CAPITULO XV
BUENAS NOTICIAS
Las buenas noticias siempre llegan de donde menos lo esperamos.
Cuando en nuestro corazón vive desesperación y el dolor es muy difícil poder ver la realidad sin importar con cuanta claridad se presenta frente a nosotros.
En esta semana Wolfram ha sentido como su corazón se ha desgarrado poco a poco ante la ausencia de su pequeño hijo y la carente información de su paradero, sin importar que los diez miembros de las casas nobles y los reinos de la Alianza se unieron en la búsqueda hasta el momento no había señales del pequeño Yuuki.
Una carta de parte del reino de Zuratia había llegado antes el disgusto del joven Consorte, conocía perfecta a la soberana de aquel reino y el repudio que dicha reina sentía ante él, sin necesidad de leerla se imaginaba las crueles palabras que ella propia estar expresando en ella.
Yuuri tomo aquella carta para leerle bajo la atenta mirada de los presente, al terminar bajo la carta algo perturbado.
─ ¿Qué dice la carta Heika? —Gunter fue el primero en preguntar.
─ Yuuki está en Zuratia. —Dijo sorprendido.
─ ¡¿Quee?!
El grito de sorpresa de los presentes no se hizo esperar, al igual que las lágrimas que invadían los hermosos ojos del Consorte ante los miles de pensamientos que invadían su mente en esos momentos llevándolo a una sola conclusión.
Greta había secuestrado a Yuuki.
─ ¿Heika está seguro? —Adalbert volvía a preguntar sin creer lo dicho por el Maou.
─ Si ella…
─ ¡Lo secuestro! —Wolfram gritó lleno de desesperación y angustia– ¡Ella secuestro a mi hijo! —Miraba a los presentes con sus ojos llenos de lágrimas.
─ Wolfram no…
─ ¡¿Acaso no te das cuenta Yuuri?! —Volvía a gritar aferrándose a la camisa del Maou– ¡Ella lo tiene! ¡Ella tiene a mi hijo! ¡Se lo llevo solo por mí!
─ Wolfram escúchame…
─ ¡No! ¡Yuuri debemos rescatarlo! —Lloraba sujetando aun la ropa del Maou– ¡Rescatemos a mi bebé! —Siente los brazos del Maou rodeándolo.
─ No Wolf…
─ ¡¿Cómo qué no?! —Se zafa del abrazo– ¡Greta se llevó a Yuuki! ¡Ella secuestro a mi hijo! ¡¿Cómo quieres que me quede con los brazos cruzados?!
─ Wolfram cálmate. —Intenta acercarse al rubio que se encontraba completamente alterado.
─ ¡No me calmare! ¡No hasta que tenga a mi hijo! —Volvía a gritar.
Todos los presentes miraban con angustia al desesperado Consorte comprendiendo claramente su dolor, porque para ellos también Greta había secuestrado al menor y no comprendían porque el Maou se negaba a darse cuenta de ese hecho.
─ Las cosas no son así, déjame explicarte….
─ ¿Explicar? ¿Qué va a explicar? Shif…Ella se llevó a mi hijo… —Baja la mirada llorando y Yuuri se acerca abrazarlo– ¡No! ¡Déjame! ¡Tú estás con ella! ¡Me traicionaste! ¡Yuuri eres un…
POV —El sonido de un golpe dejo a todos completamente shokeados al notar como Yuuri abofeteaba a Wolfram en su mejilla izquierda, mientras el rubio abría sus ojos sorprendido.
─ Te pido que me escuche. —Lo abraza para luego guiarlo a una silla– Por favor Wolfram. —Arrodillado frente a su Consorte– Escúchame.
─ Yuuri. —Susurra tocándose su mejilla herida– Yo…
─ Perdona por lastimarte. —Posa su mano sobre la del Consorte– Era la única forma que me escuches.
─ ….. —Wolf baja la mirada dispuesto a escuchar.
─ Greta no secuestro a Yuuki, te pido que escuches lo que dice la carta. —Se levanta para tomar la carta– Por favor Gwlendal. —Tiende la carta a su cuñado para volver donde su Consorte– Escucha por favor.
Yuuri se sienta junto a Wolfram quien estaba un poco más tranquilo, y da la señal a Gwlendal para que comience, no sin antes tomar la mano de su Consorte.
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Queridos Yuuri y Wolfram.
Se perfectamente que una carta mía en estos momento tan dolorosos no es bienvenida en especial para Wolfram, pero sé que tú Yuuri me la sabrás recibir.
