CAPITULO IX
LOS GOLPE DIRIGIDO AL CONSORTE
PARTE I
LA VERDAD TRAS EL DOLOR.
Todo sentimiento de dolor tiene un inicio, un inicio que nos marca y lastima.
El sentimiento de ser padre es algo maravilloso e indescriptible que con cada logro de nuestros niños nos llena de júbilo y orgullo día a día, aquellos pedacitos de gente son capaces de convertir nuestros días grises en días llenos de luz y alegría con una sola pequeña sonrisa de sus pequeños rostros.
Para Wolfram un orgulloso Mazoku criado para respectar solo a los de su sangre y aborrecer a los humanos como la raza inferior que son, la llegada de Greta a su vida cambio completamente aquellos esquemas que por años los Bielefeld le habían inculcado, gracias a Yuuri llego a sentir por primera vez en su vida lo que era ser padre, cuidar, leer cuentos, dormir juntos, jugar y ante todo darle todo el amor que podía brindarle como padre.
Todas aquellas ilusiones de ser padre desaparecieron de un día a otro, cuando la ausencia de su rey fue el principal motivo para que su hija se alejara de él y con el tiempo el corazón de su niña se llenara de odio hacia su persona.
Un odio sin medida crecía en el corazón de la princesa mientras los años lo iba alimentando poco a poco hasta el día que padre e hija se vuelvan a encontrar y ella logre liberar todos aquellos sentimientos negativos contra él.
Wolfram no solo había sentido el peso del odio de Greta que lo llevo a un mar de lágrimas y dolor por cada palabra que se enterraba en su corazón como una profunda daga, sino que también su madre quien siempre expresaba exageradamente sus sentimientos por su hijo menor en realidad solo se observa odio y rencor contra el Consorte.
Tanto dolor que invadía su corazón llevo que su cuerpo colapsara sin dar marcha atrás, Yuuri y los demás se sentían preocupados por la recaída del Consorte, el Maou desesperado tomaba en brazos a su amado para llevarlo a sus aposentos mientras los más cercanos llamaban a Gisela para que lo revise.
Entre los pasillos de Pacto de Sangre la preocupación estaba latente por la repentina recaída sufrida de parte del Consorte, los Gobernante de los otros reinos se mantenían pendientes de cualquier noticias en especial Patrick y Sara que era los más cercanos al rubio.
─ ¡Patrick espera! —El rubio pelilargo corría tras él.
─ ¿Qué pasa? ¿Por qué me detienes Sara? —Pregunta seriamente ante su repentina intervención.
─ Se que estas preocupado por Wolfram, igual que yo. —Lo mira preocupado– Pero ahora no es momento de ir a verle.
─ ¡¿Pero qué dices Saragueli?! ¡Todos están diciendo que Wolfram pasó desmayado en brazos del Maou, y me vienes a decir que nos es el momento! —Exclama desesperado Patrick– Wolfram me necesita.
─ Patrick. —Lo toma de la mano– No te necesita, esta con Yuuri. —Dice cabizbajo– Olvida a Wolfram.
─ ¿Sara? —Lo mira asombrado por las palabras del rubio quien mantenía recostada su cabeza a la espalda del castaño– ¿Realmente no soy útil para Wolf-chan?
─ No. —Susurra aun con la cabeza recostada a su espalda– No quiero que sufra más. —Soltó un pequeño sollozo– No se lo merece.
─ Lo sé. —Se gira para abrazarlo– No lo merece, solo espero que el Maou sepa hacer las cosas bien.
─ Yuuri lo hará bien, él sabrá como curar las heridas de Wolf. —Susurra con una leve sonrisa en sus labios.
Mientras los reyes aliviaban juntos su preocupación el ambiente en la habitación real no era nada alentadora, el rostro de los presentes mostraban una gran preocupación al observa como el pequeño príncipe lloraba por su Oto-chan.
Cuando Yuuri llevaba a Wolfram a su habitación en sus brazos al puro estilo de una princesa, llamando la atención de más de uno en especial de cierto príncipe que estaba en el jardín jugando, quien apenas vio a su Oto-chan enfermo no dudo en correr junto a su Oto-san para saber que pasaba.
─ Oto-chan. —El pequeño lloraba mientras tomaba su mano.
─ No llores Yuu-chan. —Yuuri abrazaba a su hijo– Wolf estará bien.
─ ¿Po qué no despieta? —Pregunta entre lágrimas a su padre.
─ Tranquilo joven Príncipe. —Gisela lo mira mientras revisa a Wolfram– Su Majestad pronto despertara. —Sonríe para tranquilizar al niño.
─ Encedio. —Lo mira feliz por su noticia.
─ Si, joven príncipe. —Asiente mientras dirige su mirada seria al Maou– Heika.
─ ¿Qué tiene Wolfram? —El Maou mira a la médica.
