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Después de… por Mishogu

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Notas del capitulo:

n.n7 upss, volvi a faltar, lo siento, pero es muy dificil cordinar amor yaoi y universidad.

Les traigo un extra!!!!

A leer!!!!

Capítulos 14: Sentimientos. 

 

El menor profundizo el gesto sollozando en los brazos de su hermano mayor. No quería dejarlo ir pero sabía que si no lo hacía no tendría el tiempo suficiente para decirle a Sasori la siguiente parte del plan. 

—Hermano, tienes que liberar a los otros, según Sasuke tienes que romper un protocolo o algo así…—Explico rápidamente Gaara. 

—Tenemos que llegar al otro lado, allí están las computadoras que los controlan. 

Sasori hizo amago de moverse pero el dolor lo detuvo. 

— ¡Sasori!

—No es nada hermanito…—
Volvió a levantarse empezando a caminar—… nuestra prioridad es llegar. 

— ¡Sasori no los escuches!—Grito el moreno sometido debajo de Kakashi— ¡Solo quieren destruir Kasa!

El pelirrojo alzo el rostro meditando las siguientes palabras que necesitaba decirle a Sai. 

—No, en realidad los malos aquí es Kasa. 

— ¡Recuerda Sasori! ¡Este es nuestro hogar!

En un parpadeo una marioneta se alzaba del piso yendo directo hacia el par del suelo, la mano de madera alejo al peliplata de forma gentil pero sostuvo en alto al moreno. 

— ¡Nuestro hogar esta en otro lugar! ¡Aquí solo somos juguetes para Orochimaru!

Sasori impulso a la marioneta de modo que cada vez que se alzaba golpeaba contra el piso a Sai hasta dejarlo inconsciente. 

Sin detenerse tomo la cintura de su hermano y de un salto alcanzo unas escaleras en la parte de arriba de la arena de juegos. 

— ¿Y yo que hago?—Pregunto Kakashi desconcertado. 

—Asegúrate que a Sai no le pase nada. —Era el mismo Sasori que recordaba de Konoha. El mercenario pelirrojo y letal.

—Genial…—Mascullo el adulto pasando una mano por su cabello—… la niñera del proyecto inconsciente. 

~«»~

Sasuke cayo de bruces al suelo, la risa sarcástica de su amor impregnado cada espacio del lugar. 

— ¿Te rindes?

—Solo en tus sueños dobe…—
Jadeo—… solo en tus sueños. 

La gruesa suela de una bota presiono desde la nuca hasta la mejilla, la otra en cambio mantenía la mano de Sasuke pegado al piso junto al arma de fuego, plasmando en la piel blanca el diseño. 

—Pongámoste a dormir entonces. 

Sasuke sabía que si Naruto pateaba su cuello lo rompería y en serio estaría muerto, con un contundente tirón logro liberar su mano, dándole paso al leve tambaleo del rubio. 

Aprovecho todo a su alrededor, barriendo la pierna por el piso hizo que Naruto terminara sobre su espalda, no perdió ni un segundo cuando estaba a ahorcadas sobre el menor presionando las manos trigueñas con fuerza. 

—Ríndete ahora. 

La risa que escapaba del proyecto era capaz de erizarle la piel, Sasuke sabía que por mucho que luchara ahora no iba a conseguir ningún avance. 

Se plantó firme en el suelo y miro los ojos rubí del otro, dentro de los pozos carmesí existía el verdadero Naruto, el azul rodeaba la pupila rasgada, sin pensar más en el asunto conecto los labios contra los del rubio mirando atento sus ojos. 

Los párpados trigueños oscilaron entre el rojo y el azul, revoloteando al cerrarse y abrirse de forma rápida. Sasuke sonrió contra los labios del rubio sabiendo que no era inmune a su encanto, después de mucho tiempo volvió a sentir su confianza regresar de la muerte, si Naruto volvió a sentirse enamorado podría regresarlo.

