-Probablemente pudimos obtenerlos gratis, solamente tenia que darle a tu hermano
-Si… Una oferta tentadora, verdad?
Pero Yami ignoro a Joey y quedo parado, como hipnotizado observando a un punto fijo, era donde venia Yugi
Frente a él venia Yugi con un grupo de mujeres, al parecer por su aspecto y por su piyama creyeron que Yugi era una chica y sin su consentimiento lo vistieron con un hermoso traje de la región, muy parecido al que llevaban ellas, solamente que el velo que llevaba en su cabeza y el que cubría desde su nariz hasta su boca era transparente, Yami había quedado embobado con aquella imagen, no podía creer la imagen tan hermosa que estaba observando
-y mucho… - Continuo hablando sin quitarle el ojo de enzima a Yugi, este solo sonreía.
Habían comenzado un largo camino por el desierto, cada uno iba en un camello, Yami encabeza, detrás iba Yugi, luego Joey y por ultimo el hombre de la cárcel.
-Nada como los camellos… llenos de pulgas, apestan, escupen y muerden! – Y justo cuando Joey termino de hablar el hombre de la cárcel escupió y él solo lo miro – Repugnante
-Yo creo que son adorables – Dijo Yugi mientras acariciaba una de las orejas del camello en el que iba montano, ya se había quitado ambos velos del rostro.
El hombre la cárcel iba cantando lo que se creía era una canción de amor mientras seguía escupiendo. Parecía que era un largo viaje, los 4 solos iban por el medio del desierto, enfrentándose a una leve tormenta de arena, no importa cuanto avanzaran, solo veían kilómetros de arena, dunas y alguna que otra palmera que creciera en el desierto, el sol comenzaba a ocultarse y ellos seguían en su viaje.
La noche había caído y desde lo alto de una duna, los hombres que los habían atacado en el barco los observaban, aun seguían caminando por el medio del desierto, lo mejor era que el sol ya se había ocultado y no hacia tanto calor, Yami iba despierto, alerta a todo a su alrededor, pero Yugi que iba a su lado se había quedado dormido y en un momento en que el camello de el se acerco hacia él de Yami su cabeza se apoyo en el hombre de este, pero Yami lo volvió a poner derecho sin que este se despertara, el camello hizo ruido pero lo callo, no quería despertarlo debía admitirlo, se veía lindo durmiendo.
Mientras detrás de ellos Joey y el hombre de la cárcel también se habían quedado dormidos, Joey se aventaba para delante mientras el otro para atrás y al estar así comenzaba a roncar fuerte, tanto que hizo que Joey se despertara, Joey tenía una varita con la que le pegaba al camello para que caminara y con ella le pego al hombre, haciendo que se despertara, al pegarle hizo como si siguiera durmiendo, el hombre se despertó y parecía que renegaba en otro idioma, Yami miro por el lado izquierdo y otra vez, los mismo hombres que había visto cuando escapa de la guerra, lo estaban observando.
-Este si es fuerte en verdad Dijo el mismo hombre lo había observado en la aquella guerra.
El sol volvía a salir y en un punto se habían encontrado con los norteamericanos de nuevo, el grupo era encabezado por Duke.
-Buen día amigo mío! – Se escucho que uno decía ellos, todos pararon y comenzaron a girar sus camellos hacia un lado, los norteamericanos juntos con Duke en el lado derecho y Yami, Yugi, Joey y el hombre de la cárcel en el lado izquierdo
-Que demoños hacemos? – Pregunte Marik
-Paciencia mi buen baratan, paciencia – Le respondió Duke
-Recuerdas nuestra apuesta Atemu? El primero en llegar a la cuidad gana 500 en efectivo, hay 100 para ti si nos ayudas a ganar la apuesta – Decía Alister
-Será un placer – Le contesto Duke – Oye Atemu, lindo camello - Yami no le contesto nada y solo acaricio al camello con una sonrisa sarcástica en el rostro.
-Prepárate – Dijo Yami a Yugi
-Para que?