Hace unos días atrás tras la carta enviada por Yuuri contándome lo ocurrido con su pequeño hijo, decidí unirme a la búsqueda la misma que no llegaba a ninguna parte ya que viendo recorrido cada parte de Zuratia no encontramos a Yuuki, hace dos días iba enviar la carta donde indicaba que mi búsqueda no tuvo buenos resultados, pero en ese momento recibí la visita de Conrad algo que me asombro mucho ya que no lo había visto desde antes que abandone Pacto de Sangre.
Conrad me comento lo ocurrido contigo Yuuri y el propósito de su viaje, pero en especial el ¿Por qué? Estaba en mi reino, ese mismo día había escuchado en un bar de boca de mi abuelo Mao “Fue todo un éxito el secuestro del pequeño Mazoku”, Conrad quería saber si no había algún niño Mazoku perdido, en ese instante le conté de Yuuki y sin dudarlo salimos a buscarlo.
La misión fue todo un éxito el pequeño Yuuki está ahora en mi reino siento protegido de cualquier peligro, mi abuelo Mao y sus secuaces se encuentran detenidos, notifique esto a la Alianza, Yuuri solo tengo una pregunta para ti y Wolfram, vienen a Zuratia por Yuuki o yo se los llevo.
Atentamente,
Greta.
Reina de Zuratia.
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Gwlendal termino su lectura con una gran sonrisa llena de tranquila al saber que le pequeño Yuuki estaba sano y salvo, todos sonreían felices.
─ Está bien. —Susurraba Wolfram entre lágrimas– Yuuri mi bebé está bien.
─ Si mi Wolf. —Acaricia con ternura la mejilla de su Consorte– En este momento mandare una carta a Greta para que venga con…
─ ¡No Yuuri! —Interrumpe Wolfram con un grito– Yo quiero ir, por favor Yuuri vamos por mi bebé.
Yuuri miraba fijamente a los ojos llenos de angustia pero a la vez alegría de su Consorte y con una sonrisa cayó en el hechizo de los mismos.
─ Yozak has que preparen un barco para viajar a Zuratia. —Los ojos de Wolfram se iluminaron al escucharlo, mientras Yuuri mira al rubio mayor– Adalbert que un grupo de soldados nos acompañe. —Su mirada cruza con la de su cuñado– Gwlendal me temo que mi trabajo queda para luego.
─ Hai. —Los nombrados salen del despacho.
─ Yuuri, gracias. —Sus ojos se cristalizan.
─ No llores, es mejor prepara algo de ropa para Yuuki para cuando lleguemos a Zuratia. —Sonríe limpiando sus últimas lágrimas.
─ Vamos Wolfy yo te acompaño.
Yuuri observaba con una sonrisa como Cherry se llevaba a su Consorte para prepararlo para el viaje, su corazón volvía a sentirse aliviado ante la noticia de su hijo.
─ Ohh Heika.
─ ¿Gunter? —Yuuri mira a su consejero que tenía su mirada llena de ilusión.
─ ¡Estoy tan emocionado por ese gran acto de amor que hizo por su Consorte! —Decía con sus manos aferradas a su pecho y con un gran brillo en sus ojos.
─ ¿Acto? ¿Qué acto? —Pregunta el gobernante sin entender.
─ ¡La bofetada Heika! Una segunda bofetada en la mejilla izquierda significa que Heika reafirma su amor por Wolfram. ¡Ohh que emoción! —Explicaba muy emocionado.
─ ¡¿Qué?! —El Maou abría sus ojos asombrado.
─ ¡Nuestro Heika ama al Consorte! —Salía del despacho gritando a los cuatro vientos emocionado.
Para Yuuri aún era increíble como los actos que para su mundo hubiera sido considerado una ofensa para Shin Makoku era un puro acto de amor, definitivamente al Maou aún le faltaba mucho que aprender.
……………………….
Hace una semana atrás.
La noticia de la desaparición del pequeño Yuuki se había propagado por todo el reino Mazoku y a las tierras de humanas de la Alianza, agotando todos sus recursos Yuuri envió cartas también a los reino aun no aliados con la esperanza de contar con su ayuda, los mismos que aceptaron ayudar al Maou, la última carta iba dirigida a Zuratia en donde ya mantenían sus propios problemas.
Greta miraba seriamente por la ventana de su despacho, recordando todo lo que había vivido hasta el momento.
─ ¿Greta-sama?
─ Haruka. —Sonríe hacia su guardia personal– ¿Lo encontraron?
─ Aun no Greta-sama. —Dice algo preocupado– Alteza me preocupa todo lo que dijo ese día.
─ A mí también. —Vuelve su mirada al horizonte– Espero que solo sean amenazas de parte de Mao.