Despego los labios y acaricio un lado del rostro juvenil, asombrado admiro como Naruto se inclina hacia su toque como si se tratarse de un animalito en busca de mimos. 

—Naru…—Susurro besando el puente de la recta nariz, los pómulos y la frente, el sabor salado y dulce de la piel canela era demasiado adictivo—… vuelve a mi amor. 

Naruto se mordió los labios, de pronto sus ojos rojos luciendo hambrientos, tan deseosos que algo entre los pantalones del moreno dio un saltito contento. 

El proyecto abrió los brazos y se enredó con el cuerpo del Uchiha, lo asió con tal fuerza que Sasuke tuvo dificultades para respirar. 

—Teme…—Susurro—… mi teme. 

Sasuke cerró los ojos, fue un error y lo sabía más no podía evitar hacerlo, el perfume naranja y canela seguía allí. Llamándolo y reclamando su amor. 

—Naruto. 

Y eso fue lo último que pudo decir. 

~«»~

Kakashi sintió que Sai se movía, alzo el arma por el cañón para utilizar la culata contra la cabeza de negros cabellos. 

—No quieres hacer eso viejo. —El proyecto moreno sonrió vacío, una simple expresión en un rostro cualquiera. Kakashi se estremeció ante la imagen de que Sai no era precisamente Sai. 

— ¿O si no qué?—Alzo más alto el arma y la bajo a pesar que el moreno no respondió. 

La culata estaba por impactar el rostro de Sai cuando un borrón negro choco contra Kakashi mandando su cuerpo del otro lado de la sala, parpadeo sintiendo pinchazos de dolor a lo largo de su lacerada espalda más el peso sobre sus costillas. 

Enfoco el rostro lastimado de Itachi, podía notar que uno de los brazos del Uchiha estaba roto debido al ángulo anormal en el que estaba torcido. Con todo el cuidado que la prisa ameritaba lo acostó en el suelo, sabía que dentro de poco tanto Sai como Deidara estarían sobre ellos. Palmeo el rostro de Itachi hasta que sus ojos se movieron frenéticos. 

—Tranquilo Itachi, ya estás bien. 

El moreno suspiro mirando el techo. Aún estaba confundido y Kakashi esperaba que pronto pasara y pudiera levantarse. 

— ¿Qué tan mal estoy?—Pregunto intentando mover el brazo fracturado. 

Kakashi tanteo el cuerpo del otro usando solo los dedos, encontró que Itachi tenía una costilla flotante rota y que si no lo llevaba al hospital moriría. No sabía si existía daño interno, además de la costilla todo estaba bien. 

—Te rompió una costilla y el brazo, ¿Puedes levantarte?

Itachi uso el brazo bueno para impulsarse, respondiendo sin palabras mientras Kakashi le ayudaba, ambos sabían que debían encontrar a Sasuke e ir hacia donde Gaara y Sasori. 

A paso lento pero constante, caminaron hacia el frente. 

~«»~

Sasori sentía que a cada paso que daba la vida se le escapaba por las heridas, casi estaba deseando morir, era demasiado dolor pero de inmediato recordaba a Gaara a su costado motivándolo a seguir caminado, noto que Kabuto los miraba pero Orochimaru estaba demasiado ocupado en restablecer el control sobre su cerebro como para ser consciente de su entorno. 

Puso un tembloroso dedo sobre sus labios, asombrado admiro como el peliblanco asentía fingiendo que tecleaba, como Kabuto estaba dispuesto a encubrirlos decidió que debía ir más rápido. 

—Hermano, no te exijas demasiado…—Murmuro el pelirrojo menor sobre su oído—… no quiero que nada te pase de nuevo. 

Sasori sonrió para infundirle confianza, atrajo la cabeza del menor y la beso, le recordó el infante hambriento de besos y abrazos que era Gaara después de la muerte de sus dos progenitores. 

