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MÍO por Orseth

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Notas del capitulo:

hola holaaaaa!!!

quiero agradecer a todos por sus lindos comentarios, me animan mucho ^^

feliz lectura!!

__________________________________________________________________________________.

 

            El corazón de Draco latía como locomotora, el silencio de Harry no era nada bueno.

            -¿Harry que sucede? –volvió a preguntar levantándose ya de la cama.

            Harry encendió la luz haciéndolo ver ya claramente.

            -¿¡Que te sucedió?! –preguntó al verlo con algunos golpes en la cara y su camiseta con algunas manchas de sangre.

            -Tu… maldito puto de mierda… -exclamó Harry arrastrando las palabras.

            Ebrio… estaba ebrio descubrió con horror, cuando Harry estaba ebrio las cosas no eran buenas.

            -Ven… -dijo Harry sosteniéndose con una mano del marco de la puerta.

            Draco apretó los labios recordando la última vez que Harry lo había llamado así.

            -No –dijo con firmeza- antes me vas a decir que hice, porque yo no…

            -¡Que vengas aquí, maldito libertino!... o  voy yo mismo…

            Draco tragó en seco, razonar con un Harry ebrio por lo general nunca daba resultado.

            -Confié en ti… confié en ti y resultaste una basura…

            -¿De qué mierdas hablas?

            -¡Eres un puto infeliz que se abre de piernas al mejor postor!

            Draco sintió como una bofetada esas palabras, y al verlo entrar a la habitación supo que estaba en peligro.

            -Déjame en paz, yo no he hecho nada.

            -Si tantas ganas tienes de coger, acuéstate en la cama y ponme el culo… -dijo quitándose la chaqueta con movimientos algo torpes.

            -No lo haré, me niego a que sigas tratándome así.

            -¿Así cómo?... te traté  como persona y no sirvió, solo eres un animal…

            -¡Cállate!... ¡no soy un animal!...

            -Sí que lo eres… y eres mío… yo soy tu dueño como si fueras un perro… peor aun, eres una perra en celo…

Draco deseó poder arrancarse el corazón para que esas palabras no dolieran tanto.

            -Así que… solo… ¿solo eso soy? –preguntó alzando la barbilla para hacerse más fuerte a sí mismo.

            -También puedo ser tu chulo si quieres, al menos así me redituarías algo de todo lo que he gastado en ti.

            -Dinero que me has cobrado con creces, no vengas ahora a hacerte el bueno Potter ¿te olvidas con quién hablas?

            -Eso había hecho, pero te encargaste de recordármelo… ¡pero acuéstate ya! ¿Estabas caliente? Pues bien, yo te lo voy a quitar.

            Draco lo vio decidido, pero no lo iba a permitir; quería gritar de dolor y quería carcajearse al mismo tiempo por haber cometido la estupidez de dejarse envolver en una burbuja de fantasía. En momentos en los que se sentía acorralado, siempre optaba por responder con furia aunque estuviera aterrado o dolorido o lo que fuera y en esa ocasión no iba a ser diferente.

            -Vete a la mierda y también búscate otra puta… yo no lo soy.

            -¿Y para que me busco una puta? Para eso te tengo aquí.

            Draco se quedó callado, ya no supo que responder… se sentía tan ridículo, tan estúpido que solo deseó desaparecer de ahí.

            De dos zancadas Harry llego hasta él, pero Draco tomó rápidamente la lámpara de su buró y sin saber ni como, terminó estrellándola en la cabeza de Harry, quien cayó de rodillas al suelo mientras el  salía corriendo de la habitación rumbo a las escaleras, pero al segundo escalón tropezó haciéndolo irse de bruces y rodar cuan largo era hasta llegar al último peldaño.

            Por unos segundos quedó inconsciente, pero una voz histérica dentro de su cerebro le gritaba que se pusiera de pie YA.

            -Oh… -jadeó  abriendo los ojos con dificultad sintiendo que todo le daba vueltas.

            Puso las manos en el suelo y comenzó a levantarse sintiendo una punzada de dolor en su tobillo  al momento de apoyarlo en el suelo.

