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Viviendo Sin Ti… por La_Oscura_Reina_Angel

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Capítulo 3: Un Caballero.

 

Éomer le prestó una de sus capas limpias al elfo. Como era de esperar, esta le quedaba excesivamente grande al cansado elfo, que se miró divertido antes de ajustarse la túnica con un cinturón, para que no se le cayera.

 

-Ven, Legolas, te llevaré a tu hogar.

 

Legolas tomó nuevamente a su hija en brazos y siguió al Rey de los rohirrim, los Señores de los caballos.

 

-¿Y tus hombres?

 

Preguntó Legolas, curioso.

 

-Ellos se quedarán en el campamento.

 

Respondió Éomer y ayudó a Legolas a montar en el caballo, antes de montar él mismo detrás del elfo. Al llegar al reino del Bosque Negro los guardias los dejaron pasar, curiosos por el hombre que acompañaba a su príncipe. Frente al castillo elfito, Éomer bajó de su montura para a continuación tomar en brazos a la pequeña Eowyna y ayudar a bajar a Legolas del caballo. Como si tuviera miedo, Legolas se acurrucó contra el alto hombre. Notando este detalle, Éomer le preguntó como el caballero que era.

 

-¿Quieres que te acompañe hasta dentro?

 

Legolas asintió, y Éomer empezó a caminar sin soltar al elfo rubio que se acurrucaba contra él.

 

-¿Qué sucede, Legolas? Dímelo por favor.

 

Le pidió Éomer en voz baja.

 

-Mi papá no quiere a mi bebé, porque este no tiene padre. Y yo no le he querido decir quien es.

 

Éomer le acarició el brazo con su fuerte y cálida mano.

 

-No te preocupes, tú y Eowyna estarán bien, te lo prometo.

 

-Gracias, Señor de Rohan.

 

-No me llames así, Legolas, para ti soy simplemente Éomer.

 

Le pidió el soberano Rohirrin, mientras entraban al gran castillo del Bosque Negro. Éomer se sintió como un niño ante el rey Thranduil, era realmente imponente, pero no se permitió  amilanarse, le pasó a Legolas la pequeña Eowyna y lo soltó. Temeroso, cual niño pequeño, el elfo se acercó a su padre.

 

-Te presento a mi hija, padre, Eowyna.

 

Thranduil, se levantó de su trono.

 

-No me interesa conocer a tu bastarda, Legolas. Y no la reconoceré como mi nieta hasta que me digas quien es el padre.. hasta que me confiese quien osó deshonrarte.

 

Legolas no contestó, Éomer supo que estaba asustado y lo único que se le ocurrió en semejante momento fue ser un caballero.

 

-Su majestad, Thranduil, Rey de los Elfos del Bosque Negro, soy Éomer Rey de Rohan- se presento Éomer con una reverencia ante el imponente rey elfo-. Le ruego que no hable así de mi hija y mi querido Legolas- Éomer sintió la mirada asombrada de todo el mundo en él y rogó porque Legolas no metiera la pata y lo delatara-. Se que debí de casarme con Legolas nada más saber que estaba en estado, pero mi reino atravesó serios problemas desde la caída de Sauron, así que le pedí a Legolas que volviera a su hogar paterno, donde estaría seguro, a lo que todo se normalizaba en mi reino y todo peligro era exterminado, para la seguridad de él y de mi pequeña.

 

-¿Habla en serio?

 

Pregunto el rey asombrado. Sin saber de donde sacaba tantas ideas locas, Éomer se acercó a Legolas y lo abrazó por la cintura, Legolas hundió su cabeza en el pecho del hombre, sorprendido, sin siquiera saber que hacer o decir.