Con más ahínco del normal Sasori aparto a Gaara de su lado convocando a una enorme marioneta con la forma de una salamandra. Ambos eran mercenarios de Kasa y se entendían muy bien por medio de señas así que Gaara no dudo ni un segundo el ponerse entre las patas de la marioneta y ni se asustó cuando quedó atrapado entre ellas, Sasori sobre la cabeza fue alzado hasta que estuvo en el mismo nivel de la plataforma. 

La espalda de Orochimaru fue lo primero que vio, después fue Kabuto alzándose de un salto y acercándose a la puerta más cercana. 

—Libéralos. —Ordeno, los dedos pálidos y delgados del hombre se detuvieron sobre el teclado, la silla giratoria chirrío bajo el peso de científico cuando este se giró. 

—Mi apreciado Sasori…—Entrelazo las manos a la altura de su regazo—… no estás en posición de exigir nada. 

El pelirrojo mayor deposito a su hermano sobre la plataforma manteniéndolo seguro detrás de la marioneta, sus manos fueron hacia atrás cargando cada espacio entre sus dedos de afiladas agujas envenenadas. Se le hacía chistoso que Orochimaru fuera amenazado por las mismas armas que había creado. Puso las manos delante mostrando al moreno que si no obedecía iba a matarlo y después liberaría a sus amigos. 

— ¿Quieres ser un alfiletero humano Orochimaru?—Pregunto lanzando unas cuantas a los pies del científico. 

— ¿Por qué no se lo preguntas a ellos?

Para Sasori fue una sorpresa ver a Deidada y Sai preparando un ataque en conjunto para neutralizarlo, la marioneta se destrozó en miles de astillas estampándolo contra la pared y dejando a Gaara desprotegido. 

—Acaben con el traidor, chicos. —Ordeno Orochimaru ajustando a su oído un dispositivo con micrófono integrado, acaba de terminar de configurar el comando de voz. 

Ambos intercambiaron una mirada pero al final se lanzaron contra Sasori dispuestos a acabar con él, en realidad no lo dudaba, apretó las manos contra la pared listo para saltar cuando vio una escopeta a sus pies. Le tomo medio segundo agacharse y apuntar a los que venían contra él. 

— ¿Realmente serias capaz de dispararnos Sasori?—Pregunto un dolido Deidara, se habían detenido delante del pelirrojo manteniendo una distancia segura para retroceder o atacar. 

—No quiero dispararles…—Reconoció con la voz trémula. 

—Bájala, nosotros nos haremos cargo de los intrusos mientras te atienden. —Ofreció Sai alzando la mano para pedirle a Sasori el arma. 

—No puedo hacerlo, todos ellos pueden morir. —Apunto de nuevo poniendo en la mira a los otros dos. 

—Como quieras Sasori, no te quejes después. —Dijo secamente el rubio antes de lanzarse al ataque de nuevo. 

Sasori respiro hondo, Gaara lo miro todo en cámara lenta, Sai y Deidara se impulsaron hacia adelante mientras Sasori mantenía el arma sobre los cuerpos. Cerró los ojos cubriéndose los oídos cuando el disparo resonó por el nivel seguido de otro y otro. 

Asustado los abrió, tanto el moreno como el rubio yacían sobre el piso, Sasori en cambio se tambaleaba con una mancha de sangre extendiéndose sobre su pecho, giro la cabeza bruscamente en torno a la habitación, el responsable del daño era Orochimaru. 

Antes de que pidiera moverse para ayudar a su hermano un clon de Naruto lo sometió en el piso al mismo tiempo que Sasori se desplomaba con los ojos abiertos muerto de nuevo. 

—Kabuto, prepara el área de reconstrucción…—Sonrío malévolo guardando el arma en la funda atada a su muslo—… y lleva a Gaara, habrá segundo tiempo. 

 

Notas finales:

Y el extra:

Especial de Navidad. 
Cuatro Navidades. 

1er Navidad. 
SasuNaru. 
Regalo perfecto.
 


