Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boda Gay… en el Congo por La_Oscura_Reina_Angel

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Epílogo primera parte

 

13 años despues~

 

-¡Esa es mi hija! -saltó Teres con entusiasmo, aplaudiendo cuando su niña lo logró- ¡Muerdan el polvo! -gritó el latino viendo a su chispita muy ufana con el balón a sus pies.

 

Edgar Valtinas, su esposo, rio al ver el entusiasmo de Teres al ver a su hija usar la técnica que con tanto esmero la chiquilla se había empeñado en aprender de su papá, el muro de hierro de los andes. Era sólo un partido amistoso entre el colegio de su hija y otra escuela. Edgar miró a su chiquita que sonreía con orgullo, pateando el balón hacia uno de sus compañeros de equipo, si la pequeña tenía 11 años, pero sin duda sería una defensa del calibre de su papá a pesar de su corta estatura, prueba de eso era que su hija había sido la única mujer en ser llamada para el equipo juvenil de Argentina para el mundial. Su pequeña Konoha Tolue.

 

-Que injusta es la vida -se quejó Edgar con un puchero.

 

-¿Eh? -preguntó Teres sentándose de vuelta y mirando a su esposo.

 

-Nuestra hija. Yo la cargué nueve meses, pero… salió a ti, no sólo físicamente, mírala es morena, tiene tu pelo, tiene tus técnicas, es incluso defensa y capitana como tú -lloriqueó-. No sacó nada de mi a pesar de que yo sufrí los dolores de parto -culpó a Teres quien no se pudo ver más orgulloso ante este hecho, hinchando el pecho.

 

-Esa es mi princesa -sonrió besando a su esposo- Te desquitaste con Vanfeny. Salió a ti -sonrió señalando al bebé de tres años en su regazo, el chiquito había salido a Edgar con el cabello y los ojos curiosos de su esposo.

 

-Sí, Van-chan va a ser un delantero como papá y aprenderá excalibur -aseguró con una sonrisa mirando a su bebé que le sonrió con la cara llena de helado que estaba devorando.

 

-Claro que sí, amor -le sonrió Teres quien ya andaba ensenándole a patear el balón a su hijo. Su perfecta familia, y pensar que todo empezó por que aceptó la invitación de Fidio Aldena para ir a su boda en el Congo. Sí, ese viaje era lo mejor que le podía haber pasado, lo sabía cada vez que miraba a su caballero inglés, su pequeña princesa y su guapo hijo. Rococo y Fidio no tenían idea de lo mucho que el argentino les debía, si ellos nunca hubiesen decidido casarse, ninguno hubiese viajado al Congo y entonces él no tendría su maravillosa familia.

 

***

-Sí, entrenador, váyase de una vez -rio Tenma con 23 años ya el chico acudía a la universidad, y aunque Endou no era ya su entrenador el chico de ojos metálicos seguía llamándole así. Ese día era el aniversario de la boda de Endou con Ichirota y Tenma sería el niñero del pequeño de la pareja. Bueno, ni tan pequeño, el chico ya tenía 12 años por lo que era fácil cuidarlo. Además su novio Kyousuke Tsurugi estaba ahí para ayudarlo.

 

-Tendremos el celular encendido si nos necesitas -suspiró Endou besando la frente de su hijo y despidiéndose de sus antiguos estudiantes, Ichirota hiso lo mismo y dándoles una sonrisa de disculpa tomó la mano de su esposo para acompañarlo al auto.

 

-¿Tus papás son algo aprensivos, no crees Matatagi? -preguntó Tenma. El medio campista sonrió encogiéndose de hombros viendo marchar a sus padres.

 

-Ne, Tsurugi… juguemos videojuegos -le habló al peli azul.

 

-Venga, mocoso, te daré una paliza -asintió y Tenma los acompaño cerrando la puerta de su casa.

 

Mamoru e Ichirota fueron a un lindo restaurante privado en el que se sentaron juntos a comer.

 

-Te amo, Ichi… ¿Lo sabes, verdad? -le preguntó Endou de pronto tomando su mano. Ichirota le sonrió y asintió.

 

-Tanto como yo a ti. Te he amado desde que éramos críos de séptimo grado en Raimon.

 

-Y yo también a ti, fuimos unos tontos por perder tanto tiempo -suspiró el ex-portero y actual entrenador del Raimon aun.

 

-Más vale tarde que nunca -le recordó Ichirota encogiéndose de hombros-. Lo que importa es que ahora estamos juntos, envejeceremos juntos y nos haremos viejitos y arrugados juntos y además tenemos a Matatagi -le recordó-, el mejor regalo que pudiste darme -aseguró.