            -¡Oh mierda, no!... –gimió entre dientes; sin embargo logró enderezarse y renguear hacia la biblioteca, en donde cerró la puerta por dentro y miró angustiado algún lugar donde pudiera esconderse.

            -¿Qué estoy haciendo? –Pensó desesperado- no hay donde esconderse… tarde o temprano me encontrará…

            -¡Draco! –gritó Harry no muy lejos de ahí.

            -¿Por qué esta así, que pasó? –pensó comenzando a apanicárse al recordar cuando perdió el control la última vez.

            -Te voy a encontrar, puto de mierda… -gritó el moreno cada vez más cerca.

            Sintiendo que el corazón se le salía por la boca, Draco rengueó hasta atrás de un sofá de lectura y se acurrucó ahí. La puerta no tardo en abrirse y la voz de Harry oírse.

            -¿Por qué todo lo que te doy no te basta?... no… no pensé que fueras tan malditamente ambicioso…

            Draco se encogió en su lugar sin hacer el menor ruido mientras Harry continuaba hablando.

            -Te portaste tan bien estos meses que yo creí… yo creí… maldito imbécil, me engañaste por completo…

            El tono de voz de Harry era confuso, a veces sonaba iracundo, otras como dolido, pero mayormente sonaba desquiciado; ni loco saldría de su escondite.

            -Solo vete… -pensó tragando saliva.

            -Pero fue la última vez que me tomas el pelo, maldito perro… la ultima –dijo asomándose a donde estaba Draco escondido, quien al verlo lanzó un gritito mientras hacia el intento de escapar del otro lado.

            Pero Harry le tomó del hombro y lo jaló hacia atrás arrastrándolo por la alfombra.

            -¡Suéltame, déjame!

            -Debiste reírte mucho de mí –dijo  soltándolo a media habitación.

            Draco lo miró y vio su rostro ensangrentado por el golpe de la lámpara, aun así comenzó a levantarse lo más rápido que pudo.

            -No sé de que hablas… pero es mejor que hablemos mañana…

            -No quiero hablar mañana… es más, lo que menos quiero hacer ahora es hablar.

            -Basta Harry –dijo alzando una mano- no estás en tus cabales, yo te pido que…

            Una bofetada cortó su discurso haciéndolo tambalear; se quedó callado mientras su mano se tocaba el lugar del golpe, ya sin saber que decir… ya sin saber qué hacer.

            Harry se acercó al tiempo que Draco daba un paso atrás. El rubio se pasó la lengua por los labios resecos y musitó:

            -Harry…

            El puño de Harry se cerró con fuerza para estrellarse de lleno en el rostro de Draco tumbándolo al suelo.

            -Hijo de puta… -mascullo el moreno doliéndose de la mano y girándose para dirigirse al mini bar que tenía en esa habitación; destapó una botella de coñac y la bebió directo.

            Draco en tanto temblaba en el suelo, toda su furia y su ira habían dado paso libre al miedo… estaba solo, solo con un Harry Potter furioso y fuera de control; en su cabeza solo una idea resonaba “sal de aquí”… entonces se atrevió a mirar a Harry y lo vio empinarse la botella y beber de un solo tirón un buen del contenido y dejarlo en su lugar; pero también notó algo mas, vio sus movimientos erráticos y su mirada extraña, sus ojos ya sin las gafas se podían apreciar claramente como los abría y cerraba como si una bruma estuviese frente a él; Potter no solo estaba ebrio, estaba… ¿drogado?

            -¿Qué te metiste?

            -¿mmm?

            -Potter, no estás en tus cinco sentidos… por favor tranquilízate.

            Harry se talló la cara con las manos y volvió a mirarlo y al hacerlo su ceño se arrugó como si al hacer eso recordara algo muy, muy desagradable.

            -Te creí, te creí maldito… empecé a creer que… yo… yo… -balbuceó volviéndose a tallar la cara evidentemente aturdido por lo que fuera que circulaba por su sangre- pero no vales la pena, no eres nada… solo mi perra…

            -Cállate… -dijo Draco con la furia renaciendo en él al tiempo que se ponía de pie- soy un Malfoy… soy Draco Malfoy…

            -¡Eres basura! –gritó acercándose a él en un par de zancadas.