Todo estaba arreglado primorosamente, incluso el mismo Sasuke había ayudado con la decoración, algo que para el Uchiha era imposible dada su personalidad tan cerrada, tal vez lo convenció el hecho de que Naruto estuviera en una pequeña escalera colgando guirnaldas de colores con un diminuto, descarado y sensual short. 

Sasuke sostenía la escalera sin poder apartar los ojos negros de aquel monumento al pecado. Naru se movía de acuerdo a la guía de Minato. 

—No Naru, es un poco más arriba…—Con esa simple indicación los glúteos y piernas del menor se contraían para impulsar el angelical cuerpo de su dueño hacia arriba y alcanzar la altura deseada por Minato—… ahora te pasaste, es un poco más abajo…—Naruto abría las piernas y se agachaba, Sasuke se estaba volviendo loco con ese espectáculo—… cariño, lamento molestarte pero ahora córrelo a la derecha, debes ver que quede el mismo espacio entre las hondas. 

— ¿Amor no crees que exageras con eso? Hemos medido y marcado la distancia, hasta tienes a Naru en una escalera siguiendo tus ordenes para dejar la decoración «perfecta.»—
Comento el doncel peliblanco. 

Minato, que tenía puesto un infantil suéter verde y unas astas de reno con lucecitas de colores abrazo de la cintura a su esposo. 

—La verdad estoy exagerando, pero es nuestra primera Navidad junta, sé que han pasado muchas pero es la primera en que ni tú ni yo tenemos guardia, quiero que Naru y Sasuke se acuerden de esto, quiero darles lo mejor. 

Kabuto le sonrió abiertamente a su esposo, eran esos pequeños detalles que lo enamoraban día con día, no temía el paso del tiempo puesto que cada segundo amaba más a ese hombre sensual que tenía por esposo. 

—Sasuke, cariño, súbete con Naru y ayúdalo, tu tienes mejor sentido del espacio que él. 

Eso le arranco al pequeño rubio uno de esos pucheros que derretían a Sasuke, al cual la suerte acompañaba en ese día tan bonito. No solo podía ver en primera plana esa área que provocaba sueños demasiado húmedos, el suéter tan similar al de Minato y que lo tenía atado a la cintura no dejaba ver la enorme erección que lo atormentaría pronto y además Kabuto, el mismísimo Kabuto le ordena subirse con su rubio amor. 

— ¿Hueles algo?—Minato alzo el rostro aspirando el aire lleno de risas y felicidad. 
— ¿Es humo, dattebayo?—Señalo el Uchiha menor. 

Un leve silencio mientras Sora y Kimimaro ingresaban a la sala cargando las imágenes de madera que irían debajo del árbol a modo de Belén. Un pequeño regalo de parte de Sasori y Gaara. 

— ¡Mis galletas!—Grito el doncel mayor corriendo a la cocina que al solo abrir la puerta una bocanada de humo salió expulsada— ¡El extintor Minato, el extintor!

El rubio doctor tomo lo pedido e ingreso detrás de su esposo para ver en que podía ayudarlo. 

—« ¡Apúrate Minato! ¡Ya comenzó a quemarse la alacena!»
—« ¡Ahora!»
—« ¡Las cortinas!»

Los cuatro que quedaron afuera miraban la puerta con una mueca divertida en el rostro por todo el relajo que estaban haciendo en la cocina posiblemente incendiada y en vías de reconstrucción.

—Dejo esto aquí…—Sora depósito la caja debajo del enorme árbol al cual le faltaban las luces y uno que otro adorno—… nos vemos en la cena. 

Naruto de un salto se alejo de las manos blancas de su hermano y que ya empezaban a meterse en otros sitios.

— ¿No se van a quedar?

Sora se sonrojo ante la pregunta pero fue Kimimaro quien le respondió al rubio. 

—Nosotros iremos a una fiesta. Pero vamos a regresar. —Agrego al notar esos ojitos azules entristecerse. 

Naru recobro de inmediato la alegría de su semblante, ser más adorable que él no podía existir ante los ojos de su familia. 

