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Come Clean por girlutena

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Notas del capitulo:

 


Bueno....sé que he demorado u.u .....aquí les dejo el 4 capitulo....espero que les guste (:

Aquellos días las clases iban disminuyendo, aumentando la presión en los estudiantes para los días de exámenes finales. Así como los días se iban volviendo más friolentos, Naruto ya no pasaba la tarde en la biblioteca, ahora cada vez que el reloj marcaba la hora de salida, iba junto con sus amigos a su casa donde esperaba al moreno para almorzar juntos.


Pero aquellos días, para ser más exactos, Sasuke estaba un poco más alejado de él, su mente no estaba en su cuerpo y cada vez que intentaba hablarle, el moreno siempre tenía cosas que hacer. Eso a Naruto le frustraba, pero no se sentía con el derecho de reclamarle algo.


Esa tarde el rubio se había encontrado con su casa nuevamente vacía, el menor sacó sus apuntes de su mochila para poder estudiar un poco, pero en su mente tan solo aparecía el rostro del moreno y no iba a negar que había empezado a creer que Sasuke iba a dejarlo en cualquier momento.


Esas últimas semanas tenía más pedido que nunca, esas fechas eran muy ocupadas, ya sea por algún que otro evento o tan solo grandes festividades. Sasuke se encontraba terminando de limpiar su cocina, mientras que sus empleados limpiaban el resto del local.


Cuando al fin pudo dejar todo bajo llave, se encamino a su nuevo hogar, una fina sonrisa apareció en su rostro al recordar el joven rostro del menor. Sabía que últimamente lo había tenido un poco descuidado y eso le hacía sentir ansioso.


Querer tenerlo entre sus brazos, sobre su pecho, besar sus labios carnosos y ver sus mejillas enrojecer por la excitación o la vergüenza, cada faceta de Naruto le encantaba, necesitaba sentirlo e inconscientemente apresuro su paso, pero se detuvo cuando el sonido de su celular empezó a sonar.


 -¿Oto-chan, qué pasa? –El moreno se quedó de pie, escuchando todo lo que su padre doncel  tenía que decirle.


-Bien, le diré. Adiós y cuida a Oto-san. –Volvió a guardar su celular en el bolsillo trasero de su pantalón, para retomar su camino.


Las luces de la calle se fueron prendiendo poco a poco, la espesa neblina iba cubriendo poco a poco todo el lugar, se podía ver los parques vacíos, a pesar de ser todavía las seis de la tarde, los padres ya no dejaban salir a jugar a sus pequeños con temor de que lleguen a enfermarse.


 El moreno se extrañó al ver las luces de la casa apagadas, abrió lentamente la puerta principal y se podía sentir el aire frio recorrer cada una de las habitaciones. Dejo sus cosas en el recibidor y se encamino por el pasillo que le llevaría a los dormitorios, pero antes de seguir su camino, pudo ver el pequeño cuerpo del doncel, echado sobre la mesa del comedor.


Su cuerpo temblaba por el frio, Sasuke pasó su mano sobre la frente del menor y se alegró de que no tuviera fiebre. Sus brazos pasaron suave y lentamente por debajo del cuerpo del doncel, para cargarlo y llevarlo hasta la habitación.


Naruto empezó a removerse entre las tibias mantas, con sus manos pero aun con los ojos cerrados, agarro el borde de la manta para cubrirla hasta un poco más arriba de su nariz, su cuerpo se sentía tan ligero y el olor a menta del moreno llegó hasta su nariz.


Se sentó de golpe en la cama, agarrando fuertemente su cabeza con sus dos manos, por el repentino dolor de cabeza que le dio. ¿Cuándo había caminado hasta su habitación? ¿Y qué era aquel olor tan delicioso?


Coloco sus pies en el piso de madera, buscando sus peludas pantuflas, para caminar hasta la cocina. Ahí vio que Sasuke se encontraba preparando algo de comer, el sonido de sus entrañas removiéndose en su interior, llamo la atención del mayor.


-Toma asiento, en unos segundos te llevare la cena. –El menor agacho su rostro, dejando que su largo flequillo ocultara su triste rostro.