            -¡Igual que tú! ¿¡Te crees que eres muy bueno porque mataste al Señor Tenebroso?! ¡Pues déjame decirte que tú eres peor que él, porque al menos él nunca fingió ser bueno, el siempre demostró a todos la clase de monstruo que era, en cambio tú dices ser el buen hombre que salvo a la comunidad mágica arriesgando su propia vida el muy heroico, pero que a cambio tomó su botín de guerra y lo llevó  a su casa para satisfacerse cada vez que tiene ganas ahorrándose así la molestia de tener que salir a la calle a hacerlo!

            -¡Oh disculpe el buen señor que aceptó sin dudarlo ni un segundo el precio que se le ofreció por vender su dignidad! ¡Porque algo que nunca hice fue engañarte e igual te hubieras ido con el más anciano y asqueroso del Wizengamot!

            Draco apretó los puños y sin pensarlo lo estampó en la mandíbula de Harry mandándolo al suelo, en un instante ya estaba sobre  el moreno a horcajadas propinándole puñetazo tras puñetazo.

            Harry manoteaba intentando detenerlo mientras Draco lo único en lo que pensaba era en devolver todo el dolor, ira y desesperación que sentía, en hacerle vivir el mismo infierno que él y sabía muy bien donde le dolía mas a Harry.

            -¡Eres un maldito bastardo que se cree el mejor amante que alguien pueda tener! ¿¡Pero sabes qué?!... ¡eres una piltrafa en la cama! ¡Un remedo de hombre que lo único que sabe es moverse como un gorila!... ¿¡crees que a alguien le importa quién eres?! ¡Solo se te acercan porque eres Harry Potter, no porque en realidad valgas un cacahuate!

            -¡Cállate! –exclamó con la boca rota y la vista turbia.

            -¡He estado con hombres y mujeres muchísimo mejores que tú! ¡Hombres y mujeres que me hacen gritar de placer, porque cuando me corro contigo es porque imagino que estoy con ellos, tú no sirves ni para eso! ¡Eres un muñeco, un títere, solo te uso para estar fuera de prisión! ¿¡Porque de que otro modo alguien como yo estaría contigo?!... ¡de igual modo solo por tu estúpido mote de salvador alguien podría estar a tu lado!

            -¡Basta! –gritó Harry ya con la nariz rota.

            -Es como en el colegio ¿recuerdas? –dijo tomándolo de las solapas y hablándole solo a un palmo de distancia- no te quieren a ti, quieren a Harry Potter, el niño que vivió…

            Harry hecho atrás la cabeza y le dio tremendo cabezazo que él mismo creyó ver estrellitas; Draco lo soltó siendo esto aprovechado por Harry, quien con un fuerte movimiento invirtió posiciones.

            -No vuelvas… no vuelvas a decirme eso ¿entiendes?... –dijo entre jadeos.

            -¿Por qué?... ¿te duele saber que ni para coger sirves?

            -¿Eso crees?... pues comprobémoslo… -respondio levantándose y tomándolo del cabello.

            -¡Suéltame imbécil!

            Ambos comenzaron a forcejear de nuevo recibiendo el rubio tremendo puñetazo.

            -Ahora ven acá, hijo de puta... –exclamó Harry tomándolo de los hombros, dándole la vuelta  y lanzándolo sobre el escritorio.

            Draco pegó la frente al escritorio, muy aturdido y adolorido del golpe como para poner resistencia, pero cuando el pantalón de su pijama fue bajado bruscamente con todo y ropa interior, intentó levantarse siendo inclinado otra vez de manera violenta.

            -¿¡Que haces?!

            -¿Tu qué crees, perra?

            -¡Maldito hijo de puta, no te atrevas!

