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Por Unos ojos bellos por Shiochang

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Por unos ojos bellos

Por una mirada intensa
Mi alma desfallece
Y una ternura inmensa
Mi corazón enternece

Heero miraba en silencio a los pequeños mientras estos comían y algo le vino a la memoria. Miró a chibi Dúo y luego a su original, de seguro, como el laboratorio había desaparecido, no sabrían que no habían logrado su objetivo.
- ¿Qué piensas, Heero? - le dijo Trowa interpretando su mirada.
- Odio ese entendimiento que tienen entre ustedes - dijo Dúo exasperado.
- ¿Otro recuerdo? - dijo Wufei asombrado.
- No importa - dijo Heero - en realidad pensaba que, como destruimos el laboratorio ellos no pueden saber que nunca consiguieron hacerlos crecer ¿no creen? - los demás asintieron - pues bien, mi plan es este, hacernos pasar por ellos - señaló a los bebés - y recuperar los gundams antes de atrapar a los líderes.
- Pero hemos cambiado bastante desde el tiempo de la guerra - dijo Wufei acariciando a su chibi - de seguro notarían la diferencia.
- No - dijo Trowa colocando a Q-chan en su cunita - ellos no nos conocen bien, dudo siquiera que sepan como éramos entonces, con excepción de Dúo.
- Pero ¿quienes se encargarían de cuidarlos en nuestra ausencia? - dijo Dúo no queriendo dejar a Hee-chan solo.
- Podemos turnarnos en cuidarlos mientras intentamos recuperar los gundams.
- Pero debemos recuperarlos de a uno - señaló Wufei - no queremos llamar la atención de Preventers, ya tenemos bastante con su vigilancia.
- Creo que podría empezar yo es fácil para mí infiltrarme como terrorista.
- No - intervino Quatre dejando a Tro-chan en su cunita - yo soy árabe y será mucho más fácil para mí infiltrarme, encontrar la información y luego destruir la base terrorista.
- Pero también podría hacerlo yo - intervino Wufei dejando a Wu-chan en su cunita también - yo sigo teniendo práctica, en cambio ustedes hace mucho que no manejan un suit.
Heero puso a D-Chan en su cunita también mirando como sus amigos se miraban como perros bravos.
- Calma o va a despertar a los bebés - intervino - llevémoslo a sorteo, el nombre del que salga se hará cargo - se volvió y tomó una hoja que había sobre la mesita de noche y un lápiz, la partió en cuatro y anotó los nombres.
- ¿Por qué sólo 4? - dijo Dúo que aún tenía a Hee-chan en brazos.
- Simple, tú no vas a entrar en combate hasta que estés preparado - le dijo su novio - si intentas pilotear a Zero sin saber ni tú mismo lo que eres este te va a volver loco antes que consigas siquiera intentar controlarlo.
- Zero es un monstruo.
- Bien, Dúo, tu sacarás el "afortunado" - le entregó los nombres doblados y este sacó uno que le entregó - Bien, Quatre, tú empiezas.
- ¿Y cómo saldremos de aquí si nos tienen vigilados de noche y día?
- Además ¿cómo vamos a justificar la presencia de los bebés? Si ellos llegan a verlos, de seguro tratarán de quitárnoslos y averiguar de dónde salieron.
- Creo - dijo Wufei - que lo mejor es mantenerlos ocultos de Preventers y de toda persona ajena a nuestra misión hasta que no hayamos limpiado completamente nuestros nombres.
- Wufei tiene razón - dijo Heero - y se me ocurre una manera de viajar con todos ellos, simplemente vamos a necesitar que la gente de Quatre nos cubra - miró a Dúo - y usaremos las empresas Winner como coartada.
- Parece que Rashid está discutiendo con alguien - dijo Dúo dejando a Hee-chan en su cuna - y la voz se me hace muy familiar - se puso la mano en la frente - esa mujer no me agrada.
- Miren, dos de nosotros nos quedaremos a cuidar a los bebés mientras los demás averiguamos quién es.
- Que sean Heero y Dúo, si es quien yo sospecho que es, lo mejor es que no sepa que ellos están aquí.
- Bien, me quedaré con ellos - acarició los mechones del pequeño Hee-chan - me gustan mucho estos bebitos.
Heero hizo un gesto asintiendo a la propuesta y sacó de su bolso su laptop para ponerse a trabajar.
Trowa, Quatre y Wufei salieron de la habitación de los bebés y bajaron a hall donde Rashid intentaba retener a Relena y a Zech. El primero apretó los labios mirando al chino y este asintió deteniéndose los dos detrás del rubio anfitrión.
- Buenos días, Señorita Relena - la saludó el árabe - Zech.
- Buenos días - replicó ella molesta - quiero ver a Heero.
- …l no está aquí - dijo el pequeño árabe sonriendo mientras usaba su don sobre ella, sabía por qué estaba molesta, le habían pasado el dato que Dúo estaba de regreso con él.
- Sé perfectamente que está aquí.
- Señorita Relena - le dijo Wufei fastidiado - si Quatre le dice que él no está aquí, es porque es así.
- Mentira, me conseguí su dirección y no está en su casa - dijo Zech.
- ¿En serio?
- Y también sabemos que Maxwell está de regreso.
- Tal vez se fueron de luna de miel - dijo Trowa abrazando a Quatre - después de todo, si Dúo regresó seguramente fue para reconciliarse con él ¿no creen?
- Además, no sabíamos que Dúo estuviera de vuelta - dijo Quatre fingiendo sorpresa - entonces, Heero debe andar en las nubes.
- No les creo nada.
- Pues haga lo que quiera - le dijo Wufei - ellos no han venido por aquí ¿cómo íbamos a saber que Maxwell estaba de vuelta?
- Wufei, recuerda que estás suspendido de Preventers - lo amenazó Zech.
- Claro, por interferencia tuya - le dijo molesto - no sé por qué te molestas conmigo si es Yuy quien no quiere nada con ustedes.
- Pero tú no has ayudado en nada para que hablemos con él.
- Yuy es amigo mío desde hace mucho, no puedes esperar que yo traicione su confianza por mucho que seas mi superior.
- Pero si quieren podemos intentar averiguar a dónde se fueron - le dijo Quatre mirando a Trowa - aunque dudo que ellos quieran que los interrumpan.
- Ustedes me dan asco - dijo Relena y se dio media vuelta saliendo de la casa del árabe.
- Mas asco da ella - dijo Wufei - con esa actitud jamás encontrará marido.
- Y más con el hermano que se gasta.
Heero había conseguido infiltrarse una vez más en los archivos del enemigo pero había algo que lo distraía, su Dúo estaba sentado en una de las mecedoras con Hee-chan en su regazo mientras le leía, al igual que a los otros bebés, un cuento:

"Había una vez una pareja que hacía mucho tiempo deseaba tener un bebé. Un día, la mujer sintió que su deseo ¡por fin! se iba a realizar. Su casa tenía una pequeña ventana en la parte de atrás, desde donde se podía ver un jardín lleno de flores hermosas y de toda clase de plantas. Estaba rodeado por una muralla alta y nadie se atrevía a entrar porque allí vivía una bruja. Un día, mirando hacia el jardín, la mujer se fijó en un árbol cargadito de espléndidas manzanas que se veían tan frescas que ansiaba comerlas. Su deseo crecía día a día y como pensaba que nunca podría comerlas, comenzó a debilitarse, a perder peso y se puso enferma. Su marido, preocupado, decidió realizar los deseos de la mujer. En la oscuridad de la noche el hombre cruzó la muralla y entró en el jardín de la bruja. Rápidamente cogió algunas de aquellas manzanas tan rojas y corrió a entregárselas a su esposa. Inmediatamente la mujer empezó a comerlas y a ponerse buena. Pero su deseo aumentó, y para mantenerla satisfecha, su marido decidió volver al huerto para recoger mas manzanas. Pero cuando saltó la pared, se encontró cara a cara con la bruja.
"¿Eres tú el ladrón de mis manzanas?" Dijo la bruja furiosa.
Temblando de miedo, el hombre explicó a la bruja que tubo que hacerlo para salvar la vida a su esposa."

Su dulce voz lo distraía y lo adormecía, tal como lo hacia con los bebés, era por eso que siempre lo hacía callar, su voz lo embrujaba y lo levaba a un mundo de ensueño en donde sólo existían ellos y su amor.

"Entonces la bruja dijo, "Si es verdad lo que me has dicho, permitiré que recojas cuantas manzanas quieras, pero a cambio me tienes que dar el hijo que tu esposa va a tener. Yo seré su madre."
El hombre estaba tan aterrorizado que aceptó. Cuando su esposa dio a luz una pequeña niña, la bruja vino a su casa y se la llevó. Era hermosa y se llamaba Rapuncel. Cuando cumplió doce años, la bruja la encerró en una torre en medio de un cerrado bosque. La torre no tenía escaleras ni puertas, sólo una pequeña ventana en lo alto. Cada vez que la bruja quería subir a lo alto de la torre, se paraba bajo la ventana y gritaba: "¡Rapuncel, Rapuncel, lanza tu trenza! Rapuncel tenía un abundante cabello largo, dorado como el sol. Siempre que escuchaba el llamado de la bruja se soltaba el cabello, lo ataba en trenzas y lo dejaba caer al piso. Entonces la bruja trepaba por la trenza y se subía hasta la ventana. Un día un príncipe, que cabalgaba por el bosque, pasó por la torre y escuchó una canción tan gloriosa que se acercó para escuchar. Quien cantaba era Rapuncel. Atraído por tan melodiosa voz, el príncipe buscó entrar en la torre pero todo fue en vano. Sin embargo, la canción le había llegado tan profundo al corazón, que lo hizo regresar al bosque todos los días para escucharla. Uno de esos días, vio a la bruja acercarse a los pies de la torre. El príncipe se escondió detrás de un árbol para observar y la escuchó decir: "!Rapuncel! ¡Rapuncel!, ¡Lanza tu trenza!"Rapuncel dejó caer su larga trenza y la bruja trepó hasta la ventana. Así, el príncipe supo como podría subir a la torre."

Heero sonrió con ternura, no podía evitar sentir que se volvía a enamorar de su loco trenzado. Imprimió los datos que tenía y apagó su portátil dándose vuelta para escuchar atentamente el resto de su relato.

"Al día siguiente al oscurecer, fue a la torre y llamó: "¡Rapuncel!, ¡Rapuncel!, "¡Lanza tu trenza!" El cabello de Rapuncel cayó de inmediato y el príncipe subió. Al principio Rapuncel se asustó, pero el príncipe le dijo gentilmente que la había escuchado cantar y que su dulce melodía le había robado el corazón. Entonces Rapuncel olvidó su temor. El príncipe le preguntó si le gustaría ser su esposa a lo cual accedió de inmediato y sin pensarlo mucho porque estaba enamorada del príncipe y porque estaba deseosa de salir del dominio de esa mala bruja que la tenía presa en aquel tenebroso castillo. El príncipe la venía a visitar todas las noches y la bruja, que venía sólo durante el día, no sabía nada. Hasta que un día, cuando la bruja bajaba por la trenza oyó a Rapuncel decir que ella pesaba mas que el príncipe. La bruja reaccionó gritando: "Así que ¿has estado engañándome?" Furiosa, la bruja decidió cortar todo el cabello de Rapuncel, abandonándola en un lugar lejano para que viviera en soledad. "

Suspiró, la bruja del cuento le recordaba a Relena, siempre envidiosa y obsesionada con él, siendo que desde un principio le dijo que lo único que quería era protegerla y que nada tenía que ver con el amor puesto que no le gustaban las mujeres.

"Al volver a la torre, la bruja se escondió detrás de un árbol hasta que vio llegar al príncipe y llamar a Rapuncel. Entonces enfurecida, la bruja salió del escondite y le dijo: "Has perdido a Rapuncel para siempre. Jamás volverás a verla". Por lo que el príncipe se quedó desolado. Además, la bruja le aplicó un hechizo dejando ciego al príncipe. Incapacitado de volver a su castillo, el príncipe acabó viviendo durante muchos años en el bosque hasta que un día por casualidad llegó al solitario lugar donde vivía Rapuncel. Al escuchar la melodiosa voz, se dirigió hacia ella. Cuando estaba cerca, Rapuncel lo reconoció.
Al verlo se volvió loca de alegría, pero se puso triste cuando se dio cuenta de su ceguera. Lo abrazó tiernamente y lloró. Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del príncipe ciego y de inmediato los ojos de él se llenaron de luz y pudo volver a ver como antes. Entonces, felices por estar reunido con su amor, los dos se casaron y vivieron muy felices. "

