KiBum se percató demasiado tarde, luego de que Yesung se marchara, para darse cuenta de qué el también debía ir al set para la filmación de la película en la cual participaba, Pero tampoco podía dejar el niño solo y mucho menos, a cargo de cualquiera.
Tenía dos posibilidades, Faltar al ensayo o llevarlo con él.
El problema recaía en que él era uno de los personajes principales, y no tenía una excusa coherente en aquellos momentos para soltarle a su director.
Solamente le quedaba la segunda opción.
Llevar al pequeño con él.
-¿A Nunde? –Cuestionó el pequeño ladeando la cabeza hacia uno de sus costados todo inocente mientras miraba a su omma con curiosidad. KiBum revolvió el bolso del pequeño para sacar algo de ropa del mismo y vestirlo.
-A mi trabajo, pequeño, debo ir a trabajar… -Informó mientras le colocaba la ropita abrigada debido al frío que hacía en el exterior. Inmediatamente. Cuando acabó de vestirlo. Tomó la pequeña mochila del pequeño y lo cargo hasta el auto, para dejarlo en el asiento trasero, frunció las cejas recordándose que debía comprar un asiento para bebes y… ¿Qué demonios hacia pensando eso?
KiBum se montó en su Audi A8, cerrando la puerta, cuando escucho su móvil sonar. Se colocó el auricular inalámbrico en la oreja de forma correcta y contestó, escuchando la escandalosa voz de su hermano mayor y compañero de trabajo Heechul.
-¿¡Sabes la hora que es?! ¡¿Dónde estás mocoso mal agradecido?!
-Estoy en camino al set… -Respondió de inmediato mientras ponía en marcha el carro, escuchando los gritos histéricos de su hyung.-Y no soy mal agradecido, simplemente se me hizo tarde, no es algo que ocurra todos los días –Comentó irritado, El pequeño en el asiento trasero, cubrió con sus manitas la boca, mientras reía levemente. Como si supiera con quien hablaba.
-¡No me hables así! ¡Cuando llegues me escucharas!
-No eres mi padre, HeeChul, Cuando llegue al set, vas a comprenderme… -Habló de forma cortante para luego cortar el móvil. Cuando estaba por soltar el auricular y arrojarlo al asiento junto a este, El móvil volvió a sonar, y más irritado que antes, atendió.- ¿¡Qué?!
-Amor~ No me grites tan feo… -Escuchó la voz de su esposo al otro lado de la línea.
-Lo siento. –Respondió inmediatamente, viendo por el espejo.- Estoy algo… preocupado, tuve que salir al set, y me dejaste solo con KiSung… -Murmuró el menor mientras veía como el rostro del pequeño se descomponía. Suspiro y continúo el rumbo hasta la empresa donde él trabajaba.
Se bajó del coche y bajo al pequeño de forma rápida, aun hablando con el mayor de cosas triviales. Cuando escuchó que este debía marcharse.- Suerte en la reunión. . . –Decretó el esposo menor mientras caminaba hasta la entrada de la empresa con el niño en brazos, llamando la atención de todos en el sitio.
Nada más entrar fue abordado por las personas encargadas de maquillaje y vestuario, llevándolo junto a KiSung al camerino que seria del menor, donde rápidamente comenzaron a prepararlo, teniendo que dejar a KiSung sentado en una silla a su lado.
La puerta se abrió se forma algo violenta dejando ver a un molesto HeeChul que avanzó hasta donde estaba su hermano mirándolo de forma inquisitiva.
-¡Tito Chul!-gritó el pequeño sonriendo alegremente al ver a su tío ahí.
Y HeeChul paso del enojo a la confusión, mirando al pequeño que le sonreía alegremente, para después desviar su mirada hacia su hermano, levantando una ceja interrogándolo.
-Anoche llego a nuestra casa- dijo en tono bajo y algo cansado- dice ser nuestro hijo.
-Pues mirándolo bien, si se parece a ti y al lento de JongWoon- dijo acercándose al pequeño- ¿Cómo te llamas?
KiSung infló sus cachetitos molesto haciendo un puchero de lo más encantador y adorable.