— ¿Y a don…?—Interrumpido por el:
—Déjalos dobe, por algo existe la palabra privacidad. 

La otra pareja se sonrió y antes de que alguien lanzara una nueva pregunta salieron tomados de la mano. Sasuke suspiro de alegría, estaba tan feliz por que seguramente Sora no regresaría hasta la cena que era por las 11 o 12 de la noche y Kabuto tendría que ir de compras para remediar el desastre de la cocina por el momento, Minato no dejaría que su amado esposo saliera solo y lo acompañaría, lo que lo dejaba a solas con su rubia adoración. 

—Teme aguafiestas, dattebayo. —Y ese gesto infantil que le hacia delirar. 
—No te quejes dobe y continúa poniendo las guirnaldas, a oto-san no le gustaría que no tuviéramos listo todo. 

Naruto volvió a escalar a su lado llevando en el cuerpo enrollados las largas cadenas que debían colocar al rededor de la sala de estar y el comedor, después tenían que terminar el árbol y acomodar el Belén. 

Sasuke estaba entretenido en manosearlo a su sabor y antojo, mientras fingía realizar una simple tarea, el pequeño cuerpo de su hermano menor encajaba perfectamente al suyo. Su pelvis estaba pegada al trasero del rubio y con cada movimiento que realizaba el roce se hacia mayor, mucho mayor. 

Hasta que ya no pudo más, tomo la cintura estrecha de Naruto y le enterró la entrepierna a pesar de la ropa, sacándole un gemido. 

—Te-teme…—Suspiro separando las piernas para darle un mejor acceso—… oto-san y oto-chan…
—Shhhh…—
Un arrullo delicado—… esperemos a que se vayan y podremos divertirnos un rato. —Lamió la curvatura del cuello del rubio. 

Alejándose el uno del otro estaban cuando Minato salió de la cocina. Tenía el rostro lleno de hollín. 

—Vamos a salir.
—No se pudo rescatar nada, ¿Verdad oto-san?

El rubio se rasco la mejilla sonriendo, el blanco de sus dientes en contra a lo negro de su piel y esos ojazos azules que encandilaban, le conferían un aire gracioso. 

—Así es…—Adopto una pose de confidente con los dos Uchiha—… pero no se perdió mucho, el pavo de este año no me convencía. No era sabor ramen. 

— ¡Minato!—
Grito Kabuto súper enfadado llevándoselo del oído— ¡Ahora menos hago ramen!

Ambos adultos se perdieron en la puerta a la salida, los menores podían escuchar como Minato era arrastrado y Kabuto lo conducía como si de tratase de un animal. 

—«Cámbiate.»
—«Lo que tu digas amor… pe-pero no te enfades.»
—«Apúrate Minato, no tengo toda la noche.»


Después los pasos forzados se perdieron detrás del retumbar de una puerta. 

—Algún día, teme, yo te tratare como oto-chan trata a oto-san, dattebayo. —A Sasuke le dio un ataque, el tic en su ceja era exagerado y sus manos empuñadas no presagiaban nada bueno. 
—No digas tonterías dobe…—Siseo casi, por que con Naru no podía enfadarse—… y apúrate que tenemos que terminar todo. 
—No son tonterías teme…—
Naruto se aproximo a su cuerpo, deslizando su pecho por el del moreno—… solo debo decir: «Nada de sexo por un mes» dattebayo. 

El «casi» enfado de Sasuke se esfumo, era verdad, las palabras mágicas de Kabuto funcionaban, hacían que el rubio tuviera poder y él subyugación. 

—Dobe…—No podía perder el control de la situación, por que eso no era digno de un Uchiha, aunque no aplicaba por que Naru era otro Uchiha—… solo terminemos de arreglar las cosas y después debatimos sobre tortura medieval. 

