Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

MÍO por Orseth

[Reviews - 448]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

.

 

 

            -¿Y bien?... ¿Qué es eso tan importante que no puede esperar un simple baño? –dijo Harry vestido con una bata.

            Sentado en la cama Draco lo vio con el brillante cabello negro goteando cristalinas gotitas, algunas de ellas resbalando por su rostro; y sin gafas, sus ojos verdes resaltaban más que nunca haciéndolo ver como un chiquillo. Sabía que estaba siendo duro con él y que obligarlo a ponerse frente al espejo de sí mismo, era un arma de doble filo… un riego que estaba dispuesto a correr.

            -Ven, siéntate –dijo tendiéndole la mano, Harry obedeció como un niño y tomándole la mano se sentó junto a él- Yo aun tengo muchas cosas que sanar como ya habrás visto… no diré que tienen que sanar para poder estar contigo, porque en realidad no sé cuánto tiempo me lleve.

            -Ya lo sé.

            -Shhh déjame hablar –exclamó poniéndole un dedo en lo labios- yo sé que esto no es fácil, pero…

            -Quieres un tiempo ¿verdad? Ya lo imaginaba…

            -No, con un carajo ¿Por qué no escuchas? –Interrumpió exasperado mientras se rascaba la cabeza- ese es tu problema, no escuchas.

            -Es que no entiendo porque darle vueltas al asunto, si es eso, dilo, no tengas miedo que no me voy a romper –contestó sonriendo débilmente.

            -Ese es justo el problema… no te vas a romper porque ya estás roto.

 

__________________________________

 

            ¿Cómo era posible que un sinfín de sentimientos y pensamientos se arremolinaran en la cabeza y en el corazón en tan solo un instante?

            ¿Roto?... sí, estaba roto desde hacía mucho tiempo… ¿desde Draco?... no, desde antes; desde el colegio o desde… ¿antes?... a saber…

            Tristeza, desconsuelo, ira, desolación, soledad… pero entre todos los sentimientos, había uno que solía destacar entre los demás… a veces era la tristeza, otras la soledad, o incluso la rabia danzaba sola como “Pedro por su casa” en la oscuridad de su alma… pero esta vez ninguno de ellos se hizo tan presente como la  vergüenza.

            Y se sintió tan abrumado… tan empequeñecido, que solo atinó a inclinar la cabeza y cerrar los ojos mientras dos lágrimas escapaban de ellos. Retiró su mano e intentó levantarse, pero Draco se lo impidió agarrándolo por la muñeca.

            -Espera…

            -No…

            -Harry, por favor…

            -Sé que no soy digno… que bajo este nombre no hay nada, tú mismo lo dijiste aquella vez y estabas en lo correcto… estoy roto desde hace mucho tiempo y no me puedo reparar  con un simple hechizo… -declaro sonriendo débilmente con esas últimas palabras para luego retirar su mano de nuevo- me sentí muy feliz cuando dijiste que me amabas, pero tengo… tengo mucha basura en el corazón y no valgo la pena… aun puedes escapar, no causarás gran daño, créeme –concluyó sorbiendo la nariz mientras le sonreía.

            -Porque estás acostumbrado al dolor… y por experiencia  sé que cuando te acostumbras a sufrir, es que ya perdiste la batalla… ¿Dónde está el Harry que siempre quería ganar? –preguntó con aire pensativo.

            Pero no hubo respuesta, sino más bien un pesado silencio en el que ambos se sumieron en sus pensamientos, hasta que los ojos grises vieron una mochila con el interior desparramado en la cama, y entre la ropa y artículos de aseo, había una bolsa abierta de plástico transparente con mucho frascos de medicamentos, los cuales tomó para echarle un ojo a las etiquetas.

            -Me gustaría pensar… -dijo viendo un frasco de Prozac- que soy tan encantador e irresistible, que si no me tienes serías capaz de morir; pero sé que no es así, que tan solo soy una parte de la ecuación, sé muy bien que aquí hay algo mas… Harry… -dijo devolviendo el frasco color naranja a la bolsa- sé que la depresión es una enfermedad, no soy tan obtuso… de hecho, mi madre la padecía y la mayoría de estas pastillas las tomaba ella ya como si de caramelos se tratara… lo dicho, el amor no lo cura todo.

            Harry se levantó y se alejó para sentarse frente a su tocador, en donde dándole la espalda a Draco comenzó  a juguetear con un peine.