-KiSung tito Chul- dijo el menor de todos.
-¿Por qué me dices tío?-preguntó HeeChul mirando al pequeño rodar los ojos, justo como su hermano cuando preguntaba algo demasiado obvio solo para molestar.
-Podque edes el hedmano mayod de Omma- dijo con total naturalidad, moviendo su cabecita reafirmando sus palabras.
-Definitivamente es hijo tuyo- dijo HeeChul, notando que el pequeño estaba algo despeinado- ¿no lo peinaste antes de venir o tiene el mismo corte extraño de tu esposo?-preguntó viendo los cabellos revueltos del bebé.
-Solo alcancé a cambiarlo- dijo mientras las cordi-noonas terminaban de maquillarlo y peinarlo- si tanto te molesta puedes peinarlo- dijo yendo hacia el cambiador para colocarse el traje que utilizaría.
HeeChul negó un par de veces antes de tomar en brazos al pequeño para subirlo al tocador, dejándolo de frente al espejo.
-¿Y cuántos años tienes KiSung?-preguntó mientras tomaba entre sus manos un cepillo para comenzar a peinar al pequeño que levanto tres de sus deditos.
-Tito- murmuró luego de un rato- quiedo jugad-dijo comenzando a aburrirse.
HeeChul vio al pequeño que hacia un puchero adorable debido a su aburrimiento, pero, el también debía trabajar ¿qué podría hacer por el pequeño para que no se aburriera? Suspiró derrotado ante aquellos ojitos tiernos del pequeño y asintió.
-¿A qué quieres jugar? -Cuestionó mientras le terminaba de arreglar el cabello, el pequeño lo pensó un poco y sonrió alegre viendo a su tío con una sonrisa tierna.
-¡Escodite!
-No.-Escucharon la voz de KiBum del otro lado de la puerta del baño, de dónde salía vestido con unos pantalones oscuros, una camiseta sin mangas color negra que se apretaba a su cuerpo y sus cabellos estaban atados. Tena accesorios en las muñecas, un par de muñequeras y lo que parecía ser un par de vendas en uno de sus brazos.
-¿Pod qué no? –Cuestionó el pequeño haciendo morros, corrió hacia su Omma con sus torpes pasitos cuando HeeChul lo bajó al suelo. KiBum se agachó para quedar a la altura del pequeño.
-Porqué este sitió es grande y no quiero que te pierdas ¿de acuerdo? -le habló con la voz dulce, El pequeño asintió con la cabeza mientras sonreía ante la preocupación de su Omma.
Yesung salió de su reunión mientras suspiraba pesadamente. No podía llamar a KiBum en aquellos momentos pues seguramente el pequeño aún estaba en los ensayos. Miró su plano y moderno artefacto para mandar y recibir llamadas, y se sentándose en su silla detrás del escritorio.
-Kim KiSung... -Murmuró mientras veía su móvil jugando con el mismo, le había tomado una foto en medio de la noche al pequeño dormido entre sus brazos y los de su esposo. Si se ponía a pensarlo, el pequeño se parecía mucho a él y a KiBum. Aún qué claro, no podía entender como el pequeño había llegado allí.
-¿Qué te hace suspirar tanto? -Escuchó la voz de su mano derecha llegar a sus oídos, levantó la cabeza del móvil y vio a su compañero acercarse.
-Ah, Buenos Días Hae... –Habló el mayor algo distraído, El chico con cara de pez levantó una ceja, todo extrañado.
-Hyung, nos vimos en la reunión, y cuando llegaste… -Aclaró el más joven sentándose delante de él, mirando al otro con los brazos cruzados.- ¿Que tienes?
-Nada, algo paso ayer y me tiene concentrado en eso y distraído en los otros... -Confesó.
-Tu vives distraído... -Declaró mientras miraba al mayor con los ojos fijos, cruzando los brazos.
-Pues, Tú y Han deben llevar sus traseros a casa mañana, Les tengo... que enseñar algo, necesitare toda la ayuda posible.