            -¿Qué más te da si ya muchos pasaron por aquí?... imagina que soy uno de ellos, eso siempre haces ¿no? –Respondio bajándose el pantalón- imaginarte a otro para poder soportar el estar conmigo…

            -¡Pues claro Potter, solo así tolero sentirte dentro de mi cuerpo!... de otro modo solo das risa, si yo fuera libre, nunca, óyelo bien, nunca podría estar a tu lado y mucho menos abrir mis piernas para ti… ¡Ay!... –gritó al ser penetrado bruscamente y sin ninguna consideración- ¡ay!... ¡ah…! –gritó retorciéndose e intentando zafarse y escapar de aquel terrible dolor en su trasero.        

            -Voy a hacer… -mascullo Harry enterrándose con fuerza- que nunca me olvides…         

            -¡aaay!...

            Como no lograra zafarse, optó por quedarse quieto a ver si en algo minimizaba el dolor que sentía mientras el último pedazo de su alma se rompía escuchando las palabras de Harry.

            -Solo para esto me sirves.

            -Claro… y de otra manera nunca me podrías tener –respondio haciendo que el alma de Harry lanzara un gritó que nadie más que el moreno pudo escuchar.

 

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            Siguió enterrándose por varios minutos sin poder llegar al clímax por más que lo intentara, por más fuerte que sujetara esas caderas y por más que mirara esas tersas nalgas temblar cada que las embestía; hastiado de la situación, de Draco, pero sobre todo de sí mismo, salió de él y se alejó dando tumbos mientras medio se vestía; salió de la habitación dejando a Draco inclinado sobre el escritorio.

 

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            Después de un par de minutos de quedarse quieto, se enderezó y miró hacia atrás viendo que la habitación estaba vacía; aguzó el oído para ver si Harry estaba afuera esperándolo o tal vez solo tomándose un momento, pero después de un rato escuchó un portazo en el piso de arriba. Se giró por completo para subir sus pantalones con manos temblorosas; el tobillo le punzaba y sentía la cara caliente por los golpes; intentó dar un paso pero un relampagueante dolor en el tobillo le hizo cojear mientras emitía un gemido.

            Apretando los dientes comenzó a renguear hacia la puerta, entonces se dio cuenta de que no había hacia dónde dirigirse… ¿a su cuarto?... ¿al que estaba justamente a un lado del de Potter y que justo ahora tenía la cerradura arruinada?... ¿a dónde ir? ¿A dónde esconderse?

            Aspiró profundo y rengueó en dirección a la escalera, rumbo a su cuarto, había decidido que aunque no había lugar seguro en toda la casa, al menos ese lugar le era familiar.

            Gimiendo de dolor llegó hasta la escalera en donde saltando en un pie comenzó a subirla; Tombo se apareció a su lado, retorciendo las manos de manera casi histérica.

            -Se-señor Malfoy señor… -dijo con orejas gachas mientras esperaba en el escalón donde Draco debía saltar- ¿puedo… desea… que lo ayude a subir?

            Un mechón de cabello rubio se le pegaba a la cara debido a la sangre y el flequillo casi le tapaba los ojos, sin embargo Tombo pudo ver claramente lo maltrecho que estaba.

            -¡Se-seño Mal…!

            -¿¡Qué demonios quieres?! –gritó asustando mas al pobre elfo.

            -¡Yo… Yo…! ¡Si desea que… yo lo…!

            -¡No quiero nada, no necesito nada! –exclamó dando un paso en falso y yéndose de bruces.

            -¡Señor Malfoy!

            El golpe en si no había sido duro pero quedo inmóvil, con la cara oculta por sus brazos… no, el dolor del último golpe no había sido duro, sin embargo ya no se levantó.

            A pesar de los gritos, Tombo se había quedado ahí, estático, viendo al señor Malfoy tirado boca abajo en las escaleras; sintiéndose muy mal por no poder hacer nada cuando el amo Harry se tundía con ganas al señor Malfoy, decidió desaparecer para ya no molestar, pero entonces vio los hombros del chico comenzar a temblar levemente, de forma casi imperceptible, después escuchó un suave sollozo y comprendió con gran pesar que el señor Malfoy estaba llorando.

            Entrelazó las manos angustiado y se las llevó al pecho… sabía que no debía hacerlo, que alguien como él no tenía ningún derecho, pero no pudo evitar extender su callosa y huesuda mano y posarla titubeante en el enmarañado cabello rubio.