Hace tres meses atrás tras su regreso de las tierras Mazoku y un nuevo encuentro con Yuuri, el mismo que le ayudo a disipar sus dudas, Greta al volver a Zuratia encaro a su Abuelo Mao exigiendo la verdad.
Greta estaba de vuelta en su palacio se dirigía a su despacho con una mirada llena de determinación, dispuesta a saber la única y verdad.
─ Oh mi Reina sea bienvenida. —Le saludo el anciano Mauritsu, más conocido como Maou– ¿Qué sucede Greta?
─ Abuelo Mao. —Mira directamente al mayor– ¿Qué paso con la carta que deje para Wolfram antes de salir de Shin Makoku? —Pregunto seriamente.
─ ¿Qué? ¿Qué pasa con ella? —La mira hecho el desentendido.
─ Esa carta nunca llego a manos de Wolfram, ¡tú no la entregaste! —Su seriedad se enmarcaba en su mirada– Por ti he odiado todo este tiempo a Wolf….
─ No, usted sola lo empezó a odiar, yo nunca dije que lo odie. —Hablo con simpleza.
─ ¡No es cierto! Me dijiste que Wolfram quería usurpar el sitio junto a Yuuri y yo como tonta te creí! —Gritaba muy enojada.
─ No es mi culpa que usted mi reina sea una niña tonta que se deje manipular por mi hahahaha. —Se burlaba de Greta, quien lo miraba seriamente.
─ Has cometido traición contra tú Reina y debes pagar por ello. —Lo mira fríamente– ¡Soldados!
Un grupo de soldados entrar al despacho.
─ Escolten a señor Mauritsu a una celda está acusado de alta traición a la corona. —Ordena Greta desde su puesto.
─ ¡Hai! —Lo soldados lo toman entre sus brazos.
─ ¡Suéltenme! ¡Juro que me lo pagaras, te he cuidado por años! —Forcejaba en brazo de sus soldados– ¡Te juro! ¡Tú y esos malditos demonios me las van a pagar! ¡Lo jurooo!!
En aquella promesa estuvieron las últimas palabras de Mao antes de ir a prisión.
La preocupación de la reina se basaba que hace dos semanas aquel hombre que alguna vez fue su mano derecha había escapado de prisión y temía que cumpla su promesa.
─ Alteza. —Haruka volvió a entrar al despacho– Hemos recibido una carta de Shin Makoku.
─ ¿Yuuri? —Toma la carta aun preocupada y con un mal presentimiento lee el contenido– No es posible. —Cubre su boca asustada.
─ ¿Qué paso Alteza? —Pregunta preocupado por su reacción el soldado.
─ Secuestraron a Yuuki, el príncipe de Shin Makoku. —Dice muy preocupada– Haruka reúne a las tropas, que sigan la búsqueda de Mao y ahora la del pequeño Yuuki, que sus secuestradores vengan con vida.
─ ¡Hai!
Había trascurrido ya cinco días desde que se dio la orden en Zuratia de buscar a Yuuki, el mismo que no había señales ni tampoco del prófugo Mao.
─ Majestad. —Haruka entra al despacho.
─ ¿Qué ocurre?
─ Un soldado de Shin Makoku le busca.
Aquel anuncio provoco que Greta salga corriendo al salón para encontrarse con un hombre castaño.
─ ¡Conrad!
─ Greta. —Conrad abrazo a la joven reina.
─ ¡Que sorpresa! ¿Qué haces aquí en Zuratia? —Pregunta muy animada.
─ Vine de paseo pero… —Su mirada cambio bruscamente– Me encontré con algo que me preocupa.
─ ¿Qué es? —Pregunta nuevamente preocupada por la seriedad del castaño.
─ Te lo contare.
Tras su expulsión de Shin Makoku por parte de Yuuri, Conrad se había dedicado a viajar por los países humano en un intento encontrar sentido a su vida, su viaje un día lo llevo a Zuratia, estando en un bar se encontró con el abuelo de Greta.
─ Es Mao-san. —Susurro para sí mismo antes de acercarse.
─ Señor Mao ese niño nos tiene loco no para de llorar. —Se quejó uno de los hombres que estaba junto a Mao llamando la atención de Conrad.
─ Es verdad, todo el día se la pasa llora y llora, reclamando ver a su Oto-chan. —Se burla del dolor del menor.
─ Tranquilos hoy mismo ese ruido terminara. —Dice Mao lleno de odio– Ella me va pagar el hecho de verme enviado a prisión, con el dolor de sus amados padres.
─ ¿Qué? —Conrad abre sus asombrados– ¿De quién habla?