El olor a cerdo cocido junto con las verduras y todo eso encurtido, haciendo un ramen especial, para el menor. Pero eso él no lo sabía. Naruto había sido una inspiración para que el moreno pudiera crear nuevas comidas.


Naruto comió tan rápido el ramen que no le dio pena pedir otro plato más, Sasuke le veía feliz, le hacía feliz hacerlo feliz.


-Mi oto-chan, me llamo hoy. –No supo el por qué, pero el cuerpo de Naruto se tensó, deteniéndose en comer, vio como aquellas dos gemas azules se entristecían.


 -Dijo que cuando acabe la semana vendría a llevarte de compras. –El menor subió su mirada y pudo ver aquellas piedras tan negras. –Dentro de unos días, mis padres hará una pequeña ceremonia por el compromiso de mi hermano y mi padre quiere conocerte.


Pero Naruto seguía sin decir nada, pero su rostro había cambiado.


-..¿Qué?


-Que mi padre desea conocerte y la verdad no entiendo el por qué –Sasuke se puso de pie tomando el plato vacío del menor, para caminar hacía la cocina con la intención de lavarlo. Pero fue detenido por el cuerpo del menor que se plantó detrás de él, sintió como la mano del doncel agarraba fuertemente su camisa.


-No entiendo por qué desea conocerte, si basta con que yo le diga que eres hermoso y el mejor novio que he tenido. –Las mejillas del menor volvieron a arder y aún más, cuando sintió que el mayor le volteaba para posar sus labios sobre los suyos, tan solo fue un suave beso, pero basto para que el menor se paralizara.


-Yo…


-No necesitas decir nada, aunque te niegues, mi oto-chan te llevara a rastras, así es él.


El menor veía la espalda del mayor, veía como sus músculos se tensaban en la fina tela de la camisa del moreno, deseaba que le tocara más allá de lo que le hacía, pero se moría de vergüenza de tan solo pensar aquellas cosas pervertidas.


-Cierto, me he olvidado de decirte esto. Estos días he estado llegando tarde por el trabajo, pero dentro de unos días me desocupare, para poder pasar más tiempo juntos, antes de que ingreses a la universidad.


Sasuke aún seguía volteado, Naruto escondió su rostro entre sus brazos, sentía el frio de la cerámica sobre su ardiente frente. El menor se había olvidado completamente todos los temas de la universidad, siendo ese tema el único en lo que pensaba hace unas tres semanas, antes de que acogiera al mayor en su casa y sin darse cuenta en sus pensamientos.


-Bien. –Sasuke tan solo lo escuchó en un susurro, pero no le llamo la atención verlo ocultando su rostro, era ya algo típico de él. No le importaba lo que diga su padre. Él se quedaría con ese doncel, cueste  lo que cueste.


 


Antes de que acabara la semana, los alumnos ya habían acabado todos sus exámenes, entregando los últimos reportes y trabajos. En los pasillos de la escuela de Konoha se podía oír los gritos de júbilo y los suspiros de alivio por haber acabado todos los exámenes.


 Naruto se encontraba con la mitad de su cuerpo desparramado sobre su propio escritorio, mientras que el cuerpo de Kiba se encontraba apoyado sobre la silla y su cabeza tirada para atrás, por otro lado Gaara tan solo estaba guardando pacientemente sus cosas en su mochila.


-Es verdad Naruto, ya acabo la semana, eso quiere decir que hoy veras por segunda vez al Oto-chan de Sasuke-kun.


Esas palabras fueron como palabras mágicas ya que Kiba se sentó derecho mostrando una enorme sonrisa, mientras que Naruto tan solo volvía a ocultar su rostro entre sus brazos. Gaara coloco su mochila sobre su mesa y se acercó hasta sus dos amigos, acariciando suavemente los cabellos del rubio.


-Lo sé-ttebayo. –El menor soltó un suspiro y salió del salón con sus dos amigos, Kiba seguía hablando, mientras que Gaara intentaba hacer su mejor esfuerzo por no callarle.