-Van a mostrarnos el camino – Fueron las únicas palabras de Yami, Yugi miro delante de el y vio que sol salía y a medida que este iba saliendo algo delante de ellos se iba comenzando a divisar, de la nada comenzaba a verse una estructura de piedra, era como que sol rompiera algún hechizo que la mantuviera oculta.
-Oye eso es grandioso – Dijo Alister sorprendido
-Es increíble amigos – Dijo Marik
-Hamunaptra… - Susurro Bakura
-Hay vamos – Dijo Yami y cuando el sol terminaba de salir, una enorme estructura de piedra se revelo frente a ellos y en ese mismo momento en que se revelo Duke y Yami comenzaron a cabalgar en los camellos que iban, seguido por Yugi y Joey y después reaccionaron los norteamericanos que iban en caballos y los siguieron por atrás, era una carrera larga, que era encabezada por Yami y Duke que intentaban llegar primeros, pero Yami se le logro adelantar a Duke y este comenzó ah hacer trampa pegándole con la vara con la que le pegaba a su camello, Yami se cubría en rostro con su brazo izquierdo.
-Adiós amigo! – Dijo mientras lo tomaba del pañuelo que tenia puesto y lo lanzaba del camello.
-Eso te ganaste! – Le decía Yugi.
-VAMOS MUCHACHOS, TENEMOS 500 DOLARES QUE GANAR! – Gritaba uno de los norteamericanos a los demás.
El grupo era encabezado por Yami y Yugi, Yami miro a Yugi por que este decía una especie de TI, TI, mientras cabalgaba en el camello, se miraron y se rieron, iban juntos a la par, pero en eso, es como si el camello le respondió y comenzó a cabalgar mas rápido, Joey iba gritando como un loco, parecía que la adrenalina le corría por la sangre.
-YUGI ADELANTE! – Le grito al ver que era el primero en llegar, seguido por Yami.
Una vez que llegaron todos comenzaron a moverse en el lugar, levantaban campamentos mientras investigaban el lugar.
-Rápido, rápido! Tenemos que terminar antes del anochecer! Con calma, con calma – Decía el hombre de cabello turquesa a los trabajadores que sacaban piedras de lo que parecía ser una entrada.
En otra parte Yami estaba atando una soga en una columna, y el hombre la cárcel por mirar fue golpeado por esta, Yugi observaba los objetos que había en el suelo y Joey y dirigía a mirar el lugar. Mientras tanto a lo lejos, Alister observaba como Joey se dirija a observar mas lejos de lo que se encontraban ellos.
-Saben algo que nosotros no? – Le pregunto al hombre de cabello turquesa.
-Viven para un niño, que puede saber un niño – Decía refiriéndose a Yugi.
-Es la estatua de Anubis, sus piernas están bajo la superficie, de acuerdo a la escuelo de Greenwich, aquí encontraremos un compartimiento secreto que tiene el libro dorado de Amón Ra – Yugi miro detrás de el, el sol – Joey se supone que debes reflejar el sol… - Yami terminaba de atar la soga con la que bajarían hasta abajo y luego de acerco a Yugi.
-Y para que son esos viejos espejos?
-Espejos antiguos – Le corrigió Yugi – Es un viejo truco egipcio ya veras… - Yami no entendía nada, toco la parte de atrás y recordó algo
-Esto es para ti – Dijo dándole algo que estaba envuelto – Es algo que tome prestado del equipaje de los norteamericanos, creí que te gustaría y que lo necesitarías, cuando, bueno, ya sabes – Yami estaba nervioso, se comenzó a alejar de él y vio que el hombre de la cárcel lo miraba – Que estas mirando? – Estaba comenzando a sonrojarse y no quería que lo vieran.
Luego de que este se alejara Yugi vio lo que le había dado, era un pequeño equipo excavación, parecido al que había perdido en el incendio del barco, Yugi sonrío y lo volvió a mirar, no podía creer que se había arriesgado tomando ‘’prestado’’ eso solo para él.