            -Me dan ganas de darte unas patadas en la cabeza a ver si así se te acomodan las ideas… -continuó Draco recargando sus manos en la cama, a cada lado de sus piernas viendo la espalda del moreno- ¿puedo hacerte una pregunta?... ¿de verdad me amas? porque la verdad me estoy sintiendo un verdadero estúpido.

            -Si te amo… como nunca quise a nadie.

            -¿Entonces porque me dejas ir tan fácilmente?... es decir, te enfrentaste al mundo para tenerme de una mala manera y ahora que puedes tenerme por las buenas ¿te rindes?... ¿Quién te entiende?... haces que yo mismo dude de esto… de si de verdad me quieres o es solo un mero capricho del “Niño de oro”…

            -¡No soy el maldito “Niño de oro”! –Interrumpió Harry volviéndose hecho una furia- ¡no soy el gran Harry Potter!!! Solo maté a un maldito mago bastardo ¿¡Y ya con eso creen que soy genial!?... deberían fijarse bien… -añadió con aire cansino bajando el tono de voz y regresando a su posición de antes- y ver que en realidad no hay nada… que aquello que admiran es solo un espejismo…

            -Oh vaya… -pensó Draco- creo que di justo en el blanco.

            -¿Por qué nadie lo entiende? ¿Por qué no se dan cuenta y me dejan en paz y se quitan de sonrisas falsas e hipócritas de admiración?... sé que solo desean obtener una parte de mí, de lo que represento…. No por lo que soy…

            -¿Y qué eres, Harry?

            -¡Nada!... ¡no soy nada! –respondio mirándolo furioso- y no estoy tan ciego como para no darme cuenta de que la gente solo viene a mi por eso… por ser el jodido “Niño que vivió”…

            -¿Eso crees?

            -Eso es… -corrigió ya más calmado-  pero a veces pienso que eso es mejor, pues ¿Quién querría estar conmigo si vieran quien soy realmente?... tú mismo lo dijiste… -continuó mirándolo a los ojos sin ningún reproche en su voz- soy un remedo de hombre que lo único que sabe es moverse como un gorila… solo se me acercan porque soy Harry Potter, no  porque valga un cacahuate…

            Draco hizo una mueca al recordar esas palabras.

            -Tranquilo, no te estoy reprochando nada… -continuó Harry sonriendo débilmente mientras inclinaba la cabeza y miraba el peine que sin darse cuenta estaba en sus manos- por eso… por eso creo que esto no debe continuar… no volveré a someterte a eso…

            -¿A qué?

            -A estar conmigo en la cama… a que tengas que imaginarte a alguien que no soy yo para poder tolerar que estás conmigo…

            -Harry, sobre eso…

            -No, está bien Draco, si por un momento pensaste que me amabas, no te preocupes, yo sé que solo es un poco de gratitud por haberte sacado de Azkaban… -dijo Harry sonriéndole con aire tranquilizador sintiendo que su alma lloraba en silencio- por eso te digo que no causarás gran daño si te vas, en el fondo yo sabía que no podías amarme… yo… yo me hice a la idea hace mucho, mucho tiempo.

            -Claro… -respondio Draco después de unos minutos de silencio- ¿Cómo puedes creer en mí, si no crees ni en ti mismo?

            Draco se sintió tan descorazonado que sintió ganas de llorar… ¿de qué valía haber reconocido lo que sentía por Harry, si éste no lo creería nunca?... suspirando se dejó caer de espaldas en la cama mientras las lagrimas comenzaban a escurrir por sus sienes.

            ¿De qué valía luchar por sus sentimientos, si aquel del que se había enamorado, no tenía la fuerza suficiente para luchar por los suyos?

 

            -¿Por qué lloras? –Preguntó Harry sentándose en la cama- si dije algo que te lastimara, lo siento de verdad… yo… yo me prometí que jamás lo haría de nuevo…

            -Lloro porque eres un idiota… y porque yo lo soy también… -respondio mirando el techo.

            -Lo siento… -musitó inclinando la cabeza- tú no eres un idiota…

            -Claro que lo soy… lo soy por llegar a pensar que entre los dos podríamos lograr algo de esto… que aunque los dos no estamos bien, lucharíamos por sanar hasta vivir plenos…

            Harry se recostó en la misma posición quedando en silencio nuevamente.

