de lo pálido que estaba. Fue él el primero en reaccionar, rompiendo en llanto.
MM furioso se acercó a la cama, y tomando a Pierre lo levantó dándole un puñetazo que lo mandó al suelo, mientras se volteaba hacia Afrodita y tomándolo de los hombros lo zarandeaba haciéndolo quedar de rodillas en la cama.
- ¿Qué demonios haces? ¿Qué haces revolcándote con mi hermano?
Pero Afrodita no podía hablar casi ahogado por su propio llanto, mientras MM lo sacudía como un muñeco de trapo.
***
En las noches nadie entraba a su habitación, sólo Afrodita entraba en la mañana, por eso Shun se levantó con rapidez y tomó la rosa piraña que Afrodita le había dejado en la mesita de noche, como siempre, dispuesto a defenderse, pero antes de atacar vio que quien estaba en la puerta de su habitación era Camus.
Se levantó de un salto y se arrojó a sus brazos.
- ¡Camus!
Sollozó el peli-verde. El acuariano lo giró entre sus fuertes brazos emocionado. De pronto Shun sintió dos brazos más rodeándolo, y lloró de emoción al ver a su amigo y a Hyoga.
- Tenemos que ir a salvar a Afrodita. - Dijo el peli-verde desesperado - Ellos también son caballeros - Habló atropelladamente - Y Pierre, el hermano de Máscara obliga a Afrodita a que se acueste con él, porque dijo que si Afrodita no se acostaba con él, sus hombres me violarían hasta que perdiera a mi bebé.
De pronto la expresión de Camus e Ikki antes esas palabras se volvió la de dos asesinos psicópatas.
- ¿Cómo entraron aquí?
Preguntó de pronto Shun.
- Nadie dijo nada, nos dejaron pasar nada más presentarse Julius.
- ¿Dónde está MM?
- Fue a buscar a su hermano, para arreglar cuentas.
- ¡Va a encontrarlo con Afrodita!
Gritó Shun desesperado, todos palidecieron.
- Los va a matar.
Exclamó Hyoga. Todos salieron corriendo hacia la habitación de Pierre Di'Angelo. Entraron en tropel a la habitación y vieron a un cabreado MM que zarandeaba a Afrodita como si este fuera un muñeco de trapo y a un sonriente Pierre que miraba todo desde el piso.
Camus e Ikki se fueron sobre Máscara separándolo de Afrodita, mientras Shun y Hyoga se arrojaban sobre Afrodita. Hyoga se quitó su gabardina y cubrió con ella al lloroso pisciano que se había refugiado en el pecho de Shun casi oculto en un capullo por el rubio y el peli-verde.
- Eres una maldita puta Afrodita. ¿Cómo fuiste capaz? ¿Con mi hermano?
Le reclamaba MM tratando de soltarse de Camus y Ikki. El llanto de Afrodita se hizo más fuerte.
Camus no lo resistió y le dio un puñetazo a MM para que reaccionara.
- Maldito idiota, cierra el pico. Deja que se explique. No es lo que tú crees. Afrodita simplemente protegía a mi esposo.
Estalló Camus.
- ¿Revolcándose con mi hermano?
Reclamó MM dolido y eso era lo que más dolía a Afrodita, el dolor de MM.
- Máscara...
Trató de hablar Afrodita pero Máscara lo interrumpió.
- Maldito cortesano, cállate traidor, no quiero ni oírte.
MM sentía que se le rompía el alma. Su Afrodita, su delicado ángel, revolcándose con su hermano era demasiado para su corazón. Afrodita sollozó más fuerte, e Hyoga y Shun lo abrazaron fulminando a MM con la mirada.
- Cálmate.
Le advirtió Ikki sin soltar al cáncer.
En ese momento, la habitación se llenó de los guardias de la mansión que, como ellos, eran caballeros.
Continuará...