-Oye aquí hay bichos, odio los bichos! – Decía el hombre de la cárcel mientras miraba el interior de aquel agujero donde Yami comenzaba a decender por la cuerda, al comprobar que el lugar era seguro y encender algunas antorchar los demás bajaron.
-Sabes que estamos en un recinto donde nadie ah entrado en mas de 3.000 años? – Le decía Yugi a Yami.
-Que demoños es ese maldito hedor? – Se quejaba Joey al terminar de bajar por la soga.
En eso Yugi encuentra un espejo parecido a los de afuera, este estaba en una mejor condición, solo que lleno de telarañas, lo limpio y comenzó a moverlo.
-Y entonces, se hizo la luz – Dijo a la vez que reflejaba la luz que entraba por la entrada y este ser reflejo a otros espejos, iluminando todo el lugar.
-Ese es un buen truco – Dijo Yami
-Oh dios es un sanedger!
-Ah? – Dijo Yami sin saber que era lo que decía
-Un salón de preparación
-Preparación? Para que?
-Para pasar a la otra vida
-Momia mi querido hijo, aquí es donde hacían las momias – Le aclaraba Joey mientras encendía una antorcha con la que llevaba Yami.
A medida que iban entrado el lugar se hacia oscuro, a delante iba Yami alumbrando el camino con la antorcha que tenia, detrás iba Yugi, Luego Joey y el hombre de la cárcel con otras antorchas, escucharon ruidos, como millones de insectos caminando sobre ellos, pero luego el sonido se iba alejando, hasta que no se escucho nada mas.
-Que fue eso? – Pregunto Joey asustado
-Creo que fue, bichos… - Le contesto Yami
-Dijo bichos? – Pregunto Yugi, odiaba los insectos.
-Como que bichos? –Pregunto el hombre de la cárcel asustado – Que bichos!?
Lentamente Yami observaba por los pasillos, asegurando que todo estuviera bien para que pasaran los temas, llegaron a una habitación donde por fin, encontraron lo que buscaban.
-Las piernas de Anubis – Dijo Yugi – El compartimiento secreto debe estar en algún lugar por aquí…
En eso escucharon otro ruido, pero esta vez no parecían bichos, eran como voces que se acercaban justo por detrás de las piernas de Anubis, Yami saco dos de sus armas y se preparaba para disparar, al igual que Joey y el hombre de la cárcel, tomaron valentía y Yami salio apuntando detrás de las piernas se encontraban con los norteamericanos, unos contra otros se apuntaban con sus armas, Yugi se encontraba detrás de Yami
-Verdaderamente nos asustaste Atemu – Dijo Alister
-Disculpen – Dijo en forma sarcástica, mientras bajaban sus armas.
-Oye, esa es mi herramienta – Decía Bakura y Yugi lo miro y se aferro más al equipo
-No, no creo que no – Le respondió Yami mientras le apuntaba con el arma y de nuevo todos se apuntaban entre si.
-Tranquilo, tal vez estoy equivocado – Decía mientras lograba que todos bajaran sus armas.
-Bien, feliz día caballeros, tenemos mucho trabajo por delante – Intentaba Yugi calmarlos un poco.
-Fuera, este es nuestro sitio – Decía el hombre de cabello turquesa
-Nosotros llegamos primero – Le reclama Yugi y de nuevo todos se apuntaban con sus armas.
-Esta es nuestra estatua, amigo – Decía Marik a Yami
-No veo tu nombre escrito ahí, amigo – Le respondía Yami
-Si bueno, ustedes solo son 4 y nosotros somos 15, no tienes oportunidad Atemu – Mientras estos discutían Yugi observaba el suelo del lugar y se dio cuenta de que había un abertura bastante profunda.
-Las eh tenido peores
-Si igual yo – Se metía Joey, Yami solo miro como diciendo que se callara.
-Escuchen por todo los cielos, seamos buenos niños, si todos vamos a jugar juntos hay que aprender a compartir – Hablo Yugi, logrando que algunos bajaran sus armas – Podemos excavar en otro lugar – Decía mientra miraba a Yami y tomaba su brazo con su mano, logrando que bajara sus armas.