-Sabes que Han Kyung está ocupado con su trabajo en el hospital, no puede...
-Es exactamente por eso que necesito hablar con ustedes con tanta urgencia... –Concluyó poniéndose de pie, mientras mirando de nuevo el papel tapiz de su móvil.
Al final el pequeño KiSung había terminado sentado en la silla que era para KiBum mientras él y varios de sus compañeros oían atentamente las indicaciones del director.
-Pequeño-le llamaron las noonas que estaban curiosas de saber porque Kim KiBum traía con él a un pequeño.
KiSung volteó a ver al grupo de siete mujeres que le sonrieron y el devolvió la sonrisa, estirando sus bracitos hacia ellas, siendo rápidamente cargado por una de ellas, que se lo llevaron al fondo del estudio donde podían interrogarlo a gusto.
Cuando el director les dio un descanso KiBum inmediatamente fue hacia su silla, asustándose al no ver a su pequeño ahí, entonces comenzó a buscarlo con la mirada.
-¿Dónde te metiste KiSung?-murmuró comenzando a entrar en pánico, cuando desde el fondo comenzó a oír las risas del pequeño, yendo hacia allá de inmediato viendo a su pequeño entre las noonas riendo ante las caras que hacían varias de ellas para mantener al pequeño entretenido.
-¡Omma!-gritó el pequeñín al ver a KiBum detrás de una de las noonas, su rostro se veía pálido, siendo rápidamente tomado en brazos por su madre que lo estrecho con algo de fuerza contra su pecho.
-¿Por qué te fuiste de la silla donde te deje?-le regañó, frunciendo el ceño.
-Nosotros nos lo llevamos de allá KiBum-shi-habló una de las mujeres.
-Noonas solo quedian que jugada con ellas- dijo haciéndole un tierno pucherito a su Omma que termino suspirando.
-Está bien, pero si se lo van a llevar de donde lo deje al menos avísenme-dijo antes de que la pancita de KiSung comenzara a sonar, llamando la atención de todos los adultos.
-Tengo hambe-dijo llevando sus manitas a su estomago que gruñía levemente- quiedo comed con Appa.
-Pero tu appa está ocupado trabajando-le dijo KiBum llevándolo a su camerino, donde estaba KangIn hablando por teléfono.
-Pedo Appa siempe come con nosotos- dijo mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas- ¿Appa ya no me quede?-preguntó con voz quebrada mientras las lágrimas comenzaban a rodar por las sonrojadas mejillas del pequeño.
-¡¿Qué diablos le dijiste KiBum?!-le regañó HeeChul llegando hasta él tomando entre sus brazos a KiSung que ya estaba llorando.
Los ojos de KiBum se abrieron en todo lo que le fue biológicamente posible, el pequeño lloraba en brazos de HeeChul como si no hubiera un mañana por un pequeño mal entendido, caminó despacio hasta el pequeño y lo tomó en brazos, prácticamente arrebatándoselo a su hermano de las manos.
-Yo no dije eso, Ki…Sunnie… -Murmuró mientras acariciaba la espaldita del chiquitín con cariño, lentamente, Tratando de que el pequeño entre sus brazos se calmara. Cosa que fue logrando poco a poco.- Pero, appa está trabajando y no puede venir ahora, simplemente, va a venir más tarde… pero, si quieres, podemos llamarle ¿Sí? –Trató de tranquilizar al pequeño mientras lo sentaba en una silla. El chiquitín miro a su Omma con los ojos llorosos, lágrimas que limpio el mediano.
-¿Qué le dijiste? -Volvió a cuestionar HeeChul, hasta que la puerta se abrió, vieron como un muchacho, algo, de cabello oscuro y ojos cafés entraba a la habitación.
-KiBum-ah... el director quiere verte... -Declaró el muchacho, de forma cortante y seria, KiBum se estremeció levemente, apretando al pequeño contra su pecho.-
-Ah, Sí... ya voy... –Habló el más joven de los tres presentes, sin contar al pequeño, sin levantar la vista o tomarle importancia, estaba demasiado ocupado calmando a su hijo, inmediatamente. HeeChul fulminó con la mirada al joven que estaba allí.
