Capítulo 7: La persona misteriosa
El joven Roronoa estaba sentado en el sofá junto a sus queridos nakamas, Franky les había informado que habría una fiesta por aquella parejita y el rescate de Brook, claro que Chopper estaría allí él no podía faltar.
-A ver… ¿cómo se supone iremos allí todos?, digo yo quiero estar verdaderamente presente en la fiesta –Sanji quería ir con sus amigos pero al escuchar esas palabras de parte de la navegante le provocó un escalofrió, recordaba el spam demoniaco que había recibido cuando era niño; él quería estar pero le asustaba de lo que fuera capaz de hacer ese juego que según el poseía vida propia. Sanji no hablo solo miraba su laptop pensativo, en esos momentos él estaba jugando ya que así había podido comunicarse con Franky.
-¿Pero qué demonios?... –Un extraño personaje que jamás había visto se acercó a él, vestía una capa blanca con bordados de hilo hielo.
-Kuroashi Sanji… -Una voz suave lograba escuchar, aquella persona seguía acercándose con pasos lentos.
-Sí y ¿tú quién eres? –
-tú y tus amigos quieren entrar al juego, ¿no es así? Podría ayudarles, resolveré lo que pueda de tus dudas y temores kuroashi-san –El rubio pensaba cuando Usopp le arrebató el auricular hablando.
-¿Quién eres? –Estaba molesto, había notado algo diferente en Saniji, ese mismo algo que le había mostrado la primera noche en su casa.
-Usopp-san, por favor yo los ayudare, a que todos estén aquí –Hizo un ademan con sus manos, pero como confiar en alguien a quien no le veían el rostro.
-No lo creo, ya no las arreglaremos nosotros, no confiaría en alguien sin rostro –Ahora estaba la opción de altavoz y Zoro hablaba, argumentando aquello con una voz molesta.
-Por favor –Se hinco ante ellos, agachando la cabeza. –Juro que no hacer nada malo para ustedes –
-Pienso que deberíamos hacerle caso, ese sujeto está allí detrás de la pantalla ¿Qué podríamos perder? –Ante estas palabras los demás estaban algo convencido a excepción de Sanji mas no menciono nada del asunto, no podía dejar al descubierto aquel temor.
-¡Bien! Cierren los ojos y visualicen este lugar en sus mentes como si estuvieran frente a mí, háganlo creyendo realmente, deséenlo de verdad y en cuanto les diga por favor habrán los ojos –Su voz era suave y algo tenue en esos momentos, todos hicieron caso a la indicación.
-Pueden abrir los ojos- Habían pasado un par de minutos cuando por fin abrieron los ojos, fue algo sorprendente todos estaban allí, frente a ese sujeto, el peliverde se acercó a él hablándole algo fuerte.
-Bien vas a decirnos ¿quién eres y por qué nos quieres ayudar?-
-Claro Zoro-san – Se quitó aquella capa mostrando un cabello rebelde y esponjado color café, largo hasta media espalda, un par de rayitos color amarillo claro estaban en su flequillo que cubría gran parte de su lado derecho; sus ojos color puro del mar, su piel poseía un muy tenue color canela.
-¿Una mocosa? –Todos tenía muchas preguntas y la primera que salió había sido la del marimo andante.
-No es una mocosa, es el, pero es adorable –Sanji se acercó a él mirándolo mientras estrechaban sus manos.
-Si soy el, y siento verme como mocoso –Se sonrojo levemente, con una ligera sonrisa.
-¡Es tan lindo! –Nami se había acercado a él mirándolo, mientras le acariciaba el cabello.
-Ejem –Zoro estaba molesto, por la atención que tenía el rubio con ese mocoso según él.
-Lo… Lo siento. Mi nombre es Ayumi Saigo. –Se quitó por completo la capa dejando ver su ropa, una vestimenta extraña, era una playera blanca sin mangas de cuello redondo, se podía ver aquel pequeño short negro que resaltaba un poco bajo aquella playera larga que le llegaba a medio muslo; unas botas negras a la rodilla. Los demás se presentaron agradeciéndole por haberles llevado allí, le invitaron a unirse a la fiesta, el acepto gustoso. Caminaban rumbo a donde encontrarían el Sunny mientras platicaban animadamente.
-¿y tú eres pirata?- Nami preguntaba, quería saber más de aquel chico que aparentaba unos 13 años.
-Sí, soy parte de una tripulación pirata poco conocida–Sonrió, claro les contaría un poco más sobre lo que hacia allí a los chicos y su tripulación, solo quería conocer el barco y cocinar algunos ricos pastelillos en compañía del cocinero con el cual caminaba intercambiando algunas palabras a la vez que hablaba con los demás.
El Thousand Sunny estaba anclado en aquella misma isla esperando que sus grandes amigos llegaran a la gran celebración; Chopper llegaba cansado por el fatigante sol de la isla era una gran suerte que aquel extenuante sol decidiera calmar su calor.
El pequeño reno se sentó en el suelo, estaba cansado más había conseguido varias medicinas, remedios y curas de venenos; escucho la voz de su capitán dentro del barco lo cual no le sorprendió solo se quedó inmóvil.
-Acee –Comía un trozo de carne, el primero en llegar a cubierta fue el mayor de los hermanos, estaba hablando con Luffy y el solo le escuchaba atentamente mientras intenta responderle con la boca llena de carne.