─ En especial el Consorte, por su culpa estoy donde estoy. —Se levantan– Vamos hoy noche acabaremos con todo.
─ Hai.
Conrad aún estaba shokeado por aquella información e inmediatamente siguió aquellos hombres hasta una cueva y sin dudarlo dos veces salió en busca de Greta.
Al terminar su relato Greta estaba muy asombrada.
─ Tienen a un niño Mazoku, quien…
─ ¡Es Yuuki! —Interrumpe nerviosa– Hace una semana Yuuri envió una carta pidiendo ayuda que su hijo ha sido secuestrado.
─ Yuuki. —Susurró recordando al menor– Wolfram. —Su cuerpo se estremeció al imaginarse el dolor de su hermanito– Debo rescatarlo. —Se apresura a salir.
─ ¡Espera Conrad! —El castaño se detiene– Voy contigo, ese tipo es un criminal de Zuratia.
Conrad, Greta y un grupo de soldados salieron rumbo aquella cueva donde estaba secuestrado Yuuki, Conrad guío a los soldados mientras la Reina esperaba fuera en un caballo con otro grupo de soldados.
─ Vamos. —Conrad les guío dentro de la cueva– Shh, escuchen.
─ BUAAAA…..BUAAA….TEDO IME!!!
Dentro de la cueva retumbaban los gritos del pequeño Yuuki, algo que causo gracia a Conrad, ya que conocía perfectamente que el llanto de un Mazoku puede ser traumante para un humano.
─ Es igual a su padre. —Sonrío.
Recordó que la vez que Wolfram había sido secuestrado Lord Bielefeld había comentado que el llanto del bebé había alterado a los humanos que lo tenían prisionero.
─ ¡Cállate! —Se escuchó la voz de Mao retumbar callando el llanto del menor– ¡Me canse! ¡Mátenlo!
─ ¡Mao! —Grito Conrad frente a él junto a los soldados de Zuratia– ¡Suelta al niño!
─ Nunca. —Lo tomo del cuello amenazado cortar su cuello–
─ Tío…. —Susurró el menor asombrado a Conrad– Tío Conan. —Lloraba asustado.
─ Te salvare, por Yuuri en especial por Wolfram…..AHHH
Conrad se lanzó rápidamente contra el enemigo, al ver aquello Yuuki mordió el brazo de su opresor soltándose antes que Conrad le propine el golpe al anciano dejando inconsciente al acto, mientras los soldados apresaban a sus cómplices.
─ Yuuki. —Se agacho hacia el menor siendo la primera vez que lo tuviera frente a él.
─ ¡Tío! —Yuuki lo abrazo llorando– Tedo a mi Oto-chan.
─ Tranquilo Yuuki pronto veraz a tu Oto chan vamos.
Tomo al niño entre sus brazos llevándolo donde estaba Greta quien lo recibió llena de felicidad y tranquilidad al ver encontrado a su hermanito.
Días después de aquel acontecimiento la carta llena de dicha había sido enviada a Shin Mazoku la misma que fue respondida favorablemente.
─ Preparen todo para recibir a los reyes de Shin Makoku. —Indico Greta con una gran sonrisa.
─ Yuuki. —Miro al menor que estaba coloreando a su lado– Yuuri y Wolfram vienen en camino.
─ Siii, Oto-chan y Oto-san venen. —Saltaba lleno de emoción.
Mientras tanto en alta mar la embarcación de Shin Makoku estaba a pocos minutos de llegar al puerto de Zuratia, el Consorte observaba con desesperación el horizonte anhelando ver el puerto.
─ Wolf. —Una voz lo hizo voltear para comprobar quien era.
─ Yuuri. —Susurró aun preocupado.
─ Estate tranquilo. —Lo abrazo por la espalda– Pronto llegaremos a Zuratia.
─ Lo sé, pero ya quiero llegar y abrazar a mi bebé. —Dijo nostálgico.
─ Yo también, quiero hacer lo mismo. —Beso delicadamente la mejilla.
─ Yuuri. —Se sonrojo por su acción.
─ Wolf, sé que la preocupación por Yuuki te hizo actuar diferente y no te culpo. —Hablaba mirando los ojos del Consorte– Es solo que no quería golpear.
─ Te…arrepientes. —Hablo con su voz entrecortada– No…me…
─ No es por eso. —Sonríe al imaginarse lo que su Consorte pensaba– Te amo, eres lo más importante en mi vida, y si para decirlo un golpe es la forma, no me gusta, lo menos deseo es causarte dolor, ese golpe. —Acaricia su mejilla afectada– En mi mundo fuera una ofensa, tomando eso me disculpo por ver alzado mi mano en tu contra.