Naruto de un salto cayó sentado en el enorme sofá de la sala destartalándose de la risa, Sasuke en cambio, admiraba como su hermanito estaba de cara al sofá retorciéndose, esas piernas delgadas pero generosas, la piel tostadita y caliente. Bien hubiera podido lanzarse encima de Naruto y tomarlo en esa misma locación que horas después tendría que compartir con los invitados. 

Pero no, el muy dobe debía levantarse y salir corriendo al comedor que era el ultimo lugar a arreglar. 

—Apresúrate teme, pareces un caracol y no solo lo digo por lo lento, dattebayo. 

Sutil forma de llamarlo baboso, Sasuke suspiro intentando reunir su autocontrol para no arrinconar a su hermano y hacerle el amor sobre la mesa ya dispuesta. 

Le molestaba mucho la cajita en la bolsa, pero debía esperar para darle el regalo a su amado rubio, ya se imaginaba la cara que pondría cuando lo pusiera en sus manos y lo abriera. 

—Dobe…—Llamo dándole los últimos toques al árbol, reviendo por única respuesta un quedo:
— ¿Hm?
— ¿Qué me vas a dar de regalo?

Naruto conecto el enchufe y las luces de colores saltaron a la vista dándole la atmósfera deseada a la estancia y lanzando sobre las figuritas de madera la felicidad del instante. 

— ¿Qué me vas a dar tu?

Sasuke gruño, no le gustaba que Naruto le saliera con evasivas.

— ¿No me digas que se te olvido?
— ¿Y se te olvido a ti? 

Sasuke suspiro cansado. 

—No, no se me olvido. 
—Genial, por que a mi tampoco…—
Una tierna mirada acusadora—… no como tu que me das un año si y un año no, dattebayo. 
— ¡Siempre te doy regalos dobe!
— ¡Mentiroso! ¡Meterme al baño y convencerme de que te hiciera una felación no es un regalo, teme, dattebayo, al menos no para mí!


Su mentó voló a esa escena tan bonita, por que para Sasuke, ver a su hermano arrodillado en el piso con la cara roja y su inocencia que no se esfumaba le hiciera lo que le hiciera, era la mejor imagen del mundo. 

— ¡Teme!—Chillo el rubio al notar el bulto entre sus pantalones. 
— ¿Qué? Esto es perfectamente normal si evocas esa imagen tuya en el baño. 

El rubio salió corriendo hacia su habitación siendo seguido por Sasuke que ya se había preocupado por su amor. 

— ¿Naru?
— ¡Teme quédate afuera, dattebayo!—
Grito el menor estampándole en la cara la puerta—… y termina de arreglar todo. 

Bajo refunfuñando. Es que con Naruto nunca se sabia, podía estar dócil y al segundo siguiente una fiera, a veces con un simple roce de labios ya sufría de una erección y en otras no bastaba tocarlo. 

Realizo las tareas pendientes escuchando como en el piso de arriba su rubio iba de un lado para otro y de pronto…

Nada… la casa entera cayo en un sepulcral silencio que si hubiera caído un alfiler en el sótano lo escucharía. Dejo todo lo que hacia y perfilo sus pasos hacia las escaleras. 

— ¿Dobe?—Su voz se extendió por el pasillo.

Solo sus pasos en los retablos del piso y el chirriar de la madera, abrió la puerta de la habitación de su amor y la hallo vacía. 

—« ¿Ototo-baka, Naru no esta…?»—Itachi en su hombro miraba todo. 
—No, el dobe no esta, aniki. 

Sasuke se alejo hacia la puerta de su propia habitación con la esperanza de que tal vez Naru se hubiera quedado dormido y esa era la razón de la imperturbable calma instalada en la casa. 

Tomo el pomo de la puerta y la abrió. El clic de la cerradura retumbo como eco, la empujo dejando que se fuera hacia adelante chocando con la pared y…

… Papá Noel se había caído desde la chimenea, estampando sus renos, al llevarle el mejor y más estupendo regalo de su vida, en la entrepierna. 