- Ojalá nuestro cuento también tenga un final feliz - suspiró Heero y se sonrojó al ver que sus amigos ya estaban de regreso.
- ¿Qué hacen? - dijo Trowa mirando al trenzado y tomando a Q-chan que lo miraba con sus lindos ojos agua marina.
- He conseguido la manera de llevarlos y traerlos con nosotros sin que los descubran - dijo Heero intentando calmarse - además, aquí tengo los papeles que certifican que los bebés son nuestros.
- Eso es genial - dijo Quatre sonriendo y tomado los papeles - y creo que lo mejor será que vaya con Rashid y los demás a preparar el viaje, lo único que nos falta es distraer a nuestros guardianes antes de irnos a la base del desierto, allí jamás nos encontrarán.
- Bueno, mientras tú haces eso yo enviaré mi renuncia al club, no podré trabajar mientras esté ausente y tampoco siendo padre, sería un mal ejemplo para D-chan.
- ¡Al fin sale algo bueno de todo esto! - sonrió Dúo.
- Y dale con lo mismo - gruñó Heero - de seguro tú no te quejarías si bailara exclusivamente para ti cada noche.
- Es distinto - le dijo ruborizado - no lo haces en público.
- Ya - los interrumpió Wufei - yo inventaré algo que nos quite e Preventers de encima por un tiempo, si ellos creen que así nos atraparán con las manos en la masa podremos escapar y ya no podrán encontrarnos hasta que nosotros lo queramos así - dijo - sé que mi correo está intervenido, pero puedo enviar un mensaje allí que los engañe.
- Entonces hazlo - le dijo Quatre saliendo de la habitación.

Un avión especial de las industrias Winner despegó hacia Argelia, en ese vuelo iba la distracción para Preventers mientras el segundo trasbordador salía hacia el espacio y luego bajada a tierra en Kuwait, en una base abandonada muy cerca del Golfo Pérsico.
Los cinco se instalaron con algunos Maguanacs en la base, Heero había decidido que debían prepararse en caso que los descubrieran, iba a ser un re entrenamiento apresurado y concentrado, después de todo, ya habían aprendido muchas cosas con el primer entrenamiento, ahora era cosa de desempolvar sus conocimientos.
Pero había un problema, el cirquero se había puesto celoso de todo el tiempo que su amado pasaba con el soldado perfecto y cada vez que se topaba en las comidas u otra cosa, le lanzaba miradas asesinas que Heero no comprendía. Claro, Dúo tampoco estaba muy contento, el chico rubio no hacía nada sin consultarle primero a SU Heero y eso lo ponía de malas.
Y no eran los únicos que sufrían, al parecer los bebés estaban muy odiosos por el hecho que le comenzaban a salir los dientes y no cesaban de llorar por más arrumacos que les hicieran y Wufei comenzaba a desesperarse por no saber que hacer con Wu-chan para que durmiera toda la noche.
- ¿Qué hacemos? - dijo sentándose en un sillón de la sala con el bebé en su regazo masticando un mordedor - no se queda tranquilo si no lo cargo.
- Y me lo dices a mí - gimió Trowa cansado con un bebé en cada pierna - yo tengo dos niños que cuidar y sin Quatre aquí ni dormir he podido, si no es uno, es el otro.
- Pues yo no me quejo - dijo Dúo mirando a los bebés a su cargo - pero creo que Quatre está acaparando demasiado el tiempo de mi Heero.
- Pues yo diría que es al revés - replicó Trowa defendiendo a su novio - Quatre no necesita tanto entrenamiento...
- Quatre necesita controlar a Zero - le replicó Heero sentándose junto a Dúo tomando a D-chan - no podemos permitir que le pase lo mismo que la primera vez que lo usó ¿verdad? En aquella ocasión...
- ¡No me lo recuerdes! - lo interrumpió Quatre sentándose junto a Trowa y tomando a Tro-chan - sé que debo hacerlo bien ahora, no puedo arriesgarlos. Además, ahora tengo muy claros mis sentimientos.
- Bueno, pero eso no soluciona el problema que tenemos en este momento - los cortó Wufei - necesitamos algo que los tranquilice ya o me van a sacar de paciencia.
- Como si tuvieras mucha - replicó Dúo.
- Maxwell - lo amenazó y este se ocultó detrás de Heero.
- Bueno, estuvimos investigando un poco y enviamos a uno de mis hombres a buscar un calmante para ellos, eso los aliviará bastante y podremos descansar un poco.
- Por el momento sólo nos queda tener paciencia.
- A Wufei ya se le agotó - dijo Trowa y recibió en respuesta la misma mirada que Dúo - ¿Ves que es cierto?
- Yo les voy a contar otro cuento y se dormirán - dijo Dúo poniendo a Hee-chan en los brazos de Heero mientras iba por el libro de cuentos.
- Y aprovecharás de dormirnos a nosotros también - dijo Heero.
- No seas pesado, Heero - le respondió - yo no soy aburrido.
- No, tu voz me hipnotiza.
- Te pone idiota, dirás.
- ¡Wufei! - le gritaron los dos molestos y él retrocedió.

Tres días más tarde, cuando Heero consideró que Quatre estaba lo bastante listo para enfrentar a Zero, este se apareció por la base del Jeque Alsair Ben Asumi en Irak mientras el primero preparaba a Trowa para iniciar su misión, aunque no fuera mucho lo que pudiera hacer mientras este se encargaba de cuidar a sus niños.
Al llegar a la base al sur de Bagdad, Quatre se encontró que lo estaban esperando desde hacía días, ellos creían que la base había sido destruida por los propios terroristas de Wing Zero para ocultar los datos acerca de ellos y los gundams que habían construido.
Los ingenieros comenzaron de inmediato la carga de combustible para el gundam mientras el árabe miraba bien a su nuevo guerrero, este había sido modificado de tal forma que era casi idéntico a su querido Sandrock, así que esperaba que no le costara demasiado controlarlo.
Quatre les contó algunas cosas que Heero le había traspasado de su organización y le dio algunos detalles del manejo de Zero con lo que los convenció que era la persona que ellos esperaban. De inmediato lo llevaron al hangar donde estaba el gundam para que lo probara. Quatre se subió en él y de inmediato éste comenzó a mostrarle imágenes terribles del futuro, pero se negó en rotundo a aceptarlas y permitir que Zero lo controlara, ya había pasado esa etapa cuando venció a Dorothy Catalonia y no se dejaría amedrentar por una máquina infeliz.
- Nadie ha piloteado aún este gundam - le dijo el jeque cuando fueron a comer - pero lo tenemos casi listo, desde que el laboratorio fue destruido que te esperábamos, aunque nos habían dicho que sería dentro de cinco meses más, pero veo que fue más rápido de lo que pensamos.
- En la organización me dijeron que eran cinco de estas naves, pero que sólo fueron enviadas las piezas principales y ustedes se encargarían de completarlo a su manera, sin embargo, este comienza a parecerse al gundam 04 al que su piloto llamó Sandrock ¿verdad?
- Así es, lo transformamos así pensando que, como nacería en el desierto, le sería más fácil operar. Además, se encuentra habilitado para trabajar en el espacio, no será ningún problema después que nos hayamos adueñado de todo el combustible que produce el oriente medio.
- Entonces ¿cuál va a ser mi labor?
- Es muy simple, pequeño - hizo un gesto mientras uno de sus sirvientes le servía una deliciosa sopa - quiero que ataques la base de los soldados de la esfera unida, esta acción será sólo para atraer a Peventers sobre nosotros mientras desde el espacio llegan los otros cuatro guerreros.
- ¿Será una acción conjunta?
- Así es - le sonrió - lo que sí me extraña que un chico tan guapo y delicado como tú sea un piloto gundam.
- Supongo que eso debería preguntárselo a mi original - respondió tratando de no inmutarse - él tiene la culpa que yo sea así.
- Debe ser un joven muy guapo - dijo pensativo - en fin, eso no importa, tú tienes la capacidad que se necesita para que nuestra organización logre sus objetivos.
- Claro - dijo bajando los ojos. Odiaba que le coquetearan así, a Trowa no le gustaría nada si se enteraba.

