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MÍO por Orseth

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            -Malfoy… -exclamó Hermione sorprendida cuando al abrir su puerta, vio al rubio frente a sí.

            -Buenas Granger ¿puedo ver a Potter?

            -Claro, pasa –respondio dándole el paso.

            Cuando estuvo en la sala, se sentó mientras ella iba a avisarle a Harry, quien sin hacer mayor gesto de sorpresa, acepto verlo sin más ni más.

            -Es por ahí, la segunda puerta subiendo las escaleras.

            -Gracias.

            Cuándo tocó y no recibió respuesta, abrió la puerta encontrando a Harry recostado en la cama leyendo un libro.

            -Buenas Potter –saludó ocultando su nerviosismo.

            -Hola –respondió Harry dejando su libro a un lado y sentándose algo lento.

            -mmm ¿y cómo vas?

            -Bien –respondio Harry viéndolo caminar algo indeciso- ¿gustas sentarte?

            -No gracias, no estaré mucho tiempo.

            -Ya veo… bueno ¿sucede algo?

            -Si, veras… -dijo quedándose a media frase y sintiéndose como un tonto, pues hablar de las cámaras de dinero y del movimiento posterior que había hecho, se le hizo algo tan vano y frívolo en ese momento, que simplemente se dio cuenta, solo eran un pretexto- yo… yo vine a despedirme.

            -¿Te vas? –Dijo Harry sirviéndose un vaso de agua de una jarrita de plástico que tenía en su tocador- ¿gustas un vaso de agua?

            -No, gracias.

            -¿A Francia?

            -¿Eh?

            -Que si te vas a Francia… siempre quisiste regresar a Francia.

            -Ah… si, iré a Francia.

            -¿Cuándo te vas?

            -Mañana.

            Hubo un silencio que se le hizo tan pesado e incomodo que el asunto del banco salió de su boca sin siquiera pensarlo.

            -También vine a decirte que solo retiré un poco de dinero de las cámaras de Gringotts y lo demás lo puse a tu nombre de nuevo.

            -De acuerdo –respondio sorprendiéndolo por no discutir sobre el dinero devuelto.

            -Bueno, pues… me voy –dijo sintiendo un enojo ir creciendo con alarmante rapidez mientras se daba la vuelta y abría la puerta.

            -Draco…

            -¿Sí? –respondio volviéndose sintiendo su corazón acelerarse.

            -Buen viaje.

            Tragando el nudo que se le había formado en la garganta, solo apretó los labios y salió de ahí.

 

__________________________________

 

            -¡Imbécil!... ¡eres un completo imbécil! –mascullo con los ojos anegados de lagrimas mientras caminaba de prisa por la banqueta.

 

____________________________________

 

            -Harry ¿Por qué Malfoy se fue tan rápido?

            -¿Y yo que sé? –respondio Harry de nuevo recostado en la cama con su libro abierto.

            -¿Puedo saber a qué vino? Digo, si no es indiscreción.

            -Claro, vino a despedirse.

            -¿A despedirse? –Repitió asombrada- ¿acaso se va?

            -Ajá.

            -¿Y a donde?

            -A Francia.

            -¿A Francia?

            -¿Tienes que repetir todo? –preguntó ceñudo despegando por fin la vista del dichoso libro.

            -¡Pero Harry…! ¡Draco se va! –exclamó plantándose junto a la cama.

            -Si, eso es lo que acabo de decir.

            -¡Pero…! ¿¡Vas a dejar que se vaya!?

            -¿Y porque habría de impedirlo? Ya no es mi esclavo ¿recuerdas? –añadió alzando una ceja y regresando la vista a su lectura.

            -¡Basta de hacerte el tonto! –dijo arrebatándole el libro.

            -¡Oye!

            -¡Tú estás enamorado de ese idiota y lo más probable es que él también lo esté de ti! ¿¡Y vas a dejarlo ir?!

            -¿Estás loca o qué? –respondió mientras se sentaba- ¿de dónde sacas esas estupideces?... en serio Hermione, no quiero faltarte al respeto diciéndote malas palabras, pero la verdad cada vez me cuesta más trabajo contenerme…

            -¡Pues no necesito que te contengas, gran imbécil, sin con eso logro hacerte reaccionar!

            -¿¡Reaccionar a qué?!... ¡Sé va del país! ¿¡Y!?... ¡ese no es mi problema!

            -¡Pero si él también te ama, ambos van a perder la oportunidad de estar juntos! ¿¡Acaso te da igual que se vaya a quien sabe dónde?!