Naru, su Naruto estaba en la cama, completamente desnudo y con una moña en la cintura, en ese hueso que sobresalía de su piel y le confería un aire endemoniadamente sensual, de la cual dos cintas, una que le cubría la entrepierna y la otra en sus pezones, el rubio ladeo la cabeza al deslumbrarlo con una sonrisa. 

—Feliz Navidad, dattebayo. 

Y si no se arrodillo y le rezo a quien le cumplió semejante fantasía fue por que, evidentemente era un Uchiha y no podía perder tiempo. 

De una patada cerro la puerta y se lanzo a la cama para destapar su regalo, aunque para ser honesto no necesitaba retirar más que aquella diminuta cinta roja que no le permitía observar en todo su esplendor ese cuerpo pequeño y delicado dispuesto a sus más bajos instintos. 

Paso la mano por la cadera desprendiendo la cinta y al hacerlo las dos tiras también se fueron retirando dándole a Naru un pequeño pero firme jalón en el pezón al que había adherido el material. 

—Ahh…—Gimió con esa voz tan inocente, podía tocarlo, hacerle lo que deseara por que Naruto seguía sorprendiéndose de lo bien que lo hacían sentir las manos de su hermano mayor. 

—Así que este es mi regalo…—Sasuke tenía las manos muy ocupadas en explorar a su pequeño amante—… yomi. —Naru sonrió adorable.
—Sip…—Apretó las piernas cuando esa mano blanca se coló siguiendo la línea de la ingle— ¿Y el mío?

Sasuke se separo de su hermanito y se arrodillo, tomo la mano de Naruto y la paso por su entrepierna, el miembro de Sasuke era por demás, asombroso ante esos ojos azul cielo, ya podía sentirlo dentro empujándose contra sus entrañas.

—Este es tu regalo dobe…

Naruto cerró los ojos y envolvió totalmente el pene de su hermano para ir bajando y subiendo en una caricia tierna con todos los deseos del mundo de provocar placer. 

Sasuke enloquecía segundo a segundo en cada toque, como si la piel de Naruto hubiera traspasado la tela y lo tocara sin problemas. 

El sonido de la cremallera bajando lo saco de ese limbo tórrido que su mente creaba, lo que veía eran dos manos trigueñas, delicadas y pequeñas en un vaivén lento. 

—Naruto…—Susurro moviendo las caderas embistiendo las manos de su hermano—… sigue así.

De pronto ya no las sintió, el pequeño dejo de tocarlo y su miembro, desatendido y vacío se quejaba con punzadas. Abrió los ojos pero una espalda perfecta le impidió ver, subió la vista hacia la nuca encontrando el cabello oro, la bajo en el acto alcanzando a ver como el glande rozaba aquella pequeña entrada y se introducía sin problemas. 

Sus brazos recobraron la razón de su existencia al alzarse y rodear el pecho aun desprovisto de musculatura, bajando al dueño de tan angelical cuerpo hasta que sus glúteos tocaron la pelvis de piel blanca. 

Naruto que le daba la espalda se arqueo brindándole un nuevo ángulo que penetrar, recargo la cabeza en el hombro de su hermano. 

—Te-teme…—Con cada sílaba su interior se ensanchaba y contraía—… apúrate, dattebayo…

Sasuke no podía dejar que su adoración rubia esperara tanto, aunque él también necesitaba sentir por completo de ese cuerpo que antaño era más pequeño. 

Los brazos de Naruto se dirigieron hacia atrás aferrándolo del cuello al tiempo que Sasuke preparaba las músculos de los brazos y piernas para alzar al rubio y dejarlo caer, la primera embestida dio directo en el punto de placer en el interior de Naruto logrando que su vista se nublara por completo. 

Para el pequeño rubio solo estaba Sasuke y la sensualidad que destilaba por cada uno de sus tórridos poros, Sasuke y su magnifica forma de embestirlo por detrás, Sasuke y su lazo sanguíneo que solo hacia reciproca la entrega. 