─ Tuvo un bajo es su presión por causa de los problemas acumulados y eso produjo el desmayo, tal como le dije a Yuu-sama su Majestad pronto despertara. —Explica seriamente mientras mira a los presentes.
─ Gisela alguna recomendación para cuando Wolfram despierte. —Interviene Gwlendal preocupado por su hermanito.
─ Lo único que puedo recomendar para cuando despierte es que le evitemos preocupación y enfrentamientos como los que tuvo hacer un momento. —Explica muy seria recordando lo que su padre le había explicado con Greta y Cheri.
─ No te preocupes por eso en estos momento se prohibí el acceso a esta habitación excepto a los presentes. —Responde seriamente Yuuri mientras mira a su Consorte– Adalbert ayúdame con cuatro soldados de la confianza de Wolf.
─ Claro Majestad. —Se inclina– Enseguida los traigo.
─ Perdone la intervención Heika. —Gunter toma la palabra– ¿Para qué quiere a esos soldados?
─ Ellos vigilaran la habitación mientras ustedes atienden a los invitados. —Mira a Gunter y Gwlendal– Y yo me encargo de ciertos asuntos pendientes. —Lo último lo dice muy serio.
─ Heika.
Todos los presentes miraban serios a Yuuri, sus pendientes eran claros y abarcaban a tres personas, a esos tres que alguna vez considero como muy importantes para su vida en Shin Makoku, en quienes podía confiar que apoyarían a su amado Consorte en todo lo que necesitara, pero ahora viendo nueve años después que todos sus pensamiento en realidad solo fueron una equivocación y no habían hecho más que lastimar a Wolfram año tras año desde que él vivía en su mundo buscado el supuesto amor de una mujer.
─ ¡Depeto!
El repentino grito de parte de Yuuki hizo que todos voltearan y se encontraran como el Consorte comenzaba a despertar algo aturdido y mirando a todos en especial a Yuuri y Yuuki.
─ ¡Oto-chan! —El pequeño se lanzó a sus brazos a llorar al verle despertar.
─ Yuu-chan. —Susurro Wolf abrazando a su bebé– Shh no llores mi niño.
─ Wolf. —Yuuri del otro lado de la cama lo miraba aliviado– ¿Cómo te sientes?
─ Algo aturdido. —Responde levemente– Pero estoy bien.
─ Me alegra, Yuu-chan mira tú oto-chan está bien. —Acaricia los cabellos del niño– No llores vuelta se preocupa.
─ Oto-chan. —Mira a su padre aun con lágrimas– Gomen.
─ No importa bebé. —Se sienta con la ayuda de Yuuri para acunara su niño entre sus brazos– Lamento verlos preocupado. —Mira a todos.
─ Que bueno que estas bien Wolf. —Gwlendal lo mira aliviado con una sonrisa.
─ Majestad estaba tan preocupado por usted, gracias a Shinou que fue nada grave. —Como siempre Gunter exageraba al momento de preocuparse.
─ Gracia a todos es solo… —Baja la mirada recordando.
─ Oto-chan. —Su hijo observa su mirada triste.
─ Wolf. —Yuuri se sienta a su lado para abrazarlo– Frente a tus ojos tienes personas que te aman y se preocupan por ti, todos aquellos que te lastimas y te hacen daño no merecen tus lagrimas ni mucho menos te pongas mal por ellos. —Alza levemente la mirada de Wolf– Tienes un hermano que te ama mucho, dos consejeros que están siempre a tu lado, un hermoso hijo que daría lo que fuera por verte feliz, ¿No Yuu-chan?
─ ¡Si! Yo tero ve la sondisa de Oto-chan. —Responde las palabras de Yuuri con mucha seguridad.
─ Y ante todo me tienes a mí, que ahora en adelante no dejare que nadie te lastime sin recibir su merecido castigo. —Besa la frente del rubio delicadamente.
─ Gracias Yuuri. —Se recuesta en su pecho para recibir su abrazo.
El corazón de Wolfram había encontrado la paz que tanto requería para llenar aquel vacío que se mantenía en él desde el día que Yuuri lo había dejado, su pequeña familia era la oportunidad para volver empezar.
─ Es mejor que nosotros nos retiremos para atender a los reyes que han de estar muy preocupados por tu Wolf. —Indica Gwlendal mientras jala a Gunter– Vamos Gunter.
─ ¡Noo! ¡Yo quiero ayudar a cuidar a su Majestaddd! —Gritaba mientras salía.
─ Yo también me retiro. —Habla Gisela quien se mantuvo al margen todo el momento– Majestad le recomiendo que se mantenga tranquilo y no se altere, con permiso.
─ Gracias Gisela. —Agradece Yuuri– Solos. —Comenta con una sonrisa.
─ No, yo toy aquí. —Yuuki se para en la cama.
