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Después de… por Mishogu

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Notas del capitulo:

n.ñ que puedo decir?

-w- bueno la verdad, estoy engripada al nivel de la muerte así que ayer además no poder levantarme tampoco era como si supera que día era n.n7

Les traigo el cap hoy... perdon por la demora.

Capítulo 9: Desaparición.

Madara jugaba con sus dedos en la sala de estar, esperando a que su esposo regresara con las compras, aun faltaba mucho para que todos regresaran de sus empleos y Kimimaro tenía la característica de no querer fallarle a nadie después del incidente.

Consulto su reloj, hacia media hora que se Kimimaro estaba solo, escucho pasos acercarse y se levanto dispuesto a reñirle la tardanza.

—Tío…—Saludo Itachi junto a Sasuke con cara de vinagre.

—Ustedes…—Se lamento el moreno, con la preocupación llegando a límites insospechados.

—Esperaba que el volvernos a ver después de meses te haría mejor persona, veo que me equivoque…—Soltó Sasuke, el mal humor y el sarcasmo estaban haciendo desastres en su personalidad tranquila.

—No es que no quiera verlos…—Explico—…  pero Kimimaro no ha regresado.

Los morenos menores intercambiaron miradas y Sasuke se dispuso a seguir con sus ataques de amargura.

~«»~

Hinata y Neji regresaban de su trabajo, anochecía y según sabían los esperaba una cena para los sobrevivientes hecha por las manos maravillosas de Kimimaro.

Hinata le hablaba sobre el día aburrido y Neji se resignaba a escucharla hablar, el muchacho desvió la mirada hacia un estante solo por un momento y cuando se sorprendió de no escuchar a la morena hablar giro descubriendo la calle completamente vacía sin rastro alguno de su compañera.

—¿Hinata-chan? —Pregunto al aire, sin notar como un tentáculo negro se desplazaba hacia su lugar, fue tarde en el instante en que se sintió atrapado, con la boca cubierta y arrastrado al mismo lugar donde Hinata también había desaparecido con anterioridad.

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Tsunade apoyo las manos en la mesa y descanso la cabeza sobre sus manos, escuchaba el sonido del papel que ordenaban sus dos secretarias y sonrío, empezando a creer que al fin estaban en el lugar correcto y el peligro quedaba lejos.

—¡Señoritas! —Grito teniendo a las dos mujeres delante—¡Es hora de irse!

—¡Si Tsunade-sama! —Ambas asintieron enérgicamente corrieron a sus lugares para recoger sus cosas, arrancándole una sonrisa a la rubia que percibía en el aire como los tacones de las mujeres golpeaban sobre el piso de madera.

Se estaba considerando la opción de ir a apostar y beber sake hasta que el cuerpo le aguantase cuando noto que el sonido de las pisadas de sus secretarias ya no se escuchaban y que a pensar del reloj en su pared marcaba a penas 5 minutos ellas no tardaban ni dos en recoger sus cosas y correr al edificio para descansar de la vida que les hacia vivir en la oficina.

Tsunade miro la puerta que conducía a la oficina de sus secretarias y que constituía la única vía de escape en todo el edificio sin contar con las ventanas puesto estaban en un quinto nivel del ayuntamiento.

Trago en seco y se levanto, imaginándose que tal vez sus secretarias la habían olvidado y ahora la esperaban apoyadas sobre el auto que las llevaría a casa platicando de lo lindo que se ve Kimimaro del brazo de un hombre como Madara Uchiha. O tal vez simplemente querían asustarla.

—¿Ino, Sushine? —Pregunto con la puerta cerrada con el oído pegado a la puerta queriendo apreciar el sonido de los tacones sobre la madera. Pero nada, simplemente nada.

—Estamos aquí, Tsunade-sama. —Le respondió la voz de la morena.

—Esperando por cierto. —Siseo la rubia menor.

Tsunade empujo la puerta e ingreso a la oficina que tenía las luces completamente apagadas, sin embargo por la luz del exterior podía apreciar sus siluetas, una al lado de la otra de espaldas a ella y de cara a la puerta, la única puerta.