            -Harry… -dijo Draco después de un rato acomodándose de costado para ver a Harry- ¿en realidad quieres que me vaya?

            Harry se giró para poder mirarse frente a frente a tan solo un palmo de distancia.

            -Draco… ¿en verdad quieres quedarte?

            -¿Por qué respondes con otra pregunta?

            -Porque se me hace tan increíble que en verdad me ames… yo… jamás lo llegué a pensar ni de broma.

            -Y yo jamás lo llegué a imaginar ni de broma –dijo sonriendo, a lo que Harry sonrió también- y si… -añadió quitando la sonrisa poco a poco- si quiero quedarme contigo…

            -¿De verdad?... –preguntó borrando su sonrisa también.

            -Si, pero no quiero hacerlo si voy a vivir así.

            -¿Así como?

            -Con la incertidumbre de llegar y encontrar tu cadáver colgando de alguna viga…

            -Draco…

            -De entrar al baño y encontrarte en medio de un charco de sangre…

            -Draco yo…

            -Basta de excusas y cobardías Harry… -interrumpió Draco poniendo sus manos bajo su mejilla como si fuese a dormir,  sin siquiera alzar la voz- tú has querido acabar con tu vida varias veces y yo no estoy dispuesto a tenerte en mis brazos muriendo otra vez como fue que sucedió la última vez.

            Harry ya no dijo nada, solo lo miró mientras las lágrimas corrían silenciosas por el puente de la nariz del rubio.

            -Yo… yo creí que me moría cuando te vi saltar del risco… nunca creí sentir tanto dolor al tenerte en mis brazos, destrozado y cubierto de sangre… Y no lo entendí entonces, pero era porque ya te amaba y no me había dado cuenta… yo… yo podría ayudarte a luchar con tus demonios si tú me ayudas con los míos… pero si ya te estás dando por vencido desde antes de iniciar la batalla… ¿Qué caso tiene?... ni siquiera reconoces que lo has intentado varias veces…

            Harry lo miró por un rato en tanto Draco había cerrado sus ojos y lloraba en silencio, entonces él coloco sus manos bajo su mejilla, en la misma posición del rubio y comenzó a hablar bajo.

            -La primera vez… yo no pensé… ni siquiera pensé en lo que hacía… nunca pensé en eso como un intento de… yo solo deseaba dormir, dormir para siempre para ya no sentir tanto dolor… un dolor no físico, sino uno que me laceraba el alma y hacia mi cabeza retumbar enloquecida… -Draco abrió los ojos y lo miró mientras Harry miraba un punto en la pared, detrás de él- de hecho me sorprendió que Hermione me dijera que había intentado suicidarme… yo pensé que estaba loca… después, en la bañera, yo…

            Suspiro profundo como si recordar eso le mermara mucha fuerza física… y en verdad eso sentía Harry, sentía que cada palabra le quitaba energía, como si reconocer todo eso, hiciera que sus demonios danzaran frente a sus ojos; por lo que optó por cerrarlos para poder seguir hablando.

            -Yo no recuerdo muy bien… de hecho no recuerdo haberlo hecho… y no, no estoy mintiendo en eso –añadió sin abrir los ojos- solo tengo el vago recuerdo de descanso… como si de pronto comenzara a dormirme con la certeza de terminar con todo de una vez… ¿Qué si fue un intento de suicidio?... seguramente si… pero yo no le veía así… y la ultima vez… rayos… -mascullo tallándose la cara y revolviéndose en la cama haciendo evidente el gran esfuerzo anímico que estaba haciendo hasta quedar hecho un ovillo- yo… ¡Dios, no puedo!...

            Draco lo vio sollozar abrazando una almohada, haciendo un gran esfuerzo porque las palabras continuaran saliendo de su boca, pero Harry solo boqueaba en una clara lucha consigo mismo.

            -Esta bien… -dijo el rubio acercándose y pasándole el brazo encima- ya lo lograrás…

            -¡Yo… yo no…! –Balbuceó Harry aferrándose a él mientras Draco terminaba de envolverlo en sus brazos- ¡lo siento!... ¡p-perdóname!... ¡por… por haber…haberte hecho tan-tanto… daño!... ¡perdóname!... ¡perdóname!...