TOC-TOC
─ Alteza. —Adalbert entra– Tengo los soldados que pidió. —Los cuatro soldados entraron.
─ ¡Heika! ¡Majestad! ¡Príncipe! —Se inclinado en forma de respeto
─ Excelente. —Sonríe Yuuri– Gracias Adalbert. —Se levantó un momento de la cama– Escuchen muy bien en estos momentos ustedes cuatro estarán de vigilancia en la puerta, solo Gwlendal, Gunter, Adalbert, Gisela, Yuuki y yo podemos entrar a la habitación. —Los mira bien serios– Entendido
─ Hai. —Respondieron firmemente.
─ Perfecto, pueden retirarse.
Una vez que los soldados y Adalbert abandonaron la habitación Yuuri volvió a su posición anterior junto a su familia.
─ ¿Qué significa eso Yuuri? —Pregunta receloso su Consorte.
─ Pues que te amo mucho y no quiero que nadie te moleste. —Responde abrazándolo.
─ Muy gracioso. —Le golpea levemente la mano– Enclenque.
─ Wolf. —Habla seria– Te voy a tener que dejar un rato con Yuuki mientras atiendo un asunto pendiente.
─ Es ella. —Dice casi en susurro.
─ Si. —Lo abraza– No te preocupes que sus palabras no se afectan, ni me harán cambiar mi opinión.
─ Yuuri. —Lo mira de reojo con una sonrisa– Gracias.
Sus miradas se conectaron mientras sus rostros se iban acercando lentamente hasta llegar a sus labios, el ambiente era perfecto y la oportunidad ideal que Yuuri había esperado desde que llego y esta vez nadie los molestara, pero a la hermosa pareja se le olvido un pequeñito detalle que estaba junto a ellos.
─ Oto-san, Oto-chan, ¿Qué hacen? —El niño los miraba curioso.
Al escuchar las palabras del niño se separan disimuladamente con un notable sonrojo.
─ Na…Nada. —Wolf lo mira con una sonrisa.
─ Yo regreso más tarde. —Revuelve el cabello del menor– Cuida a tú oto-chan Yuu-chan.
─ ¡Hai! —Responde con una sonrisa.
─ Luego regreso. —Besa una de las mejillas del Consorte– Ya me debes dos besos Majestad. —Susurra muy cerca de su oído.
─ Yuu…Yuuri. —Se sonroja levemente– Enclenque.
─ Nos vemos luego.
Mientras Wolfram queda con una sonrisa en sus labios, Yuuri por su parte al momento que abandona la habitación su mirada se torna seria al recordar el mal momento que vivió su Consorte en mano de aquella niña mal agradecida.
─ Heika. —Adalbert lo observaba fijamente– ¿Está bien?
─ No Adalbert, esto no puede seguir así. —Mira al rubio mayor– ¿Qué paso él día que Greta llegó?
─ Heika yo…
─ Por favor dímelo. —Lo mira muy serio.
─ Acompáñeme. —Yuuri asiente mientras se van alejando de la habitación.
Yuuri y Adalbert caminaban por los pasillos hasta llegar a una habitación vacía donde ambos entraron para poder hablar sin ser interrumpidos por nadie.
─ Heika tome asiento. —Indica el mayor.
─ Gracias, Adalbert quiero saber todo lo que paso y solo tú me puedes ayudar, conociendo a Gwlendal no lo hará y Gunter no estuvo aquí. —Dirige su mirada casi suplicante al rubio.
─ Heika si hago estoy es por el bien del Wolfram una parte de mí se siente culpable de todos esto. —Baja levemente la mirada.
─ No comprendo, ¿Por qué te sientes culpable? —Pregunta el Maou lleno de curiosidad por las palabras del rubio.
─ Para que entienda le contare todo desde el inicio…
Luego de su partida tuve un encuentro con Lord Woltorana tío de Wolfram, él me invito a forma parte del consejo de los diez nobles ahora que se me había perdonado y no era más un traidor al Maou, indeciso decidí aceptar, las primeras reuniones siempre fueron aburridos, pero la tercera reunión fue la más importante.
Debíamos elegir un nuevo Maou.
Se había cumplido nueve meses de su ausencia como tal usted dejaba de ser el Maou, ese día se dieron muchos nombres para ser el nuevo rey pero uno era el más escuchado, Wolfram un Mazoku de sangre pura, hijo de la ex Maou y prometido del actual Maou lo ponía como el candidato más apto para ese título.
¿Cómo se vería Wolfram como Maou?
