Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Viviendo Sin Ti… por La_Oscura_Reina_Angel

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Oigan quiero review >.<
Capitulo 7: Discusión.



-Eowyna afloja un poco la rienda de Bree, no va a desaparecer.

Le dijo Legolas a su niña con una sonrisa.

Había salido a cabalgar con Eowyna sin decirle nada a nadie y mucho menos a Eomer. Desde que se enteró de que Legolas estaba en estado, le había prohibido todo lo que según el era peligroso, o sea que desde subir a un árbol, practicar al arco, hasta correr, es más si hasta le había prohibido seguir el personalmente sus proyectos. Pues desde que Legolas había llegado a Rohan había estado trabajando en diferentes cosas, como casas de curaciones mejor equipadas en más partes de todo Rohan, casas de educación y música, hasta una completa reforestación, pero según Éomer todo aquello le podía crear estrés y que eso no seria bueno ni para él, ni para el bebé.

Estrés le estaba causando su marido, en opinión de Legolas. Así que bastante arto, Legolas, se había vestido, había vestido a Eowyna y se había ido, inadvertido, directamente al establo, donde había sacado el pony de su hija y a Pinta su corcel. Luego había montado y de inmediato se había sentido libre y mucho mejor en los inmensos prados de Rohan.

Ruidos de cascos que se acercaban a toda velocidad sacaron a Legolas de sus cavilaciones y al virarse, su fina vista de elfo no tubo ningún problema para reconocer a quien se acercaba: Eomer sobre Nube Blanca y no iba de muy buen humor. Y para colmo no venia solo, tres guardias lo acompañaba, Legolas bufó molesto ¿Es que acaso ya ni cabalgar podía? Tuvo la tentación de espolear a Pinta y salir corriendo, pero sabia que Eomer lo alcanzaría de todos modos, era mejor jinete que él, y además, tampoco es que pudiera iniciar una carrera con Eowyna subida a su pony.

-¡Legolas! -tronó Eomer al llegar hasta donde su consorte, bajó de su caballo y acercándose a Legolas lo desmontó de su corcel en volandas -¿Se puede saber cómo demonios se te ocurrió la descabellada idea de salir a cabalgar solo y para colmo con Eowyna? ¿Y si te hubieses desmayado Legolas? -le regañó.

-¡Éomer, basta! Te estas pasando. No soy un niño, soy un elfo, no me va a pasar nada.

Protestó Legolas molesto.

-¡Te puedes desmayar Legolas! ¿Y entonces qué pasa con nuestra hija, ah? ¿Qué se supone que haga Eowyna con su aba desmayado? ¿Y si te caes del caballo, te golpeas y sufres un aborto sin nadie cerca para ayudarte?

-¡No soy ningún tonto, Eomer, sé lo que hago!

Le gritó Legolas al borde de las lágrimas. Pero Eomer no estaba dispuesto a ceder, su deber era cuidar de su familia así a Legolas no le gustara.

-No, Legotas, no digo que seas un tonto, sé bien que no lo eres... pero estás embarazado, Legotas, y necesitas ciertos cuidados, te guste o no la idea.

-¿Papi, aba por qué pelean?

Preguntó Eowyna y Eomer vio que estaba apunto de llorar, el labio inferior le temblaba. Se acercó a ella y le acarició la mejilla.

-Aba y yo no peleamos, mi cielo, sólo estamos hablando un poquito fuerte.

La tranquilizó Éomer con una sonrisa, luego volviéndose hacia Legolas, le ordenó.

-Sube a Nube Blanca.

Legolas estuvo a punto de revelarse, pero reparó en los guardias que estaban cerca, no podía pelear con su marido frente a ellos, pues además de su marido, Eomer seguía siendo también su rey y señor y no era correcto pelear con él y desafiarlo -al menos en público- y Legolas nunca habría osado hacerlo y quitarle a su marido autoridad, así que con los ojos encendidos de rabia se mordió la lengua.

-Sí, mi señor.

Asintió y subió a Nube Blanca. Éomer trepó tras él.

-Encárgate de Pinta.

Le ordenó a uno de sus hombres.

-Ven, mi cielo, cabalga junto a nosotros.

Animó Éomer a su hija.

-Vamos, amor, hazle caso a papi, él tiene razón. No estamos peleando.

La tranquilizó Legolas. Eowyna asintió y obedeció con una gran sonrisa.