            -A ver… -respondio haciendo un evidente acopio de paciencia mientras  exhalaba un suspiro y se enderezaba- ya estoy francamente harto de que todos den por sentado cosas de las que no tienen la mas mínima idea.

            -¿Ah sí?... ¿y cómo cuales?

            -Eso… de que yo amo a quien sabe quién y de que quien sabe quien me ama…

            -Claro… -exclamó sonriendo sarcástica mientras ponía los brazos en jarras- ahora lo niegas.

            -No niego nada –dijo poniendo los pies en la alfombra- solo quiero que me dejen tranquilo.

            -Y por supuesto tampoco crees que “quien sabe quien” te ame de verdad…

            -Hermione…

            -Los que estamos cerca lo hemos notado Harry… Draco está enamorado de ti pero su situación tan complicada hace que no lo demuestre abiertamente…

            -Si, claro, ahora resulta…

            -Draco estuvo todo el tiempo en el hospital hasta que te declararon fuera de peligro, ni siquiera se amilanó porque los weasley llegaron también… lo hubieras visto, la preocupación se le notaba a flor de piel…

            -Basta… ya no tolero este juego estúpido, si lo que querías era que ya me fuera de tu casa y te dejara en paz, lo lograste, me marcho ya  mismo –exclamó levantándose y dirigiéndose al armario, en donde comenzó a sacar su ropa y a botarla en la cama.

            -¿Sabes? –Dijo ella en un tono ya más tranquilo- nunca pensé que la venda se caería de mis ojos y por fin te vería como lo que en realidad eres… un maldito cobarde…

            Harry siguió en lo suyo sin responder mientras ella se dirigía a la puerta.

            -Y no solo tú, él también lo es… los dos son unos malditos cobardes arrogantes.

 

_____________________________________

 

            Cuando ella salió de la habitación, él dejo de sacar ropa y fue a sentarse a la cama.

            -Si, tienes razón… soy un cobarde… pero prefiero eso a ver la burla en sus ojos…

            Y sin más se levantó y siguió preparando su equipaje.

            Para no parecer un desagradecido berrinchudo, decidió irse al día siguiente, por lo que aunque no bajo a cenar, se preparó para acostarse, aunque de sueño no tenía nada.

 

_______________________________________

 

            -Buenos días –saludo al bajar y no parecer tan descortés.

            -Buenos días Harry –respondio Hermione preparando huevos con jamón para desayunar.

            -Te ves muy cansada, ¿Por qué sigues sin aceptar la ayuda de mi elfo?

            -Porque ya sabes lo que opino acerca de eso… siéntate, ya casi está listo.

            -Oye… -dijo sentándose y como no queriendo la cosa- sobre lo de ayer… no quise hablarte así, me disculpo si te ofendí.

            -No me interesan tus disculpas –respondio sorprendiendo a Harry- lo que realmente me interesa es que veas lo que está frente a tus ojos.

            -Hermione, por favor… -exclamó rodando los ojos- mira, en serio… sin afán de discutir, pero sobre todo de que te enojes, ya te dije que no tiene caso.

            -A ver ¿Por qué no? –dijo girándose para verlo palita en mano- ¿tan imposible se te hace que Draco te quiera?

            Harry exhalo buscando paciencia y valor para hablar de ese asunto tan personal, pero sobre todo doloroso con alguien más, pero tal vez así ella por fin lo dejaría en paz.

            -Mira… él no… él no puede amarme… -dijo por fin mirando el vapor que salía de la cafetera- yo le causé mucho daño.

            -Y también salvaste su vida.

            -Era lo menos que podía hacer.

            -Y también lo trataste bien cuando tus celos enfermizos no te volvían loco.

            -Pero cuando lo hacían… tu misma viste el resultado –respondio tamborileando en la mesa con los dedos, nada feliz de hablar de esos asuntos.

            -Harry, cuando te lo propones eres un encanto…

            -¿Y eso qué?... mis arrebatos borraron todo eso.

            -¿Y entonces porque Draco parecía a punto del desmayo cuando lo vi en el hospital?... y también… -agregó cuando él la miro al decir eso- ¿Cómo pudo él saber dónde estabas cuando nadie más, ni siquiera yo, teníamos la mas mínima idea de dónde buscarte?

            Harry pasó su lengua por sus labios resecos mientras sentía en su pecho el aguijonazo de un sentimiento detestable.

            -Esperanza… -pensó agachando la vista- no me hagas esto…

            -¿Qué?