Salió rápidamente de la empresa, cuando dio el medio día, salió prácticamente volando hasta su auto, se subió en este y discó el número del menor. Activo el altavoz y se sentó en el asiento del piloto, para arrancar el coche.
-¿Yeoboseyo?-Escuchó la voz del menor, hablando con su característico tono inexpresivo, pero solo en la superficie, pues el sabia reconocer aquellos tonos totalmente a la perfección, pues el menor cuando estaba rodeado de gente como seguramente lo estaba en ese momento. Simulaba algo que no era.
-Pasare por ti y KiSung en quince minutos-Habló rápidamente el mayor, mientras conducía, como si su auto fuera un fórmula uno, saltándose altos y semáforos.
-Evita tener un accidente. ¿Quieres Yesung? Te quiero en una pieza-le regañó el menor, escuchando los gritos que venían de fuera. La mayoría como '' ¿Que imbécil te dio la libreta?'' o otros como ''Animal en cuerpo de humano''
-Sí, ya sé, estoy llegando, aguanta un poco…
-Yo no estoy desesp-
-¡Appa! ¿Viene a comel con nosotlos? -Gritó el pequeño, Yesung supuso que el pequeño había robado el móvil a su Omma.
-Sí, pequeño, voy para hay así que no le des problemas a tu Omma ¿Si?
-Nee- dijo el pequeño, antes de que su Omma le quitara el teléfono de las manos.
-Ten cuidado-le dijo por ultimo KiBum antes de colgarle la llamada.
KiSung se encontraba jugando con algunas de las cosas que había dentro del camerino de KiBum mientras HeeChul le cuidaba, ya que KiBum parecía algo nervioso.
-¿Qué te dijo el director?-le cuestionó mirándolo unos segundos antes de volver su vista a KiSung que le entregó una secadora de pelo.
-Me cuestionó acerca de Sunnie- dijo serio, llevándose dos dedos al puente de la nariz-No quiere escándalos, y prometí que no los habría, pero no puedo dejar a Sunnie con cualquiera.
-Yo tendré un par de días libres a partir de mañana, yo podría cuidarlo-dijo cargando al pequeño que comenzó a reír de forma alegre, haciendo sonreír a su Tío Chul y le sacó una sonrisa pequeña a su Omma.
-No lo sé, tendría que verlo con JongWoon- dijo sentándose en una de las silla que había ahí.
-Oh vamos, el cabeza de manzana no puede negarse- dijo haciéndole cosquillas al menor que reía y se retorcía intentando escapar de las manos de su tío.
Y justo cuando HeeChul soltó aquello el celular de KiBum vibró dentro de sus pantalones, avisándole de un mensaje, lo sacó y lo abrió dejándolo un poco helado ante lo que sus ojos leyeron.
Puede que hayas ganado una pelea KiBum, pero aun no has ganado la guerra.
Choi SiWon
-¿Omma?-preguntó KiSung notando la mirada algo cristalizada de su madre, al mirar fijamente su celular.
-¿KiBum, estás bien?-preguntó su hermano bajando al pequeño yendo hasta él tocándole el hombro, sacándolo de su burbuja.
-¿Eh?, si, si estoy bien- dijo recibiendo otro mensaje, esta vez de su esposo avisándole que los estaba esperando afuera de los estudios-vamos Sunnie, appa nos está esperando afuera-le dijo agarrándolo en brazos, tomando la pequeña mochila del menor con algo de dificultad.
-No olvides decirle al lento de tu marido que yo cuidare a mi lindo sobrinito un par de días, ¿verdad Sunnie?
-Nee tito Chul- dijo el pequeño contento.
HeeChul lo despidió con una sonrisa al pequeño, mientras agitaba la mano, rápidamente, se giró sobre sus talones y salió de allí. Tenía aún trabajo por hacer.
KiBum salió cuando el mayor le anuncio su llegada. Salió con rapidez mientras caminaba por los pasillos de la empresa, con el pequeño en brazos, que jugueteaba con su cabello tranquilamente.