            Draco la sintió, aun titubeante y tímida sintió la caricia del elfo; deseó apartarlo de un manotazo y darle un buen golpe por tal atrevimiento… sin embargo se sintió más miserable aún al ver que hasta un simple elfo domestico sentía lastima por él y ya no tuvo fuerzas para apartarlo y mucho menos para tirarle un golpe.

            Angustiado, Tombo vio que el señor Malfoy en lugar de sentirse consolado, había comenzado a llorar más fuerte.

            -¡P-por Merlín! –exclamó bajito retirando con rapidez la mano al ver los sollozos convulsos de Draco.

 

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            Harry cerró su puerta con fuerza y se quedó de pie a media habitación; sentía ahogarse, sentía asfixiarse, por eso fue a la ventana y la abrió de par en par para lograr algo de claridad y sosiego, mismos que no llegaron.

            Sin saber qué hacer ni cómo manejar el tumulto de emociones encontradas que lo aplastaban como una avalancha, se metió las manos en el cabello y caminó errático por la habitación hasta que sin querer llegó a su tocador, en donde el enorme espejo le mostró que en su habitación había un extraño… un tipo con cara de desquiciado que en verdad daba miedo; y se asustó mas cuando cayó en cuenta de que ese hombre era él; sin quitarse las manos de la cabeza ni despegar la vista de su reflejo, examinó milímetro a milímetro esa espeluznante imagen. Un tipo con la cara ensangrentada, mirada perdida y ropa manchada y en algunos lados hasta rota… ¿Cómo o en qué momento se había rasgado?... ni idea.

            Tragó la sangre que le llenaba la boca e hizo una mueca ante su sabor metálico; entonces bajó sus manos y las recargó en el tocador sin dejar de mirarse.

            -¿Quién eres? –Preguntó al hombre del espejo- ¿Quién… diablos eres?

            La única luz que había en la habitación era únicamente la de la luna, pero era una luna tan llena y brillante que su poca luz bastaba para que Harry pudiese mirarse bien y lo que vio le dio vergüenza… tanta vergüenza que bajó la mirada como si fuese un niño pequeño al que le han dado una regañina.

            Cerró los ojos para no sentir la presencia del hombre que le miraba desde el espejo, sin embargo aquella presencia pesaba tanto que cerró el puño y lo estrelló con fuerza causando un estruendo al romperlo en pedazos.

 

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            Quería levantarse e irse corriendo a su cuarto para esconderse ahí y que nadie lo viera, sepultarse ahí eternamente y que lo sacaran cuando ya fuese solamente un fósil.

            Tombo ya no se atrevió a tocarlo de nuevo, lo único que se le ocurrió hacer, fue desaparecer al menos de la vista del rubio y estar atento por si se volvía a caer.

            Draco hipaba y moqueaba lastimeramente sin atreverse siquiera a levantar la cabeza, quería irse a su habitación, pero el peso de su miseria le aplastaba contra los escalones; sin embargo movió los brazos y después el cuerpo y  sin siquiera tomarse la molestia de levantarse, simplemente sobre sus manos y rodillas comenzó de nuevo su ascenso por las escaleras y el pasillo hasta llegar a su refugio; cuando Tombo lo vio cerrar la puerta, tristemente se dio la vuelta y se fue de ahí.

            Luego de cerrar o más bien de empujar la puerta, Draco siguió su penoso arrastre hasta la pared en donde se sentó en el suelo y recargó la espalda en ella.

            -To… Tombo… -musitó sabiéndose escuchado y también sabiendo que no podía ser obedecido, sin embargo… -la luz… mi luz no debería estar encendida…

            Tombo se apareció de inmediato y apagó la luz de la habitación lo mas solicito que pudo.

            -La… la ven-ventana… hace calor… debería estar abierta…

            Tombo abrió de par en par la ventana dejando que la brisa nocturna refrescara la habitación.

            -Quiero estar solo…

            -Si señor Malfoy, señor… -respondio desapareciendo al instante.