            -Hermione… ¿sabes que lo que me dices... podría darme el tiro de gracia? –dijo mirándola.

            -Harry…

            -Tú dices que me ama… y yo sé que no puede ser posible… ¿Por qué insistes en eso? ¿Acaso sabes todo lo que le hice?

            -No, no lo sé.

            -Y es mejor, créeme.

            -Pero Harry…

            -¿De qué serviría que se lo dijera?... ¿eh?... ¿sabes lo que significaría ver la burla en su cara cuando me rechace y se burle de mi por haberme enamorado?... Herm, si de verdad no quieres verme destruido por completo, no insistas en eso, por favor.

            -Cariño, dices eso porque estás seguro de que te va a rechazar… pero yo te digo que eso no es 100% seguro.

            -Hermione…

            -Te diré que Nick ya se lo pregunto directamente –dijo ella moviendo rápidamente los huevos que ya empezaban a oler a quemado.

            -¿¡Qué?!

            -Que Nick ya le pregunto directamente si estaba enamorado de ti.

            -¡Por Griffindor! –exclamó tapándose el rostro con ambas manos sintiendo mucha vergüenza.

            -¿Y sabes que dijo? –dijo ella quitando la sartén del fuego y poniéndola sobre una tablita en la mesa.

            -No quiero saber –respondio sin descubrirse la cara.

            -Nada.

            -¿Nada? ¿De qué hablas? –dijo bajando  una manos mientras con la otra revolvía su indomable melena negra.

            -Que no pudo decir nada, por unos segundos claro, porque cuando pudo hablar lo sacó de su habitación; eso sí, mas rojo que un tomate.

            -Ahí lo tienes… -dijo Harry sintiéndose el ser más miserable del mundo por verse tan expuesto.

            -¿No lo ves, tonto? –Respondio sentándose y tomándole una mano- si él te odiara, su primera reacción hubiese sido reír y burlarse… nunca sonrojarse y correrlo indignado… Harry… Harry mírame…

            Harry se animo a levantar el rostro para mirar a su amiga sonreírle.

            -Cariño, si tú ya lo das por perdido, entonces  ¿Qué más da si te rechaza?... pero escucha cuando te digo que es posible que no lo haga.

            Harry la observó mientras sus palabras hacían eco en su mente… ¿acaso era posible que…?

            -Es que… no puede ser… -murmuró de nuevo haciendo torcer la boca a Hermione.

            -Y nunca lo sabremos si no se lo dices.

            -Pero… ¿y si no es verdad?... Hermione, me cuesta tanto sobrevivir… -exclamó con los ojos arrasados de cristalinas lagrimas- ese golpe yo… yo no lo…

            -Harry… -dijo ella al verlo agachar la cabeza cuando las lagrimas escaparon de sus ojos- si es así, yo misma te aplico un Avada…

            -Tonta… -respondio sonriendo sin poder evitarlo.

            -Solo piensa en lo que te dije, tú mejor que nadie conoce a Malfoy -Y sin decir más, se levantó para sacar tazas de la alacena y servir café.

            -No tengo hambre… -dijo levantándose sin que ella lo detuviera.

 

 

 

 

 

            -Son tres knut –dijo el hombre encargado de la lechucería.

            -Aquí tiene –respondió Draco sacando el dinero y entregándoselo al hombre para poder acceder al correo.

            Y es que con todo el ajetreo, no había pensado en avisar de su llegada a sus familiares en Francia.

            -Al menos para que sepan de mi llegada.

            Pero no pudo ni siquiera entrar al recinto de las lechuzas pues un estallido hizo cimbrar el edificio.

            -¡¿Qué diablos…?!

            Algunas personas comenzaron  a salir entre polvo y humo mientras tosían.

            -¡Por aquí, por aquí! –gritaba un hombre del correo dirigiendo a la gente a la salida mientras Draco solo se hacía a un lado para dejarles pasar.

            -¿Qué diablos habrá ocurrido?

            Muy contrariado tuvo que esperar a que los empleados dieran alguna noticia y la hora en que se reanudaría el servicio.

            -Lo sentimos… -dijo el director del correo al cabo de media hora- un hombre intentó enviar una poción inestable por correo y estalló; por fortuna, fue antes de colocarla siquiera en alguna lechuza.

            -¿No se supone que ustedes revisan que los paquetes no sean peligrosos? –exclamó enojado.

            -Si señor, pero las personas se valen de trucos para pasar las normas de seguridad.