Sasuke en cambio estaba más concentrado en darle placer a su hermanito, era una de las tantas Navidades, la que diferenciaba a esta del resto es que tendrían compañía y la cena solitaria llena de arrumacos tiernos que lentamente perdían inocencia no podrían ser, ¿Acaso delante de los invitados se comería los labios dulces de su hermano?

Tomo la nuca de Naruto y lo empujo hasta dejarlo con el pecho sobre la cama, las caderas en alto, Naruto empalado por su miembro. Mejor espectáculo que ese aun no existía. 

Preparo la cadera y saco todo su miembro del interior de su hermanito, lleno de besos la espalda trigueña y arremetió con toda su fuerza, Naru apretó los músculos interiores deliciosamente con ese ardor delirante, como le gustaba tener el sexo de Sasuke enterrado en las entrañas. 

El mayor repitió la operación las veces en que Naruto necesito acostumbrarse al vaivén frenético de su hermano que violentaba su interior. 

La mano de Sasuke busco a tientas el miembro de su hermano y al encontrarlo lo envolvió completamente, y eso, a Naruto lo enloquecía, no solo recibía en su interior al que amaba con todo si no que además, este le brindaba en cada caricia un placer desmedido. 

—Te-me…—Sollozo presa de ese indescifrable goce—… ya no aguanto, datte-bayo. 

Sasuke, en símiles condiciones se preparo para salir del cuerpo de Naruto, bien podría montar a Naru sombre su cuerpo y masturbarse juntos, no era tan mala idea, aunque también podían usar el 69, pero el rubio tenía una mejor idea, llevo ambas manos hacías los glúteos perfectos de su hermano y lo hundió todo lo que pudo redescubriendo que tan hondo podía alcanzarlo. 

—Aahh… Na-Naruto suéltame…—Movió las caderas para salirse, pero solo logro causar más excitación al acariciar por dentro a Naruto. 

—Este…—Escucho—… será nuestro regalo para el próximo año…—Una voz que no perdía la belleza de la infancia—… nuestra descendencia. 

Un hijo, un ser creado a partir de su amor prohibido, es que ni siquiera supo cuando había eyaculado dentro de su hermano y este, víctima de esa húmeda y delirante sensación termino sobre las sabanas de la cama.

Ambos cayeron exhaustos, lo único que escuchaban era la respiración frenética del otro, Sasuke permanecía dentro de su hermano sintiéndolo respirar, esa forma en la que el anillo de carne que lo albergaba se contraía. 

— ¿Hablas en serio?—Y esas últimas palabras de Naruto lo dejaban en una especie de ilusión fantástica. 

— ¿Lo del bebe?—El rubio pataleo para que Sasuke retirara su peso y pudiera acomodarse mejor. 

—Si…—A Sasuke se le ocurría que dicha promesa se debía al placer de tenerlo dentro como un: «Hazlo hasta dejarme embarazado.»

—Claro que si teme, solo imagina tener niños a nuestro lado que me llamen papi o papá y a ti te llamen padre, dattebayo. 

Sasuke analizo el rostro de Naruto que estaba acostado boca abajo a su lado. Se veía hermoso planteando una familia, la luz de sus deseos le confería una beldad sin límites. 

Desvío la vista al techo, al mismo techo que presencio sus sueños húmedos más candentes cuando no podía tener al pequeño e indefenso Naruto. El mismo que ahora le sonreía con la boca de una serpiente. 

—Suena muy bien dobe…—Atrapo la cintura del rubio—… es más, me parece buena idea el que tengamos segunda ronda para asegurarnos de que nuestro bebe ya viene en camino. 

Y se lanzo sobre Naruto, por que el regreso de los adultos aun estaba muy lejano. 

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Espero que les haya gustado, tanto el cap como el extra.

Comenten si les gusto. 

Gracias a: KAISER por su apoyo.

Duerman bien y coman mejor, les dara mucho tiempo con el yaoi n.ñv

Nos vemos pronto n.n/


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