Capítulo 9: Nuevo líder.
A un gesto de MM todos los guardias bajaron sus armas. Mientras, Pierre se ponía de pie.
Sin resistir la rabia que lo envolvía al ver las lágrimas en los ojos de Shun, Camus dejó a Máscara y tomó a Pierre de la camisa molesto, dispuesto a golpearlo.
- Suéltalo Camus - Ordenó MM - Y ustedes váyanse - Ordenó a los guardias, que obedecieron de inmediato.
Máscara Mortal aún tenía apretados los puños por la furia pero trataba de guardar la calma.
Pierre notó el estado de su hermano mayor y decidió echarle leña al fuego y aprovecharse de eso.
- ¿Qué te sucede Julius? ¿Por qué tan molesto?
Julius empujó a Camus y tomó a su hermano pequeño de la solapa de la bata de cama que tenía puesta.
- ¿Y todavía me preguntas? ¿Después que te revolcaste con mi pareja?
Le escupió el guardián de cáncer furioso. Pierre sonrió malicioso.
- Él no se quejó, de hecho se mostró de acuerdo. Inclusive firmó un contrato que le obliga a ser el amante del líder de los Di'Angelo. Puesto que tú rechazaste, ahora es mi amante.
Dijo Pierre con malicia.
La impresión hizo que MM soltara a su hermano y se virara hacia un culpable Afrodita, que se cubrió el rostro con las manos llorando.
Máscara Mortal se acercó a Afrodita, tan rápido que nadie lo pudo detener.
Lo abofeteó tan fuerte que lo envió hacia atrás en la cama con Hyoga. Shun empujó a Julius con todas sus fuerzas lejos de Afrodita.
- Déjalo.
Gritó el pequeño peliverde.
- Maldito cualquiera... ¿Cómo pudiste?
La voz de Máscara se quebró, Afrodita se levantó con una mano en el rostro.
- Julius, escúchame por favor.
Le rogó el precioso peliazul.
MM lo miró con los ojos llenos de dolor.
- No - Fue su simple respuesta al hermoso peliazul - Y tú - Señaló a Pierre con rabia - Muéstrame el contrato de Afrodita.
***
Ikki y Camus entraron nuevamente a la habitación donde sólo estaban Afrodita, Shun e Hyoga, escupiendo fuego.
- Ese idiota de MM no nos quiso escuchar.
Dijo Camus molesto.
- Está en el despacho hablando con su hermano.
Informó Ikki mientras miraba con lástima a Afrodita. Hyoga había usado una de las propias rosas del pisciano para dormirlo. Y este dormía en los brazos de Cisne y Andrómeda con una expresión triste en su hermoso rostro.
- Shun ¿qué pasó aquí?
Le preguntó Camus con suavidad.
- Sí, otouto, cuéntanos.
Pidió Ikki sentándose junto a su koi.
Hyoga dejó de acariciar el cabello de Afrodita y se recostó contra Ikki. Shun sintió la mano de Camus acariciando su mejilla y volteando el rostro besó la palma de la mano del acuario, antes de mirar con ojos tristes a Afrodita y acariciarle el cabello con sus suaves y preciosas manos para empezar a hablar.
***
Poco después de que Shun terminó de hablar, entró a la habitación un serio MM.
Todos menos Afrodita, que aún dormía, lo miraron expectantes. Pero MM no dijo nada, simplemente se acercó al cuerpo de Afrodita y se lo quitó a Shun de los brazos, alzándolo en los suyos.
La cabeza del peliazul se fue hacia un lado contra el pecho de MM, una de sus manos inconscientemente se agarró a la camisa que desprendía el olor que le era conocido y amado, y su cabello caía cual cascada por uno de los brazos de MM hasta casi tocar el piso.
- ¿Qué haces?
Preguntó Hyoga.
- ¿A dónde lo llevas?
Preguntó Shun.
Ikki y Camus se limitaron a mirarlo. MM no respondió, simplemente les arrojó un papel que tenía en la mano a los pies a sus compañeros, sin soltar a Afrodita.
- Él es mío.
Fue la escueta respuesta del cuarto guardián dorado del zodiaco.
Shun tomó el papel a sus pies y se estremeció mientras MM salía de la habitación con Afrodita en brazos.
Aquel documento era el contrato que había firmado Afrodita, y si MM decía que Afrodita era suyo, según ese contrato sólo podía significar una cosa: MM era el nuevo líder de la mafia italiana.
Continuará...