Heero estaba sentado en el suelo con D-chan y Hee-chan en sus piernas mientras Dúo les preparaba sus mamaderas, no estaba muy contento con ellos, diablos, si la noche anterior no los habían dejado dormir y mucho menos habían podido estar juntos, si a medio darse un beso los dos gritaban como si los estuvieran matando.
- Ya está listo - le entregó una mamadera y tomó a Hee-chan - espero que ahora te quedes dormido tranquilo, mi pequeño corazón.
- Ahora entiendo porque antes no querías hijos - dijo Heero mientras alimentaba a D-chan - si siguen así voy a terminar por perder la poca paciencia que me queda.
- Me imagino que Trowa debe estar pasándola peor, él tiene que atender solito a sus dos bebés.
- Tiene la ayuda de la gente de Quatre - se encogió de hombros - lo que sí me preocupa es dónde andará metido Shinigami, desde ayer que no lo veo.
- Quizás Zero se lo comió - dijo pensando en su malvado gato - ese sí es un monstruo.
- Tampoco lo he visto - dijo colocando a D-chan en su hombro y dejando la mamila a un lado - se ha dormido, al menos nos dejará en paz una hora.
- Hee-chan también se durmió - suspiró Dúo - ¿qué te parece si nos damos un baño para relajarnos?
- Está bien, iré a prepararlo, tú vigila que esos dos estén bien dormidos, no nos vayan a interrumpir de nuevo - le indicó y se fue al baño. A los pocos minutos Dúo se le unió en el agua.
- Esto es muy agradable - le dijo acomodándose entre sus brazos - ojalá los niños durmieran más de una hora seguida, así tendríamos tiempo para nosotros - lo besó en el cuello.
- Pues debemos aprovechar al máximo el que tenemos ¿no te parece? - le rodeó la espalda con los brazos y lo besó en la frente - además, creo que aquí no lo hemos hecho jamás - le acaricio suavemente la espalda subiendo y bajando por su columna mientras el trenzado le acariciaba el cuello y los hombros con los labios y luego descendía lentamente por su pecho buscando el camino hacia una tetilla - mmm - gimió el japonés extasiado - sigue - le pidió y sintió como una mano traviesa llegaba hasta su objetivo...
- ¡BUUUUUUUUAAAAAA! - se escuchó un grito que los sobresaltó a ambos.
- Estos niños - murmuró Dúo saliéndose de la tina - yo voy, creo que no estás en condiciones de aparecerte frente a ellos - le dijo tomando una toalla enrollándola en su cintura y saliendo del baño.
- Demonios - gruñó Heero furioso abriendo la llave del agua fría. Si seguían así iba a coger una gripe por tantos baños fríos.

Eran apenas las ocho de la mañana cuando Quatre se apareció por las instalaciones donde preparaban su gundam, era poca la información que había obtenido de jeque, tal vez fuera más fácil indagar entre los trabajadores y los ingenieros si les demostraba que él podía repararlo sin problemas. Se acercó a uno de los ingenieros que se quebraba la cabeza con uno de los circuitos y se sonrió, él había armado solo a Zero, así que eso era pan comido.
- ¿Puedo ayudarlos en algo? - le sonrió amablemente y vio que se habían sobresaltado al escucharlo - ¿Pasa algo malo?
- No, joven, es que este circuito está dándonos problemas - le mostró el ingeniero a cargo - el jeque dijo que nos mataría si no estaba listo cuando usted viniera y...
- No se preocupen - les dijo - esto se arma así - y comenzó a mover las piezas y colocarlas en su lugar - estas cosas son un verdadero rompecabezas, pero una vez que comprendes dónde encajan las piezas, se hace muy fácil - colocó el último mecanismo en su lugar - listo, podemos probar si funciona.
- El jeque querrá estar presente - le advirtió uno de los trabajadores.
- Mejor nos cercioramos que funcione primero - lo rebatió un ingeniero - así podremos corregir cualquier defecto de la máquina sin que él lo sepa.
- Me parece adecuado - aceptó Quatre, si podía apartarse de las miradas libidinosas del jeque podría obtener algo de todo ese lío.
- El jeque no nos ha dicho cómo se llama, joven.
- Qua... Cuatro - se corrigió - no se nos dio un nombre en especial, sólo una clave con la cual identificarnos.
- Supongo que, siendo lo que son, es mejor que sean anónimos.

Trowa estaba sentado en el gran comedor de la base con montones de juguetes a su alrededor, pero ninguno conseguía apaciguar el llanterío de sus bebés, Tro-chan lloraba por la ausencia de Quatre y Q-chan lo hacía simplemente por acompañarlo. Ya le dolía la cabeza, echaba de menos a su pequeño rubio y también tenía ganas de llorar, pero no iba a flaquear. Cerró los ojos y sopló su mechón, se le comenzaban a acabar las ideas.
- Hola, Barton, veo que has perdido el color - le dijo Wufei sentándose en el suelo con su pequeño en brazos - parece que te vas a enfermar.
- Y tú te has ganado un buen par de ojeras - le replicó - parase que tampoco estás durmiendo bien.
- Ni que lo digas - admitió sentando en el suelo a Wu-chan - de día es un angelito, pero ponlo en su cuna, deja la escoba.
- Buenos días - dijo Heero y los miró - mala cara, muchachos.
- Si, parecen enfermos - dijo Dúo poniendo la mano en la frente de Trowa.
- ¡BUUUUUUAAAAA! - chilló Hee-chan.
- Tranquilo, pequeño, no pasa nada - lo acunó apoyándolo en su pecho.
- Estos niños son terriblemente celosos - gruñó Heero molesto - no les gusta que nos toquemos siquiera entre nosotros.
- Me imagino que, con lo fogoso que eres, debe ser un problema mayúsculo - se burló el chino.
- ¿Cómo diablos sabes eso tú? - le dijo Dúo con cara de "yo te mato".
- ¿Cómo no íbamos a darnos cuenta si cuando estaban juntos no nos dejaban dormir? - replicó Wufei - yo no he tocado a Yuy.
- Mas te vale o dejaré a Wu-chan huérfano.
- No es para tanto - intervino Trowa tratando de calmarlos - todos estamos cansados, creo que lo mejor es que desayunemos y dejemos a estos cinco rufianes con los Maguanacs y estudiemos nuestros planes.
- ¿Y querrán quedarse con ellos? - dijo Dúo mirando a sus pequeños preocupado.
- Si están los cinco juntos se portarán bien sentencio Heero.