-¿Qué pasa? –Chopper, se sorprendió al ver a joven puño de fuego en el barco, se levantó recargándose en la madera, los miro a ambos aun preguntándose.
-¡Hoy celebraremos Chopper! Shishishishi –
-Fiesta salvaje llena de comida-Jalo el brazo de Luffy robándole un beso, sonrojando al joven capitán quien correspondió torpemente.
-¡Ustedes dos se besaron! –Estaba sorprendido el pequeño reno, ¿cómo dos hermanos se habían besado?. En esos momentos abordaban el barco sus queridos nakamas.
-¡Chicos!! –Luffy estaba aún más feliz, por fin veía a todos sus nakamas, los tenia allí a su lado, tan cercas, se acercó al pequeño de cabello café mirándolo de cercas.
-¿Tú quién eres? –Ladeo la cabeza aun observándolo extrañado.
-Mi nombre es Ayumi Saigo, un placer –se había puesto rojo a la vez que retrocedía casi un paso, no estaba acostumbrado a ese tipo de reacciones por lo cual no sabía qué hacer.
-Shishisishi ¡Fiesta Ayumi-chan! –Saltaba de alegría, para subir las escaleras del sunny y decirles a sus queridos nakamas desde allí con una enorme sonrisa –Ace y yo somos pareja -
-¡Felicidades Luffy! –Todos estaban felices por su capitán Sanji se propuso a ir a la cocina para preparar el gran festín, sintió como le tomaban del brazo para apresurase a la cocina.
-Ayumi… -Lo miro abriendo la puerta.
-Déjame ayudarte, soy muy bueno cocinando, además quiero unos tips –Sonrió, bien Sanji le permitió ayudarle y le sorprendió lo bueno que era. Mientras ellos cocinaban los demás platicaban y el chico de goma jugaba con una linda perrita que los había seguido, su pelaje era negro una frensh de largas orejas, ella se enroscaba haciéndose bola, haciendo varias figuras, Luffy intentaba imitarle a duras penas, luego comenzaron a corretearse por el barco como locos.
Sanji comenzó a llevar la comida, la fiesta comenzó, Brook tocaba el piano cantando con todos, Usopp, Luffy junto a Ace bailaban locamente y era ya de esperarse a él gran Franky animándolo todo locamente. Era una gran fiesta llena de diversión, amistad, amor, carne, soja y tofu.
El sol se colaba por las cortinas de aquella habitación, con las cobijas se cubrió el rostro, unas ojeras bajo sus ojos, sentía un punzante dolor en el abdomen, se levantaría, cerraría bien esas cortinas, tomaría a Bepo del brazo y se recostaría con los ojos cerrados sintiendo un vacío oscuro rodearle, su propia “room”; al descubrirse y quedar sentado en la orilla de la cama lo noto, ese no era su apartamento o algún otro lugar que conociera.
-¿Bepo? –Si Bepo estaba en peligro lo ayudaría, en vez de realizar lo planeado miro por la ventana, solo un sonido similar a un gruñido salió de su boca. No, definitivamente no conocía ese lugar si tuviera un mapa o un log pose, tal vez…
-Bepo no te ama –Esa voz era nada más y nada menos de aquel que le había salvado, Law se dio la vuelta sonriendo mirándole la cara.
-Eustass… ¿Que más te debo ahora? –El pelirrojo sonrió tomando la muñeca de Law dejándolo contra la pared, aun lado de la ventana.
-Primero una explicación, segundo… Pasar unos días conmigo. –Acerco su rostro al del chico sintiendo su respiración chocar con su piel, aquellos ojos grises profundos le atravesaron, paso su mano por debajo de la playera de Law tocando sobre los vendajes, sacándole un leve gemido de los labios.
-No voy a tener sexo contigo Eustass ya-Regulaba su respiración, haciendo lo posible por no sonar excitado.
-¿Quién dijo que quiero sexo? –Sonrió, mirándolo tomando sus caderas, más adelante le haría saber lo que realmente quería de él, lo soltó para señalar la alcoba y hablar.
-Law, esta es mi casa, será mejor que tomes una ducha. –Su tono de voz evocaba una orden al temido cirujano de la muerte.
-No me des ordenes Eustass ya… Me bañare y tu espera que te de debo el almuerzo, no tardare –Si le haría algo de comer al tipo, no era que fueran grandes amigos pero de alguna manera tenía que agradecerle, de una manera que no fuera disecándolo o extirparle alguna parte de su cuerpo, eso sería en otro momento.
Había sido la fiesta más increíble para Luffy y demasiado alocada para las chicas junto a su misterioso amigo, ya era madrugada y apenas habían caído rendidos al sueño, Ace estaba como si nada, había hablado con Luffy antes de la fiesta, mucho antes de la llegada de sus nakamas; ahora se pondría en marcha a buscar a cierta persona con la cual tenía que arreglar cuentas.
-Luffy, regresare pronto tu sabes que no puedo dejar esto así como así. –Se hinco mirando a Luffy dormir en el suelo, dándole un dulce beso en los labios, dejo una nota entre la ropa de su pequeño hermano, seguro que la vería. Se encargaría de eso lo más rápido que pudiera y regresaría con Luffy, sin más salió del Sunny sonriendo mientras la luz del sol se adueñaba del cielo a cada segundo que pasaba.
To Be Continued…