 

Endou negó con la cabeza y una sonrisa.

 

-No, él es el mejor regalo que tú pudiste darme, junto al sí que me distes el día que nos casamos.

 

Ichirota rio besando a su esposo.

 

-Entonces él fue el mejor regalo que pudimos darnos mutuamente. ¿Vale?

 

Endou rio también

 

-Vale -asintió.

 

-¿Iremos al cumpleaños del hijo de Rococo? -preguntó Ichirota de pronto recostando su cabeza en el hombro de Endou. Endou asintió.

 

-Sí, me apetece volver ahí, donde todo empezó -sonrio. Ichirota también sonrió.

 

-Sí, después de todo fue en el Congo donde nos unimos por primera vez.

 

-Esa selva es mágica, después de todo ahí encontramos la verdadera felicidad al atrevernos a dar el paso el uno con el otro -le dijo abrasando a su Ichirota que asintió. Era cierto, esa selva había sido mágica y no sólo para ellos.

 

***

 

-Buena atrapada Chet -sonrió Mark revolviéndole el cabello rubio a su hijo. Chet le había pedido ayuda para entrenar. El como Dylan y él habían acabado con un hijo portero no era comprensible, pero si divertido, sólo les faltaba un hijo defensa y cada uno en esa casa tenía una de las cuatro posiciones.

 

Cada vez que Mark miraba a su hijo se asombraba del regalo que le había dado su Dylan, Chet tenía el cabello rubio largo y los ojos violeta, a veces podía parecer una chica, pero cuidado con confundirlo porque te rompería la nariz rápidamente demostrándote lo hombresito que era.  Mark sonrió, su hijo había sacado el carácter bélico de Dylan.

 

-Familia, a comer -se asomó por la puerta del patio un muy embarazado Dylan. Mark se dirigió hacia su esposo dándole un beso mientras Chet se quitaba los guantes para entrar a la casa.

 

-Consignasen una habitación -rio el rubio al pasar junto a sus padres. Mark sonrió. Chet había llegado de forma inesperada, había sido concebido en el Congo y sus padres no se habían esperado su llegada, pero lo habían amado desde el primer momento. Entonces habían  decidido que Chet sería hijo único, pero las cosas pasaban y ahora esperaban su segundo hijo, al principio Dylan se cabreó y culpó a Mark, pero sólo duró un par de días, ahora era feliz con su nueva pansita. Sería un niño y habían decidido ponerle Saru.

 

-¿Estás seguro que quieres hacer ese viaje? -le preguntó Mark preocupado, su esposo quería mucho hacer el viaje al Congo y verlos a todos, pero faltando tan poco para el nacimiento de Saru que le preocupaba hacer un viaje tan largo.

 

-Sí, Saru y yo estaremos bien -le aseguró Dylan dándole un último beso antes de entrar a la casa. Mark suspiró sonrió y siguió a su esposo.

***

-Amor… Zanark tiene novio -dijo de pronto Akio divertido. Zanark era el único hijo de Kidou y él.

 

-Lo sé, Akio, no seas malo y no lo avergüences -le advirtió Kidou con una sonrisa divertida-. Finjamos que no estamos enterados cuando nos diga -le dijo guiñándole un ojo a su esposo.

 

-Uhmmm tendrías que comprar mi silencio -le dijo Akio sugerentemente tomándolo de la cintura.

 

-Pero… Akio-san, no tengo dinero -fingió Kidou en tono de aflicción, era mentira y tenía más dinero del que algún día podría gastar, pero sabía que a Akio le divertían esos juegos y por qué no decirlo, a él también le gustaban.

 

-Feo caso, señor Kidou, entonces tendrá que pagarme en carne -le dijo acariciando sus caderas y subiéndolo sobre el escritorio. Yuuto le rodeó con sus piernas las caderas tratando de no sonreír.

 

-Pero… pero, señor Fudou.

 

-¿Se negará? -preguntó Akio en fingido tono serio arqueando sus cejas divertido.

 

-No señor Fudou, haré lo que pida -le prometió rodeando con sus brazos el cuello de Fudou.

 

-Así me gusta, señor Kidou, ahora flojito y cooperando -sonrió besando los labios de Kidou y desabrochando su camisa hábilmente-. Te amo -le recordó el chico de ojos verde.

 

-Y yo a ti -le sonrió el de profundos ojos rojos.

 

Continuará…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).