Antes de que pudieran salir los tres amigos se detuvieron en el portón, afuera había un Chevrolet Camaro Convertible, su color era de un negro plateado, muy pero muy hermoso y llamativo, pero lo que más llamaba la atención era los dos donceles que se encontraban fuera del auto. Todos los varones de altos grados les miraban embobados y no era para más, los dos se veían muy bien.


-¡Naru-chan! –El menor dio un pequeño salto cuando escucho su nombre salir de los labios de uno de ellos.


-Parece que te conocen, amigo. –Kiba le dio un ligero golpe en sus costillas y después de unos segundos se acercó al doncel, se dio cuenta que gracias al gorro y los lentes que traía puesto ocultaban sus hermosas facciones.


-Uchiha-san. –El menor dio una leve reverencia ante Deidara, mientras que este se le quedaba mirando.


-Nada de “Uchiha-san” eso queda para mi esposo. A mí me puedes decir “To-chan”…pero si eres tan lindo. ¿Verdad kisa-chan? –Naruto vio como el otro doncel tan solo asentía levemente, su rostro se notaba entre fastidiado y cansado, mientras que el rostro del rubio mayor, se mostraba desbordante de alegría.


El menor se despidió de sus amigos para irse con Deidara y Kisame, el mayor les llevo a almorzar, mientras que hablaban sobre sus notas y su futuro. El doncel se enteró que “Uchiha-corp” era una gran empresa que se encargaba de las telecomunicaciones, transportes y otras cosas que no supo entender, pero que Sasuke no quiso nada de eso, su padre le había obligado a casarse pero él se negó y por eso “escapo”.


-Y es por eso que mi esposo desea conocerte.


-No soporta que todos hablen de ti mientras que él no sepa nada. –El menor se dio cuenta que el prometido de Itachi era lo contrario del pelinegro mayor, viéndolo como un doncel serio, pero se dio cuenta que lo amaba, ya sea por la forma de hablar de él o de su familia, como había dicho Sasuke. Kisame era la mejor opción para Itachi.


-Bueno Naru-chan. ¿Por qué no sales, para que podamos dar nuestro visto bueno? –Deidara le había llevado a una tienda pequeña pero de muy buena fama y casi le exigió probarse un montón de ropa para donceles, siendo el último un hermoso kimono de color blanco con flores muy bien diseñadas con un obi de color azul oscuro.


 


Sasuke había llegado a la casa y se había encontrado con todas las bolsas de centros comerciales, la luna ya estaba sobre el cielo y gracias a su resplandor pudo muy bien seguir su camino, abrió la puerta de la habitación del menor, y lo vio que había cubierto todo su rostro con la almohada que el moreno usaba para dormir.


-¿Y ahora qué paso? –Sasuke se sentó a un costado del doncel, esperando a que este descubriera su rostro.


-Yo…voy a conocer a tu padre, mañana. –Sasuke alzo extrañado una de sus brunas y pobladas cejas, no entendía que tenía eso de malo. Se supone que el menor ya sabía de aquello.  –Y yo…recién me he dado cuenta de eso-ttebayo.


-¿Te estas arrepintiendo de esto?


-¡Claro que no-ttebayo!...es solo que… ¿Quién no tiene miedo de conocer al padre de su novio-ttebayo? –Sasuke no iba aceptar que le daba un poco de miedo que Naruto se aleje de él, miedo a que rompiera su compromiso.


Él mismo se había dado cuenta que en tan poco tiempo se había enamorado del pequeño, tal vez no sabía nada de él y sabía que el doncel no quería hablar sobre su familia, pero le alegraba inmensamente que el menor no se haya arrepentido…aún.


-Eres un Dobe. –Naruto sintió como era abrazado por los fuertes brazos del moreno, sintió como el mayor respiraba en su cuello, erizando todos los pequeños pelitos de su cuerpo, descubrió su rostro, abrazando al mayor.


El sábado había llegado y Sasuke había cerrado temprano su restaurante, llego a la casa mas temprano de lo normal y encontró su esmoquin recién planchado encima del mueble, sabía que el menor se encontraba en casa ya que escuchaba todo el ruido que hacía dentro del cuarto.


Cuando las horas iban avanzando, Sasuke se encontraba colocándose la corbata, cuando escucho que la puerta de la habitación era abierta suavemente, el moreno se volteó, sabiendo que tenía algo muy importante que decirle pero se quedó estático cuando vio al doncel.