            -¿Y cuando se reanudara el servicio?

            -Por hoy queda suspendido hasta nuevo aviso; pero el correo que está al otro lado de la ciudad está a su servicio.

            Las pocas personas que estaban ahí, al igual que él, se fueron mascullando su inconformidad.

            -¿Al otro lado de la ciudad?... ¡Apenas me dará tiempo!... imbéciles…

 

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            Era absurdo… simplemente el solo llegar a considerarlo era totalmente incoherente, sin embargo… ¿Por qué su corazón latía como hacía mucho no lo hacía?

            -Es que no puede ser… -pensó Harry mirando por la ventana abierta el andar de la gente por la calle- sería tan… increíble…

            No se daba cuenta, pero sus dedos tamborileaban en el marco de madera mientras se mordía un labio.

            -Pero… ¿y si…? No, no puede ser… -exclamó en voz alta negando con la cabeza.

            Pero Draco se iba del país para no volver nunca más… jamás sabría la respuesta si no se lo preguntaba directamente; sin embargo, un rechazo de ese tipo…

            Emitió un jadeo mientras se sujetaba el pecho con una mano e inclinaba la cabeza en una actitud muy dolorosa… y es que en verdad, el solo pensar en esa posibilidad hacia que el dolor que venía relegando desde hacía mucho, intentara salir a flote como una boya en el mar.

            -No podría… no lo resistiría… -pensó cerrando los ojos mientras las lagrimas pugnaban por salir.

            Pero ¿acaso no había perdido ya la batalla hacía mucho tiempo?... ¿Qué más daba entonces un último enfrentamiento?.... ¿un golpe de gracia definitivo?...

            -Supongo que no haría mucha diferencia con lo que he vivido hasta ahora… -pensó tragando el nudo que se le había formado en la garganta  mientras un sollozo escapaba de ella- pero escuchar que me odia de sus propios labios…

            Era una locura… el considerarlo siquiera, era una completa locura… entonces… ¿Por qué estaba tomando su chaqueta de prisa y saliendo del cuarto prácticamente corriendo?

 

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            Hermione no estaba a la vista, así que la busco en su estudio, en la cocina y en su habitación y nada; bendita la hora en que se le ocurrió salir… pero su bolso estaba en la mesita de la entrada, así que la tomó y buscando en su interior encontró lo que buscaba o al menos esperaba que esa tarjeta de hotel fuera en el que se estaba hospedando Draco.

            Salió al callejón Diagón  a través de la red flú y comenzó a correr hacia la parada de un autobús que estaba a unas cuadras, cuando llegó se subió justo antes de que este partiera, pagó su pasaje y se sentó en el primer asiento mientras jadeaba por el esfuerzo.

            Bajó muchas cuadras adelante para tomar otro autobús pensando en que por lo económico del rumbo a donde se dirigía, no había muchas redes flú registradas, pues había que pagar impuestos por ello.

            Finalmente llegó a la parada que quería y bajó mirando a ambos lados para orientarse.

            -Disculpe ¿sabe dónde queda este hotel? –preguntó a un señor que iba pasando.

            -mmm ah sí, queda a dos cuadras para adentro y luego a la derecha.

            -Gracias –respondio para echarse a correr preguntándose la hora de partida de Draco y esperando llegar a tiempo.

            -Es aquí… -pensó viendo el hotel aparecer ante sus ojos al doblar una esquina.

 

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            -Buenos días… disculpe ¿el señor Draco Malfoy se hospeda aquí?

            -Si señor –respondio el recepcionista haciendo que Harry exhalara un suspiro de alivio- pero dejó la habitación hace un par de horas.

            Cuando Harry escuchó eso se quedó quieto por unos instantes mirando al hombre tan fijamente que éste alzó una ceja para preguntar:

            -¿Se siente bien?

            -eee… si… gracias –respondio saliendo de ahí para quedarse parado en la entrada sin saber que hacer- ¡el aeropuerto!

            Comenzó de nuevo su carrera de autobús en autobús hasta llegar a una red flú y después al “Caldero chorreante” para salir al mundo muggle, pues debido a su estado de salud no podía “aparicionarse” sin riesgo de quedar partido en dos como un melón maduro.

            Dos horas después llegó por fin al aeropuerto en donde se dio cuenta de que no tenía las mínima idea de la hora de partida, por lo que dirigiéndose a una entrada para magos oculta en una maquina de fotografías, entró a lo que era el verdadero aeropuerto mágico.

 

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