—¿Nos vamos ya o van a ir a caja por los papeles que les encomendé? —Una gota de sudor frio bajo por la mejilla de la mujer.

—¿Vas tu Sushine-chan o voy yo? —Pregunto la rubia menor ladeando la cabeza sin voltear.

—Ve tu Ino-chan, yo esperare con Tsunade-sama.

La rubia mayor tomo el extinguidor y corrió para golpear a quien fuera que eran esas falsas mujeres, no había ningunos papeles por recoger, sus secretarias, tan eficientes como ellas solas ya habían ido por ellos al inicio del día.

Golpeo a la falsa Ino en la nuca y dando un giro golpeo en el rostro a la morena, escucho madera crujiendo al romperse y supuso que tal era su fuerza que los tacones se habrían incrustado en el piso, se imaginaba a las impostoras a punto de caer al piso inconscientes si no es que muertas. Para su asombro las mujeres estaban de pie, corrió hacia la puerta y las miro, marionetas, choco con un pecho angosto, pero firme, logro, aun ver en la penumbra una sonrisa blanca y unos ojos rojos de atardecer antes de que una marioneta que daba la impresión de ser un closet la encerrara y se golpeara para quedar inconsciente.

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—Tobi es un buen chico y quiere ir por la cena que Kimimaro-san va a preparar. —Canturreaba el moreno de mascara anaranjada jugando con los pies.

—¡Cierra la boca Tobi! —Grito un molesto Kisame—… me estas dando dolor de cabeza con eso de “Tobi es un buen chico”, “Tobi es un buen chico” —Imito la voz del moreno en un tono infantil y jocoso pero impregnado de ira.

—Pero Tobi si es un buen chico. —Insistió el otro balanceando las piernas.

—Ya lo sabemos, solo no lo digas mucho o Kisame te romperá algo. —Intervino Pain.

El moreno se cayó repitiendo en su cabeza la frase que adornaba cada palabra que profería.

—¿A que horas nos vamos? —Kisame miro su reloj de pulsera y le sonrió, un gesto de tiburón al asecho.

—En dos minutos líder. —El pelinaranja suspiro, estaban en su nuevo empleo, o el que tendrían mientras Madara y su esposo se encontraban lejos, cuidar un almacén repleto de Kami sabrá que cosas.

Notaron que alguien se acercaba a la gaceta del almacén, cubierto por la oscuridad de la noche y dejando un paquete en el piso se alejaba, ninguno de los tres logro verle el rostro.

—¿Alguien pidió comida? —Pain miro a los otros dos cuando negaron con un cabeceo.

—¿Y si es una trampa? —Aventuro Kisame.

—¿Por qué nos pondrían una trampa?

Los tres se aproximaron hacia la puerta, era una caja pequeña envuelta en un papel amarillo chillón y un moño naranja eléctrico. Pain y Kisame se miraron entre si y después a Tobi.

—Como Tobi es un buen chico tiene que abrir la caja. —Kisame sonrió.

—Pero Tobi es un buen chico, no un idiota. —Explico el moreno.

—Algo tienes de eso. —Pain tomo una vara de metal y empezó a abrir la caja, cuando estuvo abierta los tres se inclinaron cuidadosamente, en el interior solo había arcilla blanca, los tres se miraron desconcertados. De pronto la arcilla se levanto como si estuviera viva y se convirtió en tres largos brazos que los apresaron contra la pared.

—¡Es una trampa! —Grito Pain intentando alcanzar el radiotransmisor, pero noto que el mismo personaje que había dejado la caja estaba parado en el marco de la puerta.

Los labios del desconocido se curvaron susurrando un:

—Katsu. —Que hizo estallar la arcilla y sumiendo a los tres hombres en un sueño doloroso.

Notas finales:

n.n como ven nos acercamos al final... se atan los cabos sueltos y aparecen los que no debian de aparecer.

Gracias a Kaiser onii-sama por su apoyo.

No olviden cuidarse mucho. Nos veremos en la proxima n.n/


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