─ Yuuri. —Lo miraba lleno de emoción y con una gran sonrisa– Acepto tus disculpas, pero espero que me recompenses. —Sonríe divertido.
─ Mi Wolf claro que te voy a recompensar. —Toma al Consorte de la cintura.
La pareja real se encontraba parada en la borda, Yuuri mantenía su mano en la cintura de su Consorte, mientras poco a poco se iban acercando, ante aquella cercanía Wolf cerro sus ojos esperando el beso de su Maou.
─ ¡SE VE ZURATIA!! —Grito un soldado desde lo más alto del barco, haciendo que la pareja se separe sonrojada.
─ Yo…. —Wolfram volvió su mirada al horizonte.
─ Estamos llegando. —Dijo Yuuri a su lado.
─ Me debes mi recompensa. —Hablo sonrojado el Consorte a su lado.
─ No se preocupe mi Consorte cuando regresemos y estemos a solas en nuestra habitación se la daré. —Sonrío de lado Yuuri.
─ Yuuri. —Se sonroja más al imaginarse el tipo de recompensa– Pervertido. —Susurro lo suficiente audible para el Maou.
─ ¿Qué? Te quiero invitar a una cena romántica solos en nuestra habitación, ¿Qué tiene de pervertido aquello? —Pregunta divertido antes el sonrojo de su Consorte.
─ Tú…Tú…—Sonrojad– ¡Eres un enclenque!
La sonrisa de Wolfram en su rostro era como el resplandor del sol en las mañanas capaz de aliviar las penas y dolor, algunos soldados miraban con una sonrisa al Consorte que volvía a ser el mismo mientras más se acercaban a tierras humanas, al llegar la pareja bajo junto con su comitiva, Gwlendal, Adalbert, Gunter, Cherry y hasta Anissima, habían acompañado a Yuuri y Wolfram deseoso de ver al pequeño Yuuki.
─ Altezas de Shin Makoku sean bienvenidos a Zuratia, mi nombre es Haruka, los escoltare al palacio donde los espera su Majestad Greta, junto al pequeño Yuuki. —Dijo cortésmente el soldado.
─ Gracias por su cortesía. —Dijo Yuuri, mientras guiaba a su ansioso Consorte al carruaje.
Durante el trayecto al palacio que no duro más de 15 minutos, que para Wolfram fueron los más largo de su vida, la mirada impaciente del Consorte y sus nervios estuvieron presente en el viaje, al pasar la puerta principal del palacio Wolfram se asomó por la ventana observando como su pequeño lo esperaba en la entrada en brazos de Conrad.
─ Yuuki. —Susurro conteniendo sus lágrimas de alegría– Yuuri es Yuuki.
─ Lo se amor. —Besa su frente con ternura– Hemos llegado.
Ante el anuncio del Maou, Wolfram abrió por su cuenta la puerta del carruaje bajando rápidamente para dirigirse donde su hijo.
─ ¡Oto-chan! —Grito el menor al ver bajar al rubio, se soltó de los brazos de Conrad y corrió donde su padre– ¡Oto-chan!
─ ¡Yuuki! —Wolf cayó de rodillas para abrazarlo fuertemente mientras sus lágrimas se hacían presente– Mi vida, mi niño, mi bebé. —Murmuraba palabras de amor hacia su hijo– Gracias a Shinou. —Separa el abrazo para mirarlo fijamente– Estas sano y salvo.
─ ¡Oto-san! —El menor miro a Yuuri quien estaba arrodillado junto a Wolf.
─ Yuuki. —Yuuri lo abraza a él y su rubio con amor– Mi familia nuevamente junta. —Mira de reojo a Greta quien sonreía feliz al verles juntos.
─ Si estamos juntos. —Wolf toma entre sus brazos a su hijo– No me imagino todo lo que tuviste que vivir, gracias a Shinou que te devuelve a mi lado con bien.
─ No. —Niega con su cabeza– No fue Shinou.
…………..
En Shin Makoku
─ ¡¿Cómo qué no?! —Grita Shinou observando desde su bola de cristal a la pareja reunida.
─ Esta vez perdiste. —Dice con burla Murata.
…………….
De vuelta a Zuratia.
─ Mi vida, ¿Por qué dices eso? —Pregunta Wolf con una sonrisa.
─ Tio Conan y Gueta one-chan me savadon. —Responde con toda la tranquilidad señalando a sus salvadores.
─ ¿Greta? ¿Conrad? —Wolfram los queda mirando sin saber que decir.
El destino es capaz de dar jugadas inesperada que nos enfrenta con nuestro pasado de una forma completamente diferente a como siempre la hemos vivido y sentido.