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Jim´s Pet por Lunita Shinigami

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Jim´s Pet

 [Star Trek]

 

 

Nota: los personajes de Stark Trek no pertenecen, este fic es sin ánimo de lucro.

 

 

Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.

 

Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos.

 

Atentamente Luna Shinigami

 

[Drabbles de Universo Alterno]

 

Once

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.oo.o..oo.o.o.o.o.o..o.o

 

 

-solo una semana más en Iowa- dijo Jim terminando de lanzar algunas cosas en su maleta, sobre todo la ropa mal doblada y algunas prendas interiores, muy diferente a como estaba empacando su maleta Spock.

 

-estaremos aquí para navidad amo- le aseguro, si bien no era una celebración vulcana, su amo siempre la celebrara, recibían regalos, pero siempre eran ellos dos solos.

 

Spock vio cómo su amo rubio, se giraba a empacar algo, y empacar era una… estaba masacrando el papel regalo que tenía caras de aquel anciano tradicional humano, con el rostro barbudo y vestido de rojo.

 

Aun cuando haya pasado seis navidades con los Kirk, Spock no se acostumbraba a esa tradición. Cuando era pequeño tenía la mala costumbre de pensar que el anciano, mal llamado Santa Claus, venia por la chimenea, bueno por la puerta a intentar robárselos o alguna técnica extraterrestre, ya que no era nada normal que un humano barrigón y con serios problemas de obesidad mórbida,  cupiera por algo tan ilógicamente pequeño como una estrecha chimenea o, en este caso, la ventana delantera de los Kirk.

 

Hasta que su amo le explico que aquel hombre anciano milenario, no era más que una leyenda, para que los niños se portaran bien. Es decir una excusa para ofrecer regalos indiscriminadamente y por lo general, regalos que nadie necesitaba y debían agradecer con una sonrisa forzada.

 

Claro que él, como parte anexada de la familia Kirk también había tomado la tradición de dar regalos, solo que el suyo estaba guardado hacía más de cinco meses debajo de una tabla falsa en el ático de los Kirk.

 

Por lo general no podía darle finos regalos a su amo, es más, comprar para los vulcanos estaba completamente prohibido, así que sus regalos por lo general eran hechos a mano.

 

Spock miro a su amo y se permitió soltar una especie de sonrisa, su amo parecía una especie de canino llamado labrador, ahora solo faltaba que sacara la colita y colocar el regalo debajo del árbol.

 

Aquel árbol donde había muchos regalos, aunque la navidad la pasaran por lo general y regla, ellos dos solos, desde que se acordaba, siempre había sido así.

 

Solo su amo y él.

 

La Teniente Winona no iba a la casa en las navidades, demasiado triste por la pérdida de su esposo o demasiado culpable de la vida de su hijo menor.

 

El Joven Sam no estaba jamás debido a lo sucedido con Frank, él prefería estar con su novia en Texas.

 

Bones, el doctor,  tenía que ir con su familia.

 

Siempre eran ellos dos y realmente, no necesitaron a nadie más.

 

Jim termino de empacar su regalo, claro todo hecho en el absoluto anonimato y sin que “el vulcano se diera cuenta” y lo coloco bajo el árbol, había demasiados debajo del precario arbolito que su vulcano veía como “ilógico”.

 

Sonrió al recordar como cuando Spock era niño, se negaba categóricamente a talar un pino para llevarlo a casa, por ende, debieron empezar a comprar sintéticos; él adoraba la tradición vieja humana de talar un árbol y llevarlo a casa.

 

Contrario a Spock y por él había cambiado la tradición en la casa.

 

-solo la navidad Spock y luego- sonrió lanzándose al sofá – y luego estaremos en la academia, podremos ver las estrellas-

 

Spock se acercó y se sentó en una de las sillas – al amo le gustan las estrellas-

 

Kirk asintió y se sentó acercándose a la ventana donde ya se veía el despuntar de las estrellas a lo lejos – siempre las soñé, siempre me gustaron, supongo que es porque de una u otra forma, nací en el espacio, ellas siempre me han acompañado, como una luz al fondo de un túnel de tinieblas-

 

El vulcano se acercó a su amo y coloco sus manos adelante – es una versión romántica de las estrellas, en vulcano recuerdo haberlas estudiado con nombres específicos y científicos, jamás como un método de huir de nosotros mismos-

 

Jim le miro y acaricio con sus dedos un fleco negro de su vulcano – es la primera vez que hablas de vulcano, ¿recuerdas algo de allá?-

 

Spock le miro – amo, estuve diez años en vulcano, no lo he olvidado- le aseguro – el olor a lilas de madre o su tenue sonrisa cada vez que estábamos solos, o el sonido de los pasos de mi padre, también recuerdo cada uno de mis compañeros en la academia y sus insultos por ser mestizo, recuerdo también el dolor de la perdida de ellos, cuando se extinguió mi planeta y casi mi raza, solo que no es algo que me guste comentar, amo, no es lógico rememorar el dolor de la perdida-

 

-los humanos- empezó Jim – tenemos la tendencia a “rememorar la perdida” como una manera de añorar lo que fue y de no perderlo…- tomo con suavidad las manos de Spock, viendo cómo se colocaba un poco verde, aunque tenuemente – he superado perdidas Spock, mi padre al nacer, mi madre que está ausente en mi vida, que más parece una visitante en ella, Sam, que prefirió irse lejos de madre y de mi- suspiro – la llegada de Frank, Tarso…- apretó las manos de Spock y con cuidado el Vulcano lo envolvió en sus brazos – Tarso fue una pesadilla, una que termino apenas unos meses antes de que llegaras… tu llegada, cambio todo Spock- susurro – cambio mi mundo, mis objetivos,  era un niño rayando en el suicidio casi, no me importaba porque no tenía nada, hasta que te tuve a ti y supe que a pesar de todo yo debía estar contigo, porque eres mío-

 

Spock soltó suavemente su aliento – amo, acaba de hacerme la declaración más hermosa que pudo encontrar y lo arruino en las últimas tres palabras- alzo la ceja y escucho la risa de su amo.

 

Esa risa.

 

A veces Spock la odiaba porque ocultaba todo lo que era su amo.

 

Esa sonrisa cautivadora, ocultaba el dolor de su amo.

 

-pronto será media noche y podremos darnos nuestros regalos…- se levantó Jim, dejando al vulcano algo sorprendido, algo no más.

 

Spock se levantó y coloco sus manos atrás – iré a revisar la cena- prefería hacerla él, el año pasado su amo había quemado la cocina y “la cena navideña” fueron dos litros de Coca-Cola, y dos cajas de pizza, una vegetariana y la otra cárnica.

 

-oh la última vez…- rio, viendo la cara de escepticismo de Spock, es decir su ceja levantada–está bien cocina tú, total se te da más-

 

Jim sonrió ladeando la cabeza y mirando a Spock, a él le gustaban las estrellas, pero había una más brillante que le gustaba más.

 

Estaba en medio de su cocina, haciendo la cena de navidad.

 

Spock era su estrella, la más brillante y hermosa del universo y él haría que siempre fuera así.

 

Continuara!!!!!

 

Jeje perdón la demora pero estaba sin pisca de imaginación, besitos a todas y espero que les haya gustado!! La próxima entrega, serán los regalos JOJOJO byeee

 

 

 

 

 

 

 


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