***

Legolas esperó hasta que dejaron a Eowyna con su nana y llegaron hasta sus habitaciones para estallar furioso contra su marido.

-Te pasaste, Éomer, ¿Tenías que llamarme la atención frente a tus guardias? No soy una dama, soy un elfo... ¡ y sé lo que hago!

-¿Un elfo? Yo más bien diría que eres un niño, por tu forma de comportarte. ¿Te acuerdas de la vez que te desmayaste en los jardines? Y si eso vuelve a pasar y tienes a Eowyna contigo, ¿cómo crees que va a reaccionar nuestra hija?

-¡Éomer, basta! No soy ningún tonto, se hasta donde llego y hasta donde dan mis fuerzas. Por ejemplo, hoy no pretendía recorrer Rohan entero, porque sé que el embarazo no me permite tanto, pero si podía dar una vuelta tranquilamente cerca y con nuestra hija, sin que me pasara nada.

-No, Legolas, en esto no estoy dispuesto a ceder.

-Soy un elfo, Comer, no me puedes tener encerrado aquí.. ¡Me matarías!

Le gritó Legolas furioso. Éomer se acercó a él y lo obligó a sentarse.

-Tranquilízate, amor. Bien, tienes razón: eres un elfo y necesitas el aire, lo sé. Pues puedes salir, pero nunca solo, te asignaré una guardia especial que te acompañara a todos lados.

Le dijo Eomer tranquilamente. Legolas se volvió a parar de un salto.

-¡De eso nada, no me vas a tratar como a un bebé!

-Tú no eres un bebé, pero llevas uno en tu vientre.

-Eomer....

Protestó Legolas.

-Legolas, se que hay veces que no me entiendes, pero no me podrás negar la oportunidad de cuidar de nuestro hijo. No pude cuidar del embarazo de Eowyna, déjame cuidar de este.

-Eso es chantaje sentimental, Éomer.

Alegó Legolas. Éomer bufó.

-Bueno, Legotas, el tacto no funciona contigo por lo que veo. Bien, si como marido no me dejarás, entonces será una orden de tu rey.

Legolas abrió los ojos de golpes. Eomer no...No, Eomer no sería capaz de imponerle algo, nunca lo había echo.

-No serias capaz, Éomer de Rohan.

Le dijo Legolas con los dientes apretados.

-Lo siento, Legolas, pero no me dejas otra alternativa.

Legolas se alejó de Eomer.

-Bien, su majestad, será como usted quiera.

Dijo Legolas con los dientes y los puños apretados, mirando por la ventana y dándole la espalda a Eomer.

Eomer se levantó con un suspiro y se acercó a su adorado elfito, le puso las manos en la cintura y lo hizo virarse, al ver los ojitos azules llenos de lágrimas lo abrazó. Legolas le devolvió el abrazo y lloró sobre su cálido pecho.

-No llores, mi amor, me partes el corazón. Perdóname, Legolas, sólo os quiero cuidar. Tú, Eowyna y este bebé son toda mi familia. Perdona a este tonto hombre que si tiene que aceptar haber pecado de algo, es de amor.

-No, perdóname tú a mí, Eomer. Tienes razón, no es seguro podría desmayarme o marearme y no es responsable que ande sólo en esas circunstancias. Pero es que me molesta sentirme tan débil.

-¿Débil? Tú no eres débil, Legolas, yo te vi traer a nuestro pequeño cielo a este mundo, y sé que débil tú tienes tanto como yo de orco.

Éomer logró lo que buscaba, Legolas rió.

-No, tú no te pareces a un orco, tú me gustas. Te amo, mi señor.

-Y yo a ti, Legolas.

Legolas tomó la mano de Eomer y la puso sobre su aún plano vientre.

-Aquí esta tu heredero.

Eomer sonrió.

-Mi heredera es Eowyna.

Legolas negó con la cabeza.

-Eowyna es niña no puede heredar el trono. Pero este bebe será niño.

Le dijo Legolas. Eomer sonrió ante la seguridad de su consorte.

-¿Y por qué tan seguro?

Legolas volvió a recostar la cabeza en el pecho de Eomer y se abrazó contra él.

-No lo sé, tan sólo es un presentimiento.

-Bien, pues será un niño.

Aceptó Éomer besando los dulces labios de su consorte.


Continuara...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).