Quatre al fin había podido enseñarle a Zero-sandrock quién era el jefe allí y lo había sometido mientras efectuaba las últimas pruebas de sistema. Había pensado quedarse un poco más para tratar de averiguar más cosas, pero su corazón le decía que debía regresar a casa, que Trowa y los pequeños le necesitaban, así que se puso a revisar los datos que tenía y la manera de atacar la base sin que su presencia llamara la atención de Preventers antes de tiempo.
- Has todas las pruebas que creas convenientes - le dijo el jeque guiñándole un ojo - después haremos una fiestecita privada antes de llamar al infiltrado en Preventers, de seguro él estará feliz que el plan marche como se debe ¿no crees, hermoso?
Quatre respondió asintiendo con la cabeza y con una sonrisa dibujada en el rostro, pero por dentro bullía de ira ¿cómo se atrevía a ponerse así cuando apenas se conocían? Y ni siquiera le gustaba, el tipo perfectamente podía ser su padre.
- ¿Pasa algo malo, pequeño mío?
"¿Suyo? Ni en mis peores pesadillas" pensó y negó con la cabeza antes de cortar la comunicación. Estaba decidido, en ese mismo instante destruiría la base y regresaría a Kuwait con los suyos y a los brazos de su único dueño. Levantó el enorme cañón en la mano derecha de su guerrero y fijó la trayectoria de los disparos, no parecería que los atacaba directamente, pero sí destruiría gran parte de la base y ni cuenta se darían de lo que estaba pasando hasta que ya no quedarán más que escombros y cenizas..
- Veamos, Sanrock, si eres tan bueno como tu antecesor - le dijo e inició el sistema. Este le mostró varias alternativas de escape y se decidió por una y comenzó a disparar al aire. Los misiles "reventaron" en el aire y cayeron a tierra levantando una enorme polvareda que aprovechó para sembrar la destrucción en la base. Luego lo transformó en avión y se dirigió de regreso a la base vigilando los radares, no estaba seguro si habían arregalado el defecto de los radares que permitía al gundamio ser invisible para las torres de control aéreo.
Al poco rato llegó a la base y dejó a su gundam en el hangar.
- ¡Quatre! - le dijo Trowa abrazándolo con fuerza - te eché de menos - lo besó y se escuchó el chillido de Tro-chan - y los bebés también - lo llevó con ellos que estaban dentro con los demás.
- Creo que Quatre debe descansar - dijo Heero - prepararé a Trowa.dentro de unos días, la siguiente misión es en L3.
- Ojalá y estos bribones nos dejaran descansar - dijo Wufei cansado - tu lindo papi necesita dormir la siesta - bostezó y Wu-chan se rió - espero que me dejes hacerlo.
- Para el caso que hacen - dijo Heero sentándose en un sillón apoyándose en el hombro de Dúo que de inmediato lo abrazó.
- BUUUUUUUUAAAAAA - gritó D-chan y los cinco saltaron.
- Bebés celosos - dijo Heero y se soltó de Dúo para acomodarse en otro sillón y dormirse.

Les había costado encontrar la manera de viajar al espacio debido a la presencia de Zero-sandrock, una cosa era pasar a cinco pequeños bebés y otra muy diferente era pasar un gigante de metal.
- Sabemos que preventers no ha modificado jamás los radares de vigilancia - dijo Wufei - con eso no tendremos problema, pero no podemos irnos directamente a una colonia sin que nos descubran, en especial si no tenemos una base desde la cual trabajar.
- Mientras, nuestra base tendrá que ser móvil - dijo Quatre mirando la nave - no podemos arriesgarnos a tener un lugar fijo en el cuál puedan detectarnos, nos meterían presos y perderíamos a los niños.
- Y descubrirían al gundam - señaló Trowa - eso nos condenaría.
- Amo Quatre - le dijo Rashid - ya tenemos todo listo, el trasbordador ha sido recubierto por una delgada lámina de gundamio que evitará que los radares lo detecten incluso fuera de la atmósfera de la Tierra.
- Muy bien - dijo Quatre - entonces, debemos partir de inmediato, antes que sospechen algo y traten de acorralarnos.
Los cinco se dirigieron a la plataforma de despeque y entraron en la cabina principal sentándose cada uno con su respectivo chibi en las piernas. Heero miró de reojo a D-chan y se sorprendió al ver que el pequeño estaba emocionado con los ruidos de la nave mientras que Q-chan se aferraba con fuerza al brazo de Quatre.
- ¿Qué piensas, Heero? - le dijo Dúo al ver que miraba a los bebés.
- En lo distintos que son - le señaló a Q-chan - se ve que tiene miedo o no se siente muy seguro en las manos de su "padre", en cambio D-chan está muy contento con viajar, a Wu-chan parece no interesarle, a Tro-chan le interesa mirar lo que hace el piloto y Hee-chan prefiere dormir.
- Bueno, a mi me gusta mucho viajar, supongo que es algo que "heredó" de mí - el trenzado se encogió de hombros - y cada uno ha de imitar la actitud de su original ¿o no? Tu generalmente te duermes durante los viajes largos.
- ¿Otro recuerdo? - le sonrió - tienes razón, así no me aburro con el viaje.
La nave despegó y sin prisas y con precaución salieron de la atmósfera terrestre, ya en el espacio estarían a salvo, no sería fácil para Preventers atraparlos allí.