            Se quedó quieto, recargado en la pared, con las piernas extendidas y los brazos a los lados como un peso muerto, dejando sus manos en el suelo como dos flores blancas marchitas.

            Las lágrimas seguían fluyendo, cayendo gota a gota por su afilada barbilla, abriendo un camino limpio entre las manchas de sangre.

 

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            Harry miró su mano herida, la miró sangrar sin sentir realmente dolor con los  pequeño cristales incrustados en su mano, se hallaba como en trance, entonces arrastrando los pies camino hasta la pared y recargándose en ella se dejo caer poco a poco hasta quedar sentando en el piso… su barbilla temblaba mientras un sollozo escapaba de su garganta y sus ojos verdes comenzaron a anegarse de lagrimas.

            -Ya lo sabía… -musitó desmadejado en el suelo, igual a una marioneta a la que le han cortado las cuerdas- ya sabía que yo no era nada…

            Tragó o al menos intentó tragar el nudo resbaladizo que se le hizo en la garganta, pero de nuevo estaba ahí, sacudiendo su garganta para obligarlo a dejar escapar los sollozos como si sacudiese una jaula con palomas que se niegan a volar…

            -Ya lo sabía… -musitó de nuevo con la cabeza gacha- que no valgo nada… que solo… soy un nombre… yo nunca podría… te-tener a alguien co-como él…

            Sonrió en medio de su llanto al recordar sus estúpidas ilusiones… al pensar alguna vez que Draco Malfoy podría llegar a ser algo más que su amigo.

            -Pero siempre lo arruino todo… soy un enfermo… un monstruo que des-destruye todo…

            Sus hombros, su cuerpo entero se sacudía por el llanto convulso que dejó escapar ya libremente; ya ni siquiera llevaba gafas, no supo ni el momento en que las había perdido, pero ni siquiera se había dado cuenta de eso, solo sabía que el dolor tan grande que sentía era tan lacerante que solo pudo estrujar sus manos en su pecho y lanzar un grito desgarrador que lleno toda la casa asustando a los otros dos habitantes.

            -¡Soy…. B-basura… basura! –Gimió sin dejar de estrujar sus manos en su pecho- no puedo tener nada… y cuando lo… lo ten-tengo… lo destruyo…

            Pero nunca había tenido nada recordó de repente, Draco nunca lo había visto como algo más que un medio le había dicho…

            -Que ingenuo… -pensó cerrando los ojos con fuerza- ¿Quién podría sentir algo por mi?... si ni siquiera puedo encender su cuerpo…

            Un sollozo más fuerte escapo de su garganta al recordar que nunca había ocupado la mente de Draco al hacer el amor.

            -Pues claro… soy basura… ¿Quién querría tener… algo con-conmigo? ¿Alguien como él?... que iluso…

            Poco a poco dejo caer sus manos, las cuales acunaban un charco de sangre entre ellas debido a sus cortadas sin que lo notara, el cual cayó en sus piernas al bajarlas.

            -No puedo… ya no puedo…

           

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            El grito de Harry lo había asustado y su corazón había latido con  rapidez, sin embargo pronto vio que solo había asido eso y que el moreno continuaba en su habitación.

            -Que estúpido… -pensó bajando de nuevo la cabeza en medio de la semi oscuridad de su habitación- haber creído que yo… que significaba… que iluso…

            Aspiro aire deseando que el dolor que seguía saliendo en forma de lágrimas se terminara de una vez por todas, pero no… parecía que se había tragado un rio y que éste escapaba ahora por sus ojos.

            -Pero no soy nada… solo un instrumento de placer… un objeto de cama…

            Y es que a pesar de tener siempre en mente quien era él, que era un Malfoy... que era Draco Malfoy y que valía tanto o incluso más que cualquiera, este último golpe había terminado de romper su agrietada autoestima… un golpe final que había roto un muro de granito por haber dado justo en una pequeña grieta, justo en un punto débil.

            -Imbécil, imbécil… ¿Cómo es que te creíste el cuento?...

            Si no se hubiese sentido tan cansado, tan agotado física y mentalmente, se hubiera dado de topes en la pared por estúpido e  ingenuo.

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