….


Naruto se había levantado de la cama unos minutos después que escucho que el moreno salía de la casa, había abierto la caja donde yacía su primer kimono, paso suavemente sus dedos por la fina y suave seda, un pequeño tono carmesí apareció en sus mejillas.


….


Sasuke se encontraba de pie, observando el cuerpo del menor en aquel kimono, las mejillas del menor empezaron a arder cuando el moreno mostro una sonrisa en su rostro.


-Te ves hermoso. –Y no era para menos. Los cabellos del menor se encontraban amarrados en una cola, mientras que algunos mechones caían, enmarcando su rostro, no era necesario que se pusiera un poco de rubor ya que sus mejillas tenían el tono carmesí por naturaleza.


Naruto se quedó maravillado por la enorme casa de la familia Uchiha, las personas que entraban iban muy bien vestidas, el perfume caro se podía oler en el ambiente, sintió como era jalado suavemente de la mano por el moreno. Hermosos y brillantes joyas se podían observar alrededor, Sasuke tan solo aprisiono su agarre de la mano con la del menor, se podía escuchar leves susurros hacía su persona y hacía la del moreno.


-¡Hijo! –El menor alzó su rostro al oír la inconfundible voz de Deidara, suspiro aliviado, sabiendo que conocía a alguien en aquella fiesta.


-Oto-chan. ¿Dónde está mi padre? –El moreno le pregunto al rubio después de que haya saludado al Naruto.


-Se encuentra arriba con Ita-kun y kisa-chan. Te ves muy hermoso Naru-chan. –El menor atino a sonrojarse, luego de unos minutos el mayor les dejo solos para irse a saludar a algunos invitados.


-Nee, Sasuke. ¿Tu padre…? -Pero antes de que el menor siguiera hablando vio como Deidara se acercaba a un hombre de cabellos negros al igual que sus ojos, con un traje negro, muy parecido al de Sasuke. Vio cómo  el moreno mayor pasaba su brazo por la fina cintura del doncel, para besarlo, luego Itachi se acercó junto con Kisame a saludar a Deidara.


-Bien, vamos. –Sasuke le jalo suavemente la mano, mientras que poco a poco iba viendo mas características físicas del mayor.


Su rostro pálido se veía serio pero calmado, Fugaku era conocido por ser un hombre de muy pocas palabras, de ser una persona conservadora y exigente, la mayoría de personas sabían que la generación de la familia Uchiha, eran nombrados como los témpanos de hielo.


Pero Fugaku no pudo hacer nada más que molestarse cuando escucho de la propia boca de su esposo que “Naruto es un doncel hermoso” o por la misma boca de Kisame “es un doncel que pudo calentar el frio corazón de Sasuke”. Sí eso fue lo que le llamo la atención ante todo, sabía por experiencia que era difícil para Kisame que le simpatizara una persona.


Él mismo había roto la cadena de su familia cuando se casó por segunda vez con Deidara. Sasuke tan solo tenía unos meses de haber nacido e Itachi contaba con diez años y él no podía cuidar de sus hijos, así que su padre Madara le propuso que se consiguiera una niñera, lo que nadie sabía era que el Gran Fugaku Uchiha, conocido desde ese entonces por ser una persona fría y calculadora, se iría a enamorar de aquel extrovertido doncel de tan solo catorce años.


Fugaku se fue contra todos, con tal de que aquel doncel no le dejara, su padre tuvo que aceptarlo cuando se enteró de que su más pequeño nieto, le empezó a llamar Oto-chan e Itachi empezó a llevarse bien con él.


Deidara era un doncel que fue desechado por su familia, ganándose la vida con trabajos de medio tiempo para pagar sus clases de arte y su pequeño departamento, él mismo se había asustado cuando el pequeño Sasu-chan le había llamado Oto-chan, aun recordaba ese día de como el rubio había corrido hasta su despacho con el pequeño niño de apenas un año, en brazos e Itachi detrás de él.