            Draco sentía la respiración de Harry en su cuello mientras lo abrazaba y le acariciaba el húmedo cabello sin decir nada, sabía que él moreno necesitaba todo aquello y sabía también que él mismo necesitaba consuelo también, pero también se daba cuenta de que él mismo siempre había sido más fuerte que Harry Potter.

 

_________________________________

 

            -¿Puedo servirle en algo, señor Malfoy? –exclamó solicito Tombo al verlo entrar en la cocina- el amo Harry me explico que ya puedo atenderlo como se debe.

            -¿Qué hiciste de cenar? Me muero de hambre.

            -Hice estofado de pollo con papas a la mantequilla ¿el amo Harry bajará?

            -El está durmiendo y creo que no despertará hasta mañana.

            -¿Quiere que le sirva?

            -Si, creo que si –dijo sentándose a la mesa- oye Tombo…

            -¿Sí, señor Malfoy? –respondio el elfo abriendo la alacena por medio de magia y sacando un plato y una taza.

            -¿Cómo estuvo Harry desde que me fui?

            Tombo se quedó quieto un instante y luego se volvió a mirarlo.

            -Bueno… el amo Harry estuvo muy mal… no comía y solo dormía todo el día.

            -Ya veo… bien, sírveme.

            -A la orden, señor Malfoy.

            Cuando terminó y subió a la habitación, se sentó  en la cama a observar a Harry durmiendo, cubierto con la manta que él le había puesto; y cansado de pensar, hizo un intento de poner su mente en blanco.

            -Yo también necesito dormir.

            Así que se quitó los zapatos y se recostó junto a Harry jalando las mantas para cubrirse.

 

______________________________________

 

            Cuando despertó, sintió que había dormido como hacía mucho tiempo no lo hacía, entonces se movió y sintió un cuerpo cálido a su lado, giró la cabeza y una mata de cabello rubio apareció frente a sus ojos. Sonriendo, extendió su mano y la acaricio mientras el dueño de aquellos cabellos rubios, solo se movía y se acurrucaba más a su lado.

            Al cabo de un buen rato, Draco despertó sintiéndose muy cómodo en el pecho de Harry, que subía y bajaba acompasadamente, dándole un sentimiento de relajación y tranquilidad.

            -¿Desde qué hora estás despierto? –preguntó sin siquiera moverse.

            -Desde hace un buen rato –respondio Harry acariciando las suaves hebras.

            Draco se movió y se estiró como un gato emitiendo un gemido de satisfacción para después acomodarse de nuevo en el pecho del moreno.

            -¿Y bien? –Dijo Harry viéndolo acurrucarse de nuevo- ¿Te irás?

            -Depende de ti, ya te dije la clase de vida que no quiero.

            Harry suspiró profundo antes de decir:

            -Y yo quiero que te quedes…

            -¿Y qué tanto lo quieres? –preguntó enderezándose para verlo a la cara.

            -Mucho… tanto así que estoy dispuesto a luchar conmigo mismo… de reconocer que estoy destruido, pero si tú estás aquí, yo… yo saldré de todo esto.

            -Y no es solo eso, Harry –dijo Draco sentándose y mirándolo de frente- hay algo más que debes hacer.

            -¿Qué cosa? –preguntó intrigado sentándose también y recargándose en la cabecera.

            -Tus celos… sabes a que me refiero ¿verdad? -Una ola de vergüenza invadió a Harry haciéndole suspirar- no puedes tirarme los dientes cada vez que voltee a mirar a alguien.

            -Draco, yo… -respondio sin saber en realidad que decir- lo lamento, de verdad.

            -Tus lamentos no me sirven si no decides tratar también tu maldita obsesión conmigo, porque una cosa es que me ames y otra muy distinta a que enloquezcas literalmente por mí… porque una cosa si te digo Harry… me vuelves a poner un dedo encima, y no hablo de caricias por supuesto… y no me vuelves a ver nunca ¿entendiste?

            -¿Entonces te quedarás? –preguntó esperanzado olvidándose de  la pregunta.

            -Ya te dije mis condiciones… físicamente eres más fuerte que yo, es obvio que nunca podré contigo como ya lo hemos visto.

            Harry apretó los labios y desvió la vista recordando las tundas que le propinaba al pobre rubio.

            -¿Tratarás eso también?... porque mira que yo no soy muy de terapias y toda esa mierda, pero creo que a algunas personas si les funciona y no me quedaré a riesgo de que me mates porque una mosca osó posarse en mi y creas que quiero tener sexo con ella.