La nave no era lo bastante grande como para que el soldado perfecto y el cirquero entrenaran a sus anchas, pero Heero se desvivía para encontrar la manera que practicaran sin interrupciones aunque Dúo y Quatre se molestaran con ellos por todo el tiempo que gastaban y la cantidad de ruido que hacían y la de moretones que se ganaban a cada rato.
- Es que no es mucho el espacio - dijo Trowa mientras Quatre le echaba un ungüento - la mayoría me los hago yo mismo.
- Pues deberían tener más cuidado - le dijo Dúo haciéndole lo mismo a Heero mientras los bebés los miraban en silencio - no quiero ver huesos rotos.
- No lo vas a hacer - dijo Heero - yo me los arreglo solo.
- Si, lo sé - hizo un gesto - una vez lo hiciste delante de mí luego que te rescaté del hospital, fue escalofriante.
- Otro recuerdo - dijo Wufei - a este paso muy pronto vas a recordar toda tu vida junto a Yuy.
- Ojalá - dijo Dúo masajeando los hombros de su pareja - quisiera saber cómo fui tan idiota de abandonarlo antes.
- Siempre has sido igual - dijo Heero y recibió un golpe en respuesta, era el muñeco con el que D-chan estaba jugando - Ok, me retracto - le dijo al ver que le iba a lanzar otro - que puntería, te pareces demasiado a Dúo - le dijo - él me metió dos tiros...
- Uno en la pierna y el otro en el brazo - dijo Dúo cubriéndose el rostro - estábamos en una base naval, yo intentaba recuperar tu gundam con el mío y tú los detonaste. Además, intentabas matar a Relena ¿no es cierto?
- Debiste dejar que lo hiciera - le dijo Wufei - esa mujer lo único que sabe hacer es estorbar.
- Supongo que sí - dijo Dúo - no la habría tenido todo el tiempo fastidiando que Heero era suyo cuando él jamás la amó.
- ¿Qué tal si nos olvidamos de ella? - intervino Heero - mejor sigue con tu trabajo, es delicioso sentir tus manos.
- Malvado - le sonrió y lo besó en los labios y se asombraron de no escuchar el grito de protesta por parte de ninguno de los bebés - vaya, parece que comienzan a acostumbrarse a que estemos juntos.
- Sería cosa de hacer la prueba - dijo Heero poniéndose de pie y volviéndose hacia él para abrazarlo y besarlo con pasión.
- BUUUUUUUAAAAAA - gritó D-chan.
- Ya era mucha la maravilla - se quejó y volvió a sentarse.

Trowa llegó a L3 a la hora de la cena y procuró no llamar la atención mientras averiguaba en que parte de la colonia estaba ubicada la base rebelde, pero no parecía ser cosa fácil, ese día había una gran celebración en la colonia por el cumpleaños del administrador general de la misma, así que tendría que esperar un poco. Se sentó en una banca en medio de la plaza pensando que su Quatre pudo haberlo acompañado, era una noche para... hacer cositas.
Dos tipos medio borrachos caminaban frente a él y los escuchó reírse, algo en ellos llamó su atención, así que se puso de pie y los siguió sigilosamente, su instinto jamás le había fallado en el pasado, así que esperaba que ahora tampoco lo hiciera. Y había acertado, esos tipos entraron en una base semi derrumbada despreocupadamente y pasaron la guardia principal. Sonrió, el reentrenamiento de Heero tendría que dar frutos ahora o nunca, se dijo y pasó la guardia sin que los soldados ni cuenta se dieran.
- Heero tiene razón, son unos descuidados - se dijo y entró en la base sin ser detectado.
Avanzó con mucho cuidado hacia el hangar y se detuvo al ver que el gundam estaba armado casi por completo, pero lo que más llamó su atención fue la postura del guerrero y lo armado que estaba, si no fuera por el color, diría que se trataba de su querido Heavyarms, lo único que le faltaba era la media máscara sobre el rostro. Caminó un poco más para verlo más de cerca cuando notó que alguien le apuntaba por la espalda. Levantó las manos al aire y dio un salto en el aire, de inmediato quedó a la espalda de su agresor y lo tumbó de un solo golpe.
- Nuestro piloto ha llegado - dijo un hombre sonriendo - bienvenido, tres, te esperábamos.
- Pues no los veo muy listos - replicó Trowa sin inmutarse - pasé con demasiada facilidad sus defensas y sin que se dieran cuenta.
- Es cierto - dijo el ingeniero pensativo - pero supongo que no muchos sospecharían de una base rebelde en donde estuvo una base de Oz ¿verdad?
- Puede ser cierto, pero aún no es hora de llamar la atención de Preventers ¿verdad? - señaló el gundam - aun no está completo - sentenció.
- Se nos envió por piezas junto con los planos - dijo - y debo admitir que hay partes que nos han dado más de un dolor de cabeza, ni siquiera tiene instrucciones de armado, hemos debido ingeniárnoslas solos.
- Entiendo - dijo y de un salto se subió a la plataforma y comenzó a revisarlos circuitos - no es nada complicado, yo puedo ponerlos en el lugar correcto.
- Claro, por algo eres su piloto - le dijo el ingeniero - un lindo piloto.
Trowa lo miró asombrado, pero recuperó de inmediato la frialdad, ese tipo le estaba coqueteando. Volvió la mirada a los circuitos y notó el error, habían pasado los controles de un brazo al otro y por eso no respondían.
- Mañana en la mañana empezaré a trabajar en él, el viaje ha sido largo y necesito descansar - le dijo alejándose de él, no le gustaba esa mirada lujuriosa ¡Si el tipo podía ser hasta su abuelo!
- U
- Mi ayudante te mostrará tu cuarto - le sonrió.
"Y yo me aseguraré que esté bien cerrado con llave por dentro" replicó en silencio siguiendo a la muchacha.

Quatre estaba sentado en medio de la habitación de sus niños tratando que Q-chan se tomara su mamila, pero el bebé le daba vuelta la cara después de beber un poco, lo estaba sacando de paciencia ¿cómo pudo su Trowa hacerse cargo de semejantes monstruitos una semana sólo? Tenía que convencerlo de comer o se enfermaría durante su ausencia.
- ¿Pasa algo malo, Quatre? - le dijo Dúo entrando con Echan en brazos, se notaba que el pequeño estaba más inquieto que de costumbre.
- No quiere comer, estoy seguro que no es la fórmula, Tro-chan se la tomó sin problemas - señaló la botella - parece que Q-chan no quiere nada conmigo.
- No te entristezcas, amigo, es sólo que no tiene hambre, ya verás que cuando si la tenga aceptará lo que quieras darle.
- ¿Y si se enferma?
- Tal vez sea la manera en que lo tomas - dijo Heero entrando también - D-chan no come si no lo acunas bien, podría ser lo mismo - dejó al bebé en el corralito y tomó a Q-chan que lo miró con sus enormes ojos llenos de lágrimas - echas de menos a Trowa ¿verdad? Pero tu papá está en un trabajo y debes portarte bien con tu otro papá, así que es mejor que comas, no querrás que Trowa se enoje y ya no te quiera más por desobediente ¿verdad? - le dijo acercándole el chupete y éste comenzó a beber y permitió que Quatre lo siguiera alimentando - actúa igual que tú cuando Trowa no está.
- Se me olvida que él es mi copia - dijo pensativo - me es más fácil entenderme con Tro-chan.
- Debe serlo, uno casi nunca se fija en sus propias actitudes, para uno son naturales - dijo tomando a D-chan - piensa en qué harías y verás que al final responde.
- Mejor los llevamos a dormir - intervino Dúo - Hee-chan está dormido al fin y no quiero que se despierte y pasearlo por toda la nave de nuevo.
- Pobrecito, hasta en eso se parece a mí, está cansado de estar encerrado - le dijo - venga, D-chan también se durmió, dejemos que Quatre descanse, va a necesitar fuerzas si quiere aguantar hasta que Trowa regrese.
- Buenas noches, Quatre, chibis - se despidió Dúo y salió con su novio.

