NARRADOR.
-.enserio, deje todo sentimiento tuyo atrás en Europa, ¿pero seguirías siendo mi amigo?
Yukimura pedía clemencia a Ritsu mientras estaban sentados en una mesa de la cafetería, con el té bien caliente —obvio, sin gente—.
-. ¿Me lo juras? Sabes que de una u otra manera no te corresponderé.
-.por eso mismo deje eso de lado. Ahora quiero ser solamente una amiga en la cual puedas confiar, que no amas, pero podrás confiar.
-. …de acuerdo, pero no seguirás molestando a tu hermano en el trabajo.
-. ¡Te lo prometo, es más… te lo juro!
-.bien, ya es un juramento —entrelazaron sus dedos meñiques en señal a la promesa—. Oye, quiero preguntarte algo, ¿Qué sabes acerca del doctor Kinomoto?
-. ¿El? Pues nada, pero dicen que es una sirena masculina.
-. ¿Sirena masculina?
-.sabes que la leyenda cuenta que las sirenas eran unas hermosas mujeres mitad pez que seducían a sus víctimas para luego capturarlas y ahogarlas.
-.ahh… pero no creo nada de eso. Es más: él es muy amable cuando me a tocado salir con él.
-.bueno, si lo es. Pero tienes que tener cuidado. No quiero que salga lastimado mi hermano si los encuentra juntos.
-. *la mira directamente* —con que la jefa del Sapphire —aunque sea un poco— se preocupa por su hermano mayor.
-.*sonrojada* —si no lo hago, y tú no lo haces, ¿Quién más?
-.no pues tienes razón en decirlo.
-.Onodera, ven *llamaba desde lejos*
-.voy.
Fueron de nuevo aquel sitio obscuro de antes en el que cada uno guardaba silencio, recostados en la pared.
-. ¿Qué era lo que me querías decir?
-.*se para enfrente de el*—Ritsu, yo…
Llaman a un celular y el uke es el que contesta.
-.hi, ¿Dónde? Claro, allí estaré sensei *cuelga* —me tengo que ir.
-. ¿A dónde?
-.voy a salir, además ya acabe con todo mi trabajo. Así que no molestes.
Al pobre le dejo con la palabra en la boca, cuando ya sus nervios se habían extinguido e iba a dar lugar su declaración.
ALGUNAS HORAS DESPUES…
Como lo acordaron el ir a una cafetería, el especialista y el editor fueron a la casa de este ultimo que dijo sin problema “si gusta venir, puede” por lo que acepto sin ninguna duda. Llegaron allí y abrió esta la puerta dejando entrar a su pesadilla.
-.es muy linda tu casa.
-. (¿Por qué todos dicen lo de mi apartamento? Siempre sido que es una porquería) —gracias por decirlo sensei.
-.pero no es tan hermoso como tú.
-.etto… gracias.
-.yo creo que con todo esto debes de tener una vida mucho más tranquila que esta. Que te alejes de todo mal que te atormento en el pasado. *se sienta en el sillón*
-.no… a mí me gusta como estoy. *se sienta de junto*
-.yo creo que la vida sin Masamune para ti es la más adecuada para ti en estos momentos.
-. ¿Qué? ¿Qué es lo que quiere decir con esto?
-.tú tienes una hermosura fuera de este mundo. No deberías desperdiciarla con un hombre que no te recuerda ni agradece tus acciones que lo ayudaron a salvarse.
-.me alaga que lo diga sensei, pero la verdad… — (no se… que más decir, me acuerdo que Yuki-san dijo algo parecido…)
-. (“¡¡tienes a una persona que haría todo por ti y nunca aprecias lo que hace!!” ¿Pero si en verdad… tiene razón?)
-. ¿Es natural para ti que te digan “me gustas”?
-. ¿Eh? Algo así… jaja. Se para y camina despacio con la cabizbaja y su mano en su cabeza.
-. (Esto ya no me huele bien…)
-.*se acerca a Onodera y lo agarra de los codos* —yo te puedo dar una mejor vida, una vida sin dolores… sin Masamune. Ya que yo te amo.
-. ¡Pero yo…!
-.te mentí en mí diagnóstico: la verdad muy es poco probable que vaya a recuperar sus recuerdos. ¿Qué quieres esperar? ¿Tardar años y que al final todo ese arduo trabajo se valla por el caño? Yo agradecería lo que hicieras por mí…
Se quedó completamente helado al decir que no podría recuperárselo hizo quedarse en un estado de shock impredecible. El habilidoso doctor tomo su cara y le beso, cosa que el joven quiso evitar a toda costa; lo empujaba pero todo era en vano ya que él era mucho más fuerte.
La puerta se azoto y vio el castaño que ahí, los hermanos Takano entraron en acción y la pareja del casi violado le dio un gran puñetazo en la cara que lo mando directo al suelo.
-.Ritsu, ¿estás bien?
-.Yuki-san, ¿Cómo supiste que estaba aquí?
-.yo te advertí que este hombre era alguien malo y no me hiciste caso: lo seguí desde la cafetería y escuche su conversación por lo que fui a buscar a Masamune.
-. ¿Me quieres matar? Adelante, solo que no quieres aceptar tu realidad. Admítelo, no podrás recordar a Onodera Ritsu en su totalidad. Jajajaja… y más cuando él fue el causante de tu accidente —reía sin parar de manera bizarra que el azabache hizo callar con otro puñetazo.
-.Yukimura, gracias por avisarme.
-.de nada, lo hice porque estaba en peligro y no sabía a quién más llamar.
Se fue sin saber que este cerraría la puerta con llave y arrincono a su uke a la pared.
-.ella tenía razón: yo te vi con ese mismo hombre en la biblioteca hace un mes. No dije nada sabiendo que tu no sederías a él con facilidad cuando tenías experiencia con mi hermana.
-.yo…
-.ahora sé que diste más de un paso hacia atrás de mí.
Este acostó al suelo a Ritsu y lo despojaba de sus ropas, lo que le importaba al final era sacar su miembro casi en erección y lamerlo sin piedad.
-.Takano-san, ¡no, detente!
No respondió y siguió así hasta que las manos cálidas tocaron su cabellera
-. ¡detene, detente, Que me puedo…! ¡¡AHHH!!
Soltó una gran orgasmo que termino por que el de piel albina ya pusiera su miembro en su entrada, solo que ahora se detuvo al ver las lágrimas nacer de sus orbes esmeraldas.
-.Masamune… por favor, detente. *cubriéndose la cara*
Le miro y su cara quedo entre sollozo y huida, pero antes…
-.nunca perdonare lo que hiciste… ni nunca me perdonare lo que te hice… se acabó. Por tu bien.
Cerró la puerta, en verdad no dijo nada más allá de eso, Onodera se arrepintió por lo que comenzó a sollozar abrazado de sí mismo. Masamune no estaba muy lejano de eso, azoto su puerta y cubrió su cara con su mano, para que las gruesas gota de sus ojos no se derramasen; quería ser fuerte en esta decisión.
-.esto… lo hago por su propio bien. Tal vez, ese psicópata tenía razón: no lograría recordarlo y lo lastimaría como hace poco, aunque en verdad no rompió su promesa, y mi existencia será —en poco tiempo—un… simple estorbo.