 

-Así es, su majestad. Desconozco la razón por la que Legolas le oculto que yo era el padre de la criatura. Tal vez por miedo a que usted se enfadara con él, por amar a un mortal. Pero yo le di mi palabra a Legolas de protegerlo y por eso volví ahora que todo en Rohan esta en orden, ahora si tengo algo seguro que ofrecerle a mi amado elfo y a mi hija, y por lo tanto, quiero que partan conmigo y honrarlo desposándolo, como siempre fueron mis intenciones -dijo Éomer con convicción -. Sé que todo esto os tiene que parecer precipitado, su majestad, pero entiéndame: yo soy un mortal su majestad, algún día moriré y no soporto  estar apartado de Legolas, y mi hija ni un minuto más.

 

-¿Es eso cierto, hijo?

 

Legolas miró al hombre que lo estaba salvando del repudio de su padre. Éomer le sonrió dulcemente y le dio una leve afirmación al elfo con su rubia cabeza.

 

-Así es, padre. Fui al bosque al encuentro de Éomer rogando a los Valar que cumpliera su promesa, pues al partir me dijo que este día vendría por mí. Fui sorprendido por el parto y Éomer tuvo que traer, sin ayuda, a nuestra hija al mundo.

Thranduil sonrió aliviado.

 

-Oh, Legolas tonto hijo mío, ¿cómo crees que me iba a enojar contigo, sólo porque amabas a un mortal? Un mortal que cumple su promesa y vuelve por ti. Que renuncio a ti, el elfo más hermoso de la tierra media, sólo para procurarte un hogar seguro. ¡Ven acá tonto hijo mío y preséntame, ahora sí, a tu hija y a tu prometido!

 

La sonrisa de felicidad de Legolas, le bastó a Éomer para saber que había hecho lo correcto. Luego reparó en el mensaje que le tenía que dar al rey, pero decidió hacerlo más adelante.

 

*          *          *

 

Una vez consiguió que lo dejaran a solas en su cuarto, Legolas dejo a Eowyna en la cuna antes de virarse hacia Éomer.

 

-Éomer, no se por que dijiste todas esas mentiras, pero gracias, gracias por ayudarme. No te preocupes por mi padre, ya encontrare una forma de sacarte de este embrollo, aunque sea la de fingir que nos equivocamos y mejor terminamos siendo amigos. No te preocupes no tendrás que casarte conmigo.

 

Le dijo Legolas atropelladamente. Éomer le sonrió, el elfito se veía cómico así todo sonrojado.

 

-Legolas, puede que la historia haya sido completamente inventada, pero no mis intenciones, pienso daros a ti y a Eowyna un hogar, le di mi palabra a tu padre y la pienso cumplir. Eowyna es rubia y extrañamente se parece a mí, podría ser bien mi hija y nadie se tendría que enterar de lo contrario. Ni siquiera en Rohan, Allá recuerdan habernos visto juntos y eres muy querido por mi pueblo, te recibirán con los brazos abiertos a ti y a nuestra hija, Legolas. Acéptame, no exijo nada de ti, sólo que me permitas ser el padre de Eowyna, y quien sabe, tal vez en un futuro podremos crear una relación el uno con el otro y tú puedas olvidar al canalla que te abandono.

 

-¿Hablas en serio, Éomer de Rohan?

 

Preguntó Legolas asombrado, porque Éomer quisiera cargar con la hija de otro.

 

-Completamente, Legolas, ¿me aceptarás?

 

-Te debo la vida de mi hija; claro que te acepto, Éomer -Le dijo Legolas tomando la mano del hombre entre las suyas-De ahora en adelante eres el padre de Eowyna, para nuestra hija, para nosotros mismos y para todos.

 

-Gracias, Legolas.

 

-No, gracias a ti, Éomer. Eres noble, tienes un corazón gigante, eres un caballero, Rey de Rohan, y si en algún momento lo deseas, te prometo darte un hijo varón para tu propio trono.

 

Le juró Legolas recostando la cabeza en el fuerte pecho del hombre. Éomer lo abrazó y asintió con al cabeza.

 

-Que así sea, Legolas.

 

Continuará...

 

Viviendo sin ti....

 


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