Era casi medio día y Trowa al fin había conseguido poner en funcionamiento correcto ambos brazos de Zero-Heavyarms, sin embargo, no había podido probarlo ya que, por la fiesta, la colonia estaba repleta de Preventers y no quería alertarlos con su presencia, ya bastante tenía con que los buscaran por todos lados como para dejarse atrapar.
- Con la vise ministro de relaciones exteriores será muy complicado poner en funcionamiento al guerrero - comentó uno de los trabajadores - y no se irá hasta mañana.
- Una desgracia - dijo otro - así no podremos hacer las pruebas necesarias y todo se retrasa - fue su comentario - el gundam de la Tierra ya inició su trabajo y debemos aprovechar el tiempo o todo se arruinará.
- Pero ¿cómo sacamos a preventers de aquí?
- Será muy fácil - dijo Trowa divertido, aquello le recordaba sus mejores tiempos de soldado perfecto, aunque no tanto como Heero. Y debía dejar de acordarse de él, su pequeño Quatre lo esperaba y no quería tardarse más, no con las miradas lujuriosas del ingeniero sobre él, en cualquier momento iba a perder la frialdad que lo caracterizaba y le iba a dar una buenagolpiza hasta hartarse - necesito que una nave salga sin tripulación y de forma violenta de la plataforma principal de despegue.
- ¿Crees que funcione, Tres? No me gustaría perderte - le dijo el ingeniero.
"Ni que fuera tuyo" respondió en silencio apretando los dientes con ira mal disimulada.
- Será muy simple, como el guerrero es de gundamio, no lo detectarán y yo iré dentro, lo probaré y volveré sin que me descubran.
- Confío en ti, mi hermoso - le sonrió y Trowa tuvo que apretar los puños para no pegarle - tengan todo lo que Tres les pida - ordenó a los trbajadores y se marchó.
- Le diste duro ¿eh? - se burlaron y Trowa se tragó el insulto a duras penas y se marchó a prepararlo todo, no regresaría pues la base desaparecería bajo las narices de los propios Preventers.
Se paseó por toda la base poniendo explosivos aquí y allá procurando que nadie sospechara de sus actos y luego fue a la nave donde lo esperaba su guerrero ocultando el detonador en sus ropas, pronto estaría de regreso con su Quatre y sus pequeños y con Preventers buscando infructuosamente lo que no conocían.
- Es hora - dijo activando los motores de la nave lanzándose al espacio, tan pronto estuvo un poco alejado de la colonia, salió de la nave y se alejó con su guerrero tratando de ignorar las imágenes que este le mostraba e hizo estallar los explosivos tanto dentro de la nave como en la base de la colonia - misión completada - dijo y se puso en marcha hacia el trasbordador espacial Winner mientras transformaba su guerrero en nave, era una de las pocas cosas que le gustaban de su nuevo guerrero, era más fácil movilizarse por el espacio.

Dúo estaba sentado frente a los monitores de la nave cuando vio que una nave pequeña se acercaba a toda velocidad hacia ellos, le pareció demasiado familiar, pero de todas maneras alerto a todos sin percatarse que Hee-chan estaba demasiado cerca de los controles y que este activaría los escudos de defensa impidiéndole el paso a Trowa.
- ¡Desactiva el escudo o me estrellaré! - le pidió el latino viendo que no iba a poder frenar a esa distancia.
- ¿Cómo se hace? - le dijo revisando todos los controles y sin encontrar.
- ¡Cómo los activaste! - lo regañó.
- ¡Yo no fui! - dijo mirando al bebé - anda, travieso, deja al tío Trowa entrar ¿si? - el bebé lo miró y apretó el botón - Lo desactivó.
- Por poco dejas viudo a Quatre - lo regañó.
- No fue mi culpa, yo no tengo ni idea cómo funcionan estas cosas.
- Entonces no deberías dejar que Hee-chan tome el mando - le dijo y le cortó.
Molesto, Dúo se levantó y fue al hangar y vio que Quatre estaba abrazado llorando junto a sus dos bebés apoyado en el pecho de Trowa que tenía a sus espaldas un Zero más parecido a su propio gundam que al de Heero.
- Yo debería aprender a usar esas cosas - le dijo a Heero - Hee-chan activó el escudo y yo no tenía ni idea de cómo desactivarlo y por poco y mato a Trowa.
- Está bien, te entrenaré poco a poco - accedió el japonés - de seguro recobrarás la memoria muy pronto y no necesitarás que te lo enseñe todo.
- Pues me podrías enseñar otras "cosas" - le dijo coqueto y recibió un golpe de parte de D-chan en repuesta - ustedes dos están muy insolentes, muchachitos - los regañó.
- Heero - dijo Quatre acercándose con Trowa - descubrí que el satélite M3 fue abandonado hace un año porque salía muy caro producir allí, creo que nos serviría como base mientras Wufei va por su gundam a la colonia de Marimeia.
- Y tendré más espacio para entrenar a Dúo - dijo pensativo - me parece bien ¿qué dicen ustedes? - dijo mirando a los demás.
- Por mí está bien - dijo Trowa - mientras podremos hacer que estos briboncitos se acostumbren a vernos juntos y no se pongan celosos cada vez que beso a Quatre o este me besa.
- Bien, entonces debemos preparar nuestras cosas e irnos.