El mayor le había visto con una sonrisa serena y su rostro calmado, y al frente de sus hijos se le había confesado, al principio el doncel había tenido miedo, así que intento alejarse de aquella familia, pero cada vez pasaba el tiempo un vacío iba creciendo en su pecho.


Una noche Itachi había tocado a su puerta, ya que el rubio no contestaba sus llamadas. –Sasu-chan está enfermo- fue lo único que tuvo que escuchar para regresar rápidamente con ellos y aceptar vivir como una nueva familia y aún más cuando se enteró que iba a ser padre por tercera vez. Akio tan parecido a él, pero con sus ojos azules y con el mismo carácter de SU doncel. Ahora Fugaku se encontraba frente a frente ante el novio de su hijo, tenía que reconocerlo era hermoso, mucho mas hermoso que cualquier novio o novia que le hubiese traído.


-Padre. Buenas noches. Quiero presentarte a mi novio. –El mayor se alegraba de su hijo, tal vez tenían alguna manía por los rubios con ojos azules.


-Buenas noches. Mi nombre es Naruto Namikase. –Fugaku se dio cuenta de que en ningún momento su hijo había soltado su mano, noto como el cuerpo del menor empezaba a temblar levemente, hizo una reverencia perfecta.


Aunque arrugo su ceño al oír su apellido. No sabía que Minato tenía un hijo doncel, pero si se parecen físicamente. Fugaku hizo una sonrisa en su rostro, cuando vio el sonrojo del menor.


-Buenas noches Naruto-kun. Espero que te guste esta fiesta. –Pero antes de que el moreno pudiera decir algo más, se dejó oír una escandalosa voz.


-¡Onii-san! –Naruto sintió como su mano era separada abruptamente de la de Sasuke. El doncel mas pequeño, sus cabellos negros y largos, con su fino rostro y una enorme sonrisa, haciendo que todos los presentes les miraran por tal escándalo.


-Hola Aki-chan. –Los hermosos ojos del joven doncel de quince años, brillaron con tal intensidad de tan solo ver a Sasuke. –Te presento a Naruto. –Naruto sintió como su cuerpo era recorrido por los ojos calculadores de Akio, para luego volver a mirar a Sasuke y abrazarlo y nadie mas dijo nada.


De un momento para otro cada integrante desapareció, dejando a Naruto junto con Akio a solas, el pelinegro se apoyó contra el barandal, suspirando fastidiado.


-Nee, Naruto-kun. Tú… ¿Cómo conociste a mi nii-san?


-Etto…pues, fue una noche, después de salir de mis clases unos hombres me estaban persiguiendo y yo no sabía que había sido Sasuke quien me había ayudado, luego lo encontré tirado en un callejón.


-mmm…si, algo así me había contado mi Oto-chan. ¿Y dónde está tu familia? –El menor sabía que Akio no le preguntaba de mala manera, tan solo que era un tema delicado.


 


En otra habitación se podía observar a los tres morenos. Fugaku se encontraba con un whisky en su mano, mientras su mirada se veía perdida en el oscuro cielo. Itachi le alcanzó también un vaso con whisky a Sasuke, mientras que Fugaku se dignaba a hablar.


-¿Tú sabias que era él?


-No. Al principio no lo sabía, pero me dio curiosidad ver su gran parecido con Minato.


-¿Qué paso, padre? ¿Por qué Sasuke dice que Naruto vive solo?


-Esto paso hace unos años. La esposa de Minato, Uzumaki Kushina, murió en un accidente automovilístico por salvar la vida de su pequeño hijo de 5 años. Después de eso, todos creíamos que su único hijo había muerto.


-¿Pero yo pensaba que ustedes eran buenos amigos?


-Y lo fuimos, antes de que su madre muriera, ella era o fue la mejor amiga de Kushina y cuando esta se enteró que había fallecido se puso mal y aborto a su primer hijo de cinco meses, que iba a ser un varón. Después de eso, Minato no quiso hablar más con nosotros se aisló y tuvieron que pasar seis años para que vuelva a embarazarse.


-Espera, ¿Estás diciendo que Minato invento la muerte de su propio hijo? ¡¿Tan solo por ser un doncel?!