            Harry se encogió más en su lugar, pero al cabo de unos segundos, miro al rubio y teniéndolo ahí, con el calor aun en el lugar en donde estuvo recostado, con su cabello largo hasta los hombros algo despeinado y sobre todo, en su misma cama, lo  hicieron confirmar la decisión que ya había tomado.

            -Lo haré… haré todo lo que tú me digas para poder merecer que estés conmigo, y no solo lo haré por ti, sino por mí también… lo haré porque estoy agotado de vivir así… no, de sobrevivir así –se corrigió- porque vivir así es vivir en la oscuridad… y quiero vivir en la luz… quiero vivir contigo a mi lado…

            Draco comenzó a sonreír viendo la decisión de Harry y su corazón comenzó a latir emocionado mientras un mariposeo invadía su estomago.

            -Y quiero… continuó poniéndose de rodillas y acercándose a Draco- que cuando tú me necesites, yo pueda responderte para ayudarte cuando caigas… porque sé que tú también necesitas recuperarte, lo sé muy bien, y quiero estar ahí para ti.

            Draco sonrió viendo el rostro de Harry a un palmo de distancia, y no pudiendo contenerse más, lo abrazó con fuerza haciéndolo caer de espaldas en medio de risas.

            Al cabo de unos minutos riendo, terminaron abrazados, con Harry debajo y Draco encima, con su mejilla recargada en su hombro, viendo hacia la ventana.

            -Bien… -dijo sin moverse de su lugar- ¿y ahora que sigue?

            -No lo sé –respondio Harry acariciándole la espalda- esto es tan nuevo  para mí como lo es para ti.

            -Una cosa es cierta Harry…

            -¿Qué cosa?

            Draco se enderezó lo suficiente para mirarlo a la cara mientras decía:

            -Yo no puedo quedarme aquí… es decir, no me refiero a tu casa, sino a esta ciudad… este país…

            Harry hizo el intento de enderezarse haciendo que Draco se le quitara de encima para quedar nuevamente sentados en la cama.

            -Si… así como yo, tú también tienes historia en la memoria de la gente –dijo Harry exhalando un suspiro- ¿y entonces?

            -Yo quiero… bueno, mi deseo de irme a Francia sigue; allá no soy conocido, mi familia no es tan reconocida como aquí, así que allá podría empezar de nuevo; pero… Harry, no quiero…

            -¿Qué?

            -Separarme de ti –dijo sintiendo un sonrojo que Harry encontró adorable- ¿Qué, porque me miras así? –preguntó molesto sintiéndose escrutado.

            -Nada, me gusta que me digas cosas así –respondio sonriendo- ¿Por qué te sonrojas?

            -Porque no estoy acostumbrado a decirte estás cosas –exclamó muy digno levantándose de la cama- ¿te parece que en el desayuno tratemos este tema? Quiero darme un baño.

            -De acuerdo.

            Harry lo vio tomar una toalla y dirigirse al baño, en tanto él se quedaba en la cama pensando.

            Al cabo de un rato, fue su turno de entrar al baño y pronto se encontraron en la cocina siendo atendidos por Tombo.

            -Sé que esto sigue siendo complicado –dijo Draco mirando su taza de café- pues aunque deseo quedarme contigo, no puedo quedarme aquí, pero…

            Harry lo escuchaba mientras ponía miel de maple a sus panqueques y lo notó verdaderamente angustiado.

            -¿Por qué te complicas mas la existencia? –Dijo chupándose un dedo- ¿no te parece suficiente lo revuelta que la tenemos?

            -¿mmm?

            -Entiendo que debas irte… sé muy bien que aquí no tienes futuro.

            Draco vio como Harry hablaba con naturalidad, aceptando como si nada que tuviera que irse, y sin decir nada bajo la vista a su café sintiéndose defraudado.

            -Hey… -exclamó Harry levantándole la barbilla con un dedo- ¿Por qué esa carita triste?... dije que aceptaba que tuvieras que irte a Francia… pero nunca dije que te irías solo.

            -¿Eh?

            -Me voy contigo –dijo metiéndose a la boca el tenedor con un buen trozo de panqueque chorreando miel.

            Draco quedó boquiabierto mientras el otro masticaba su bocado y preparaba el siguiente.

            -¿Quieres miel o mermelada? –dijo pasando su bocado.

 

.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).