Era la pregunta que inundaba mi cabeza en esos momentos, las pocas veces que había visto a Wolfram se veía deprimido por su ausencia, el quitarle su título de rey y entregarle a él no era lo más favorable, en ese momento decidí que la mejor opción no era que Wolfram sea Maou sino que se convierta en el nuevo Consorte y usted siga siendo el Rey, Gwlendal y Woltorana fueron los primero de negarse en aceptar ya que temían por las integridad de él, Gwlendal fue quien se dirigió a informar la decisión a Wolfram, recuerdo claramente que él acepto sin titubear y dejo en claro que no tenía intenciones de robar el puesto de nadie y solo quería proteger este reino.
Durante la proclamación Gunter se negó aceptarlo y se alejó del palacio, yo por mi parte junto a Gwlendal le dimos todo el apoyo que él necesitaba.
Había pasado un mes desde su proclamación como Consorte cuando llegaron tres cartas una de Conrad, Greta y Celine respectivamente, Wolf estaba muy emocionado con la llegada de ellos, una tarde mientras estaba en su trabajo se anunció la llegada de la princesa de Zuratia, Wolfram bajo a recibir a Greta emocionado pero ella rechazo todo tipo de afecto de parte de él y le respondió con palabras hirientes, le llamo traidor y grito a todo pulmón que lo odiaba, aquellas palabras lo lastimaron profundamente los soldados que estuvieron presentes auxiliaron al joven Consorte al verle caer de rodillas con las lágrimas descendiendo por su rostro.
Yuuri escuchaba todo claramente al escuchar lo último no daba crédito el comportamiento de su hijo.
─ ¿Qué hizo Greta? —Pregunta curioso.
─ Ella se fue después que le dio la puñalada en el corazón. —Responde tristemente.
─ Ya veo, continua.
─ Hai.
Luego de aquel triste momento Wolfram quedo muy deprimido al siguiente día con un poco más de ánimo se levantó y para su sorpresa encontró a su madre en el comedor, esto no lo observe directamente pero me conto todo lo ocurrido Gwlendal, Celine lo trajo de una forma indiferente y con ironía en sus palabras, Gwlendal quiso detenerla pero su reacción fue una que nunca se esperó llamo a propio hijo “puta”, aquellas palabras destrozaron a Wolfram lo único que pudo hacer fue huir del lugar pero al salir recibió algo que nunca se esperó…
─ ¿Qué paso? —Pregunta Yuuri al notar que Aldalbert se había quedado callado.
─ Es algo duro recordar aquello. —Baja la mirada.
─ Por favor continúa, soportare todo lo que venga.
─ Está bien continuare. —Suspira profundamente.
Mientras todo eso ocurría en el comedor yo venía caminando por los pasillos cuando divise a Conrad, sonríe al verle luego de tanto tiempo pero me asombro ver la prisa que llevaba, de un momento a otro la puerta del comedor dejando ver como Wolfram salía llorando, en esos instantes Conrad se acerca a él y….. —Hace una pausa– Lo golpea abofeteando su mejilla derecha y repite fuertemente “Te repudio como hermano” aquella acción es una de las ofensas más terribles que puede recibir un noble el repudio de su propia familia, desde ese día fue donde el corazón de Wolfram recibió los golpes más duros de su vida.
El relato había terminado y Yuuri se mantenía cabizbajo aun no podía dar crédito todo lo que había escuchado y todo el dolor que había sufrido su amado Wolfram en mano de las personas más importantes en su vida, su madre, su hermano e hija.
─ Heika. —Adalbert lo miro preocupado.
─ Gracias por contarme todo Adalbert. —Sonríe amargamente– Ahora puedo darme una idea todo el dolor que ha sentido Wolfram en estos años.
─ ¿Qué planea hacer Heika, ahora que sabe todo? —Pregunta interesando por la decisión que tome el Maou.
─ Hablar calmadamente. —Apretaba sus puños conteniendo su ira– Con aquellos que lastimaron a mi Consorte.
─ ¡Heika! —Lo mira asombrado al notar la rabia tras cada palabra.
─ Adalbert, esto nunca se los voy a perdonar, les hare pagar por cada lágrima derramada por Wolfram, ellos lo juzgaron basándose en lo que yo supuestamente pensaba y sentía, pero ninguno de ellos tiene ni la menor idea lo que siento por Wolfram. —Hablo con todo la rabia expresada en sus palabras.
─ Sin importar lo que decida tiene todo mi apoyo de aquí en adelante. —Inclina su cabeza en forma de respeto.
─ Gracias Adalbert. —Se levanta– Es hora de resolver mi primer asunto pendiente.
─ ¿Eh? ¿Cuál asunto? —Le mira desde su asiento sin entender.
─ Es hora que el padre. —Hablaba mientras se dirigía a la puerta– Hable con mi querida hija ingrata y mal agradecida. —Comento antes de cerrar la puerta y abandonar la habitación.
El dolor del Consorte llego a los oído del Maou, el nombre de los culpables están en su listas, ha llegado el momento que el Maou haga justicia a nombre de todas las lágrimas derramas por Wolfram.