-Es difícil de creerlo, pero yo también creo lo mismo Itachi. –Sasuke, quien hasta el momento no había dicho nada, apretó sus puños, sintiendo un fuerte dolor en el pecho, sin decir nada, salió de la oficina y con la mirada intento ubicar a aquella cabellera dorada y sonrió lentamente al verlo a lado de su querido hermano.


Akio limpio las finas lágrimas de Naruto, él también había estado llorando, al terminar de escuchar la historia del doncel y le molestaba aún más, saber que estuvo a punto de alejarlo de su hermano.


-¿Qué está pasando aquí? –La grave voz del Uchiha, les asusto en demasía,  Akio paso fuertemente su brazo contra sus ojos, mientras que Naruto intentaba retener las lágrimas. Sasuke se había asombrado al verlos juntos, tan solo por Akio. Porque sabía que el menor era sumamente celoso, pero verlos llorar a los dos. –Eso si era extraño-


-Bueno…yo iré a ver a Oto-chan. –Akio le dio un beso en la mejilla a Sasuke, para salir corriendo por la puerta. Sasuke no le dijo nada, tan solo se acercó y abrazo al menor.


-¿Qué ha pasado? ¿Akio te ha dicho algo malo? –Pero el menor tan solo negó con su rostro oculto en el pecho del mayor.


Akio llego donde se encontraba Deidara junto con Kisame, se sentó al costado de ellos sin decir ni una sola palabra, al poco rato llego Itachi para sentarse a lado de Kisame. El moreno le dio un beso fugaz, mientras que el doncel todo sonrojado le soltaba un golpe en el hombro, haciendo reír a los dos donceles,  luego llego Sasuke junto con un mas calmado Naruto.


Fugaku llamo la atención de los invitados, mientras que la familia Uchiha se iba acercando al patriarca.


-Quiero agradecer a todos ustedes por venir y compartir un momento muy especial en nuestra familia. Estoy muy contento de que por fin mi primer hijo Itachi haya encontrado a un doncel como Kisame, asentando la cabeza a formar una nueva familia.  Quiero decirle a mis dos hijos, que pase lo que pase, estoy y siempre estaré orgulloso de ellos, son lo mejor que la vida me pudo haber dado, aparte de encontrar por segunda vez al amor de mi vida. Estoy muy contento de que mis hijos puedan seguir con sus vidas, encontrando a aquella persona que les inspira a seguir adelante. Es por eso que esta noche quiero presentar a los nuevos integrantes de mi familia. 


Kisame Hoshigaki y a Naruto Namikase, dos hermosos donceles que irrumpieron en las monótonas  vidas de mis hijos y se los agradezco de corazón.


Naruto se puso aún más nervioso cuando sintió un leve empujón dado por Sasuke cuando vio que Kisame se acercaba a Fugaku.


-Ve tú también, Naru. –Escucho la voz suave y melodiosa de Deidara cerca de él. Naruto agradeció internamente de que Kisame le haya esperado para acercarse juntos. El mayor les recibió con una enorme sonrisa y un fuerte abrazo, mientras que todos los presentes aplaudían la escena.


 


Mientras que en la ciudad de Amsterdam se podía ver a un hombre, vestido de una manera muy formal, sus ojos claros estaban ocultos detrás de unos lentes oscuros, sus cabellos cortos pero de un color rubio brillante, le hacía resaltar entre todos.


Aquel hombre se acercó lentamente a la sala de espera del aeropuerto, donde le esperaba una mujer de cabellos negros y ojos azules. La mujer se levantó dejando ver su esbelto cuerpo, una falda de color negra, que le llegaba hasta la rodilla, mientras que una blusa blanca le ceñía al cuerpo.


La pelinegra se acercó al hombre para besarse apasionadamente, pero el varón tan solo la alejo de su cuerpo, para ver como un doncel de unos trece años con los cabellos rubios y los ojos del mismo color le miraban entre tímido y hasta con un poco de miedo.


-Takeshi. Ya sabes lo que tienes que hacer. –Fue lo único que dijo el rubio, para que después el menor afirmara involuntariamente su cabeza.


-Si…sí padre. –La fina voz del menor salió un poco corta para el disgusto del rubio.

Notas finales:

Espero sus comentarios (:


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