M3 estaba bastante alejada de las colonias, era por eso que no había funcionado como satélite de recursos naturales, su lejanía aumentaba el valor de la mano de obra, el costo de producción y el valor final de los productos, por lo mismo tampoco había sido desmantelada, nadie había querido asumir el gasto que aquello significaría o para las colonias o para la Tierra.
Se instalaron en la mejor de las casas (Quien no, sí es gratis y puedes elegir la mejor) y se dedicaron a ordenar sus cosas. Instalaron en la sala principal, que estaba bajo el nivel de la calle, tipo piscina, a los niños con un montón de juguetes y cojines por todos lados y ellos se quedaron en la parte más elevada a planear los siguientes movimientos.
- Wufei ¿has averiguado algo de Preventers?
- Bueno, ya están alerta con lo de la destrucción del núcleo terrorista en oriente medio, pero quién realmente los atrajo al espacio fue Barton al atacar una base dentro de la colonia cuando había cientos de Preventers custodiando a la bruja.
- ¿Y acabaste con ella?
- Dúo - le regañó Heero - cállate.
- Cumplía mis órdenes - replicó - además, sé que hay alguien desde dentro de preventers que está pasando información y si llegaba a hablar con los terroristas en L3, habría estado perdido.
- ¿Sospechas de alguien?
- No estoy muy seguro, pero es alguien que quiere destruirnos a los cinco para bajar a Heero del pedestal donde la bruja lo tiene puesto.
- Pues hay varios candidatos - dijo Wufei pensativo - tenemos a Zech, pero él no creo que se rebajara, y hay tres o cuatro pretendientes con acceso a la información nuestra que fácilmente podrían ser los culpables.
- Pues a mí me dijo el Jeque que era un hombre algo mayor que nosotros el que más interesado estaba en que la organización se hiciera con el poder, y si nos hundía a nosotros en el proceso, mejor.
- Pues eso no reduce la lista, casi todos los candidatos son mayores que nosotros y andan por allí con la edad de Zech.
- Vamos que tener que seguir adelante con esto, no nos queda otro remedio - dijo Trowa - al menos me deshice de un degenerado.
- ¿Qué, acaso le gustaste al ingeniero de tu gundam? - le dijo Quatre.
- Y el tipo era tan viejo que podría ser mi abuelo - dijo fastidiado - me controlé por poco, por eso no esperé a que se fueran los Preventers, ya comenzaba a hervirme la sangre de rabia.
- Aún es poco lo que sabemos, tendremos que esperar a ver qué es lo que Wufei descubre. Mientras, prepararé a Dúo.
- No les has dicho lo que descubriste, Heero.
- ¿Qué cosa?
- Alguien que me conoce desde pequeño se encuentra en L1, es la base principal de Wing Zero, así que creo que lo mejor es que la dejemos para el último, sería peligroso que me descubrieran a mí, después ed todo, sigo siendo Odin Low Jr.
- Entonces, deberán hacerse cargo de Wu-chan - dijo el chino mirando al bebé que jugaba con su tigre de peluche - cuanto antes salga, antes volveré.
- Ten mucho cuidado, Wufei - le advirtió Trowa - mucha gente te conoce de preventers y podrían descubrirte sin que hayas logrado llegar a Zero.
- Ya me las ingeniaré - dijo tranquilo y se acercó al bebé que lo miró con sus ojos oscuros - papi debe salir unos días, así que te pido que te portes bien con tus tíos ¿te parece? - le pequeño pareció asentir - cuídenlo mucho ¿de acuerdo? - les pidió y se marchó.

Heero comenzó un entrenamiento especial con su Dúo, este parecía inquieto ya que cada vez que disparaba sentía que le retumbaba en los oídos, por lo mismo Heero había optado por tapárselos y hacer que apuntara al blanco, con ello su trenzado mejoró mucho la puntería, pero aún se sentía inseguro a la hora de dispararle a una persona, por mucho que fueran balas de espuma las que disparara sobre los Maguanacs.
- ¡No puedo! - gimió el trenzado que comenzaba a desesperarse.
- Es lógico que no puedas - trato de tranquilizarlo Heero - los conoces desde hace mucho y son tus amigos, difícilmente actuarías para herirlos.
- Regresemos a casa, estoy cansado.
_Bien, pondré a prueba tus habilidades como ladrón de información - se volvió hacia los árabes - gracias por su ayuda, creo que le será de mucha utilidad todo esto a Dúo en su debido momento.
- Claro, joven Heero - sonrieron ellos y todos regresaron a casa.
En la sala principal, Heero instaló a Dúo frente a su portátil y le ordenó que se infiltrara en los registros de preventers para ver que clase de espionaje podía hacer y se fue a dormir un rato, estaba agotado, el no tener sexo con su pareja y las pocas horas que conseguía descansar de cuidar a sus niños le comenzaban a pasar la cuenta y su cuerpo, poco acostumbrado al cansancio, daba señales de derrota.
- Mal rayo me parta si las cosas me salen mal otra vez - gruñó fastidiado y se acostó a dormir, cosa que no le costó demasiado

En los archivos confidenciales de preventers Dúo se metió por donde quiso, al parecer no tenían mucha seguridad en su sistema, hasta el hacker más novato podía robar información de allí sin mayores problemas, sin embargo, notó que su ingreso comenzaba a ser rastreado, así que cambió de cuenta y descubrió algo que lo dejó abismado, su amigo Wufei iba derechito a una trampa, si alguien lo descubría en la colonia sería acusado de traición y si no dlo descubrían, peor. Se levantó de su sitio y fue por Heero mirando la hora de su reloj, había estado "jugando" casi dos horas, así que esperaba que elñ japonés estuviera descansado.
Abrió la puerta de la habitación que compartían y se sentó en la cama antes de moverlo un poco para despertarlo.
- ¿Les pasó algo a los bebés? - le dijo recordando que habían dejado a los cinco pequeños a cargo de Trowa y Quatre.
- No, encontré al traidor.
- Llama a Trowa y a Quatre, debemos detener a Wufei antes que lo capturen - dijo - y luego sigue investigando, debe haber algo que lo relacione con la organización y por medio de lo cual podamos entregarlo a las autoridades y limpiar nuestro nombres.
- Bien, voy por ellos, tú mientras lávate la cara, estás más dormido que despierto - lo besó en los labios y salió corriendo de la casa.
- ¿Qué pasa? - le dijo Trowa al verlo llegar corriendo - ¿atraparon a Wufei?
- No, pero he encontrado a nuestro pez gordo.

Continuará...

Gracias a todos los que me dejaron reviews, a ver si los recuerdo a todos porque los fics los escribo off line. Ai Moon, Aguila Fanel, Angeli Murasaki, Aya Chan, Carmín, Chipita, Dark Mousy, Oriko Asakura - Tao Lee, Ruby, Sakura, Terry Maxwell y Uru Yuy. Y si me falta alguien, que me avise, lo agrego en el siguiente.
Perdonen que no conteste los reviews como se debe, pero tengo tantas cosas que sólo sería un queso responderlos
Atte.
Shio Chang.

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